Acer Predator Helios 500, primeras impresiones: así es jugar con la nueva bestia parda del “gaming”

La segunda quincena de mayo suele tener aires gaming y Acer ya nos ha presentado al menos parte de sus propuestas para este año. Hablando de portátiles, el que se erige como joya de la corona es un nuevo miembro de la serie Helios, y tras la presentación hemos podido probarlo para contaros nuestras primeras impresiones del Acer Predator Helios 500.

Las características del equipo ya prometen dar todo lo que un usuario exigente necesita: con procesadores Intel Core i9, 8 GB de RAM y overclocking de fábrica el Predator desafía a los juegos de más carga gráfica. Nosotros los hemos podido probar unas horas en una demo totalmente acondicionada para que nos sumergiésemos en los videojuegos al volante de este ordenador, os contamos qué tal.

Resoluciones y colores para todos los gustos

Hablar de ordenadores para gaming no es hablar de rojo y negro para hacer, tras haber presentado una edición especial del hermano pequeño de este portátil, el Helios 300, en blanco y dorado. No obstante, el Predator Helios 500 sí mantiene el look oscuro y tenemos un portátil en negro, con detalles en azul y el logo en plateado sobre la tapa.

Los detalles están en parte de los bordes, por ejemplo las salidas para la ventilación que se sitúan a los lados, o sobre algunas teclas del teclado como en ediciones anteriores (la A, S, D y W y la de dirección). Lo que podremos variar es el color de la iluminación propia RGB que tiene el teclado, pudiendo establecer un color de los disponibles para cada zona.

Las teclas A, S, D y W (y también las de dirección) están destacadas en azul.
Las teclas configurables para acciones específicas tienen también iluminación.

Esto lo hacemos desde la app de control central que Acer dispone en el software, Predator Sense, en la cual también podemos ir mirando qué tal va el rendimiento del ordenador o su temperatura. Ya la hemos visto con anterioridad, pero está bien comentar que es bastante intuitiva y que es donde tendremos que ir también para configurar el nivel de overclocking que deseamos.

Con la app Predator Sense podemos cambiar la configuración de color del teclado, el nivel de overclocking y ver la variación de las temperaturas

Otros toques de color están en la iluminación del touchpad, del botón de encendido (triangular, en la parte central) y en los cinco botones configurables para acciones específicas. A nivel de conexiones está bastante bien servido, repartiendo puertos dobles Thunderbolt 3, HDMI 2.0 y USB tipo-C por ambos lados junto con rejillas de ventilación.

Así, al contrario que ocurre con los dispositivos de consumo, las líneas suaves y las curvas tienen poca cabida en este portátil. Ángulos rectos y rejillas de ventilación también en la base para este gigante, con los LEDs indicadores de actividad visibles tanto con él abierto como cerrado.

Es un portátil grande, muy, muy grande. Y pesado; la bestia de Acer lo es también a nivel de dimensiones (428 x 298 x 38,7 milímetros y 4 kilogramos de peso) y se trata de un portátil en realidad poco portátil, al menos en comparación con uno de consumo y estando más cerca de otros anteriores a este respecto como el Acer Predator 17 X (pesando medio kilogramo menos).

Parte de la culpa de que sea enorme es que hablamos de un portátil con pantalla de 17 pulgadas, buscando siempre esa experiencia más inmersiva. Algo que tendremos sobre todo si optamos por el portátil con resolución 4K, cuya definición es evidentemente mayor que el de 1080p, sin que se aprecie ningún cambio aparente en el desempeño o en el aumento de temperatura que se experimenta cuando más le exigimos.

Preparado para todo

Las zonas de prueba no son siempre el mejor ambiente para probar dispositivos (o para hacerlo como nos gustaría), pero hay que decir que en esta ocasión hemos podido completar bastante bien nuestra toma de contacto. Hemos hablado un poco de la pantalla al hablar de las diferentes opciones, pero lo que podemos añadir es que la visualización es correcta tanto en interiores como si le da el sol directamente, sin que esto afecte a la experiencia y quedando bien a nivel de colores, contraste y nitidez.

La experiencia con el touchpad no está mal, es grande y los botones accesorios están en un buen punto entre blandos y rígidos. Pero la sensibilidad en ocasiones falla un poco, de manera similar a si fallase por un tema de carga de software pero descartando esto al estar funcionando todo lo demás correctamente.

En el teclado no hemos visto ningún problema en el rato que hemos estado jugando y escribiendo. Las teclas responden bien, tanto las letras y números como las de dirección, y los botones de funciones específicas también (aunque están bastante más duros).

En cuanto a la fluidez y el desempeño, no vemos lag ni ningún elemento que se arrastre o cierre repentinamente. Las apps de todo tipo se abren bien, con un comportamiento correcto de la multitarea y los juegos se cargan con rapidez (hemos probado el 'Doom' y el 'Playground Unknown Battleground').

Los juegos y Windows 10 van como una flecha

Si mueve los juegos (sobre todo esas preconfiguraciones que a veces son casi tan exigentes como la propia partida) tampoco esperábamos ver problemas con los elementos del sistema. Windows 10 va también como una flecha a la hora de la carga de apps, apertura de ventanas o la disposición de la multitarea, y pese a no ser el touchpad ideal sí que hay un buen desempeño de los gestos disponibles.

En referencia al calentamiento, las temperaturas suben entre 20 y 30 grados si pasamos de reposo a ejecutar un juego, quedando en un máximo en torno a los 70-75 grados centígrados para CPU y GPU (en el tercer grado de overclocking de serie permitido). Valores normales teniendo en cuenta el chip y notándolo sobretodo en la zona media del chasis, más o menos entre el touchpad y la última fila de teclas.

De lo que aún no podemos hablar demasiado es del sonido por los altavoces debido a que no puede escucharse de una manera propicia en el ambiente que lo hemos probado. Sí podemos decir que a máximo volumen (e incluso quedando alto por debajo) el Acer Predator Helios 500 ruge literalmente y se oye pese al ruido ambiental.

Por auriculares la experiencia es muy satisfactoria, sobre todo si recurrimos a unos de gaming cerrados (que tengan o no cancelación de ruido siempre aislarán un poco más). Buen audio en reproducción de vídeo y en los videojuegos, manteniéndose a volúmenes altos y sin sonidos metalizados o planos, estando bien compensados bajos y agudos.

De autonomía tampoco podemos decir nada debido al poco tiempo de la prueba. Para esto tendremos que esperar a un análisis en profundidad si tenemos oportunidad.

Acomodándose en un terreno con grandes reyes

Acer tiene un gran historial como fabricante de ordenadores, pero su llegada al gaming se ha producido más tarde que la de otros y ha llegado cuando en el ring ya había titanes como Dell o Razer. Pese a esto ha logrado hacerse hueco con dos líneas, la Predator y la Nitro, buscando ser una opción que consideren tanto jugadores exigentes como más casuales.

El Predator Helios 500 viene claramente a ser el último torpedo de la marca dirigido a los más jugones y con lo que hemos probado podemos decir que es un buen candidato. Más allá de la combinación de hardware, la experiencia es muy buena con él en las dos pantallas que hemos probado, y a falta de tenerlo a prueba más rato (y en un ambiente en el que podamos ver si es ruidoso y otras particularidades) parece que la ventilación funciona correctamente.

Podremos contaros más si tenemos la oportunidad de realizar un análisis a fondo, pero de momento parece un buen sucesor del linaje Predator. Eso sí, sólo para quien busque (o no le importe) tener un portátil voluminoso y pesado.

En Xataka | Acer Predator Helios 500: overclocking de fábrica en unos Intel Core i9 que rugen en este portátil gaming

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