La llegada del año nuevo ha sido celebrada en todo el mundo con todo tipo de espectáculos. Lo más habitual es hacer uso de fuegos artificiales, pero desde hace tiempo los drones son una alternativa que puede llegar a ser aún más espectactular.
Ya habíamos visto en el pasado cómo las coreografías de drones que surcan el cielo pueden ofrecer un resultado espectacular, y en esta ocasión hemos podido ver cómo 2.000 de estos pequeños vehículos autónomos se han combinado para celebrar la llegada de 2020 en Shanghai. La magia no está en pilotos de drones independientes, sino en un único ordenador central que los controla a todos a la vez.
Controlando enjambres de drones
Los espectáculos de drones en los que lo único que vemos en el cielo son luces (además de oir ese particular zumbido de estos vehículos voladores) llevan tiempo sorprendiéndonos con movimientos que difícilmente podrían realizar pilotos humanos coordinándose para lograr esas figuras.
En lugar de eso se utilizan aplicaciones software de gestión de enjambres. Hay diversas alternativas, pero en Drone Life nos hablaban por ejemplo de UgS DDC (Unmanned Ground Control Software Drone Dance Controller), una plataforma creada por una startup de Letonia llamada SPH Engineering. Sus responsables aseguran que este software permite "crear uno de estos espectáculos en semanas".
Estas plataformas permiten además permiten configurar esos enjambres de drones para otros muchos escenarios comerciales, como vigilar instalaciones de paneles solares o inspeccionar infraestructuras eléctricas. La idea surgió de la necesidad de controlar múltiples drones de forma sencilla, algo que evitaba tener que usar un piloto por cada dron que se operaba.
Este software permite también planificar esas coreografías a través de una simulación 3D realizada por ejemplo con Blender con la que se establecen todos los movimientos. Esos desplazamientos se transfieren luego a los drones a través de un plugin especial, pero lo más sorprendente es que toda esa coreografía se controla desde un único ordenador en el que corre ese software.
De hecho los drones no solo pueden generar especáculos de luces nocturnas, sino que pueden estar también cargados de humo de colores para realizar también espectáculos durante el día que también resulten sorprendentes. La plataforma de SPH puede gestionar hasta 100 drones con un solo ordenador, pero el sistema es escalable y lo mismo sucede con otras alternativas.
En el caso de esta plataforma los drones están equipados con el software ArduCopter (que es Open Source), receptores GPS RTK (Real-Time Kinematic, que mejoran la precisión de este sistema de posicionamiento), módulos LED y un adaptador WiFi.
Espectáculos llave en mano: 500 drones por 315.000 dólares
Intel ofrece desde hace tiempo una plataforma similar llamada Drone Light Shows que ya comercializa desde hace tiempo y que permite poner a disposición de todo tipo de marcas y organismos estos espectáuculos.
En la plataforma de Intel los expertos con "décadas de experiencia en aviación" controlan estos enjambres de drones, y en el equipo también están animadores que han trabajado en videojuegos y películas para dar forma a esas coreografías, aseguran en el sitio web oficial de la empresa dedicado a este singular escenario.
La plataforma de Intel tiene en cuenta la seguridad y mantiene barreras virtuales (geo-fencing) que los drones no pueden traspasar -en caso contrario, aterrizarán inmediatamente-, pero además hay observadores humanos que vigilan que no haya potenciales accidentes que puedan suponer daños personales, aunque los drones utilizados en estos espectáculos son muy especiales por tamaño y peso, que suele ser de unos 50 gramos, aunque en el caso de Intel sus drones pesan 330 gramos.
Hay otro factor clave en este tipo de espectáculos: el espacio aéreo debe estar validado y reservado para este tipo de eventos. La distancia entre los drones suele ser de entre 1,5 y 3 metros para evitar también colisiones. En Intel hacen uso de un software especial llamado Sirius Pro para la planificación de esas coreografías.
Los precios, eso sí, no están al alcance de cualquiera. Un espectáculo de 200 drones tiene un precio de partida de 150.000 dólares, mientras que subir a 300 drones sale por 225.000 dólares y llegar a 500 drones hará que tengamos que pagar un mínimo de 315.000 dólares.
Estos pequeños drones tienen varias limitaciones: los espectáculos tienen una duración reducida porque su autonomía suele ser muy reducida (7-8 minutos, en el caso de los cuadricópteros de Intel), pero además las condiciones atmosféricas deben ser adecuadas y sobre todo es importante que no haya apenas viento para que los drones puedan desplazarse de forma correcta.
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