Luego de varias semanas de intensas lluvias en distintos departamentos de Colombia, el presidente Gustavo Petro declaró el estado de desastre nacional, una medida extraordinaria que busca canalizar recursos y coordinar esfuerzos en todo el país para hacer frente a la crisis climática que afecta a millones de colombianos.
Las lluvias han generado graves problemas en regiones como Chocó y La Guajira, así como en la ciudad de Bogotá, desencadenando inundaciones, deslizamientos, y el colapso de infraestructuras y dejado a miles de familias en situación de emergencia. Solamente en el Chocó, el 85 por ciento de los municipios están inundados, afectando a más de 30.000 familias.
Por ahora, las autoridades han movilizado un operativo logístico masivo, incluyendo la entrega de kits de aseo, cocina y alimentos no perecederos para más de 10.000 afectados, mientras que la Armada de Colombia desplegará unidades en las zonas más afectadas para asistir en la atención de emergencias y en las labores de evacuación.
¿Qué Implica el Estado de Desastre Nacional?
La medida de declarar el estado de desastre permite al Gobierno movilizar fondos y recursos de forma inmediata para asistir a las regiones más afectadas al reasignar presupuestos de ministerios y entidades no involucradas directamente en la gestión de riesgo hacia la respuesta de emergencia, priorizando las zonas con mayor vulnerabilidad.
Esta reubicación de recursos financieros está enfocada, en primera instancia, en las regiones más afectadas: Chocó, La Guajira y Bogotá. Además, la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD) destinará $2,500 millones a través de Fondos de Inversión Colectiva (FIC) para atender necesidades urgentes en el departamento del Chocó.
La medida permitirá también un enfoque más flexible y directo en la ejecución de fondos, lo cual incluye la posibilidad de transferencias directas a fondos departamentales de gestión del riesgo, tal como solicitó Carlos Carrillo Arenas, director de la UNGRD.
Esta estrategia está pensada para permitir una mayor autonomía en las respuestas locales y fortalecer la capacidad de las regiones para manejar las emergencias climáticas en sus territorios, pero implican un "voto de confianza" en momentos en los que la gestión de los recursos para emergencias ha sido fuertemente cuestionada por escándalos de corrupción.
Se trata de una respuesta por fases
El plan de respuesta contempla una serie de fases y la primera está enfocada en la atención inmediata y distribución de recursos de emergencia, mientras que las etapas posteriores se centrarán en la recuperación y reconstrucción de las infraestructuras dañadas.
Según Carlos Carrillo, se estima que solo en el Chocó podrían requerirse cerca de 700.000 millones de pesos para las labores de rehabilitación de infraestructura y apoyo a las comunidades damnificadas.
Además, el presidente Petro informó que se presentará un plan detallado de inversiones públicas para afrontar la crisis en las zonas afectadas y reducir la vulnerabilidad climática a largo plazo.
Según el mandatario se busca mitigar las consecuencias de lo que él describe como un problema global de “mala gobernanza” en la gestión del clima, en un contexto en el que fenómenos como la Depresión Aislada en Niveles Altos (Dana) en Europa y huracanes en el Caribe también reflejan la volatilidad climática mundial.
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