Xiaomi empezó izando el estandarte de los precios casi imbatibles para sus smartphones de gama alta y, aunque con salvedades, sigue manteniéndolos en una línea que queda bastante por debajo que los de otros fabricantes con móviles de una misma línea. Y en esa estrategia está el subdividir su línea Mi para democratizarla e introducir móviles de gama media puramente, y esa apuesta la ponemos a prueba de nuevo en el análisis del Xiaomi Mi 9 SE.
Un móvil que de momento es el único de gama media de esta estirpe de Xiaomi, que el año pasado llegó a lanzar hasta cinco variedades del Xiaomi Mi 8. Un teléfono que propone mantener la esencia del que ahora es el buque insignia de Xiaomi en 2019, con su triple cámara trasera y el lector de huellas en pantalla, pero rebajando algunas otras características y logrando un precio menor.
Ficha técnica del Xiaomi Mi 9 SE
Xiaomi Mi 9 SE | |
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Dimensiones y peso | 147,5 x 70,5 x 7,45 mm, 155 gramos |
Pantalla | Super AMOLED 5,97 pulgadas, 2.340 × 1.080 píxeles, 432 ppp |
Procesador | Snapdragon 712 |
RAM | 6 GB |
Almacenamiento | 64/128 GB |
Sistema operativo | Android 9 Pie + MIUI 10 |
Cámaras traseras | 48 MP + 8 MP + 13 MP |
Cámara frontal | 20 MP |
Batería | 3.070 mAh con carga rápida 18W |
Seguridad | Lector de huellas en pantalla |
Conectividad | USB tipo C, NFC, GPS, Bluetooth 5.0 |
Precio | 6 GB + 64 GB: 349 euros |
Xiaomi Mi 9 SE, review en vídeo
Diseño: ir a por un móvil azul y llevarte uno que "cambia de color"
Cristal: checked. Triple cámara en semáforo: checked. Muesca: checked. Acabado holográfico: checked. Adiós al jack de 3,5 milímetros: checked. Lector de huellas en pantalla: checked.
Para el Mi 9 SE Xiaomi hace acopio de todas las tendencias actuales en la estética de los móviles de alta gama y las reinterpreta para adaptarlas a la media, con un toque algo más desenfadado. El Mi 9 SE es un hermano pequeño del Xiaomi Mi 9, con bordes curvados trazando un semicírculo en vez de estrecharse como en éste: la trasera es plana en toda su extensión y completamente paralela al frontal.
De este modo, los bordes con acabado cromado embeben tanto la pantalla como esta parte trasera de cristal, de modo que hay continuidad a nivel de relieve y no en cuanto al material y al tipo de reflejo. Es por ello que la trasera no tiene ese toque “ceramicoide” que hemos visto en el Mi 9 o incluso el Xiaomi Mi 8, sino que vemos la habitual tapa de cristal que en este caso juega algo más con la luz al producir destellos en arco iris (muy a lo disco compacto) según la refleje.
Esto nos gustará más o menos según nuestras preferencias, pero lo cierto es que al menos en su modelo en azul recuerda bastante a lo que hemos visto en el HONOR View20 o el Samsung Galaxy A7 (2018), puede que buscando encajar mejor en un público juvenil. Es un móvil compacto, llamativo y reflectante en todas sus caras, aunque el peaje a pagar por esa trasera de cristal es que las huellas dactilares sean una constante inevitable en el terminal.
Así, lo que decíamos de la compactación se nota en mano y en los números. Siendo más bajo y estrecho que el Xiaomi Mi 9 (también más ligero) obviamente es menos voluminoso que éste, y al mismo tiempo no queda mal si comparamos dimensiones y peso con terminales de gama media que integran un panel de diagonal aproximada.
Altura (mm) | Anchura (mm) | Grosor (mm) | Peso (gramos) | Diagonal (pulgadas) | Batería (mAh) | Superficie (cm2) | Volumen (cc) | |
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Xiaomi Mi 9 SE | 147,5 | 70,5 | 7,45 | 155 | 5,97 | 3.070 | 103,99 | 77,47 |
Xiaomi Mi 9 | 157,9 | 74,7 | 7,6 | 173 | 6,39 | 3.300 | 117,95 | 89,64 |
Samsung Galaxy A7 (2018) | 159,8 | 76,8 | 7,5 | 168 | 6 | 3.300 | 122,72 | 92,05 |
Sony Xperia 10 | 156 | 68 | 8,4 | 162 | 6 | 2.870 | 106,08 | 89,11 |
LG V35 ThinQ | 151,7 | 75,4 | 7,3 | 157 | 6 | 3.300 | 114,38 | 83,49 |
Xiaomi Mi A2 | 158,7 | 75,4 | 7,3 | 168 | 5,99 | 3.010 | 119,66 | 87,35 |
Moto G7 Plus | 157 | 75,3 | 8,3 | 176 | 6,2 | 3.000 | 118,22 | 98,12 |
Con una batería de inferior capacidad que la del LG V35 ThinQ, el Xiaomi Mi 9 SE logra un volumen menor, también con respecto al Xiaomi Mi A2, cuya batería queda por debajo de la del Mi 9 SE pero es más alto.
Todos estos números se traducen en una sensación continua de comodidad en el agarre, aunque esto dependerá directamente de si llevamos o no funda ya que se resbala y mucho. Si (nos va el riesgo y) preferimos no vestirlo con nada, lo mejor es intentar apretar más los bordes de modo que el mayor rozamiento de nuestros dedos sobre esta superficie sirva para tenerlo mejor sujeto que apoyando los dedos en la trasera.
Además del tamaño, que como el pasado año suponía esta reducción que vemos con respecto al modelo principal, hay algunos cambios más en lo referente al diseño siguiendo la estela del Mi 9 estándar, y que al mismo tiempo significan un salto cualitativo en relación al Xiaomi Mi 8 SE. Hay una reducción del notch, en forma de “U” como el del Mi 9, y una integración del lector de huellas en la pantalla, de modo que la parte trasera únicamente queda ocupada por la tríada de cámaras traseras y los pertinentes logotipos serigrafiados.
Es por ello que el aprovechamiento del frontal es mayor. Partiendo de los datos de GSMArena (como siempre hacemos para tener un estándar independiente de las cifras de cada fabricante), pasamos del 81,3% del Xiaomi Mi 8 SE al 84,1% en el Mi 9 SE, en parte por la reducción de esa muesca que ahora rodea únicamente una cámara frontal.
Los marcos frontales son asimétricos horizontalmente, ya que el inferior es ligeramente más grueso que los laterales y el superior y no son especialmente discretos. Pero en todo caso es un muy buen porcentaje y logra dar una sensación mucho más notable de “casi todo pantalla” que otros Mi anteriores como el Xiaomi Mi A2 (con un 77,4%).
Algo que también se está democratizando es la triple cámara trasera. Samsung y Xiaomi se han encargado de hacer de esto algo no exclusivo de los topes de gama y que los usuarios que no persigan lo máximo en todos los ámbitos también puedan jugar zoom ópticos y los grandes angulares también, pero el precio a pagar a nivel de diseño es que hay un módulo poco discreto en la trasera y que en cierto modo “obliga” (más por precaución que por fragilidad) a tener cuidado al apoyar la parte trasera sobre la mesa u otra superficie.
Posteriormente hablaremos del desempeño del lector de huellas, pero de primeras ya supone un cambio en la interacción, en el diseño y en lo que suponía quedarse con el SE hasta este año (por cierto, también incorporando reconocimiento facial, com después detallaremos). Lo que aún supone una distinción con respecto a los móviles de primera línea de la marca es que en este caso no hay riesgo de pulsar el botón físico lateral por accidente y que salga el asistente virtual, porque no existe dicho botón.
De este modo, la bandeja para las SIM es lo único que ocupa el borde izquierdo (mirando la pantalla de cara), quedando los botones físicos de encendido/bloqueo y volumen al otro lado y sin ningún otro añadido a este nivel. En el borde inferior el altavoz, el micrófono y el USB tipo C alineados en el centro de la curvatura y respetando la simetría, y nada de jack de audio como ya hemos comentado antes.
Está bien construido y los materiales parecen ser de calidad, resistentes a pequeños golpes o arañazos (e incluso a la lluvia, aunque el fabricante no mencione nada en relación a la certificación IP). Estéticamente es llamativo, al menos el color azul no es carne de usuarios discretos, pero sobre todo destaca lo cómodo y manejable que es (que a algunos nos cuesta más eso de acostumbrarnos a una vida con móviles por encima de las 5 pulgadas).
Pantalla: ahora decir “6 pulgadas” es hablar de un móvil compacto
La relatividad en la mayor o menor aceptación de una característica puede estar en verla en uno u otro rango de móviles. El FullHD+ se nos queda corto cuando hablamos de tótems como el Huawei P30 Pro, sobre todo cuando sus predecesores ya saltaron esta valla, pero se ajusta bastante bien al Mi 9 SE en su pantalla AMOLED de 5,99 pulgadas.
Con esta resolución da el suficiente nivel de detalle para tener una buena experiencia a este nivel, con 432 píxeles por pulgada (siendo así una mejor cifra que los 403 ppp del Mi 9). Y con un contraste de 60.000:1 y un máximo de 600 nits de brillo, a este respecto no se echa en falta una dosis mayor de ninguno de estos parámetros, aunque el brillo automático no funciona bien del todo quedando bajo en numerosas ocasiones (algo que de hecho llevamos viendo ya en los Xiaomi desde hace un tiempo).
Al brillo automático no podemos entrenarlo (como mucho reajustarlo manualmente cuando queda bajo), pero el contraste sí podemos ajustarlo hasta cierto punto tirando de las opciones de software que dispone MIUI para poder adaptar algo más la pantalla a nuestro gusto. El panel viene calibrado algo frío de fábrica y con una ligera sobresaturación, de ahí que como mucho pueda convenir intentar dejar unos blancos más cálidos, pero mejor no optar por el contraste alto ya que quedará demasiado saturado.
Decimos que los 600 nits están bien porque los elementos de la pantalla se ven sin problema cuando la luz incide en mayor medida y más directamente sobre ésta. En general además tampoco hay toques accidentales, ni siquiera al posar los dedos sobre los marcos por ejemplo al agarrar la cámara para fotografías, y queda bien también a nivel de sensibilidad táctil.
Donde tampoco observamos problemas o fallos es al exagerar los ángulos de visión. Veremos la habitual pérdida de brillo y viveza debida a la inclinación de la pantalla, pero nada de decoloraciones o tintes o una mala visualización del contenido.
Lo que nos tendrá que gustar sí o sí es el notch. En el Mi 8 y posteriormente en el Xiaomi Mi 8 Pro veíamos un apartado dentro de los ajustes de pantalla completa que permitían disimular la muesca ennegreciendo los espacios a cada uno de los lados, de modo que la barra de tareas se desplazaba a la parte inferior de ésta. Pero posteriormente esta opción ha dejado de aparecer entre los ajustes de pantalla, y la barra queda dividida por esta muesca que no podremos camuflar con un falso marco.
Lo que queda es una enorme barra de 7,79 milímetros de altura, algo más que lo que ocupa el notch en lo que es pantalla (unos 4,73 milímetros). El texto, de poco más de un milímetro, queda perdido del mismo modo que vimos en el Mi 9 (con estas mismas dimensiones, aunque más ancho todo) o en el HONOR View20 y esa ancha barra a la que obligaba el agujero en pantalla, aunque en este caso se debe a un notch reducido al máximo.
Esto no tiene implicaciones más allá de las estéticas. En cierto modo, choca un poco que se busque reducir los bordes al máximo (en parte con progresos tan de agradecer como auriculares tan disimulados como el de este móvil o el sonido a través de la pantalla que vimos en el Huawei P30 Pro) y que lo que veamos luego son estas barras tan altas, que al final quitan más espacio útil a la pantalla que otros notch más grandes o los marcos estilo Galaxy S (antes de los Galaxy S10 del agujero).
Lo que sigue haciendo MIUI es repartir estas opciones de software para ajustar el comportamiento o el rendimiento de la pantalla a nuestro gusto en la medida de lo posible. En las opciones para la pantalla de bloqueo podemos configurar que se active o no si hay notificaciones, así como el bloqueo automático o las opciones de seguridad que veremos más adelante.
En “Pantalla de inicio y Recientes” veremos la opción para la Bóveda de aplicaciones (la página accesoria al escritorio a modo de tarjetas de acceso rápido a apps) y algunas opciones para la disposición de las apps, aunque no podremos ocultarlas en un cajón. Y en “Pantalla completa” podremos activar los gestos de navegación en sustitución a los botones tradicionales, de modo que se aprovecha un poco más la pantalla.
La pantalla ambiente existe como tal y para activarla tendremos que ir a los ajustes principales de pantalla, pero la configuración sigue quedando sólo en la estética pudiendo elegir uno de los temas disponibles (nada a nivel de notificaciones o que se active con un toque o el movimiento). También es ahí donde encontramos el modo oscuro que MIUI habilitó desde hace un tiempo.
Al final, sin destacar ni colocarse claramente por encima de otras a nivel de calidad, se tiene una buena experiencia con esta pantalla. Se echa en falta poder ajustarla un poco más a nivel de temperatura u opciones de visualización, pero son un tamaño y una proporción (19,5:9) buenos para la visualización de contenido (en ventana simple y doble pantalla). Y como decíamos antes, para el agarre si buscamos un terminal algo más contenido.
Rendimiento: un nuevo procesador con aires de todo terreno
Las siglas SE se tradujeron en un Snapdragon 710 para el Xiaomi Mi 8 SE y significan un Snapdragon 712 para su sucesor. Un procesador que no lleva mucho tiempo en el mercado y que supone una ligera actualización con respecto a su predecesor, acompañado igualmente por 6 GB de RAM.
La renovación a nivel de procesador es la que podía preverse, sin esperar ver una diferencia significativa a nivel de rendimiento en general o gráfico (es la misma GPU, de hecho). Y lo que notamos en la práctica es que el 712 y los 6 GB de RAM trabajan bastante bien juntos.
No hemos notado ninguna limitación a la hora de abrir o cargar tareas, por pesadas que fuesen, y tanto videojuegos como otras apps exigentes se abren sin problemas. Hay algún ligero parón muy puntual en transiciones y cierres, pero parece más asociado al sistema y a que pueda necesitar algo más de optimización.
La multitarea se abre con normalidad (la cual tiene esa disposición ya típica de MIUI que recordaremos a continuación), así como la pantalla dividida, en la cual rinden bien las dos tareas simultáneamente independientemente de cuáles se trate. Y algo bastante a favor es que se calienta muy poco: únicamente notaremos un ligero aumento de temperatura en la parte superior media, dentro de lo habitual y sin que sea molesto, cuando jugamos al menos diez minutos.
Así, tanto apps multimedia como HBO, Movistar+, ‘PUBG’ o ‘Asphalt 8’ se abren y ejecutan sin que se note limitación por parte de los componentes (hemos ajustado el ‘PUBG’ para jugar con la mayor carga gráfica posible). Un punto a favor de cara a la posible elección entre el Mi 9 estándar y éste, ya que con hardware inferior no hay una peor experiencia.
Para quienes tomáis como referencia los tests de rendimiento, os mostramos los resultados a los benchmarks habituales comparados a los de rivales de configuración similar.
Procesador | RAM | Antutu | Geekbench (single/multi) | Icestorm (unlimited) | PCMark (Work) | |
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Xiaomi Mi 9 SE | Snapdragon 712 | 6 GB | 177.957 | 1.868 / 5.901 | 29.244 | 6.800 |
Xiaomi Mi 8 SE | Snapdragon 710 | 4/6 GB | 170.218 | 1.823/ 5.718 | 27.866 | 5.679 |
Xiaomi Mi A2 | Snapdragon 660 | 4 GB | 127.610 | 1.626 /4.286 | 22.461 | 6.332 |
Lenove Z5s | Snapdragon 710 | 4/6 GB | 166232 | - | - | - |
Huawei P Smart 2019 | Kirin 710 | 3 | 130.026 | 1.531 / 5.149 | 16.434 | 5.853 |
Software: MIUI 10 es una vieja conocida
MIUI es uno de los fundamentos de la mayor parte de smartphones de Xiaomi, con la salvedad de la línea Mi A que supuso un paréntesis a nivel de la capa de personalización para dejar paso a Android One. Saliendo de ésta tenemos MIUI en su versión 10.2, en este caso sobre Android Pie 9.
La capa ha ido “occidentalizándose” a medida que MIUI se ha internacionalizado, de modo que la estética ha tomado apariencia más suavizada en cuanto a colores y contornos, y a su vez tomando una entidad propia (y más dispar a iOS, con la que se comparaba en sus inicios). Lo vimos en el Mi 9 y lo volvemos a ver en el Mi 9 SE, ofreciendo personalización a nivel de temas, pantalla de inicio, pantalla ambiente y algunos otros aspectos.
Antes que nada, comentar que la capa ofrece ya alguna posibilidad de personalización en el preload (el tema, por ejemplo), pero que queramos o no nos va a instalar las apps propias y alguna de terceros. De hecho, como ocurre con EMUI esa primera puesta a punto del sistema es bastante exigente y tarda bastante en instalar y actualizar todo una vez lo conectamos a la red WiFi.
Entre estas apps encontramos las utilidades básicas (mensajes, navegador, notas, herramientas), las añadidas (limpiador, seguridad, Mi Remote, Mi Apps, Mi Video, Música, Tienda Xiaomi) y las de terceros (Amazon, Facebook, Aliexpress, Opera), así como las que Google de momento obliga a instalar. Su desinstalación o inhabilitación dependerá del caso; las de terceros son totalmente eliminables, también Mi Community, Foro MIUI y Tienda Xiaomi. Pero las utilidades y algunas de Google tendrán que permanecer en algún lugar de nuestro escritorio, las usemos o no.
Los ajustes sí son algo más particulares. Ya os hemos mostrado parte de ellos y de lo que permiten en la parte de pantalla y los desgranaremos algo más en los de sonido, pero en general añaden bastantes opciones a lo que proporciona Android stock.
Aunque ya no podemos elegir si notch o no, si podemos escoger la navegación (gestos o botones) o las opciones de activar pantalla. No tiene gestos con pantalla apagada como Oxygen OS en los OnePlus, pero tanto el doble toque para activar como el levantar funcionan muy bien (y ahora comentaremos cómo influye esto en el desbloqueo por métodos biométricos).
Hay algunas características a las que MIUI ya nos lleva acostumbrando como el segundo espacio o las aplicaciones duales, con lo cual podemos separar distintos usos o perfiles dentro del mismo móvil. En ajustes adicionales, además de encontrar las opciones de accesibilidad, el modo a una mano y los apartados de configuración de región, idiomas y hora, vemos dos apartados interesantes (y también conocidos).
- Accesos rápidos a botones y gestos: por ejemplo, activar el deslizamiento de los tres dedos para una captura de pantalla o alguna combinación para cerrar app o iniciar la pantalla dividida.
- Bola flotante: una serie de accesos rápidos que están siempre presentes al permanecer flotantes sobre el sistema.
Además de las diferencias en los ajustes de pantalla (más nutridos y más repartidos que en otras capas de personalización), también hay unos ajustes de aplicaciones que aúnan las posibilidades a la hora de desinstalarlas, configurar permisos, duplicarlas o bloquearlas. A esto se suman las opciones de seguridad, bien en relación a la pantalla de bloqueo (para establecer carpetas o apartados con acceso bajo contraseña) o la suite de mantenimiento, que pese a tener este nombre (la app Seguridad) incluye las herramientas de optimización habituales (y que suelen valer para cerrar tareas automáticamente para aumentar la memoria disponible).
Más allá de los añadidos, en general todas estas herramientas y ajustes funcionan bien. La navegación por MIUI es intuitiva y deductiva, si bien los ajustes sí pueden precisar algo más de familiarización al tener más apartados y una organización particular.
Lo único que hemos notado es ese pequeño lag en alguna transición o cierre, ocasional y nada molesto, así como un parón de la reproducción de audio en streaming al desbloquear. Esto último no lo habíamos percibido en otros móviles con MIUI, pero sí el hecho de que el alcance de la WiFi sea algo menor que en otros casos (ya lo comentamos al comparar en este sentido la experiencia con el Mi 9 y con el P30 Pro).
Biometría
Se reduce el notch y se reducen las opciones para tener un sistema de reconocimiento facial avanzado. Con una muesca en forma de “U” rodeando a la cámara subjetiva y sin otros sensores en marcos o bordes, el reconocimiento facial de los Mi 9 se estandariza, aunque el lado positivo es que este Mi 9 SE sí dispone de él (no ocurría en el Mi 8 SE).
La sencillez implica menor seguridad, pero no que haya una mala experiencia. El registro del rostro ocurre con normalidad y bastante rápido, igual que el reconocimiento una vez activamos la pantalla. Porque sí, esto será necesario y no nos valdrá con ver que el lector de huellas está activo, tendrá que ser toda la pantalla.
Aunque hagamos el registro del rostro sin gafas éstas no supondrán un impedimento a la hora de la lectura si nos las ponemos. Eso sí, si el sol da directamente a la cámara el reconocimiento no funcionará, tampoco en la oscuridad casi absoluta (matizar aquí que lo probamos con un fondo de pantalla negro para la pantalla de bloqueo, ya que si es muy claro la propia luz de la pantalla sí puede ayudar a que funcione en la oscuridad), si bien sí identificará el rostro a una distancia y ángulo poco exigentes (sin necesidad de tenerlo frente al rostro).
El lector de huellas es de tecnología óptica y no de ultrasonidos como ya hemos ido viendo en el Samsung Galaxy S10+, pero de nuevo es algo que tampoco había llegado a la estirpe SE de Xiaomi. La lectura es buena, aunque es algo exigente y en algunas ocasiones nos ha obligado a recurrir al método alternativo de desbloqueo (en nuestro caso, el patrón).
Para que funcione tendrá que estar el área iluminada, lo cual se consigue tocando la pantalla una vez si ésta está en reposo. También podemos activar la pantalla enteramente, de modo que el área aparecerá marcada. Para que se realice la lectura tendrá que iluminarse el círculo central de verde fluorescente, lo cual ocurre si apoyamos la huella en su casi totalidad y no por ejemplo sólo la punta del dedo.
Cámaras: lo justo (y lo triple) para estar a la altura
Ser la versión light no implica, en este caso, renunciar a la combinación fotográfica de moda. El Xiaomi Mi 9 SE está más a la altura del Mi 9 con respecto a lo que vimos el año pasado, integrando el siguiente set de cámaras:
- Cámara trasera principal con sensor de 48 megapíxeles y lente gran angular f/1.75.
- Cámara trasera secundaria con sensor de 8 megapíxeles y teleobjetivo f/2.4.
- Cámara trasera secundaria con sensor de 13 megapíxeles y lente ultra gran angular f/2.4.
- Cámara frontal con sensor de 20 megapíxeles y lente con apertura f/2.0.
Como ya viene ocurriendo desde el año pasado, la cámara tiene asistencia de la inteligencia artificial a petición del usuario como ahora veremos al hablar de la app. Hay modo retrato en ambas cámaras, modo noche en la frontal, y en cuanto a vídeo dispone de captura hasta 4K y cámara lenta a 960 frames por segundo.
Es interesante ver un esquema parejo al del Mi 9 principal en esta versión rebajada, algo por debajo en algunos de los componentes pero al mismo nivel de funciones. Las repasamos ahora al pasearnos por la app, que ya nos es conocida, pero nunca está demás dar un repaso a la interfaz y las funciones antes de meternos en materia de resultados fotográficos.
App de cámara
MIUI apuesta por una app propia de cámara, y casi no le queda más remedio tras ir añadiendo cámaras y funciones que la app de Android stock no soportaría per se. La distribución que vemos se mantiene y no hay cambios en esta versión del sistema, teniendo una navegación por pestañas correspondientes a cada modo y algunos añadidos según de cuál se trate.
Es una app intuitiva y cómoda: casi todo tiene su acceso directo y apenas hay que ir a los ajustes para cambiar algún parámetro del disparo. Como hemos visto en anteriores móviles de la compañía, al acceso directo del HDR se le añadió el botón para la AI, y ahora con los nuevos sensores de 48 megapíxeles encontramos otro para estos disparos de fotos más grandes (y no una pestaña como en el Mi 9).
Encontramos un modo pro para disparar con ajustes manuales, lo cual se puede agradecer para según qué casos como veremos más adelante. Pero hay errores aleatorios que van y vuelven en esta app de cámara de MIUI y su procesado, y uno es el fallo en la previsualización del ajuste manual de la velocidad de obturación: lo mismo vemos exponiendo 1/5.000 que 32 segundos (y evidentemente, el resultado no es el mismo).
Veremos que la interfaz para el vídeo es sencilla y práctica, teniendo oculto el botón para time-lapse en el menú de hamburguesa. La cámara lenta tiene su propia pestaña, y para cambiar la calidad del vídeo tendremos que ir a los ajustes, encontrando las tres resoluciones posibles.
Lo que también podemos preconfigurar desde los ajustes es la cuadrícula, la marca de agua (que viene activada de fábrica) o los niveles de saturación, contraste y nitidez, teniendo varios grados en cada caso y pudiendo así compensar en todos los disparos alguno de estos parámetros si no quedan como nos gusta. De hecho, no está de más darse una vuelta por los ajustes para conocer qué aspectos podemos cambiar con respecto a los que vienen por defecto, a medida que también vamos viendo el rendimiento de las ópticas.
El modo noche y el modo retrato tienen también su propia pestaña, en el primer caso estando disponible para la cámara frontal (con sus herramientas de belleza). Como ya pudimos ver en anteriores smartphones con esta app, Xiaomi ha habilitado distintos efectos para el desenfoque que están disponibles en ambas cámaras (y que luego comentaremos), todo bastante bien dispuesto, deductivo y práctico.
El modo noche sigue teniendo una aplicación automática y, a diferencia del de Huawei, no podemos ajustar manualmente la ISO y/o la velocidad de obturación. Es decir, ha permanecido tal cual lo encontrábamos antes como el modo panorámico y el resto de pestañas.
La aplicación va bien, es fluida, intuitiva y muy práctica, pero sí hay dos o tres aspectos a mejorar (para esto siempre hay margen). Por un lado está ese fallo en la previsualización del cambio de la velocidad de obturación, por otro está el poder editar pestañas y lo realmente “molesto” (tampoco es algo terrible, pero es manifiesto) es que el disparo en HDR sea tan lento que durante un par de segundos no podamos desactivarlo o activar la AI (mientras se almacena la foto).
Traseras
Pese a mantener el esquema de cámaras del Xiaomi Mi 9 (a nivel de tipos de lente), los sensores no son los mismos y sí se nota algo de diferencia en la calidad de los resultados. En general, con las cámaras traseras del Mi 9 SE se portan bastante bien con buena luz, con colores naturales aunque quedando algo bajos de viveza.
Esto puede compensarse desde los ajustes como hemos comentado, elevando a nuestro gusto la saturación o el contraste, de modo que se mantenga para todas las fotografías. Es algo que tampoco vendrá mal a los disparos nocturnos como luego veremos, aunque simplemente se trataría de aumentar un grado más.
La nitidez se mantiene muy bien de día y en fotografías macro, obteniendo los mejores resultados para este tipo de instantáneas si recurrimos al modo Pro y tenemos algo más de paciencia. El motivo: lograremos tener el máximo control de la distancia mínima de enfoque y de la zona que se enfoca con el peaking.
No obstante, cuando baja algo la luz (y especialmente en días nublados e interiores, unas condiciones bastante exigentes en general) el detalle se pierde fácilmente. Puede ocurrir en parte porque el ruido toma posesión de la escena, en algunos casos debido a que en el modo automático la ISO puede llegar a subir por encima de 18.000 cuando no es necesario.
De ahí que el modo Pro sea también una ayuda para mejorar el resultado en interiores. Eso sí, debido al error en la previsualización al variar la velocidad de obturación quizás merezca la pena ajustar sólo la ISO y el enfoque manualmente y dejar el resto de parámetros en automático.
El balance de blancos automático suele ser correcto y también el contraste y la colorimetría. El rango dinámico no es demasiado elevado y el HDR da resultados bastante irregulares: en ocasiones no se perciben cambios y en otros casos el resultado queda sub o superexpuesto. De hecho, al disparar en modo Pro parece que el HDR esté activado por defecto siempre en el modo automático (y no sólo al pulsar el botón).
Sí puede ser de ayuda de noche. Habíamos comentado que el guardado de las fotos en HDR es algo lento, pero el disparo se sucede con normalidad en todos los casos y de hecho suele enfocar cuando el modo automático no lo hace en disparos nocturnos (aunque tengamos el móvil estable).
Hablando del disparo nocturno, tenemos también el modo noche, aunque el desempeño no es tampoco destacable. Podrá mejorar ligeramente lo obtenido en automático sobre todo al exponer al mismo nivel pero con mucho menos ISO, de modo que hay más ruido y menos detalle. Aunque en según qué casos podrán aparecer acuarelas.
En el modo pro (y en el automático dentro del menú de hamburguesa) tenemos el botón para obtener fotografías de 48 megapíxeles, con lo cual se logran imágenes de mayor tamaño y resolución. Aunque la app se desestabiliza y puede llegar a bloquearse al intentar disparar a esta resolución.
En cuanto al zoom, los resultados van a ser aún más dependientes de la iluminación. De día y con la luz abundante se logran disparos muy buenos.
Con baja luz y de noche no compensará tanto tirar de él, sobre todo si optamos por el digital. De noche suelen salir imágenes poco definidas y en días nublados aparecen acuarelas y pérdidas de contornos.
Buen desempeño del ultra gran angular. No se salva de la curvatura natural por lente, pero ésta no es exagerada y los resultados son consistentes con el modo automático a nivel de colorimetría, exposición, contraste y nitidez.
El modo retrato también presenta resultados bastante dispares. Dependerá mucho de la iluminación, de modo que cuando hay la adecuada el resultado es muy natural aunque no haya contraste entre objeto principal y fondo.
En interiores y exteriores con media-baja luz el resultado es bastante inferior, con un recorte más bruto. Y de noche directamente no hay suficiente luz para ejecutarlo, como también pasaba con el Mi 9.
Puede ser que tanto en modo Pro como en modo retrato veamos un halo en torno al objeto principal, sobre todo en el segundo caso (y con el que de algún modo se logra suavizar el recorte, aunque quede más artificial). Resulta ser un modo bastante versátil y no demasiado exigente en cuanto a la distancia al objeto principal (aunque no actúe en situaciones de luz baja), y puede ajustarse la apertura en el momento del disparo o editando a posteriori.
En cuanto a la intervención de la AI, sus efectos suelen ser sutiles o ni siquiera perceptibles. Tiende a sobreexponer muy ligeramente con buena luz, cuando detecta cielos o plantas, pero sin que sea una exageración (como suele faltar ese puntito de viveza llega a sentar incluso bien), pero no ayuda si nos encontramos contrastes o sugiriendo/activando los modos específicos ante determinadas situaciones (retrato, nocturno, etc.).
Frontal
Muy buen nivel de detalle en exteriores e interiores bien iluminados, incluso con superficies difíciles como el pelo. Se pierde con iluminaciones más exigentes y de noche, aunque se mantiene el realismo de los colores.
Bien a nivel de contraste, pero el balance de blancos podría mejorar (suele ser demasiado cálido) así como el equilibrio de color, tendiendo a los magentas (sobre todo con el HDR en interiores). En ocasiones podemos encontrar colores algo lavados en interiores con buena luz, pero puede arreglarse con una ligera edición.
El modo retrato suele actuar en todas las situaciones, aunque en algunas se pierde algo de detalle en el primer plano (sin aplicar el efecto de belleza). Se aplica incluso con la cara de perfil, aunque no lo harán los efectos de luz (ni en el momento ni editándolo a posteriori).
Los bordes suelen estar bien tratados y el enfoque actúa de manera bastante certera salvando excepciones. El resultado es peor al aplicar los efectos de retrato, siempre muy dependientes de la iluminación (con recortes que no suelen acertar o ser demasiado duros).
Vídeo
La calidad de las grabaciones es aceptable y está dentro de lo que cabe esperar en un móvil de gama media como éste. Cuanta más resolución mayor calidad, pero en realidad hay un buen nivel de detalle con 1080p incluso en días nublados, aunque siempre tendremos mejores resultados con 4K.
La estabilización no es óptica pero se comporta teniendo en cuenta los vistos al quitarla. Cierto es que puede ocasionar algún giro demasiado drástico de vez en cuando, pero compensa dejarla puesta porque al final son tomas mucho más suaves que si no la activamos, sobre todo si las capturamos en movimiento.
De noche es cuando más nos valdrá la pena tirar de 4K. En 1080p la nitidez es muy baja y algunas veces la captura se sucede con algo de lag, cosa que no ocurre en 4K aunque sean vídeos más pesados.
La captura de audio es buena, llegando a captar sonidos que no están cercanos de manera clara. Eso sí, es relativamente fácil dar golpes al micro.
Buena captura también en cámara lenta, manteniendo bastante bien el nivel de detalle incluso a 720p y con luz media. Se trata de una captura manual, del intervalo que queramos y no limitada a unos segundos.
En cuanto a la cámara subjetiva, se nota que aquí no actúa la estabilización. Los colores salen algo más lavados y la nitidez se pierde bastante ya con iluminación media, pero nada que quede fuera de lo esperado.
Autonomía: una batería discreta que da de sí
Normalmente el volumen y la autonomía están directamente relacionados: un mayor espacio puede significar una pila con mayor capacidad, y si el software no penaliza al final se traduce con un buen rendimiento de una carga. En este caso hablamos de un móvil relativamente compacto porque en realidad no es para nada pequeño (algo que casi queda para calificar el iPhone 8 y algún teléfono de dimensiones similares, ya casi ausentes en la gama alta), pero con él Xiaomi vuelve a un volumen que casi no veíamos desde el Xiaomi Mi 6 (76,78 centímetros cúbicos frente a los 77,47 del Mi 9 SE, el Mi 8 SE sobrepasaba los 80).
De ahí quizás que, pese a que el Mi 8 mantuvo los 3.300 miliamperios/hora del Mi 9, el Mi 9 SE baja a los 3.070 mAh frente a los 3.120 mAh del Mi 8 SE. No es una diferencia demasiado llamativa y como siempre recordamos en autonomía no todo depende de la capacidad, pero a priori nos hace esperar un rendimiento similar o quizás algo por debajo.
¿Qué tenemos con la batería del Xiaomi Mi 9 SE? Bajada de miliamperios o no, la media es satisfactoria teniendo una autonomía media de algo más de una jornada, con unas siete horas de pantalla.
Esto, hablando de casos de uso, se puede traducir en que podemos hacer un uso bastante intensivo sin temer quedarnos sin batería con un un porcentaje muy bajo, por ejemplo con horas de reproducción multimedia y tirando de conexión de datos más que de WiFi. De hecho, la autonomía da mejores cifras que el Mi 9 (con una batería menor) y el tiempo de carga de 0 a 100% es parecido, siendo en este caso de 1 hora y 22 minutos aproximadamente.
Pueden ser de ayuda las herramientas de optimización o el modo de ahorro de batería se pueda prolongar algo más la autonomía sobre todo si ya estamos rondando el 15%, pero en todo caso probablemente no necesitemos recurrir a estos modos, teniendo en cuenta además que la carga es rápida con el cargador de serie. Recordar además que para la carga dispone de un USB tipo-C, pero que no soporta carga inalámbrica.
Sonido: otro punto en el que ajustan para poder aprobar
Junto a ese USB tipo C no encontramos ningún otro puerto, como ya hemos comentado en el apartado de diseño. Nada de jack de 3,5 milímetros para este móvil, que dispone de un altavoz en la base y no de salida en estéreo.
En la parte superior está ese auricular tan bien camuflado en el marco del frontal. Su desempeño es correcto y las llamadas se oyen bien, aunque tampoco vendría mal algo de volumen.
El sonido emitido por el altavoz es de calidad y cubre un rango dinámico medio, echando en falta algo de matiz y más bajos en su configuración automática. En su salida da un máximo de 116 decibelios (siempre lo medimos así por tener una referencia del volumen máximo, pero no es la percepción ambiental una vez se propaga la onda), lo que se traduce en que es una emisión con la potencia suficiente para tenerlo de centro multimedia en una estancia sin excesiva contaminación acústica.
El máximo de volumen implicará cierta pérdida de calidad, por lo que siempre será mejor quedarse en torno a un 70% del volumen. Podremos ajustarlo bien con los botones físicos o quizás más cómodamente con el deslizador virtual, desde el cual también podemos silenciar el móvil con un sólo toque.
No tenemos el jack de 3,5 milímetros pero como en otros modelos la compañía proporciona un adaptador de USB-C a este conector, por lo que no necesariamente tendremos que recurrir a unos auriculares USB tipo C o inalámbricos. Y para esta opción de audio hay una serie de ajustes específicos, dentro de la categoría Ajustes adicionales.
Son los que pueden sonarnos de anteriores ocasiones, dedicados a que el usuario pueda toquetear el ecualizador u optar por las configuraciones automáticas según el modelo de auriculares con cable (casi todos de la marca), además de poder asignar botones. Para ello tendremos que conectar los auriculares y activar Mi Sound Enhancer (aunque indique que es una opción para el uso de altavoces, quizás se deba a una traducción incorrecta) y elegir qué sonido nos gusta más según el tipo o modelo de auriculares.
Lo que podemos obtener con todo esto es algo más de nitidez y ajustar el sonido a la carta con el ecualizador si nos manejamos con él. Habrá configuraciones que den algo más de profundidad, pero si no disponemos de uno de los modelos que aparecen entre las opciones probablemente tengamos la mejor experiencia con la configuración por defecto.
Se echa en falta alguna mejora a nivel de rango dinámico y profundidad como sí vemos en otras capas de personalización, pero al menos podemos intentar adaptar el audio a nuestro gusto. Comentar además que el adaptador a jack de 3,5 milímetros es quizás un poco demasiado estrecho ya que cuesta insertar el conector de los auriculares, y que por unas décimas de milímetro puede no darse el contacto adecuado para que el sonido salga por aquí.
Xiaomi Mi 9 SE, la opinión de Xataka
Con el tiempo las gamas se han heterogeneizado: se hace más complejo distinguir entre las tres habituales, llegándose hablar de “súper gama media” o “gama media premium”. Quizás ahí será donde encajaría el Xiaomi Mi 9 SE, que integra un procesador de gama media pero mantiene características en común con smartphones superiores como los 6 GB de RAM o la triple cámara trasera.
La sensación, de hecho, es muy parecida a la que tuvimos al usar el Xiaomi Mi 9, con algunas diferencias para bien y para no tan bien. Mejor autonomía y más comodidad, pero un rendimiento gráfico y fotográfico por debajo, como también cabe esperar.
Muy bien construido y llamativo a nivel estético, con un acabado que lleva al azul base a muchos planos dependiendo del reflejo (y con el negro que siempre es más discreto). Un toque juvenil en conjunto con un menor precio, quizás para ser un reclamo para este sector.
En todo caso se trata de un móvil que funciona muy bien y que se porta sea cual sea el uso, ya sea multimedia, navegación o reproducción de streamings u otros. Soporta carga rápida, que siempre se agradece, y aunque su autonomía no es claramente superior a sus antecesores o su competencia no queda nada mal (incluso mejor que su hermano mayor, como hemos comentado).
En cámara no vemos un salto determinante con respecto a otros móviles anteriores, pero sus resultados son correctos y es algo positivo que la versatilidad que da la tríada de cámaras por excelencia se vaya normalizando en la gama media. Falta trabajo por hacer con la app, su rendimiento y con el procesado, sobre todo cuando las condiciones son más difíciles o en los modos retrato y noche.
Al final resulta una buena propuesta si buscamos algo a camino entre la media y la alta gama (más cerca de la primera) y si priorizamos el rendimiento general y la autonomía a la fotografía, pero sobre todo si además de esto buscamos un “descanso” entre tanta pantalla mayor de 6 pulgadas.
8.6
A favor
- Muy cómodo: las 6 pulgadas recuerdan a las 5 pulgadas hace unos años entre tanto "móvil grande".
- Muy bien construido y con un diseño llamativo, quizás no al gusto de todos pero al menos se distingue.
- La sensación en cuanto a rendimiento es la de un procesador de gama alta, cuando realmente no lo es.
En contra
- El sonido queda un poco por debajo de lo esperado en un móvil de estas características.
- Es muy positivo que incluya tres cámaras traseras (con esos usos), pero su rendimiento tampoco parece estar a la altura de lo que veremos este año en la gama media y más en lo que vimos el año pasado.
- El diseño es compacto pero el precio no tanto hablando de la gama media actual.
El terminal ha sido cedido para la prueba por parte de Xiaomi. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.