¿Para qué necesita uno un procesador con 32 núcleos? La explicación se le puede escapar a algunos usuarios, pero Linus Torvalds, el creador del sistema operativo Linux, nos ha dado un ejemplo claro de dónde pueden ser útiles estas CPUs tan especiales. Se ha cambiado a un PC con un AMD Ryzen Threadripper 3970X y está encantado con sus 32 núcleos de proceso.
Esa gran cantidad de núcleos de proceso hace ganar tiempo: ahora compila el núcleo tres veces más rápido de lo que lo hacía, lo que demuestra que en ciertos escenarios de paralelismo máximo contar con este tipo de productos puede no ser gran cosa para nichos como el de los gamers, pero es una bendición para otros como el de los desarrolladores software.
Linus estrena PC
En un mensaje en la lista de correo de desarrolladores del kernel Torvalds comenzaba hablando de la última de las versiones candidatas para el kernel Linux 5.7, y luego hacía un curioso paréntesis.
"El momento más emocionante de esta seemana fue que acabo de actualizar mi máquina principal, y por primera vez en cerca de 15 años mi ordenador de sobremesa no está basado en Intel. No, no he cambiado aún a ARM, pero ahora estoy usando un AMD Threadripper 3970X".
Ese procesador es el hermano pequeño del bestial Threadripper 3990X, pero no le va demasiado a la zaga. Cuenta con 32 núcleos que trabajan a 3,7 GHz, pero esos núcleos pueden llegar a funcionar a 4,5 GHz, tiene un TDP de 280 W (ahí es nada) y además de estar fabricado con tecnología de 7 nm hace uso de la arquitectura Zen 2 que tantas alegrías está dando a AMD.
Cuantos más núcleos mejor (para según qué cosas)
La carrera de AMD e Intel por contar con procesadores con un gran número de núcleos de proceso lleva tiempo siendo desigual, pero lo es porque los enfoques de ambos fabricantes son distintos.
Por un lado está Intel, que sigue centrándose de momento en el IPC y en procesadores con menos núcleos pero que puedan ir más rápido que nunca (hasta 5,3 GHz en sus últimos modelos). Eso favorece por ejemplo a estos procesadores en el ámbito del gaming.
Por el otro está AMD, cuya apuesta desde hace tiempo es distinta y está dirigida a productos más versátiles. Con Zen 2 han logrado mejorar en todas las áreas y ahora tanto los Ryzen "normales" como los Ryzen Threadripper son buenas opciones para gaming, pero son aún mejores como procesadores para tareas con alto paralelismo.
Ese paralelismo tiene especial sentido en campos como el desarrollo software, donde la compilación del código para crear ficheros binarios ejecutables es más rápida cuantos más núcleos tenemos. En Linux es habitual usar GNU make para compilar con el parámetro -jN, siendo N el número de "trabajos" (jobs) que se quieren ejecutar en paralelo.
Con este procesador, Linus es capaz de compilar el kernel con todos los módulos (la opción 'allmodconfig') "tres veces más rápido de lo que solían ser", algo que como él mismo confesaba iba a ser muy importante en su trabajo.
No tener que esperar tanto tiempo a poder probar si el núcleo se comporta como debe es una gran ventaja en escenarios como este, y eso demuestra cómo de relevante puede ser un procesador de estas características para ese tipo de ámbitos.
Vía | Slashdot