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"Antes todo esto era selva": la mayor víctima de la guerra comercial entre China y Estados Unidos parece que va a ser el Amazonas

Efectivamente, «Antes, todo esto era selva» va camino de convertirse en una de las muletillas clásicas de los abuelos del Brasil de la segunda mitad del siglo. Pero lo que mirarán, no será una enorme promoción de viviendas unifamiliares, ni el aparcamiento de una Apple Store: será un campo de soja.

Según un breve trabajo publicado en la revista Nature esta semana, Brasil está a punto de convertirse en una máquina de producir soja en un brevísimo espacio de tiempo. Según Richard Fuchs y su equipo, la tierra dedicada a este cultivo va camino de crecer un 39% acosta del Amazonas. ¿El motivo? China tiene hambre y Estados Unidos tiene ganas de pelea.

Deforestación para todos

La continuación de la política por otros medios. La guerra comercial entre Estados Unidos y China es ya un género literario en sí mismo. Durante estos meses hemos hablado de muchas de sus ramificaciones en el mundo económico, científico y, por supuesto, tecnológico. Ahora sabemos que también en el ecológico y ambiental.

Una mariposa aletea sus alas en DC y el Amazonas se deforesta. En pleno juego de sanciones, tasas y aranceles, China busca alternativas para nutrirse de soja y ha puesto la vista en Brasil. Eso, según los cálculos de Fuchs, podría llevar a la pérdida de hasta 13 millones de hectáreas de selva tropical amazónica. Algo que encaja, como un guante, con las intenciones del Gobierno de Bolsonaro de impulsar el desarrollo de la agricultura a costa de la selva.

¿Qué ha pasado exactamente? Para realizar las estimaciones, los autores analizaron el flujo de soja (principalmente el utilizado en alimentación animal) en las bases de datos de la FAO. Así se dieron cuenta de que, como consecuencias de los aranceles de hasta el 25% que EEUU puso a muchos productos chinos, las autoridades del gigante asiático redujeron las exportaciones norteamericanas al máximo.

China sencillamente dejó de comprar soja norteamericana. Y Brasil entró en juego. Según los autores, a finales de 2018, el 75% de toda la soja importada por China ya era brasileña. Todo lo que no se compró en EEUU, se compró en Brasil. E irá a más: "Prevemos una nueva demanda de 37,6 millones de toneladas". Algo que traducido resulta en: malas noticias para el Amazonas.

Las consecuencias de la geopolítica. Efectivamente, "la mayor víctima de la guerra comercial entre Estados Unidos y China" parece que va a ser el mayor refugio para la biodiversidad del planeta y uno de los pulmones verdes en un momento en que las emisiones de CO2 siguen sin dejar de crecer. Vamos, que las mayores víctimas somos todos nosotros. Y no, no tenemos mecanismos para solucionar el problema.

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