Uno puede disfrutar de un equipo de sobremesa de Apple de dos formas: o se compra uno de sus equipos oficiales, o se monta un Hackintosh por su cuenta.
Las diferencias son evidentes, pero el debate se ha reavivado en los últimos días a raíz probablemente del lanzamiento del nuevo iMac Pro. ¿Es mejor montarse un Hackintosh que comprarte el nuevo súper equipo de Apple? La respuesta, como siempre, es un contundente "depende".
Montar un Hackintosh está más al alcance que nunca
Un Hackintosh no es más que un PC de sobremesa convencional montado con componentes compatibles para luego instalar en él macOS, el sistema operativo de escritorio de Apple.
Para lograrlo, eso sí, es necesario tener en cuenta que los requisitos hardware son especiales: que macOS acabe funcionando de forma correcta y puedas aprovechar al máximo tu chip WiFi, tu gráfica o tu sistema de almacenamiento depende de los componentes que elijas, porque no todos son compatibles.
El proceso solía ser especialmente complejo hace unos años, pero en los últimos tiempos esa curva de dificultad y de requisitos se ha suavizado.
Lo saben bien en Tonymacx86, la comunidad que lleva años explicando cómo montar estos equipos y que ofrece herramientas como UniBeast (pre-instalación) y MultiBeast (post-instalación) para completar el proceso con éxito. De hecho es allí donde también encontraremos componentes recomendados para completar nuestro particular montaje de un Hackintosh, pero... ¿por qué no comprar un Mac directamente?
Los Hackintosh no son ni para todo ni para todos
Tradicionalmente los que se dedican a montar equipos Hackintosh lo hacen por razones claras como las de obtener equipos realmente potentes (a menudo más que los Mac disponibles oficialmente) por precios mucho menores, pero también por la capacidad que tendrán en el futuro de actualizar los componentes para ir mejorando el rendimiento de esos equipos.
En contra está el tiempo invertido en investigar, documentarse y completar el proceso, así como el destinado a mantener el equipo funcionando en las actualizaciones de macOS que van apareciendo cada año y que pueden crear conflictos con nuestro equipo Hackintosh.
Un usuario llamado Martin Herring contaba sus impresiones recientemente al montar uno de estos equipos, para unos días después ofrecer su reflexión sobre las claras desventajas que tiene comprar un Mac "oficial" frente a montarse un Hackintosh como él hizo.
Cuestionaba por ejemplo esa teórica ventaja del reducido precio de los Hackintosh, que no es tan reducido si uno tiene en cuenta el tiempo invertido en montar el equipo. Otro de los problemas está en la pantalla, que en los iMac ya es 5K y que en los Hackintosh supone un coste importante (un monitor 5K como los que ofrecen Dell o LG ya sale por más de 1.000 euros) que además daba algunos problemas —solucionables, por lo que parece— para poder aprovechar esa resolución.
Sus problemas se extendieron a la gráfica, el audio o los puertos USB, y su conclusión es que a pesar de sus esfuerzos el resultado, que no era del todo malo, parecía no compensar. En HackerNews se abría el debate sobre esas conclusiones que para muchos dejaban claro que ese usuario jamás debería haberse montado un Hackintosh.
Ahorrar dinero quizás no debería ser la motivación
Las experiencias de uso sobre las que hablan estos usuarios hablan de cómo efectivamente puede haber conflictos e incompatibilidades en diversos casos. Montarse un Hackintosh, concluyen muchos,es una tarea en la que el usuario debe tener una disposición especial para invertir tiempo en que todo funcione y, a ser posible, a disfrutar de ese aprendizaje y ese reto.
De hecho la motivación económica ("me he ahorrado un pastón con mi Hackintosh") cada vez es más discutible. No es fácil (o siquiera posible) encontrar un equivalente directo del nuevo iMac Pro en formato Hackintosh, y de hecho este es uno de esos productos de Apple que no son ni caros ni baratos, sino todo lo contrario.
Montarse un Hackintosh es una tarea cada vez más relacionada con el placer de aprender y hacer algo por tu cuenta que con el hecho de poder ahorrar dinero o contar con un Mac más potente o más actualizable. Puede que el resultado acabe siendo ese, desde luego, pero la inversión en tiempo y horas para hacer funcionar ese Hackintosh (y que siga funcionando) debe ser tenida en cuenta: si no estás dispuesto a invertir esas horas, es probable que montar un Hackintosh no sea una buena idea en tu caso.
En Xataka | Hackintosh: todo lo que se necesita saber para montar un equipo para Mac OS X en 2016
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