Si alguno de vosotros tuvo la suerte de tener un Amiga sabrá de qué hablo: el Amiga 600 fue un modelo más económico pero claramente inferior al 'deseado' Amiga 1200, y aunque seguía siendo todo un Amiga, se quedaba algo corto en potencia.
Puede que estas máquinas hayan quedado relegadas claramente a un segundo plano y a ese nicho de la retroinformática que rescata esas joyas del pasado, pero hay quien sigue desarrollando hardware para adaptar (un poco) estas máquinas a los nuevos tiempos. Es el caso de una tarjeta aceleradora llamada Vampire 2 que permite convertir al Amiga 600 en la envidia de toda esa legendaria saga de ordenadores de 16 bits.
Nostalgia acelerada
La aceleradora, llamada Vampire 600 V2, cuenta con un FPGA Cyclone 3, 128 MB de RAM, una salida de audio digital y también una ranura Micro SD. Desarrollada por la empresa Apollo, es algo así como la sucesora natural de los Motorola 68060 que logramos ver también como tarjetas aceleradoras para el Amiga 1200.
Este FPGA, no obstante, logra dotar al Amiga 600 de unas prestaciones impensables para la época. En unas pruebas de rendimiento con benchmarks como SysInfo permite comprobar que esta pequeña placa haría aumentar la potencia (en Dhrystones) 155 veces con respecto al Amiga 600, 67 veces respecto a un Amiga 1200 o 4,5 veces respecto al poderoso Amiga 4000 con su 68040 a 25 MHz.
Como revelan sus creadores, esta placa es incluso más potente que las aceleradoras con un Motorola 68060 a 100 MHz, algo realmente destacable teniendo en cuenta que apenas se desarrolla hardware para estas máquinas.
Como un Amiga de la época, pero muchísimo más potente
Esos números siguen quedándose muy cortos en comparación con los procesadores modernos, pero hay que tener en cuenta que esta aceleradora es totalmente compatible con el Amiga 600 y con todo el software original —juegos y aplicaciones— de esta plataforma.
Además de esa potencia, con esta aceleradora ganmos una salida de vídeo digital con soporte RTG y SAGA que por ejemplo permite disfrutar de modos gráficos avanzados y de conectar el equipo a un monitor moderno.
El uso de tarjetas Micro SD también es bienvenido para acelerar todo el sistema de almacenamiento, que sin ser tampoco comparable al de sistemas actuales sí permite alcanzar velocidades de transferencia de 11 MB/s, también asombrosos para esa antigua plataforma.
La instalación es realmente sencilla, así que si tenéis un Amiga 600 y queréis invertir unos 300 euros —ese es el coste del modelo anterior para el Amiga 500— esta tarjeta aceleradora puede convertir a esos viejos equipos en algo mucho más potente.
Más información | Apollo
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