Retro Games «The VIC 20», análisis: esta recreación del mítico Commodore es la opción perfecta para recuperar la experiencia completa

El VIC-20 original llegó a las tiendas en 1980, y lo hizo bajo la forma de un ordenador personal modesto. Jack Tramiel, que en aquella época aún era el presidente de Commodore, decidió lanzar un ordenador de 8 bits que no superase la barrera de los 300 dólares y que le permitiese dar salida a los chips de vídeo VIC (Video Interface Chip) y los chips de memoria que se amontonaban en sus almacenes.

Aunque en aquel momento un ordenador de 300 dólares no era ninguna ganga (hoy en día esa cantidad equivale a 670 euros aproximadamente), el VIC-20 era el equipo personal más económico que podía comprarse. Y a Tramiel, que era un estratega muy hábil, le salió bien la jugada: su VIC-20 fue el primer ordenador personal que consiguió superar el millón de unidades vendidas. Y, además, tuvo una vida comercial de casi cinco años durante los que vendió algo más de dos millones y medio de unidades.

El VIC-20 fue el primer ordenador personal que consiguió superar el millón de unidades vendidas. Y, además, tuvo una vida comercial de casi cinco años durante los que vendió algo más de dos millones y medio de unidades

El hardware del VIC-20 era más modesto que el de los Commodore 16 y 64, dos ordenadores personales con los que convivió durante buena parte de su vida comercial. Aun así, basta pasarse por alguno de los foros dedicados a la retroinformática para darse cuenta de que es un ordenador mítico que permanece en el recuerdo de muchas de las personas que tuvieron la oportunidad de utilizarlo durante los años 80. Y no cabe duda de que esta es la semilla que ha animado a Retro Games a poner a punto la recreación que vamos a analizar en este artículo.

Una recreación casi perfecta del VIC-20 original

La inscripción que podemos ver en la esquina inferior derecha de la caja del «The VIC 20» de Retro Games nos advierte que, en realidad, este equipo es una edición limitada del «The C64» a tamaño real que esta pequeña empresa colocó en las tiendas a finales del año pasado. Por fuera ambas máquinas son casi idénticas, que es lo esperable si tenemos presente que el VIC-20 y el Commodore 64 originales tenían esencialmente el mismo diseño. Y por dentro también son clavadas; de hecho, recurren exactamente al mismo hardware para llevar a cabo la emulación. Incluso su interfaz es la misma, como veremos más adelante.

Como podéis ver en la siguiente fotografía, el empaquetado del «The VIC 20» es sencillo, pero también correcto. Eso sí, me parece muy buena idea que Retro Games haya incluido esa cobertura de plástico que podéis ver en la imagen porque podemos utilizarla para proteger el teclado y evitar que el polvo se acumule en su interior. Estos son los elementos que encontramos en el interior de la caja: el ordenador «The VIC 20», un cable HDMI de 1,2 m, un cable USB de 1,2 m, un adaptador de corriente, y, por último, un joystick con microinterruptores y un cable de conexión USB de 1,5 m.

«The VIC 20» es prácticamente idéntico al VIC-20 original de Commodore. El policarbonato utilizado por Retro Games en la caja del equipo es de buena calidad, por lo que intuyo que será capaz de soportar el paso del tiempo sin amarillear, que es lo que cabe esperar de los plásticos utilizados hoy en día. Crucemos los dedos para que sea así.

En la siguiente fotografía podéis ver que «The VIC 20» y «The C64» son prácticamente idénticos. Incluso sus dimensiones son las mismas, lo que refleja que la compañía china que fabrica estos ordenadores para Retro Games utiliza los mismos moldes. La única diferencia relevante entre ambos equipos es el color de la caja y las teclas de función, que son beis y marrón claro respectivamente en «The VIC 20», y marrón claro y gris en «The C64».

Un punto importante a favor de «The VIC 20» es que su teclado es de buena calidad. No tengo un VIC-20 original para compararlos, pero sí un Commodore 64 original, y el tacto del teclado de ambas máquinas, aunque no es idéntico, se parece mucho. Es más, diría incluso que me gusta un poco más el tacto del teclado de la recreación de Retro Games porque la oscilación transversal de las teclas es menor que la del teclado del Commodore 64, y esta característica contribuye a provocarnos menos fatiga mecánica en las muñecas cuando lo utilizamos durante sesiones prolongadas.

En la siguiente fotografía de detalle podéis ver que «The VIC 20» incorpora tres puertos USB en el perfil lateral derecho del ordenador personal. El botón alojado junto a ellos es el pulsador de encendido del equipo, pero para apagarlo correctamente lo ideal es recurrir al comando de apagado que pone en nuestras manos la interfaz gráfica.

En la parte trasera del equipo residen tres conectores más: un puerto micro-USB que nos permite alimentar la placa interna, una salida HDMI (la señal de vídeo que envía a nuestro monitor o televisor es 720p a 50 o 60 Hz), y un puerto USB adicional.

El joystick con microinterruptores del «The VIC 20» es idéntico al que acompaña al «The C64». Solo cambia su color. Como podéis ver en la siguiente fotografía, incluye una amplia dotación de botones. La palanca es muy robusta y su tacto está muy logrado gracias a la presencia de los microinterruptores, que, además, son los responsables del delicioso clic que suena cada vez que la movemos. A este joystick solo le pongo una pega: no tiene ventosas en la base, lo que nos obliga a sujetarlo con una mano mientras lo accionamos con la otra, algo que también nos forzaban a hacer algunos joysticks en los 80.

VIC20 - Edición Limitada

«The VIC 20», por dentro

Abrir el ordenador personal de Retro Games es pan comido. Solo tenemos que retirar tres pequeños tornillos de estrella, y listo. Como podíamos esperar, su interior está casi vacío. El teclado está adosado a la mitad superior de la caja del equipo, y en la mitad inferior residen dos pequeñas placas de circuito impreso. Una de ellas, la mayor, contiene la lógica principal del «The VIC 20», y la otra aglutina los tres puertos USB del perfil lateral derecho y el pulsador de encendido del equipo.

En la siguiente fotografía podéis ver la placa de circuito impreso principal de este ordenador personal. Desconozco cuáles son las características exactas del SoC de «The VIC 20», pero estoy seguro de que se trata de un chip ARM multinúcleo relativamente sencillo y económico porque para emular los VIC-20 y C64 originales no hace falta recurrir a un hardware especialmente potente. Ahí va un pequeño espóiler: este hardware resuelve la emulación de ambos ordenadores personales de una forma muy correcta.

Un software a la altura del mítico ordenador de 8 bits al que rinde tributo

Lo primero que nos encontramos cuando encendemos «The VIC 20» es un menú que nos invita a elegir el idioma en el que queremos ver la interfaz. Por supuesto, el español es una de las opciones disponibles. Una vez que hemos seleccionado nuestra lengua tendremos que elegir cuál es el modelo de ordenador predeterminado que queremos emular. Tenemos cuatro opciones: VIC 20 PAL, VIC 20 NTSC, C64 PAL y C64 NTSC.

Nuestra siguiente elección consistirá en decidir si queremos iniciar el equipo en el modo carrusel o en la modalidad clásica. La primera opción lanzará la interfaz gráfica desde la que podemos ejecutar los juegos de VIC-20 y C64 incluidos en el equipo, y el modo clásico iniciará el intérprete de BASIC con el que tan familiarizados estamos los usuarios que hemos tenido ocasión de disfrutar un VIC-20 o un Commodore 64 original.

El emulador que ha puesto a punto Retro Games nos permite decidir si queremos utilizar un filtro que imita las líneas que generaban en las imágenes los antiguos televisores con tubo de rayos catódicos. También nos permite actuar sobre el formato de las imágenes, de manera que las bandas negras laterales ocupen más o menos espacio en nuestro televisor o monitor.

El intérprete de BASIC al que accedemos cuando iniciamos «The VIC 20» en el modo clásico es completamente funcional, por lo que podemos utilizarlo para escribir nuestros propios programas (por supuesto, podemos salvaguardarlos con facilidad en el equipo), y también para ejecutar juegos y programas adicionales alojados en un dispositivo de almacenamiento externo conectado a cualquiera de los puertos USB del ordenador.

Estos son los 29 juegos para el ordenador VIC-20 preinstalados en «The VIC 20»:

  • Abductor
  • Andes Attack
  • Arcadia
  • Bewitched
  • Blitzkrieg
  • Brainstorm
  • Catcha Snatcha
  • Connect 4
  • Encounter
  • Frantic
  • Frog Chase
  • Gridrunner
  • Harvester
  • Headbanger's Heaven
  • Hell Gate
  • Laser Zone
  • Martians
  • Matrix
  • Mega Vault
  • Metagalactic
  • Llamas Battle at the Edge of Time
  • Psychedelia
  • Snake
  • Starquest
  • Subspace Striker
  • Tank Battle
  • Traxx
  • Wacky Waiters
  • Zor

Y estos son los 36 títulos para Commodore 64, que, como podemos intuir, tienen más calidad que los juegos de VIC-20:

  • Alleykat
  • Bear Bovver
  • Boulder Dash
  • California Games
  • Chips Challenge
  • Cyberdyne Warrior
  • Cybernoid II
  • Destroyer
  • Firelord
  • Galencia Mini
  • Gribbly's Day Out
  • Heartland
  • Impossible Mission
  • IO
  • Iridis Alpha
  • Jumpman
  • Mega Apocalypse
  • Nebulus
  • Netherworld
  • Paradroid
  • Pitstop II
  • Planet of Death
  • Robin of the Wood
  • Speedball 2
  • Spindizzy
  • Street Sports Baseball
  • Street Sports Basketball
  • Summer Games I y II
  • Super Cycle
  • Sword of Fargoal
  • Temple of Apshai Trilogy
  • The Arc of Yesod
  • Uridium
  • Winter Games
  • World Games
  • Zynaps

Como he mencionado unos párrafos más arriba, emular estos dos ordenadores de 8 bits es relativamente sencillo, por lo que la experiencia que nos propone «The VIC 20» con los títulos de ambas plataformas es muy parecida a la que nos ofrecen las máquinas originales. Tanto las imágenes como el sonido están a la altura, y, aunque no todos los juegos son igualmente disfrutables, Retro Games nos propone un buen puñado de títulos de gran calidad, sobre todo dentro del catálogo de Commodore 64, como 'Speedball 2', 'Nebulus', 'California Games', 'Netherworld' o 'Impossible Mission', entre muchos otros. Además, por supuesto, también podemos ejecutar otros juegos desde unidades de almacenamiento externas.

Retro Games «The VIC 20»: la opinión de Xataka

«The VIC 20» no aspira a tener un alcance masivo. Probablemente no dirá gran cosa a las personas que no han tenido contacto con los ordenadores personales de los años 80. Y a buena parte de las que sí lo han tenido, y tienen cariño tanto al VIC-20 como al Commodore 64 originales, tampoco porque es perfectamente posible emular ambas plataformas con cualquier hardware actual, por sencillo que sea. No hace falta en absoluto invertir los casi 120 euros que Retro Games nos pide por esta recreación del VIC-20 de Commodore.

Esta recreación del VIC-20 tiene sentido para los usuarios que apreciamos la posibilidad de revivir la experiencia de utilizar un VIC-20, o un Commodore 64, con la máxima fidelidad posible a la experiencia original

Sin embargo, a pesar de todo lo que acabo de comentar, «The VIC 20» es una delicia. Y lo es porque pone en nuestras manos la posibilidad de recrear la experiencia completa de tener un VIC-20 hoy en día. Con su caja y su teclado. Sin duda muchos usuarios no necesitan todo esto y les basta emularlo desde su PC o su Raspberry Pi, una opción absolutamente razonable y más económica. Pero otros, entre los que me incluyo, apreciamos la posibilidad de revivir la experiencia de utilizar un VIC-20, o un Commodore 64, con la máxima fidelidad posible a la experiencia original. Crucemos los dedos para que ese Amiga 500 en el que Retro Games está trabajando llegue pronto y tenga un precio razonable.

VIC20 - Edición Limitada

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