Cuando hace un año tuvimos la ocasión de analizar el Xiaomi Mi Notebook Air la conclusión fue clara: pocos portátiles daban tanto por tampoco. Ese gran equilibrio entre precio y prestaciones es lo mejor de este fabricante.
Se trata del Xiaomi Mi Notebook Air (2017), un equipo que ha mejorado buena parte de la configuración hardware de su antecesor pero que destaca en una potencia gráfica notable y en un lector de huella dactilar que funciona muy bien. El portátil puro de Xiaomi ya está aquí.
Especificaciones a la altura de los mejores
Contar con un portátil con este precio y que además ofrezca esta lista de especificaciones es algo con lo que pocas marcas pueden competir, y Xiaomi lo sabe. De hecho ha reforzado la configuración del año pasado con una serie de mejoras muy llamativas.
La primera de ellas es el proceador, un Core i5-7200U (la que hemos analizado) que puede incluso a ser un Core i7-7500U en la configuración superior. A ese procesador le acompañan 8 GB de memoria RAM DDR4 a 2133 MHz que, eso sí, estan soldados en placa y no dan opción a una futura ampliación.
Eso es una lástima, como también el hecho de que ese módulo funcione en modo Single Channel, algo que le resta puntos frente a una alternativa como una configuración con dos módulos para aprovechar la tecnología Dual Channel. No es un gran problema, pero unido a esa incapacidad para ampliar la memoria hace que este apartado sea mejorable.
Xiaomi Mi Notebook Air (2017) | |
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Pantalla | 13,3'' IPS FHD (1.920 x 1.080, 166 ppp) |
Procesador | Intel Core i7-7200U (Dual-core a 2,5 GHz, 15W TDP) |
Chipset | Kaby Lake |
Memoria | 8 GB DDR4 |
Gráficos | Intel HD Graphics 620 y NVIDIA GeForce MX150 |
Almacenamiento | 256 GB SSD (Samsung PM961 M.2 NVMe) |
Conectividad | WiFi 802.11ac (2x2), Bluetooth 4.2 |
Puertos | 2 x USB 3.0, toma auriculares, HDMI 1.4a, 1 x USB-C (USB 3.1 Gen 1) |
Batería | 39 Wh |
Otros | Teclado retroiluminado |
Dimensiones | 309,6 x 210,9 x 14,8 milímetros |
Peso | 1,28 kg (táctil) |
Lo que sí que es una grata sorpresa es la tarjeta gráfica dedicada que se ha incluido en el equipo: una NVIDIA GeForce MX150 con 2 GB de memoria GDDR5 con la que es posible dotar a este Mi Notebook Air de una potencia gráfica de lo más llamativa. Sin ser un equipo gaming, las pruebas han demostrado que es posible disfrutar de una experiencia de juegos más que decente.
Otro de los componentes clave de ese buen rendimiento es la unidad SSD, una Samsung PM961 de 256 GB armada hasta los topes con la tecnología NVMe que hace que, literalmente, vuele en un equipo que con este precio parecía condinado a unidades SSD mucho menos capaces.
La conectividad WiFi 802.11ac y Bluetooth llega de la mano de un chipset Intel Wireless-AC 8265 que resuelve sin problemas. Lo único que decepciona ligeramente es su batería, de 39 Wh, una capacidad suficiente (como luego comprobamos en las pruebas) pero que quizás Xiaomi podría haber "estirado" un poco.
La pantalla, con un panel IPS de 13,3 pulgadas, cuenta con una resolución 1080p, más que suficiente para todo tipo de sesiones de trabajo, y que además contribuye a que el consumo energético no se dispare. Se trata de panel en formato "brillo", lo que puede dar algún problema en exteriores.
El brillo y contraste son muy correctos, con una fantástica representación del color que hace que en la reproducción de contenidos multimedia la experiencia sea más que adecuada. A ello contribuyen unos altavoces que aun estando situados bajo el portátil logran ofrecer un volumen de audio realmente destacable sin apenas distorsión.
En diseño, Xiaomi tiene el minimalismo por bandera
Una de las señas de identidad del Xiaomi Mi Notebook Air es precisamente su falta de señas de identidad. No hay logos en la parte superior del portátil, que exhibe un minimalismo absoluto con un color plateado uniforme que se extiende por toda esa superficie.
Solo cuando abrimos el portátil o exploramos su parte inferior nos encontramos con el logo "Mi" del fabricante, que de hecho incluso en la pantalla se exhibe con elegancia y minimalismo. El diseño sigue las mismas líneas del modelo del año pasado, con un curioso perfil que no copia al de los MacBook Air y que parece un híbrido de esa característica cuña y la sobriedad de las líneas de los MacBook Pro.
En ese diseño encontramos una buena oferta de puertos de conexión, con una parte izquierda en la que encontramos un puerto HDMI 1.4a de tamaño completo (lástima, solo 4K a 30 Hz con esa salida), un puerto USB 3.0 y el minijack para los auriculares.
En la parte derecha tenemos un puerto USB-C con interfaz USB 3.1 Gen 1 (nada de Thunderbolt 3, lástima), lo que significa que podremos utilizar para transferir datos hasta esos máximos 5 Gbps, o bien para cargar el portátil o usar ese puerto como salida de vídeo auxiliar mediante algún hub o cable adaptador. Un segundo puerto USB 3.0 (con conector USB-A) le acompaña, y aquí únicamente echamos en falta un lector de tarjetas SD.
Una vez abrimos el portátil nos encontramos como decía con ese pequeño logo en el marco inferior de la pantalla. No estamos ante una de esas 'Infinity Display' casi sin marcos de las que presumen los Dell XPS 13, pero lo cierto es que el tamaño de los marcos no es exagerado salvo quizás en esa parte inferior, y eso hace que por ejemplo podamos usar una webcam en ese marco superior, algo que siempre es un hándicap con la extraña posición de la cámara frontal en los portátiles de Dell.
Ese minimalismo del que hablábamos en el exterior tiene continuidad al desplegar la pantalla, porque el teclado y el touchpad se contagian del color plata de todo el diseño. En el teclado encontramos una fantástica distribución, con teclas con buen tamaño, separación y recorrido (quizás algo justo, 1,26 mm) y con un mapa de teclado americano que podría ser uno de los obstáculos para los compradores españoles, ya que no hay versión con la distribución QWERTY en español.
Ese es al final un problema menor, porque si uno está acostumbrado a no mirar mucho a las teclas al final configurar el teclado en español hace que nuestra eñe siga ocupando su lugar donde la tecla americana marca el punto y coma y los dos puntos, y lo mismo con símbolos y caracteres propios del español. Si necesitáis ayuda ahí, existen multitud de pegatinas para todo tipo de teclados que permiten ocultar la pegatina original para que los equívocos sean aun menores.
Ese teclado dispone de retroiluminación, pero solo podremos activarla o desactivarla: no hay distintos grados de intensidad. Las teclas de función doblan como controles para distintas funciones tradicionales (control de volumen y brillo, modo avión e incluso los accesos a imprimir pantalla o insertar), y los cursores arriba/abajo quedan algo perjudicados ya que cada uno ocupa la mitad de una tecla normal.
El touchpad es otra de las gratas sorpresas del equipo, sobre todo porque es de dimensiones generosas y por tratarse de un componente compatible con la norma de los Precission Touchpad de Microsoft. Eso significa que todos los gestos táctiles de este sistema operativo están disponibles en el Mi Notebook Air, pero es que además el tacto y respuesta de este touchpad en particular es fantástico, sin problemas de detección de la palma de la mano que podríamos esperar de productos de menor calidad.
La parte inferior del portátil esconde la rejilla de ventilación del equipo, las dos rejillas a cada lado para los altavoces, y una pegatina con los logos de las empresas que están implicadas en el rendimiento del equipo como NVIDIA, Microsoft, AKG y Dolby Audio.
La posición de esa rejilla de ventilación es algo discutible, sobre todo si tenemos el portátil apoyado en las piernas, y lo mismo ocurre con los altavoces: quizás lo ideal hubiera sido situar esas rejillas alrededor del teclado o en los laterales, pero en Xiaomi no han querido decantarse por esa opción.
La bisagra que permite abrir y cerrar el portátil es sencilla y sólida, pero eso no impide que sea difícil abrir el portátil, que gracias a la muesca central y a la solidez de la base permite abrirse casi con un dedo y sin esfuerzo.
Un lector de huella que querrás tocar constantemente
Además de la mejora en la potencia de la CPU y la GPU dedicada, el nuevo Xiaomi Mi Notebook Air tiene una diferencia clara con sus antecesores: la presencia de un lector de huella dactilar que es compatible con la tecnología Windows Hello.
Lo cierto es que esta decisión es curiosa, sobre todo porque ya que usamos el portátil siempre mirando a la pantalla parece más natural integrar una cámara con reconocimiento facial o de iris que sea compatible con Windows Hello. ¿Es este por tanto un error de Xiaomi?
En absoluto. El lector de huella se comporta de forma excepcional. Situado en la parte superior derecha del touchpad, ese lector es una simple y pequeña banda longitudinal sobre la que simplemente tendremos que posar el dedo. No es necesario "recorrer" esa banda con toda la huella: basta esa fracción del dedo que hace contacto con ella para que el hardware y el software se pongan a funcionar.
Como veníamos diciendo, el resultado es espectacular. Tras el tradicional proceso de registor de la huella en el que tendremos que pasar varias veces el dedo a registrar por el lector (incluso girado para incluir más variaciones de ese registro) podremos comenzar a usar ese sistema biométrico para autenticarnos en la sesión.
En funcionamiento ese lector de huella es una pequeña maravilla, con una rapidez y una precisión elogiables. Salvo en casos en los que no apoyábamos bien el dedo o simplemente ocupábamos parte del lector (y ahí el error era nuestro, no del lector), la respuesta fue perfecta, perfectamente comparable (si es que no es superior) al reconocimiento de iris o facial que ya habíamos visto en algunos portátiles.
En conclusión, tenemos un perfecto acompañante (que no sustituto) a la contraseña que usemos en el equipo, que nos hace la vida algo más fácil y cómoda y que confirma su papel como útil complemento para todo tipo de procesos de autenticación en Windows.
Windows 10 en chino tampoco es (mucho) problema
Uno de los miedos que pueden asaltar a los potenciales compradores del Xiaomi Mi Notebook Air es el hecho de que normalmente el equipo llega con Windows 10 en chino.
Es de hecho lo que ocurrió con la unidad que probamos, algo que lógicamente plantea el problema inicial de cómo poder comenzar a usarlo. La solución es sencilla, y consiste en reinstalar Windows 10 Home. Para ello basta con descargar la herramienta para creación de medios de Microsoft, desde la cual podremos crear una llave USB de instalación del sistema operativo.
En unos minutos la tendremos preparada, y desde ahí tan solo tendremos que conectar ese pendrive USB con Windows 10 en el Mi Notebook Air y reiniciarlo o encenderlo pulsando la tecla F2. Eso nos permitirá acceder a la BIOS, lo que a su vez nos permitirá elegir el arranque desde USB como primera opción en lugar de arrancar directamente desde disco duro.
A partir de ahí solo hay que tener en cuenta un detalle: al ir a instalar el asistente nos da varias opciones, de las que tendremos que elegir, insistimos, Windows 10 Home en nuestro idioma preferido. Al hacerlo se iniciará el proceso de instalación en el que se nos piden cosas como acceso a una red WiFi o el establecimiento de una cuenta de usuario con o sin conexión.
A los pocos minutos se completará el proceso, que además habrá activado de forma automática Windows 10 con el número de licencia embebido en el ordenador y detectado de forma transparente para el usuario durante la instalación del SO. Todo es coser y cantar con estos equipos de Xiaomi, por lo que insistimos, el hecho de que lleguen con Windows 10 en chino no es un problema.
La mejor sorpresa, su rendimiento
El minimalismo en el diseño y la buena elección del hardware interno hace que los números no decepcionen: parece que el Xiaomi es un equipo simplemente decente, pero esa GeForce MX150 marca la diferencia.
Huawei MateBook X (Core i5-7200U, Intel HD Graphics 620) | HP Envy 13 (Core i7-7500U. Intel HD Graphics 620) | Surface Pro (Core i7-7300U, Intel HD Graphics 620) | Xiaomi Mi Notebook Air (Core i5-7200U, GeForce GTX MX150) | |
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PCmark Home | 3.135 | 3.488 | 2.681 | 3.235 |
PCmark Creative | 4.024 | 4.410 | 3.865 | 3.980 |
3DMark Cloud Gate | 5.508 | 6.830 | 5.556 | 9.664 |
3DMark Ice Storm | 50.708 | 71.846 | 38.284 | 85.689 |
3DMark Sky Diver | 3.357 | 3.938 | 3.746 | 8.131 |
3DMark Fire Strike | 728 | 919 | 873 | 2.475 |
En las pruebas de rendimiento general como PCMark 8 Home y Creative los resultados son buenos, pero no espectaculares: estas pruebas están muy ligadas al procesador, y ahí el Core i5-7200U, aun siendo una excelente opción, no puede competir con micros más potentes.
La cosa cambia de forma radical en las pruebas gráficas, donde esa GeForce MX150 —sustituta natural de las tradicionales GeForce 940MX— nos ha sorprendido por su comportamiento, duplicando en muchas pruebas a los chipsets integrados de Intel —que no es poca cosa— y paseándose con soltura por esas pruebas de rendimiento de 3DMark.
Aquí la explicación es sencilla: la arquitectura Pascal llega por fin a estas gráficas dedicadas para portátiles de NVIDIA, y el proceso de fabricación de 14 nm también permite aumentar la frecuencia de trabajo (1.468 de base en la MX150, 1.122 de base en las 940MX) además de ofrecer otra sorpresa: soporte G-Sync, algo que no tenían sus predecesoras.
¿Significa eso que podremos jugar en el Mi Notebook Air? Desde luego, y si podemos sacrificar resolución o nivel de detalle, las buenas noticias siguen llegando. En las pruebas con el Battlefield 1, un juego normalmente poco apto para portátiles que no son para gaming, llegamos sin problemas a los 40 fps en resolución 720p y con nivel de detalle medio. Es cierto que la experiencia de juego no será excepcional, pero estos números desde luego demuestran que la MX150 es una gran noticia para toda una nueva generación de portátiles.
Esas buenas noticias se extienden a otras pruebas. En GeekBench 4 nuevamente nos encontramos con una dependencia casi total del procesador principal, así que obtener 3.511 puntos en Single-Core y 6.678 en Multi-Core (este Core i5 cuenta con tan solo dos núcleos) es lo esperado.
Sin embargo la cosa es como decimos sorprendente en las pruebas de rendimiento de la unidad de almacenamiento. La unidad SSD Samsung PM961 con tecnología NVMe ofrece un salto espectacular respecto al modelo del año pasado y obtiene rendimientos de 2.960 MBps en lectura y 1.225 MBps en escritura, cifras fantásticas que harán que los tiempos de acceso y carga a nuestros ficheros y documentos sean casi instantáneos.
Un portátil que da mucho más de lo que pide
Esas pruebas sintéticas son como siempre tan solo parte de una ecuación: la otra, probablemente más importante, es la de las sensaciones que transmite este equipo.
Esas sensaciones son excelentes desde el primer momento, aunque eso no impide que no haya puntos mejorables. Primero, de hecho, las malas noticias. La pantalla, aun con buen brillo y contraste, no es sobresaliente, y cumpliendo con esa resolución 1080p lo que no hace es comportarse del todo bien en exteriores en los que ese acabado brillo traiciona, como siempre, a casi todos los portátiles que eligen esa alternativa.
Como mencionábamos al principio, el diseño de las rejillas de ventilación no es a nuestro juicio el mejor sobre todo si vamos a usarlo en tareas intensivas: en esos casos el portátil ciertamente se calienta algo más de lo que nos gustaría, aparecen los tradicionales bufidos del sistema de refrigeración y eso hace que se noten algunas pequeñas carencias en este ámbito, pero de nuevo el problema no será frecuente si tenemos el equipo apoyado en una mesa.
Donde sí hay también ciertas pegas, y esto ya era una pequeña limitación del modelo del año pasado, es en la batería. Las cosas mejoran gracias a los nuevos microprocesadores de la familia Kaby Lake e incluso a esa pantalla que no exige demasiado a la batería, pero en nuestras pruebas hemos comprobado cómo esa autonomía llegaba a las 7 horas y media en un uso normal del equipo, el que hemos hecho al redactar en él este análisis.
La cosa se alarga si utilizamos el Mi Notebook Air en modo reproductor, porque una película puesta en bucle con brillo al 50% y sin la WiFi activada hacía que esa autonomía se alargara y superara las nueve horas. Una cifra bastante decente que no obstante puede suponer una pequeña pega para quienes den prioridad a este factor.
Esas autonomías que pueden ser criticadas por los más exigentes tienen a su favor un factor importante: el de la carga rápida que soporta el equipo, y que hace que el cargador pueda recargar este equipo por completo en apenas hora y media. Fantástico dato, ¿no creéis?
El resto de noticias son todas buenas. Las sensaciones que transmite el Xiaomi Mi Notebook Air son estupendas, sobre todo cuando uno comienza a usar un teclado que a pesar de esa distribución americana se convierte casi en una extensión de tus dedos a los pocos minutos: el tacto y recorrido son fantásticos si os gustan los teclados de perfil bajo tradicionales de los portátiles, y lo cierto es que en esto Xiaomi también ha acertado de pleno.
Como en el touchpad, componente cada vez menos comprometedor en equipos Windows y que ya ofrece experiencias que si no se igualan del todo a los trackpads de los MacBook sí que logran acercase mucho. Microsoft está recogiendo los frutos de la introducción de sus Precission Touchpad, y lo cierto es que en este sentido no hay pegas: su tamaño, tacto y tiempo de respuesta es excelente, y no hay problemas con falsos positivos al ahora de posar partes de la mano mientras escribimos.
Luego está, claro, el propio rendimiento del equipo, que en las pruebas sintéticas deja claro que está a la altura de portátiles mucho más caros en el mercado. Aquí Xiaomi vuelve a jugar la baza de una relación precio/prestaciones difícilmente igualable, y a ello le suma ideas fantásticas como la de ese lector de huella dactilar que funciona a las mil maravillas.
Xiaomi Mi Notebook Air (2017), la opinión y nota de Xataka
Todo lo dicho confirma el buen hacer de una empresa que no para de hacer las cosas realmente bien y que demuestra que es posible acceder a equipos y dispositivos realmente sorprendentes a precios más económicos que los de la competencia.
La lástima, claro, es que muchos de ellos no se comercialicen de forma directa fuera de China, y este es un caso más. No entramos en el debate sobre comprar en tiendas chinas o hacerlo con las garantías de los importadores que ofrecen venta y garantía en el propio país, pero obviamente Xiaomi aquí se sostienen en una delgada línea que por ahora muchos usuarios cruzan de cuando en cuando.
Lo cierto es que en esa valoración global el Xiaomi Mi Notebook Air (2017) sale muy bien parado, y salvo apartados como los citados de la batería, la refrigeración o una pantalla con margen de mejora estamos ante un portátil que recomendaríamos sin ningún problema.
Es también importante señalar esa preinstalación de Windows 10 en chino que hace necesario que reinstaléis este sistema operativo desde un pendrive USB, algo relativamente sencillo pero que quizás sea un obstáculo para usuarios con algo menos de experiencia en estas lides.
Eso sí: nada de pantallas táctiles o de formatos convertibles: si estáis buscando eso en vuestro próximo portátil, esta no es la opción. Pero si vuestro caso es el opuesto, creednos: Xiaomi debería estar en ese ranking de opciones, y además debería estar muy arriba.
8,8
A favor
- Diseño minimalista y elegante
- Pocos le ganan en la relación precio/prestaciones
- Rendimiento notable con sorpresa en el terreno gráfico
- Teclado y touchpad sobresalientes
- El lector de huella ha demostrado su validez
En contra
- La ventilación no está del todo bien resuelta
- Pantalla mejorable en brillo y contraste
- La batería es buena, pero se queda algo corta para los más exigentes
- Nada de ranura SD o de interfaz Thunderbolt 3, una lástima
El ordenador ha sido cedido para la prueba por parte de GearBest. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas
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