Me gustan las vueltas de tuerca. Me gusta que las empresas tecnológicas iteren y traten de sorprendernos, pero hay cosas que no acaban de tener una explicación razonable para muchos de nosotros. Todo tiene un límite.
Ese límite parece haber sido superado por HP, que ha querido llevar el formato de los convertibles al absurdo. Su nuevo HP Pavilion x360 permite que podamos usar este equipo en modo portátil con su teclado rígido, pero también girar esa pantalla casi 360° para encontrarnos con un tablet pesado, gigantesco y que probablemente no muchos vayan a poder usar con comodidad. ¿A quién está dirigido este producto?
Quien mucho abarca, poco aprieta
En la nota de prensa oficial de HP los responsables de la compañía aseguran que "algunos clientes quieren PCs delgados y ligeros para moverse mientras que otros quieren potencia y rendimiento para crear y almacenar".
Ese discurso tiene cierto sentido, pero aquí volvemos a caer en el error de seguir las tendencias por el mero hecho de seguirlas. Un equipo convertible no tiene sentido en todas las diagonales, igual que un smartphone tampoco lo tiene por encima (o debajo) de ciertas medidas. En el Pavilion x360 de 15,6 pulgadas se comete el error de pensar que ese concepto es válido para todo tipo de formatos, y ese es el problema.
Lo hemos repetido una y otra vez en nuestros análisis de equipos similares: los tablets y portátiles convertibles nos hacen tener que conformarnos en uno u otro apartado: o sacrificamos portabilidad para ganar en productividad (teclado rígido y pantalla de mayor tamaño) o sacrificamos potencia y capacidad de producir (cada vez menos, cierto) y consumir contenidos en aras de poder trasladarnos con estos dispositivos con mayor facilidad.
Este equipo de HP precisamente comete el error de no querer reconocer eso mismo. Cierto que hay casos de uso para todo tipo de nichos, pero este equipo no invita a ser usado como tablet. Los portátiles convertibles de 13,3 pulgadas ya condicionan su uso como tablets: son pesados y voluminosos en comparación con tablets puros, y eso hace que manejarlos en ese modo acabe siendo una condena. Imaginad el salto a un producto de 15,6 pulgadas que pesa 2,3 kg y que tiene un grosor de 24 mm.
Evidentemente uno puede acabar apoyándolos en la mesa para consumir y producir en ese modo tablet -imagino que los dibujantes disfrutarán con esa diagonal en un tablet- pero no estoy nada convencido de que ese caso de uso justifique la aparición de un equipo que parece estar hecho con un único propósito por parte de HP: que podían hacerlo, y punto.
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