El estándar SATA nos ha servido bien, pero a toda cerdo tecnología le llega su San Martín, y esta solución para conectar unidades de almacenamiento hace tiempo que tiene un sustituto poderoso y mucho más acorde con los tiempos. Su nombre: M.2.
Llevamos tiempo viendo este tipo de unidades en algunos PCs y sobre todo portátiles de última generación, y aunque no solo se limita a servir para conectar dispositivos de almacenamiento, este tipo de soluciones son las que están brillando con luz propia. Y si no que se lo digan a los nuevos productos de fabricantes como Samsung, Plextor u OCZ, cuyas unidades SSD en formato M.2 rondan velocidades de lectura de 2,5 GBps.
La nueva generación de unidades SSD
El CES 2016 ha servido para confirmar que lo que hasta ahora era válido para la mayoría de usuarios comienza a quedarse claramente atrás. Las unidades SSD hace tiempo que se han consolidado como la mejor actualización que uno le puede hacer a su PC o portátil, pero si queréis exprimir esas prestaciones de verdad, deberíais pensar en actualizarlos con unidades SSD M.2.
Aquí existe la posibilidad de que vuestro PC o vuestro portátil simplemente no acepten este tipo de unidades. En el caso de los portátiles lo tenéis prácticamente imposible, porque la capacidad de expansión de estos equipos es más limitada y normalmente tendremos que limitarnos al tipo de conector que se incluye en la placa base.
Existe una opción, y es conseguir un adaptador de M.2 (NGFF) a mPCIe para luego conectar la unidad SSD M.2 que queramos añadir al equipo, pero este tipo de adaptadores sirven normalmente para módulos de conectividad WiFi/Bluetooth/3G/LTE. Afortunadamente cada vez más fabricantes de portátiles trabajan con el estándar M.2, aunque como veremos más adelante hay diversas versiones del estándar con diversas prestaciones.
Las ranuras PCIe al rescate
La cosa cambia de forma notable si lo que queréis es actualizar vuestro PC. En el mercado existen ya soluciones que os permiten aprovechar las ranuras PCIe para conectar a ellas unidades SSD con conector M.2, o lo que es lo mismo, aprovechar esas unidades con formato "paquete de chicles" en placas PCIe que hasta no hace mucho no se utilizaban demasiado en temas de almacenamiento en equipos para usuarios finales.
Esa tendencia cambiará a corto plazo, y es probable que no tardemos mucho en ver cómo el estándar de conexión SATA pierde protagonismo frente a las conexiones M.2 y PCIe que permiten exprimir las nuevas unidades SSD (sobre todo las que soportan NVMe).
Fabricantes como Samsung, Plextor (M80Pe) u OCZ han mostrado soluciones en este CES que ofrecen velocidades de transferencia de 2,5 GBps en lectura y 1,5 GBps en escritura y que estaban conectadas a los PCs vía interfaz PCI-Express 3.0 x4. Ese rendimiento baja si utilizamos esas unidades en ranuras M.2 o PCIe menos "potentes", de modo que hay que prestar especial atención a la otra clave de estas soluciones.
Cuidado con la placa base
Si vuestra placa base no soporta este tipo de ranura perderéis rendimiento, así que si estáis pensando en olvidar el estándar SATA atentos a esto. En la curiosa página Johny Lucky hay información muy relevante sobre las últimas unidades disponibles, qué tipo de estándar de conexión soportan y si hay análisis de esas unidades en medios técnicos, y os puede servir como referencia si estáis buscando unidades de última generación... o quizás de la generación anterior.
Si tenéis un equipo que no sea de última generación y no contáis con una placa base con los últimos chipsets probablemente tengáis que aceptar el hecho de que no podréis sacar el máximo rendimiento de unidades como las prometedoras Samsung 950 Pro NVMe de las que hablamos hace tiempo, por lo que es importante que prestéis atención al tipo de soporte M.2 de vuestras placas.
De hecho, el estándar M.e se pueden conectar a través de tre interfaces lógicos distintos. Se pueden conectar tanto a través de las controladoras SATA (las que dan el peor rendimiento), pero también a través del bus PCIe tanto en modo x2 como en modo x4. Afortunadamente todas las unidades SSD M.2 son compatibles hacia atrás con SATA así que aunque no aprovechéis toda la potencia de esas unidades, podréis seguir usándolas con vuestras actuales placas base (a no ser que la unidad no tenga conector SATA, claro).
El problema de las placas base actuales es claro. Incluso en modelos que sí soportan estas unidades, hay limitaciones. Tenemos un buen ejemplo en la ASUS Z97-A, una placa base con tres ranuras PCIe x16. Una de ellas será utilizada para una gráfica, mientras que sí podríamos utilizar la segunda ranura para una unidad SSD M.2 x4 que, eso sí, tendría un efecto colateral: reduciría la velocidad de la primera ranura PCIe a x8 en lugar de x16.
No es una tragedia, pero la situación no es ideal. Como indicaban en este hilo de Reddit, el soporte hasta no hace mucho era limitado, y casi conviene plantearse dar el salto a placas para procesadores Skylake que ofrecen más pistas PCI 3.0. Tenemos un buen ejemplo en la ASRock Z170 Extreme7+, una placa preparada al máximo para los nuevos Skylake, con el nuevo chipset Z170 de Intel y a la que es posible no una ni dos, sino hasta tres unidades SSD M.2 3.0 x4 en RAID (si así lo deseamos). Boom.
Esto es un SSD, no una gráfica
En este sentido podemos encontrarnos con diversas versiones del conector que ofrecerá más o menos prestaciones. El M.2 3.0 x4 es el que utilizan las unidades tope de gama que hacen uso de 4 canales PCI Express 3.0 (PCIe 3.0 x4) y que ofrecen las máximas prestaciones. Algunos fabricantes denominan a estos puertos M.2 "Ultra M.2". Es el tipo de conector que deberíais buscar para unidades como las Samsung 950 Pro.
Pero claro, también podéis encontraros con puertos M.2 2.0 x4, M.2 2.0 x2 o M.2 SATA 3, además por supuesto de unidades en formato PCIe: básicamente son unidades SSD con conectores M.2 pero ya integradas en el adaptador PCIe (tienen el mismo aspecto que una tarjeta gráfica) para conectarlo a nuestra placa base con facilidad. Cuidado, porque cada una de esas versiones ofrece distintas prestaciones, sindo las SATA las más limitadas.
La confusión puede llegar a ser importante, así que tendréis que consultar qué tipo de unidad os queréis comprar y qué tipo de soporte tenéis en vuestra placa base. Recordad, las M.2 3.0 x4 -formato paquete de chicles- o las PCIe 3.0 x4 -que tienen el mismo aspecto que una gráfica dedicada- son las tope de gama, pero antes de lanzaros a la compra tendréis que verificar que vuestra placa soporta esos estándares, porque no muchas lo hacen a día de hoy.
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