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'Juego de Tronos' 8x02: Las cosas que hacemos por amor

"La calma antes de la batalla" se suele decir. Por mucho que el final de 'Juego de Tronos' esté muy cerca (y quizás tomando nota de las críticas por la "velocidad" con la que transcurrían las cosas en la temporada siete) Benioff y Weiss no se precipitan y nos preparan concienzudamente para la apocalíptica batalla de Invernalia. Este 8x02, de nombre 'Caballero de los Siete Reinos' es un capítulo de gente hablando, de los que no salen en los tops de la serie, pero de los que son necesarios para que 'Juego de Tronos' sea lo que es... y de los que (nos) encantan a los fans acérrimos. Sin mayor dilación, pasamos a desgranar sus múltiples detalles.

NOTA: Este artículo habla sobre detalles de la trama del capítulo 8x01 de 'Juego de Tronos'. SPOILERS del capítulo si todavía no lo has visto.

Los dos dragones

Nosotros ya lo sabíamos, Jon lo sabía desde la semana pasada y ahora también lo sabe Daenerys. Jon estuvo huidizo y hosco todo el capítulo hasta que, por fin, junto al mausoleo de Lyanna Stark, se armó de valor y le soltó a las bravas que el era Aegon Targaryen, hijo legítimo de su hermano Rhaegar y la susodicha Lyanna Stark.

Desde que supimos esto a ciencia cierta al final de la séptima temporada las elucubraciones sobre quién, si Daenerys o Jon, estaría por delante en la línea sucesoria de Aerys II se multiplicaron. La publicación por parte de George R. R. Martin del libro 'Fuego y Sangre', una especie de libro de historia de la casa Targaryen, aclaró mucho el panorama: los reyes Targaryen siempre han sido eso, reyes. Y cuando alguna mujer ha tenido opciones al trono las cosas no terminaron nada bien, como fue el caso de Rhaenyra, nombrada heredera por Viserys I pero usurpada por su hermanastro Aegon II en la conocida como "La danza de los dragones", que prácticamente acabó con todos los dragones de occidente.

Daenerys sabe que, de ser cierto, Jon estaría por delante de ella en la línea de sucesión y se le negaría el objetivo de toda su vida.

Daenerys, bien instruida en la historia familiar por Illyrio Mopatis y su hermano Viserys, sabe que Jon estaría antes que ella en la línea sucesoria, lo cual le negaría el objetivo de toda su vida adulta: el reinar sobre los Siete Reinos de Poniente como su padre. Por eso opta por negarse a creer la historia de Jon a la que tilda de oportuna ocurrencia de su hermano y su mejor amigo.

No sabemos hacia donde hubiera derivado la charla porque, por suerte para Jon, el cuerno de Invernalia sonó fuerte: las hordas del Rey de la Noche ya están a las puertas.

La loba y el dragón (y el kraken)

Antes de eso, aconsejada por Ser Jorah, Daenerys quiere limar asperezas con Sansa. La cosa parece ir bien: hay sonrisas, confidencias y chanzas a costa de la altura de Jon y Khal Drogo. Pero cuando Sansa pregunta por el futuro, la cosa se pone tensa: el Norte no volverá a doblegarse tan fácilmente.

Se refiere a Jon pero también, como de nuevo nos enseña 'Fuego y Sangre', que mientras no se diga lo contrario es canon para la serie, a Torrhen Stark, que se rindió sin luchar ante Aegon el Conquistador y pasó de Rey en el Norte a primer Guardían del Norte. Nunca más los lobos mansos ante los dragones.

La tensión in crescendo es cortada por la llegada de Theon Greyjoy y un puñado de Hombres del Hierro. Sansa abraza emocionada a Theon en un reencuentro mucho más emotivo que el que tuvo con cualquiera de sus hermanos. Los dos se salvaron la vida mutuamente y sobrevivieron a un lunático como Ramsay Bolton. Y eso une, que duda cabe. Uno de los momentos más emotivos del capítulo, sin duda.

La (otra) loba y el ciervo

El fandom de 'Juego de Tronos' además de teorías más o menos verosímiles ha sido profuso en shippeos (ya sabes, emparejar a personajes que no son pareja) a lo largo de los años. De Theon y Sansa muy poca gente había hablado antes de este capítulo y su cálido reencuentro. Todo lo contrario pasa con el shippeo de Arya y Gendry. Y una vez más los fans recibieron lo que esperaban.

Durante el capítulo van saltando chispas que terminan de prender cuando Gendry le lleva el arma que Arya le había pedido forjar. Allí le descubre su secreto: que es hijo secreto de Robert Baratheon y que por eso, por su sangre, le quería Melisandre. No es su sangre lo que quiere Arya sino entregarle su virtud en vista de que puede ser su última noche en Poniente.

Gendry parece azorado (tampoco es que el sea un experto amante, Arya es la cuarta) y nosotros más: en una serie repleta de sexo incómodo (y sólo me refiero al consentido) esta escena es sin duda una de las más incómodas junto a la primera de Tommen y Margaery (más al ser más explícita).

Será porque muchos todavía tenemos asociada a Arya la imagen de la niña que hace ya tiempo que dejó de ser. Lo que es curioso es que nos incomode más verla practicando sexo que rajando gaznates y haciendo empanadas de dedos. Será nuestra educación judeocristiana.

El lobo cuervo y el león

El recibimiento de Jaime Lannister en Invernalia no es precisamente afectuoso pero que pongan la mano en el fuego por él tanto Tyrion como, sobre todo, Brienne, termina de convencer tanto a Daenerys como a Sansa (Jon tiene otras cosas en la cabeza) para aceptar su espada y perdonarle sus villanías pasadas, entre las cuales están haber matado al padre de Daenerys y haber encarcelado al de Sansa, Ned Stark, que la Madre le tenga en su seno.

Bran, presente en la recepción de su "viejo amigo", no dice nada sobre el balconing inducido por el Matarreyes a el mismo, que seguro habría terminado con churrasco de Ser Jaime, pero le hace saber que lo sabe pronunciando la primera gran frase de la serie: "las cosas que hacemos por amor".

A posteriori Jaime se encuentra a solas con Bran en el Bosque de los Dioses, junto al milenario Arciano, le pide perdón por haberlo tirado por la ventana (disculpas que a Bran no le importan nada, como es obvio) y le pregunta por la razón de su silencio. "Vamos a necesitar hombres para la batalla".

"¿Y después?" pregunta a continuación Ser Jaime. "¿Quién te dice que habrá después?". Blanco y en botella: el Matarreyes tiene todas las papeletas de la rifa para morir en la gran batalla y cerrar así su arco de redención. Le echaremos de menos.

Tampoco parece mucho más halagüeño el futuro del propio Bran, que nos desvela que otra de las teorías de los fans era cierta: al haber sido tocado por el Rey de la Noche en el viaje astral del memorable 6x05, se le quedó una marca en el brazo por la cual el villano helado siempre sabe donde está. Y además quiere acabar con él porque el Cuervo de Tres Ojos es la memoria del mundo y no hay aniquilación total sin olvido.

Bran se ofrece a si mismo como cebo para atraer al Rey de la Noche al Bosque de los Dioses y que puedan acabar con él

Por ello Bran se ofrece a si mismo como cebo para atraer al Rey de la Noche al Bosque de los Dioses y que puedan acabar con él. Muerto el perro, muerta la rabia... pero es un plan con muchas lagunas que no parece que vaya a salir demasiado bien nos tememos.

Ser Brienne de Tarth

Tyrion y Jaime miran el fuego y beben mientras esperan que llegue el momento de la batalla. Pronto se les unen Davos, Brienne, Pod y Tormmund (que había llegado momentos antes a Invernalia junto con Edd y la noticia de la carnicería de el Última Hogar y la inminente llegada de las hordas zombies). Beben y cuentan batallitas, la segunda mejor manera de pasar la última noche de vida (la primera es la de Arya y Gendry, claro), hasta que se dan cuenta de que Brienne no es Ser. Que la que posiblemente sea la mejor espada viva de Poniente no es Caballero.

Las mujeres no pueden ser nombradas caballeros en Poniente pero, como lo de la sucesión al trono, es una ley no escrita: nada impide realmente a un caballero nombrar caballero a quien le plazca. Así que Jaime la nombra caballero, todos aplauden y Ser Brienne llora y sonríe. Nosotros lloramos también, qué menos. Mucho nos tememos que Brienne poco tiempo podrá lucir su nueva distinción y nos quedaremos sin saber si finalmente se decantará por el Matagigantes o el Matarreyes. Ojalá equicarme, eso sí.

Jenny bailando con sus fantasmas

Sin movernos del salón de Invernalia las batallitas han dado paso al silencio y el vino se va agotando. Tyrion pide que alguien cante algo y es Pod quien se arranca. Y no lo hace con cualquier canción sino con "Jenny de las Piedrasviejas", una canción atribuida a Rhaegar Targaryen en la que cuenta la amarga historia de amor entre su tío Duncan y una plebeya llamada Jenny. Amor prohibido por el cual Duncan debió renunciar al trono del que era legítimo heredero en favor de Aerys. Sí, el loco. Las cosas que hacemos por amor.

Una canción atribuida a Rhaegar Targaryen en la que cuenta la amarga historia de amor entre su tío Duncan y una plebeya llamada Jenny

Una historia que no puede sino recordarnos a Daenerys y Jon y todo lo que está por venir. "Gallina de piel", que diría el otro. Por cierto, la canción vuelve a sonar al final del capítulo, esta vez en la voz y aliento épico de Florence Welch. Impresionante.

Para ser un capítulo en el que no pasa nada, había muchas cosas que contar, ¿no? Ya echaremos de menos estos capítulos de reencuentros, canciones, anécdotas de gigantas y gente hablando y bebiendo (y follando) cuando la semana que viene empiece la escabechina. Y si no, al tiempo.

Valar morghulis.

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