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MacBook vs HP Spectre, ¿Quién se acerca más al ultraportátil perfecto?

El anuncio ayer de los nuevos MacBook de Apple nos dejó un poco fríos, y de hecho era inevitable pensar en ese sorprendente y llamativo -quizás demasiado- HP Spectre que parece haber sido creado para demostrar que eso de iterar sobre un producto ya creado y mejorarlo no es solo cosa de los de Cupertino.

Este giro de tuerca a los portátiles tradicionales demuestra que aún hay recorrido para este formato. Los convertibles (tanto tablets como portátiles) tratan de ofrecer lo mejor de ambos mundos, pero es evidente que sigue habiendo muchos usuarios que siguen sin querer milongas, y es ahí donde entran estos contendientes.

La guerra sobre el papel...

Cuando HP presentó su Spectre hace pocos días lo hizo de forma contundente: la idea que Apple tuvo con los MacBook era buena, parecían querer decir, pero su ejecución no. Ya lo comentábamos entonces, pero es como si aquel ordenador hubiera sido analizado para tratar de que superarlo en todo lo posible en materia de especificaciones técnicas.

HP Spectre

MacBook (2016)

Procesador

Intel Core i5/i7 Skylake (dual-core 2,3 / 2,5 GHz, 14 nm, TDP 15 W)

Intel Core m3/m5/m7 Skylake (dual-core 1,1-1,3 GHz, 14 nm, TDP 7W)

GPU

Intel HD Graphics 520 (24 EUs)

Intel HD Graphics 515 (24 EUs)

Memoria

4 / 8 GB

8 GB LPDDR3-1866

SSD

256 / 512 GB

256 / 512 GB

Pantalla

13,3 pulgadas, 1.920 x 1.080

IPS LCD 12 pulgadas, 2.304 x 1.440

Puertos

3 x USB-C (1 x USB 3.1 Gen 1, 2 x Thunderbolt 3) Conector minijack 3,5 mm

1 x USB-C (USB 3.1 Gen 1) Conector minijack 3,5 mm

Conectividad

802.11ac 2x2, BT 4.0

802.11ac 2x2, BT 4.0

Batería

n.d.

41,4 Wh

Dimensiones

n.d. x n.d. x 10,4 mm

280,5 x 196,5 x 3,5-13,1 mm

Peso

1,11 kg

0,92 kg

Precio

1.499 / n.d. euros

1.449 / 1.599 / 1.799 euros

Esa tabla refleja datos en frío, pero hay otros elementos que desde luego también cuentan mucho en el resultado final. Uno de los aspectos que diferencian claramente a ambos equipos es el procesador integrado. Los Core M de los MacBook hacen posible que no haya ventilación activa, pero en los HP Spectre se ha integrado un nuevo y prometedor sistema de refrigeración que si cumple como esperamos podría convertirse en uno de los puntos más destacables de esa propuesta hardware.

Si hay algo en lo que el MacBook supera al HP Spectre es en resolución de pantalla: su pantalla Retina es uno de los valores seguros de la marca, pero en HP han preferido apostar por la delgadez: sus responsables afirmaban que no ir a un panel 2K (1440p) les permitía reducir unos preciosos milímetros. No hablaron del impacto en batería -que desde luego existe- pero ya dijimos en esa presentación que la decisión nos gusta, aunque lógicamente la definición de las pantalla salga perjudicada.

Esa desventaja es compensada probablemente para muchos con esa decisión de HP de dejar mordiendo el polvo al MacBook en materia de puertos de conexión: esos tres puertos USB-C (dos de ellos con Thunderbolt 3) nos asegura que podremos conectar todo tipo de periféricos, aunque eso sí, los adaptadores seguirán siendo necesarios si queremos sacar partido de periféricos USB-A convencionales.

También es inevitable hablar de apartados como el teclado y el touchpad. En HP presumen de un recorrido de 1,3 mm para las teclas, lo que a priori convencerá a usuarios de teclados convencionales. En Apple decidieron hacer un teclado distinto para el MacBook, y aquí hay opiniones encontradas por el hecho de que el tacto y recorrido de esas teclas es muy especial. Hay quien se acostumbra, y hay quien no, pero en el análisis de nuestro compañero Javier Penalva sus impresiones no fueron demasiado positivas.

En cuestión de touchpads contamos con el llamativo Force Touch trackpad que parece convencer a quienes lo prueban, y a falta de probar el del HP Spectre lo que sí que es evidente es que la experiencia y saber hacer de Apple aquí suele ser una garantía.

Y luego están los diseños de estos equipos, claro. Este subjetivo apartado acaba siendo factor decisivo en la compra, y aquí muchos se han quejado de una combinación "peligrosa" por parte de HP, que en el Spectre hace uso de dorados y negros que hacen que el equipo tenga un acabado discutible. No es que los nuevos MacBook en rosa dorado salgan tampoco bien parados para quien critique la elección de HP, pero este es un aspecto tan particular que es difícil emitir juicios. Personalmente hubiera agradecido al menos una opción más para el HP Spectre, quizás con colores plateados en lugar de dorados.

... pero hay un mundo más allá de las especificaciones

Hay quien dice que en portátiles pasa como en cámaras fotográficas: el mejor es el que tienes contigo encima, no el que tienes cogiendo polvo en una mesa en casa. Esa es la característica definitoria de estos ultraportátiles ultradelgados que precisamente se centran en hacer de la portabilidad el factor principal que atraiga a los potenciales usuarios.

Aquí es evidente que la propuesta de Apple es clara: en los MacBooks que acaban de renovar no hay más puertos USB-C, pero es que es posible que nunca los haya porque Apple no quiere que conectes nada a este equipo: lo veo como un equipo para usar tal cual, sin usar ese puerto USB-C más que para cargarlo.

El problema con esa concepción es que para muchos -y me incluyo- eso simplemente es limitar las posibilidades a otro segmento de usuarios. ¿Qué pasa si también quiero usarlo en casa conectado a un monitor externo y a otros periféricos? Puedo hacerlo, pero necesitaré varios adaptadores o un concentrador que me permita conjugar todos esos accesorios.

En HP han preferido ampliar posibilidades y dotar al equipo de varios puertos para abrir también esa posibilidad. Es un equipo que uno puede mover igual de bien (o casi, son 90 gramos de diferencia) pero con el que además no estamos tan condenados por su capacidad de expansión. Cierto que en el MacBook un buen hub USB-C proporciona diversas opciones de conexión, pero aquí es evidente que el HP Spectre ofrece más libertad y posibilidades.

En esa apuesta también influye la potencia que pueden dar estos equipos, y que desde luego será mayor en el Spectre gracias a sus procesadores Core i5 e i7. Los nuevos MacBook han dado el salto a los Core M de la familia Skylake, algo que seguramente se deje notar en un rendimiento que mejorará sensiblemente respecto a las limitaciones evidentes de los modelos de la anterior generación.

Aquí volvemos a repetir lo mismo que en los puertos de expansión: Apple no apuesta por procesadores más potentes porque este equipo no es para eso. Y mientras el Spectre adopta el mismo formato pero abre el abanico de opciones y permite que podamos ser un poco más ambiciosos con nuestro flujo de trabajo. Es una forma distinta de entender el ultraportátil, pero personalmente siempre lo he tenido claro: las opciones son buenas. Si quiero usar mi equipo ultraportátil y ultradelgado como sobremesa podré hacerlo con muchas más garantías en el caso del HP Spectre.

Podré hacerlo o no, pero ahí está la posibilidad. Apple no tiene interés en eso, y el problema es que este equipo es rival de su otro concepto en informática en movilidad, el iPad Pro. Dado que estos nuevos tablets convertibles ofrecen también ese enfoque a la productividad, ¿a quién dirige Apple los MacBook y a quién los iPad Pro? Cierto que uno está más orientado al consumo y otro a la producción, pero esa línea cada vez está más difusa.

Otros buscan también el formato portátil perfecto

Nos hemos centrado en los MacBook y los HP Spectre como referentes de una nueva tendencia que le da una vuelta de tuerca a los Ultrabooks que Intel se sacó de la manga hace años, pero en realidad otros muchos fabricantes están tratando de ofrecer sus propias propuestas en un mercado que busca desesperadamente tratar de atraer a nuevos (y viejos) usuarios.

Aquí es evidente que los tablets y portátiles convertibles son absolutos protagonistas. Todos los que apuestan por equipos basados en Windows 10 han tratado de validar el paradigma de Microsoft, ese según el cual lo de toquetear la pantalla es una forma perfectamente válida de interactuar con la máquina.

Eso ha dado como resultado equipos de todos los colores y sabores que en mi opinión son un enorme canto al quiero y no puedo. Los tablets convertibles de 13 pulgadas son muy llamativos en la foto, pero creedme cuando os digo que usar una diagonal así en modo tablet es poco recomendable a no ser que uno trabaje sobre una mesa.

Tres cuartos de lo mismo les pasa a los portátiles convertibles que cuentan con una ventaja fundamental para los que producen (producimos) y no consumimos tanto: el teclado rígido con touchpad es una bendición, pero ahí vuelve a pesar (y nunca mejor dicho) el hecho de que su utilidad como tablets se ve comprometida. A mi modo de ver un tablet de 13 pulgadas no tiene (demasiado) sentido, pero tampoco lo tiene (demasiado, insisto) un portátil de 10. Es quererlo cumplir en todo sin conseguirlo nunca.

Por eso es por lo que los fabricantes siguen iterando. Tenemos equipos llamativos como el Surface Book, o el Lenovo Yoga 900, el Samsung Galaxy TabPro S, o el nuevo iPad Pro de 9,7 pulgadas. Todos tratan de convecernos de que podemos tener lo mejor de ambos mundos, pero ninguno de ellos logra la perfección.

Es por esa razón por la que los portátiles de toda la vida -esos sin milongas- siguen teniendo sentido para muchos de nosotros, y por la que al menos en mi caso si quiero trabajar en movilidad lo hago en un portátil convencional, y es por eso por lo que esa búsqueda por el portátil perfecto que están impulsando Apple y HP me parece tan valiosa. El concepto no está muerto, y estos equipos -espero- solo son los primeros de una hornada que recupera un formato perfectamente válido para muchos usuarios.

En Xataka | De PCs, portátiles, y tragedias inevitables

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