Xiaomi Mi 10T Pro, análisis: esta experiencia por tan sólo 600 euros es un golpe en la mesa de la gama alta de 2020

Hubo tres Mi (internacionales) y ha habido tres Mi 10T, buscando ofrecer los 5G con mejor relación calidad-precio. El más completo de ellos es el que ocupa este artículo, ya que en el análisis del Xiaomi Mi 10T Pro probamos a fondo el nuevo buque insignia de la marca.

Como ya vimos en la presentación., los Mi 10T y Mi 10T Pro son parecidísimos, diferenciándose básicamente a nivel de fotografía. El Mi 10T Pro mantiene el sensor de 108 megapíxeles que estamos viendo desde el Xiaomi Mi Note 10, aunque veremos que aquí, al menos estéticamente, es mucho más protagonista.

Ficha del Xiaomi Mi 10T Pro

Xiaomi Mi 10T Pro

Pantalla

IPS 6,67 pulgadas FHD+
144 Hz (adaptable)
650 nits, HDR10

Procesador

Snapdragon 865 + módem 5G

RAM

8 GB LPDDR5X

Almacenamiento

128/256 GB (UFS 3.1)

Cámara trasera

108 MP 1/1,33” (1,6 µm) Super Pixel 4 en 1, f/1.69, 82º, OIS
Gran angular 13 MP (1,12 µm), 123º, f/2.4
Macro 5 MP 2-10 cm (1,12 µm), f/2.4, AF
Sensor ambiental

Cámara frontal

20 MP (0,8 µm), f/2.2

Batería

5.000 mAh + carga rápida 33W

Sistema operativo

Android + MIUI 12

Conectividad

LTE, wifi 4x4 MIMO
5G, wifi 6
NFC, IR, Bluetooth

Dimensiones y peso

165,1 x 76,4 x 9,33 mm
218 g

Otros

Lector de huellas lateral, altavoces duales, dual SIM

Precio

8 GB + 128 GB: 599 euros
8 GB + 256 GB: 649 euros

Diseño: el mate no llegó para quedarse y Xiaomi no abandona el charol

Del Xiaomi Mi 10T Pro ya pudimos hacer una [toma de contacto](https://www.xataka.com/analisis/xiaomi-mi-10t-pro-opiniones-toma-contacto-video-fotos en la que vimos que la trasera heredaba casi más del Xiaomi Mi 9 o Xiaomi Mi 9T Pro en cuanto a la trasera, ya que el brillo y los reflejos han sido la elección, a diferencia del mate del Xiaomi Mi 10 Pro.

La trasera es, literalmente, un espejo. Algo que puede gustar más o menos, pero lo que echamos en falta es un buen revestimiento oleofóbico porque las huellas y el polvo quedan con mucha facilidad. Eso sí, se entrega una funda con el móvil que lo salva de esto si no nos importa renunciar a ese acabado elegante del cristal en brillo.

La para trasera tiene los anagramas que corresponden, entre ellos la marca y el 5G, pero el verdadero protagonista es el gran módulo de cámaras traseras que corona esta superficie en la esquina superior izquierda. Una protuberancia que deja atrás el diseño alargado tipo semáforo de sus antecesores para parecerse algo más al Xiaomi Mi 10 Ultra y que el sensor principal destaque, casi más por marcos que por el tamaño propio de la lente (que también tiene mayor diámetro que las otras).

Sobresale mucho y crea cierto balanceo si usamos el móvil apoyado en la mesa, aunque en esto la funda también puede ser un mínimo remedio. El mismo acabado en espejo de la trasera se lo lleva el borde, que adelgaza un poco en los lados para encajar la ligera curva de la parte trasera, y que integra el USB, la bandeja de la SIM y el altavoz principal en la base (no alineados) y los botones físicos y el lector en el lado izquierdo.

Los botones tiene buena pulsación y el lector de huellas está bien ubicado, y en general el móvil es cómodo. Veremos que es de los más pesados y voluminosos de esta selección en los que hay incluso móviles gaming (normalmente más grandes) como el Black Shark 3 Pro o el Nubia Red Magic 5G, aunque también es de los que integra una batería más grande.

Altura (milímetros) Anchura (milímetros) Grosor (milímetros) Peso (gramos) Pantalla (pulgadas) Batería Superficie (cm2) Volumen (cc)
Xiaomi Mi 10T Pro 165,1 76,4 9,33 218 6,67 5.000 126,13 117,69
Sony Xperia 1 II 165,1 71,1 7,6 181,4 6,5 4.000 117,39 89,21
Huawei P40 Pro 158,2 72,6 8,95 209 6,58 4.200 114,85 102,79
Samsung Galaxy S20 Ultra 166,9 76 8,8 220 6,9 5.000 126,84 111,62
Xiaomi Mi 10 Pro 162,5 74,8 9 208 6,67 4.500 121,55 109,39
LG Velvet 5G 167,08 74 7,85 180 6,8 4.300 123,58 97,0103
Motorola Edge 161,4 71,1 9,29 188 6,7 4.500 114,75 106,60
Black Shark 3 Pro 177,79 83,29 10,1 253 7,1 5.000 148,11 149,59
Nubia Red Magic 5G 168,6 78 9,8 218 6,65 4.500 131,51 128,88
OnePlus 8 Pro 165,3 74,35 8,5 199 6,78 4.510 122,9 104,47
iPhone 11 Pro 144 71,4 8,1 188 5,8 3.179 102,82 83,28

En mano, además de cómodo, transmite la sensación de resistencia y de buena construcción. Las distintas partes están bien unidas (incluyendo el frontal) y lo único que podemos reprochar es que se ensucie tan fácilmente y que en el rincón que crea el saliente de las cámaras traseras quede polvo con facilidad.

Hablando del frontal, la pantalla se integra como si el borde de metal fuese su molde, de manera que el auricular/altavoz asoma de manera muy discreta y no se ve a primera vista. La cámara subjetiva está integrada con un agujero, y como ahora veremos en detalle los marcos son bastante delgados, aunque queda la habitual barbilla en el inferior.

Pantalla: los 144 Hz adaptables le dan puntos de más

La evolución en pantallas en general puede llegar a ser relativa, según cómo valoremos cada aspecto en nuestra experiencia, pero los números y el rendimiento nos indican que también hay ciertos parámetros más objetivos que al fin y al cabo se traducen (o deberían) en una mejor sensación al uso. Lo decimos porque las pantallas OLED han ido ganando terreno al evolucionar y permitir menor consumos, grosor y mucho juego con las formas, pero el IPS aún se hace hueco en 2020 y en la gama alta.

Lo vemos en estos Xiaomi Mi 10T, que en su configuración han hecho un paréntesis con respecto a los Mi 10 (todos) y han incluido un panel IPS, que en el Mi 10T Pro se trata de una pantalla de 6,67 pulgadas con resolución FullHD+ de 1.080 x 2.400 píxeles y un aspecto ratio de 20:9. Dejando a un lado el tipo de tecnología, se trata de una apuesta modesta tratándose de un móvil que queda como el segundo de los buques insignia de la marca en 2020 (tercero si contamos el Mi 10T Ultra), quedando además una densidad de 395 píxeles por pulgada.

Teniendo buenos ángulos de visión, saturación de sobra y buen contraste, el IPS está a la altura y más allá de otras consideraciones técnicas no es algo que vaya a afectar a nuestra experiencia. Pero sí que nos hubiese gustado ver una pantalla de mayor densidad, al menos más competitiva, si bien tampoco echamos en falta detalle.

El brillo máximo es más que suficiente para ver bien el contenido en la calle cuando más da el sol, que son unos 650 nits (según Xiaomi). Además, el ajuste de brillo automático suele trabajar bien con los cambios de iluminación.

Con 90 Hz tenemos también buena experiencia, pero aún así vale la pena subir a 144 Hz

Además, hay algo que hace que se lo podamos perdonar: la tasa de refresco a 144 Hz y su ajuste adaptable. Tras más días de uso (y a fondo) mantenemos las sensaciones tras las primeras impresiones: pese a que la tasa de refresco pueda ser menor a momentos para reducir el consumo de batería, dejarla en este tope es lo que compensa. Con 90 Hz tenemos también buena experiencia (y son más bien pocos los juegos que soportan 144 Hz), pero aún así vale la pena subir a 144 Hz.

Hablando de esto, veremos que en los ajustes de pantalla encontraremos una sección para elegir entre 60, 90 y 144 Hz de máximo refresco, en principio con la función AdaptSync que varía entre 30, 48, 50, 60, 90, 120 y 144 Hz según el uso (para disminuir el consumo energético). En el apartado de autonomía ampliaremos información sobre si tiene o no impacto sobre ella el tener una u otra opción, pero en cuanto a experiencia reiteramos: merece la pena dejar los 144 Hz.

En los ajustes de pantalla también encontraremos la posibilidad de elegir el esquema de colores y/o la temperatura. Como decíamos antes, pese a ser IPS el grado de saturación del color es alto y resulta más equilibrado elegir la opción de color natural (y ajustar la temperatura a algo más fría) o bien seleccionar el perfil sRGB en los ajustes avanzados, aunque en ese caso no podremos cambiar la temperatura.

En cuanto a la sensibilidad táctil no hemos detectado ningún problema, tratándose por cierto de una pantalla plana y sin curvatura a los lados. Además, si vamos al apartado de Pantalla de bloqueo podremos configurar el doble toque o el levantar para activar pantalla, que pueden ayudar a mejorar la interacción con ella (también de cara a usar reconocimiento facial).

También podremos ajustar la desaparición de los botones de navegación según la app que queramos, o bien cambiarlos por gestos. Para ello tendremos que ir al apartado “Reproducir en pantalla completa”, que está dentro de ajustes adicionales (de lo menos intuitivo que seguimos viendo en MIUI).

Hablando de aprovechar la superficie de la pantalla, el agujero para la cámara es bastante pequeño (3,65 milímetros). Gracias a ello la barra de herramientas no es de las más anchas quedando en 5,65 milímetros, aunque no logran la reducción de récord que hasta ahora hemos visto en los Samsung Galaxy (4,58 milímetros).

En todo caso, el agujero en pantalla no molesta en el día a día tanto a nivel visual como en la interfaz, pudiendo teclear o jugar sin problemas y sin que interfiera en los elementos.

La cámara frontal se puede "disimular" con la barra con fondo negro, un ajuste que además puede configurarse por app.

Rendimiento: la guinda del 5G para acompañar la potencia de sobra

En la tríada de los Mi 10T los dos de gama alta están a igualdad de condiciones en procesador y conectividad: los dos van con el Snapdragon 865 y el módem 5G para dicha conexión. Pero sólo el Pro dispone de opción de 256 GB de almacenamiento (UFS 3.1) y los dos modelos van con 8 GB de RAM (para este análisis hemos probado el de 8 GB de RAM y 128 GB de almacenamiento).

Hemos estado probando con las tareas más habituales, especialmente con juegos aprovechando la alta tasa de refresco, y el Xiaomi Mi 10T Pro puede con todo sin titubear. La fluidez es una constante desde el primer momento y tanto las apps sencillas como las que más carga gráfica tienen se desenvuelven con absoluta normalidad y sin signos de potencia insuficiente.

Otro dato positivo es que no notamos que se caliente apenas. Tanto a nivel de percepción táctil como en las cifras que nos han mostrado las apps de monitorización, la temperatura era normal y como mucho se podía notar un ligero aumento en juegos como ‘Real Racing 3’.

A la izquierda la temperatura en reposo o uso mínimo, a la derecha tras haber jugado.

Para quienes tomáis los benchmarks como referencia, os dejamos aquí los valores obtenido a los tests que solemos hacer. Eso sí, 3D Mark no nos ha funcionado y actualizaremos el resultado en cuanto lo podamos realizar (en MIUI ya nos había dado algún problema previo, pero siempre lo habíamos podido pasar).

Xiaomi Mi 10T Pro Samsung Galaxy Note 20 Ultra Sony Xperia 1 II

Black Shark 3 Pro

ONEPLUS 8 PRO

HUAWEI P40 PRO

ASUS ROG PHONE 3

XIAOMI MI 10 Pro

IPHONE 11 PRO

PROCESADOR

Snapdragon 865

Exynos 990

Snapdragon 865

Snapdragon 865

Snapdragon 865

Kirin 990

Snapdragon 856+

Snapdragon 865

Apple A13 Bionic

RAM

8 GB

12 GB

8 GB

8 GB

12 GB

8 GB

8 GB

8 GB

4 GB

GEEKBENCH 5 (SINGLE/MULTI)

905 / 3.341

872 / 2.463

905 / 3.330

906 / 3.316

885 / 3.136

943 / 2.527

900 / 3.296

892 / 3.224

1.331 / 3.333

3D MARK (SLING SHOT)

-

6.311

8.885

7.330

9.448

8.726

4.074

8.747

-

-

PCMARK WORK

10.694

10.012

9.994

9.878

13.414

9.476

12.656

9.929

-

Software: MIUI 12 sigue teniendo nubes y claros

Android a los ojos de Xiaomi es un sistema al que vestir con muchas, muchas funciones añadidas y una estética propia. Para ello recurren a MIUI, que en el Mi 10T Pro viene en su versión 12 sobre Android 10.

La estética de MIUI es invasiva pero sencilla; aunque no vemos Android “puro” la interfaz es limpia y clara. Lo que ha cambiado (y que ya vimos en la toma de contacto) es que las notificaciones y la cortinilla de toggles se separan y cada uno aparece según de qué lado tiremos hacia abajo (derecho toggles, izquierdo notificaciones), aunque podemos desactivarlo.

Así viene el Xiaomi Mi 10T Pro de fábrica.

Como vimos recientemente en el POCO X3 NFC (su launcher es una versión de MIUI), vienen algunas apps de terceros preinstaladas, además de las de Google y bastantes servicios y apps propias. Podremos eliminar las de terceros y las de Google, pero no la mayoría de las propias.

Los ajustes generales se presentan en un orden que llevamos viendo en MIUI desde hace bastantes versiones. Ya hemos hablando bien de los de pantalla, repartidos en hasta cuatro apartados (Pantalla, Pantalla de inicio, Fondo de pantalla y Ajustes adicionales), por lo que antes que nada conviene darse una vuelta para ubicarlos y conocer todas las opciones.

La pantalla de inicio tiene bastantes opciones de personalización, por ejemplo la de poder elegir cajón de apps o bien sólo escritorio. Y también es recomendable echar un ojo a la sección Aplicaciones, en la cual encontramos todas las posibilidades incluyendo la de aplicaciones duales (para habilitar dos perfiles de la misma).

En el apartado de Ajustes adicionales encontramos, además de las opciones de navegación que hemos mostrado antes, la configuración del LED de modificaciones, el modo a una mano o la herramienta de limpiar altavoz. El otro apartado atípico en los ajustes es el de Funciones especiales, que contiene herramientas especiales para la reproducción de vídeos, las ventanas flotantes y Game Turbo, entre otras.

Las ventanas flotantes se pueden activar desde la multitarea, como la pantalla divida. Las hemos probado con bastantes apps y nos ha funcionado muy bien, tanto a nivel de la tarea flotando como en cuanto a las que quedaban en segundo plano.

El Game Turbo va añadiendo juegos automáticamente. Se trata de la habitual configuración específica para optimizar el rendimiento del móvil y favorecer el juego, pudiendo restringir la conexión además de los recursos propios del hardware. Aunque en la práctica tampoco se nota demasiado, puede venir más bien casi por los accesos directos que habilita durante el juego.

En MIUI se sigue manteniendo la habitual suite de herramientas de mantenimiento, algunas de las cuales están activadas de manera automática de serie. Pueden venir bien para ir liberando memoria o bien ahorrar batería si hay algo que actúa en segundo plano y no nos interesa.

Otro aspecto que se mantiene es el escaneo de apps y la publicidad. Lo primero también está activado por defecto y podremos desactivarlo para que cada vez que se instale algo no aparezca una ventana de verificación con anuncios, lo segundo podremos eliminarlo yendo a Administrar aplicaciones>Mostrar todas las aplicaciones>“msa” y desactivar las notificaciones.

el escaneo de apps viene activado por defecto y lo podremos activar si cuando aparece desplegamos el menú.
En la app de mantenimiento o en el escaneo de apps nos aparecerán anuncios.

En resumen, es una capa muy completa y que aporta mucho a lo que sería Android “puro”. Mantiene alguna organización que nos es algo extraña, pero en general suele ser un software que agrada por sus alicientes y sus posibilidades de personalización, con el constante reproche de que haya publicidad.

Biometría

El Xiaomi Mi 10T Pro dispone de lector de huellas en el lateral y reconocimiento facial. El hecho de llevar panel IPS impide que se coloque el lector en la pantalla, pero eso no significa nada negativo para la experiencia.

Ya hemos comentado del lector de huellas que está bien ubicado, pero lo que ocurre además es que funciona muy bien. Pese a ser fino, no es exigente a nivel de la superficie de huella que ha de leer para ser efectivo y es muy rápido.

Si tenemos el reconocimiento facial activado normalmente ni siquiera nos dará tiempo a usarlo

Eso sí, si tenemos el reconocimiento facial activado normalmente ni siquiera nos dará tiempo a usarlo. El rostro se reconoce incluso con el móvil en ángulo (sin estar en frente), y además nos ha reconocido la cara llevando mascarilla en alguna ocasión.

No funciona en la absoluta oscuridad, pero sí en baja luz y en el resto de situaciones ha ido perfecto, por ello nos ha parecido que está a la altura de lo esperado. Necesita tener la pantalla activada para funcionar, pero con el levantar para activar/doble toque no hay ningún problema.

Cámaras: más que los megapíxeles, convence por versatilidad

El módulo de cámaras traseras del Xiaomi 10T Pro tiene ese gran protagonista de 108 megapíxeles, más destacado por el diseño que nunca, combinado con dos cámaras secundarias y un sensor ambienta, quedando así lo que integra junto a la cámara subjetiva:

  • Sensor principal de 108 megapíxeles (1/1,33 pulgadas, píxeles de 1,6 ?m) Super Pixel con lente 7P con apertura f/1.69 y un campo de visión de 82 grados. Dispone de estabilización óptica de imagen.
  • Ultra gran angular con sensor de 13 megapíxeles (píxeles de 1,12 ?m) con una lente 5P con apertura f/2.4 y campo de visión de 123 grados.
  • Sensor de 5 megapíxeles para macro (2 - 10 centímetros, AF) con lente con apertura f/2.4.
  • Cámara frontal con sensor de 20 megapíxeles (1/3,4 pulgadas, píxeles de 0,8 ?m) y lente 5P con apertura f/2.2.

De este modo, Xiaomi deja pasar la oportunidad de diferenciar este "Pro" de su edición estándar añadiendo un teleobjetivo (lo cual suele implicar un mayor precio), aunque se añade ese OIS que no vimos en el Mi 10 Pro. A cambio, como sí añadía éste, el Mi 10T Pro graba vídeo en 8K, además de incluir las funciones de clonar (que funciona para vídeo y foto) y los distintos modos de larga exposición.

App de cámara

La app de cámara de MIUI mantiene su estructura de navegación por pestañas con la posibilidad de editarlas, de modo que podemos incluir modos que quedarían en el cajón "Más" entre los que ocupan una de esas pestañas. Los fijos serán el de fotografía y vídeo en automático, el resto podremos cambiarlos de lugar o al cajón.

En la interfaz del disparo en automático mantiene las posibilidades de activar el HDR (automático o manual) y el efecto AI referido a la inteligencia artificial, además de los filtros y algún otro acceso rápido, aunque lo que conviene revisar es el del menú de hamburguesa, ya que dispone del modo para disparar en macro (además del temporizador y otras funciones).

Los ajustes siguen siendo más nutridos que los de otras apps de cámara al incluir personalización, selección de calidad y anti-bandas. También vemos la posibilidad de que los archivos queden en HEIF y correcciones para fotos grupales o los grandes angulares.

El modo de vídeo tiene accesos rápidos para el 8K y el vídeo estable, pudiendo seleccionar la calidad de manera directa desde el menú de hamburguesa. En ese menú vemos otras opciones como la de enderezar, el vídeo macro, el seguimiento de objetos en movimiento o el marco de película.

En general la app funciona muy bien y es bastante intuitiva (salvo por la ubicación de los modos macro). Además, la activación y desactivación del HDR y la IA va mucho más ligera que hasta ahora, donde experimentábamos siempre algo de lag.

Cámaras traseras

El procesado de Xiaomi sigue siendo particular, con sus luces y sus sombras, pero en general la fotografía del Mi 10T es satisfactoria. Sobre todo destacamos la versatilidad que logra pese a no tener teleobjetivo y que resuelve de manera aceptable la mayoría de ocasiones.

Foto en automático.

Veremos que las cámaras están cómodas en exteriores e iluminación abundante. Nos pareció que había ciertos problemas con el procesado de los contraluces, pero con los días hemos visto que normalmente resuelve como cabía pensar: subexposición en el elemento a contraluz, pero sin llegar a quemar.

El HDR es bastante agresivo y tendremos que elegir si salvar los cielos quemados y exagerar contornos o arriesgarnos a que el rango dinámico sea demasiado corto. Aunque donde más se aprecia la diferencia es en el gran angular: si disparamos con esta lente, que sea en HDR.

En el disparo con HDR se exagera un poco el resultado y no queda natural, aunque se gane algo más de luces en el objeto principal.

El Mi 10T Pro tiene un modo noche automático que sobre todo reduce la ISO pero aumenta la exposición. Será de utilidad cuando la escena tenga poca iluminación, aunque si hay mucho contorno podrá dar una imagen demasiado contrastada.

Los modos de larga exposición están dentro de la pestaña Más y la verdad es que son bastante "divertidos". No debemos esperar lo que nos daría una réflex: estamos disparando incluso más de 20 minutos con un móvil. Pero sirve para crear estelas muy fácilmente, sin nociones de fotografía y pudiendo familiarizarse con la larga exposición.

Otro añadido divertido es el de editar el cielo. Si la foto lo pone fácil (e incluso cuando no lo es tanto) el resultado es muy llamativo.

El gran angular nos recuerda bastante a lo que vimos en el POCO X3 NFC en cuanto al procesado (no es la misma lente ni el mismo sensor): vemos que el balance de blancos difiere del automático y que sobre todo no se salva el detalle esperado. Aunque es de noche cuando será mejor tirar del HDR o del modo noche, aunque quede forzado.

Los 108 megapíxeles nos dan fotografías más grandes (12.032 x 9.024 píxeles frente a los 5.792 x 3.344 píxeles en automático), pero salvo por obtener un recorte más útil no aporta tampoco demasiado. Eso sí, el rango dinámico se mantiene y no hay pérdida en este sentido.

El modo retrato actúa en todo tipo de objetos y el recorte es bastante bueno y suavizado, incluso cuando hay pelo. Tiene dificultad si no hay mucho contraste con el fondo o se trata de algo difícil (como flores). Eso sí, son fotos algo más pequeñas que las del modo automático como también veremos con el frontal (4.012 x 3.008 píxeles).

Modo retrato.

La lente macro se desenvuelve muy bien cuando hay luz abundante y en interiores si es de día y la iluminación también es algo favorable, pero mejor no tirar de ello de noche o en escenas muy oscuras. Si es así, veremos mucho ruido y contraste. Aunque en este caso resulta ventajoso frente a la gran mayoría de macro al ser fotos más grandes (2.592 x 1.944 píxeles, normalmente son de 1.600 x 1.200 píxeles).

Fotografía macro.

Con Xiaomi, una vez más, hemos hecho cada disparo entre cinco y seis veces gracias a que mantienen el botón AI. Y una vez más nos parece que no aporta nada; a veces más saturación, a veces un balance más cálido, a veces más contraste y otras no logramos saber qué cambia.

Cámara frontal

La cámara frontal sorprende para bien. El sensor da buen resultado en cuanto a la resolución y aunque los píxeles no son muy grandes, recogen bastante luz ayudados por la lente defendiendo muy bien las autofotos en exteriores y en interiores bien iluminados.

Foto en automático.

En escenas más complicadas puede mantener la nitidez con luz favorable, aunque quizás veamos un balance de blancos algo más frío. De noche será cuando podremos ver acuarelas si no hay iluminación media, pero el modo noche podrá ayudar a definir un poco.

Modo retrato.

El modo retrato da muy buen resultado si no nos importa que el bokeh sea muy artificial. Tolera bastante bien el pelo (y si no, tampoco queda mal del todo y lo disimula), aunque como veíamos antes el tamaño de la foto es menor (1.940 x 2.592 píxeles frente a los 3.880 x 5.184 de una fotografía en automático).

Vídeo

El Xiaomi Mi 10T Pro saca pecho en vídeo sobre su hoja de especificaciones al ser de los de momento pocos móviles que graban hasta 8K. Una resolución que como veremos logrará el máximo detalle dentro de lo posible en este smartphone, pero que además implicará que los vídeos ocupen bastante más.

Las tomas se van a diferenciar sobre todo en el nivel de nitidez, aunque si preferimos no rellenar el carrete la calidad de las tomas en 4K es también muy correcta, y las de 1080p quedan bien sobre todo de día y con iluminación favorable. Eso sí, en común está también lo no tan bueno y notamos que el matiz de color vira demasiado al fucsia de día y al rojo de noche.

Además, según qué tipo de entorno grabemos podremos encontrar sobresaturación. Es por ello que aunque de definición nos parezcan correctas, lo que no convence tanto es la colorimetría.

A favor: la captura de sonido y la estabilización estándar. Casi nos decantamos por no recomendar la superestabilización, que aunque efectiva es demasiado agresiva y artificial y subexpone demasiado, comprometiendo la calidad final de la toma (y de noche, como no haya iluminación media, será inservible el vídeo obtenido con ella).

Por su parte, la cámara frontal graba como máximo a 1090p y vemos vídeos de calidad esperada, con buen detalle y contraste. De noche, eso sí, las tomas son algo menos definidas, pero tampoco vemos un resultado por debajo de lo esperado.

Autonomía: suficiente para atajar los 144 Hz, pero no tanto para lucirse

El Xiaomi Mi 10T Pro es un móvil pesado seguramente en parte por integrar una batería de 5.000 mAh, que son 1.000 mAh más de los que vimos en su predecesor. Una subida que viene muy bien de cara a aplacar el mayor consumo que implican las tasas de refresco más altas, además de los cambios que implicarán un procesador distinto y una nueva versión del sistema.

La autonomía media que hemos tenido con el Mi 10T Pro es de unas 28 horas (GSAM Battery nos daba 13 horas de pantalla, pero no coincide con la experiencia y en la práctica la media debería estar más cercana a cinco-seis horas), combinando consumos en los varios ajustes de frecuencias de refresco. Al final lo que vemos es que la frecuencia variable funciona, porque incluso a 144 Hz hemos obtenido autonomías de más de 24 horas, siendo algo más duraderas las cargas que hemos usado a 90 Hz.

La carga se completa en una hora y 15 minutos, logrando más del 60% en media hora, lo cual es muy satisfactorio. El móvil incluye el cargador de 33W con el que se obtienen estas cifras, que combinadas con las medias de autonomía resultan en una buena experiencia global en este sentido.

Sonido: de esto esperábamos algo más, pero cumple

El Xiaomi Mi 10T Pro dispone de sonido estéreo gracias a su altavoz principal y al auricular, sin integrar un minijack de 3,5 milímetros pero con la compensación de incorporar una adaptador de USB a minijack en la caja. Con estos ingredientes cumple parte de los mínimos sobre el papel, pero hablemos de su desempeño.

En cuanto al sonido por altavoces, de lo que va sobrado es de potencia, llegando a los 104 decibelios en la inmediata salida del altavoz principal (lo cual queda entre 80 y 81 decibelios ambientales). Aunque dejarlo en torno al 80% ya es más que suficiente para oírlo bien, y de hecho la calidad mejora.

La calidad del audio por auriculares es aceptable, sin destacar y quedando más o menos justo. El rango dinámico podría ser mayor y echamos en falta algo más de compensación de los graves, y sobre todo que fuese algo más nítido y menos metálico.

Hablando de auriculares, la experiencia mejora un poco más logrando un audio más directo y nítido. En los ajustes de sonido vemos bastantes opciones de personalización y configuración, contando con el ecualizador y un ajuste de sonido según el modelo de auriculares. Éste último se centra en los modelos de la marca, pero según cuáles tengamos podemos disfrutar alguna de las ventajas en otros auriculares de terceros (en nuestro caso, el audio unos supraaurales de Sony o Corsair también mejoraba al configurar como si fuesen unos Mi Headphones).

Pueden seleccionarse efectos visuales con el sonido en pantalla bloqueada, pero la verdad es que no sirve de mucho y es un consumo extra de batería.

Hay también un preajuste para música, vídeo o voz (o bien “inteligente”, que viene a ser automático). Se distingue sobre todo por la profundidad (de hecho, quizás nos guste más el toque que da el de voz aunque no estemos oyendo radio o podcast), y el “inteligente” distingue bien los contenidos aplicando el que corresponde según ello.

Xiaomi Mi 10T Pro, la opinión de Xataka

Todo lo que sea abaratar precios es beneficioso para el consumidor y lo vemos con buenos ojos, sobre todo si se trata de acercar características de gama alta a usuarios que no quieren pasar por las cuatro cifras en el pago. Nos pareció que algo llegaba a su fin cuando Xiaomi llegaba a los 1.000 euros en sus buques insignia, de ahí que este Mi 10T Pro entre con mejor pie en lo relacionado al precio de salida, tanto de puertas para dentro como de cara a sus rivales.

Especificaciones, diseño y experiencia son de primera línea en este Pro, aunque no tanto si hablamos de cámara (claro que en algún sitio había que ajustar más el cinturón, entendemos). Es guiño a los gamers y usuarios más ambiciosos a nivel de potencia de que un móvil de consumo puede tener también especificaciones de gaming, y de ese mismo modo es un guiño a la industria: no sólo se puede normalizar la tasa de frecuencia por encima de los 60 Hz, sino que puede ser conveniente de manera constante (si se acompaña de un buen software).

La relación calidad-precio de este móvil es muy buena y va engalanada con una estética elegante que no compromete nada más allá del exceso de huellas. El estéreo de serie y el buen aprovechamiento de pantalla, junto al mínimo de 8 GB de RAM, lo hacen además un buen móvil para el uso multimedia más allá de los juegos.

Una lástima no tener un teleobjetivo y que aún haya trabajo que hacer en el procesado, porque por lo demás la apuesta de cámaras es completa. También el hecho de no contar con un panel QHD (y OLED por el consumo), que debería ser un mínimo en la gama alta al ser algo ya habitual en la media.

Pero de manera global, el Xiaomi Mi 10T Pro es un móvil completo, de estética cuidada y que funciona muy bien. Y aun con sus asignaturas pendientes, saca pecho en algún aspecto lo suficiente como para carraspear a la competencia y demostrar que aún hay mucho que decir en relación calidad-precio hablando de la gama alta.

8.9

Diseño9
Pantalla9,25
Rendimiento9,5
Cámaras8,50
Software8,75
Autonomía8,25

A favor

  • La tasa de refresco adaptable funciona muy bien y da muy buena experiencia sin que comprometa en exceso la autonomía.
  • Es pesado pero está muy bien construido y diseñado: aún así es cómodo.
  • Los sistemas biométricos funcionan muy bien, llega a sorprender sobre todo la velocidad y eficiencia del reconocimiento facial.

En contra

  • Echamos en falta algo más de calidad en el audio por altavoces (pero muy bien que sea estéreo).
  • Las cámaras recuerdan en ocasiones más a lo que daría un gama media muy ambicioso.
  • MIUI y los anuncios: una película que se repite y que no nos gusta.

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