Dicen que la desventaja de las unidades SSD es que no están disponibles si queremos mucha capacidad y aunque es cierto que el coste por GB ha ido reduciéndose con el tiempo, cuando uno quiere una unidad de gran capacidad lo ideal es elegir un disco duro tradicional.
Lo demuestra la unidad SSD ExaDrive que apareció hace dos años en versiones de 50 y 100 TB de las que no sabíamos su precio. Ahora lo sabemos, y hemos comparado su coste por terabyte con el de otras alternativas del mercado. Los resultados confirman lo que ya sabíamos desde hace tiempo: si quieres velocidad ve a por un SSD, pero si quieres capacidad, los discos duros siguen sin tener competencia.
SSDs descomunales, solo para los (muy) pudientes
Las unidades SSD Exadrive de Nimbus Data son discos de estado sólido SATA de 3,5 pulgadas —lo normal es ver unidades de 2,5 pulgadas con ese estándar— que hacen uso de chips 3D NAND MLC de SK Hynix, aunque no se conocía la configuración exacta de estos dispositivos.
Están pensadas para centros de datos, no para usuarios finales, pero quienes quieran aprovechar sus prestaciones —500 MBps y hasta 114.000 IOPS, una cifra muy decente— tendrán que pagar un elevado precio por ellas.
De hecho, las ExaDrive DC de 50 TB tienen un precio de 12.500 dólares, mientras que las unidades de 100 TB tienen un coste por GB aún mayor, y su precio es de 40.000 dólares.
El coste por TB pone las cosas claras
Los descomunales precios de estas unidades dejan claro que el coste por terabyte empieza a ser demasiado elevado en cuando queremos unidades SSD de mayor tamaño. La diferencia entre unidades SATA y M.2 NVMe no es tan apreciable como podría parecer, y de hecho el factor fundamental no es ya tanto las prestaciones de la unidad (que también) sino su capacidad.
Hemos querido hacer una rápida comparativa con algunos modelos representativos de este mercado. Para ello hemos comparado los precios de las Exadrive con los precios en dólares que actualmente tenían esos modelos en Amazon.com. Evidentemente esos precios pueden fluctuar de forma notable, pero la idea final no cambia demasiado aun con la existencia de posibles ofertas, por ejemplo.
Las dos unidades de disco duro tradicionales de 4 y 16 TB se enfrentaban a tres unidades SSD convencionales, dos SATA (Crucial y Samsung) y una M.2 NVMe (WD Black). El precio ciertamente sube para esta última, pero no de forma especialmente alarmante.
La cosa cambia si nos vamos a capacidades mucho más altas. Aquí las unidades de Exadrive demuestran que son poco rentables salvo que tengamos esa necesidad concreta -de ahí su claro enfoque empresarial-, porque al final se puede conseguir unir varias unidades de buen tamaño y ahorrar mucho dinero.
Como curiosidad hemos querido incluir una tarjeta Micro SD de 1 TB en la que se cumple el mismo principio que con las SSD: para tamaños modestos el coste por TB es realmente asequible, pero la cosa se dispara cuando queremos mucha capacidad.
Es cierto que hoy en día es muy recomendable adquirir unidades SSD para nuestros PCs y portátiles ahora que los precios por TB son asequibles en muchos casos, pero también lo es que la antigua realidad de los discos duros no ha cambiado demasiado. Si necesitas almacenar muchos datos y la velocidad no es el factor fundamental, los discos duros tradicionales no tienen rival.
Dicho lo cual, no hace mucho parecía impensable que tuviéramos unidades SSD de 1 TB a precios decentes y hoy en día están al alcance de cualquiera. Quizás no pase demasiado tiempo hasta que veamos SSDs de 8 TB a precios casi de los de un disco duro con esa capacidad. Samsung está a punto de sacar sus unidades QVO con esta capacidad, pero se estima que el precio se acercará a los 1.000 dólares así que aquí solo queda ser pacientes.
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