El objetivo de lograr una pantalla infinita tiene ciertas trabas y una de ellas es dónde ubicar la cámara frontal. Sin ella integrada el problema se esfuma, y de entre todas las soluciones que estamos viendo una de las primeras fue transformarla en una especie de periscopio, lo cual hemos probado en el análisis del Vivo Nex.
Uno de los primeros smartphones también en integrar el lector de huellas en la pantalla, característica que ahora ya vamos viendo en otros y que también es otro paso hacia un frontal y un diseño cada vez más despejados. Una rara avis por tirar de un mecanismo específico para mostrar y ocultar la frontal que por fin hemos tenido oportunidad de probar, os lo contamos a fondo.
Ficha técnica del Vivo Nex
Vivo Nex |
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Dimensiones | 162 x 77 x 7,98 milímetros |
Pantalla | 6.59 pulgadas FullHD+ SuperAMOLED Resolución 2316 x 1080 píxeles, aspecto 19.3:9 |
Procesador | Snapdragon 845 |
RAM | 6 / 8 GB |
Almacenamiento | 126 / 256 GB + MicroSD |
Cámaras | Trasera: 12 + 5 MP, OIS, f/1.8 Frontal: 8MP, f/2.0 |
Software | Android 8.1 Oreo + Funtouch OS 4.0 |
Otros | Lector de huellas integrado en pantalla, jack 3.5mm, NFC, BT 5.0, USB tipo C, LTE Band 20 |
Batería | 4.000 mAh |
Precio | 495,60 euros en Gearbest |
Vivo Nex, review en vídeo
Diseño: el futuro y el pasado, las dos caras de una moneda con periscopio
Lo característico de este móvil es una pantalla que domina el frontal ocupando el 86% de su superficie. Sin muesca, porque como su antecesor el Vivo Apex esconde la cámara frontal en el interior con un mecanismo retráctil que la expulsa o esconde según activemos o no la vista subjetiva en la app de cámara.
Eso sí, las decisiones tomadas con respecto a la estética del Vivo Nex nos dejan una serie de sensaciones encontradas. Por una parte tenemos un frontal que estrictamente hablando habría sido responsable de una de las tendencias de 2018 a este respecto, y por otra tenemos la elección de acabados y botones físicos que no nos parece algo demasiado contemporáneo o práctico.
Construido en metal y cristal (esto sí, dentro de la moda que permanece al menos en la alta gama), los materiales transmiten la sensación de calidad y resistencia (sin comprobarlo de manera forzosa no hay arañazos ni hemos tenido que ir con especial cuidado a la hora de apoyarlo), pero la trasera tiene un acabado que puede dar la equívoca sensación de que es plástico. Además, en uno de los laterales incorpora el botón para el asistente virtual (Jovi, aunque veremos en qué se traduce fuera de China), el cual ocupa el lado que de otro modo quedaría despejado.
Con o sin bordes, encajar una diagonal de 6,59 pulgadas lleva inevitablemente a un smartphone grande. El Vivo lo es, es alto, grueso y ancho, de modo que en su cuerpo cabe una batería de 4.000 miliamperios/hora y el jack de audio campa a sus anchas al lado del módulo de la cámara frontal y al otro del altavoz y el USB.
Es cómodo al agarre pero resulta pesado, aunque en realidad no queda por encima en esto si tenemos en cuenta a algunos de sus rivales. Esto lo notaremos más sobre todo si venimos de un móvil más pequeño, si bien teniendo en cuenta lo que integra quizás tampoco había muchas opciones a la hora de dar un diseño final con esa batería y ese panel.
Vivo Nex | OPPO Find X | Xiaomi Mi MIX 3 | Samsung Galaxy Note 9 | LG V40 ThinQ | iPhone XS Max | OnePlus 6T | |
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Alto (mm) | 162 | 156,7 | 157,9 | 161,9 | 158,8 | 157,5 | 157,5 |
Ancho (mm) | 77 | 74,2 | 74,7 | 76,4 | 75,7 | 77,4 | 74,8 |
Grueso (mm) | 8 | 9,6 | 8,5 | 8,8 | 7,6 | 7,7 | 8,2 |
Peso (gramos) | 199 | 186 | 218 | 201 | 169 | 208 | 185 |
Pulgadas | 6,59 | 6,4 | 6,39 | 6,4 | 6,4 | 6,5 | 6,41 |
Batería (mAh) | 4.000 | 3.400 | 3.200 | 4.000 | 3.300 | 3.174 | 3.700 |
Volumen (cc) | 99,792 | 111,62 | 100,26 | 108,85 | 91,36 | 93,87 | 96,6 |
La trasera despejada sin el lector de huellas es un lienzo en blanco a disposición del diseño, brindando la oportunidad de que la espalda del móvil sea algo sobrio y mate como en el OnePlus 6T o algo llamativo y contemporáneo como en el Samsung Galaxy A9 (2018). De ahí que nos quede la sensación de que se trata de una oportunidad perdida en el caso del Vivo Nex, con ese acabado pseudo-plasticoso en un patrón de líneas negras que se asientan como rejas sobre una superficie con brillo en arco iris al estilo CD, lo cual además queda completamente cubierto por las huellas dactilares.
Los bordes tienen un acabado en brillo, dibujando una curva en el caso de los laterales y el superior y siendo planos en el inferior, donde se ubican el USB, la bandeja de la SIM y el altavoz en el punto medio del mismo. El superior ve interrumpida su curvatura por el módulo retráctil de la cámara frontal, indicado por un símbolo serigrafiado y que llega a sobresalir unos seis milímetros cuando se activa.
El efecto de pantalla infinita se pretende lograr además con la eliminación de la hendidura para el auricular, de modo que llevada la cámara frontal al interior no hay nada que introducir en el borde (después hablaremos de cómo emite el sonido de las llamadas). Esto favorece la sensación de “todo pantalla”, especialmente si no nos atraen demasiado soluciones como el notch.
Los marcos laterales y superior de la pantalla son muy finos, y simétricos sólo verticalmente. El inferior es más ancho, sin integrar ningún elemento como logos, botones o altavoz, como ocurre también en otros móviles como el Xiaomi Mi MIX 3.
Tenemos pues sensaciones encontradas con los aspectos estéticos y a nivel de diseño y dimensiones. Sí logra transmitir esa sensación de todo pantalla (aunque posteriormente hablaremos de las concesiones a nivel de software y desbloqueo que quizás implicó el haberlo intentado relativamente pronto), pero por otro lado no se nos va la sensación de teléfono grande y no tiene una apariencia que nos sitúe en 2018 hablando de la trasera, sino de quizás 2015 o 2016.
Pantalla: un OLED que brilla al máximo sin interrupciones
La pantalla del Vivo Nex fue una de las primeras en integrar el lector de huellas, siendo una de las principales evoluciones con respecto al Vivo Apex que mencionábamos antes. De este modo, las 6,59 pulgadas de panel superAMOLED lucen en todo su esplendor FullHD+ sin verse interrumpidas por ningún elemento.
Vivo, como OnePlus y no como Samsung y otras, juega la carta de la resolución ajustada para un tope de gama. El detalle y nitidez son más que suficientes para dar una buena experiencia de visualización, y a menor resolución menos consumo energético (y quizás menos coste por pieza), pero no deja de estar por debajo de los que sí optan por el QHD o más en sus buques insignia como Samsung y Sony.
La pantalla viene con una temperatura algo baja de fábrica, pero podemos subirla un poco yendo a la opción que la capa de software añade con este propósito. Ahí encontramos un deslizador y no una paleta de colores como vemos en EMUI y otras capas, pero al menos esto ya permite ajustarla a nuestro gusto.
Para la pantalla tenemos otras opciones de personalización para el tamaño y estilo de la fuente, así como las apps que deseemos ver a pantalla completa. No tenemos pantalla ambiente, pero sí la posibilidad de despertar y apagarla con doble toque además de una serie de gestos para pantalla apagada (y hay una opción de “retrato” que en realidad se refiere al bloqueo de la orientación). De hecho, encontramos ajustes para los gestos bastante completos que permiten adaptarlo bastante a nuestras preferencias (en la parte de software hablaremos de su funcionamiento).
El brillo automático funciona bastante bien, aunque podría mejorar el ajustes cuando nos encontramos en interiores o en media-baja luz, ya que queda algo alto. Pero en general reacciona con rapidez a los cambios de escena, y el brillo máximo es suficiente para que haya una correcta visualización cuando el sol incide de manera más intensa y directa.
Bien a nivel de contraste y nitidez tanto en plano normal como jugando con los ángulos de visión, si bien al inclinar más el panel lateral u horizontalmente veremos muy pronto los reflejos y degradaciones en rosa y verde propias de los AMOLED. La saturación es algo alta también de fábrica, lo cual en este caso tampoco tiene posibilidad de ajustarse y sólo quedará acostumbrarse (si venimos de un IPS lo notaremos más).
La sensibilidad táctil es correcta en cualquier punto, y pese a tener unos marcos laterales muy estrechos no hemos tenido toques accidentales (tampoco en agarre horizontal). Aunque hay algunas salvedades en lo referente a toques y la lectura de huellas que trataremos en la parte de software, al tener más relación con esa materia, pero en todo caso no es cuestión de ninguna deficiencia a este nivel del panel.
Blanco y en botella: si pones lo más potente la fluidez reina al máximo rendimiento
Mientras otros fabricantes aún son muy conservadores con la RAM, otros entre los que están OnePlus y Vivo han acomodado sus topes de gama en los 6 y 8 GB de RAM. En el caso del Vivo Nex hay dos variantes según esta memoria y el que hemos probado para este análisis acompaña al Snapdragon 845 con 8 GB de RAM.
Con esa combinación de hardware lo que cabe esperar es que no haya nada que se le resista a nivel de ejecución y carga. Y esto es así, el Vivo Nex no titubea al abrir y ejecutar apps pesadas como videojuegos y apps como ‘PUBG’ se abren rápidamente, con una apertura y carga instantánea de sus pesados menús y con fluidez continua en las partidas (de éste y de cualquier otro juego).
Tampoco hay un aumento de temperatura llamativo, de hecho apenas notamos que sube un poco en la parte trasera superior del terminal. Buena disipación pues del calor, sin que se incremente aunque estemos más de media hora jugando o fotografiando, y enfriándose pronto al dejarlo en reposo.
La fluidez se mantiene en el uso y ejecución de cualquier app, sin embargo en alguna transición y en el desempeño de los gestos nos encontramos puntualmente con algún pequeño lag o enganchón. Dado que es muy ocasional y que siempre ocurre con aspectos relativos al sistema, probablemente se deba a que la capa requiere algo más de optimización y no a que el hardware se quede corto.
Así, en lo referente al hardware no hay ninguna salvedad. La multitarea aparece y funciona con fluidez, no hay cierres inesperados ni como hemos dicho hemos visto signos de que la memoria o el procesador se queden cortos, lo cual sería totalmente inesperado.
Para quienes os basáis en los benchmarks como referencia, os dejamos los resultados del Vivo Nex a los tests de rendimiento habituales.
Vivo Nex | Xiaomi Mi 8 Pro | Huawei Mate 20 Pro | OPPO Find X | iPhone XS | Samsung Galaxy Note 9 | OnePlus 6 | LG G7 ThinQ | OnePlus 6 | ||
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Procesador | Snapdragon 845 | Snapdragon 845 | Kirin 980 | Snapdragon 845 | Apple A12 Bionic | Exynos 9810 | Snapdragon 845 | Snapdragon 845 | Snapdragon 845 | Snapdragon 845 |
RAM | 8 GB | 8 GB | 6 GB | 8 GB | 4 GB | 6 GB | 8 GB | 6 GB | 8 GB | |
Antutu | 292.411 | 287.503 | 270.728 | 282.324 | 313.341 | 237.723 | 261.382 | 231.526 | 261.382 | |
Geekbench 4 (single/multi) | 2.436 / 9.041 | 2.456 / 9.178 | 3.328 / 9.735 | 3.308 / 7.915 | 4.803 / 11.178 | 3.767 / 9.032 | 2.465 / 7.744 | 2.366 / 8.581 | 2.465 / 7.744 | |
PCMark Work | 7.736 | 8.236 | 7.618 | 9.803 | - | 5.174 | 8.088 | 8.131 | 8.088 | |
3DMark (Ice Storm Unlimited) | 62.221 | 63.047 | 37.416 | 63.702 | - | 42.558 | 50.961 | - | 50.961 |
Software: hay que estudiar un poco más para salir al mundo plurilingüe
El Vivo Nex tiene aspectos especiales también a nivel de software, aunque no todos para bien. Se trata de un fabricante importante a nivel local e internacional, pero eso no implica que goce del último software de Google y lo que tenemos en el terminal es Android Oreo 8.1 con la capa de personalización de la casa Funtouch OS 4.0.
Tampoco es que sea algo dramático no tener la última versión del sistema de Google, de hecho la capa propia es muy invasiva y la experiencia que tenemos desde un principio nos aleja totalmente de lo que nos daría per se Android stock fuese cual fuese la versión. En un primer momento ya vemos que hay una cantidad considerable de apps propias, doblando o no servicios de Google, que en muchos casos no podremos desinstalar.
La estética queda completamente bajo las líneas de diseño del fabricante, con tipografías y temas propios para interfaces e iconos. De hecho, los ajustes son bastante distintos a los que solemos ver estilo Android stock, con bastantes apartados específicos dedicados a funciones propias de la capa.
Es por eso que resulta interesante ir dándose paseos por ellos para conocer bien las posibilidades del software propio. Entre los aspectos positivos está el hecho de poder personalizar bastante la interacción con gestos, aprovechando al máximo esa pantalla casi infinita incluso cuando está apagada (como ya habíamos comentado antes).
En contraposición a esto, puede que resulten ser ajustes poco intuitivos y en ocasiones hay aspectos muy poco deductivos. Encontramos algunas funciones que no se entienden bien o ni siquiera están explicadas, costó encontrar por ejemplo la manera de ejecutar la pantalla dividida (de hecho, aunque lo encontramos, no nos ha funcionado en apps que sabemos que la soportan).
Encontramos por ejemplo la sección Jovi, que engloba algunos añadidos de la capa pero no es el asistente virtual propio que no está disponible en la versión internacional (además, tampoco hay una relación clara entre los apartados que se han incluido en Jovi y se da con ellos de manera casual). En el planeta Vivo el modo juego, el “botón inteligente” y los retoques de “belleza” en la cámara frontal van en el mismo saco, aunque se entremezclen explicaciones y switch de activación.
El funcionamiento y características de ese modo juego no se indican (podemos activarlo o no), como tampoco se indica la utilidad del candado en la multitarea. En resumen, en general podría estar todo mejor explicado para que la interacción interfaz-usuario se produjese con mayor facilidad y naturalidad.
En cuanto a los gestos de navegación, lo que ofrece el software de Vivo es algo distinto a lo que vimos en OnePlus o Xiaomi, o el derrotero que tomó Google en sus Pixel 3. Se mantiene el swipe central manteniendo para la multitarea y se opta por un swipe lateral derecho para atrás al estilo OnePlus, pero el izquierdo despliega un centro de control al más puro estilo iOS con el añadido de las apps recientes en el tope.
En este centro de control encontramos los habituales toggles para la linterna, el modo avión, las conexiones y demás accesos directos, aunque no incluye los controles de reproducción multimedia de apps de terceros para streaming o podcasts (esto tendrá su notificación propia en la cortinilla, y tampoco podremos activarla para que aparezca en la pantalla de bloqueo). A nivel de toggles está bastante completo e incluye una hilera de tareas recientes con las cuatro últimas abiertas.
La multitarea se despliega con rapidez y el habitual formato de carrusel en horizontal, aunque lo que tardamos bastante en averiguar es cómo se activa la doble ventana (es con un toggle del centro de control). Tampoco supimos muy bien qué significaba bloquear las apps en esta multitarea, hasta que probamos el toggle de “aceleración” (simbolizado con un cohete) y se cerraron todas las tareas a excepción de las bloqueadas (es decir, se trata de un método para liberar RAM cerrando apps).
La interacción, por tanto, es distinta al resto de capas de software en cuanto a los toggles que solemos encontrar en la cortinilla de notificaciones. Éstas, no obstante, se mantienen ahí, y lo que echamos en falta es que puedan aparecer en la pantalla de bloqueo (por ejemplo, la del control de reproducción de Spotify).
Al final es Funtouch es una capa bastante completa a nivel de personalización (con algunas salvedades como el no poder optar al cajón de apps o las pocas opciones para la pantalla bloqueada). Nos recuerda a antiguas versiones de EMUI por algunos aspectos de la estética, y hay alguna mejora pendiente en cuanto a la traducción como veremos en la app de cámara, pero sobre todo falta hacerla algo más deductiva a nivel de ajustes para que un usuario novel y estándar pueda sacar el máximo partido sin emplear más tiempo que en otros software.
Biometría
El Vivo Apex fue el primero en integrar un módulo retráctil y el Nex también llegó antes que el resto, pero no fueron los únicos. El OPPO Find X llegaba meses más tarde con una propuesta de fundamento similar, pero uso (y dimensiones) distinto, integrando un sistema de reconocimiento facial avanzado en esa superficie (además de las cámaras trasera y frontal).
Esta diferencia es clave en la experiencia con ambos teléfonos porque en el Vivo Nex no disponemos de ningún tipo de reconocimiento facial, ni siquiera el que puede realizarse sólo con la cámara subjetiva (que no es precisamente lo más seguro, pero es un añadido útil). Y lo echamos en falta porque la lectura de huellas desde la pantalla no funciona nada bien, de hecho la mayoría de las veces será más rápido deslizar y dibujar el patrón para desbloquear.
El registro de la huella se produce sin problemas, pero a la hora de leerla rara vez nos la da como válida. Ocurre en cualquiera de los dedos que registremos y por mucha superficie que pongamos sobre el área de lectura (en ocasiones incluso llega a pedirnos más presión). Tras los días casi nos parece que el acierto y posterior desbloqueo es casi casual, y como decíamos la mayoría de las veces hemos acabado recurriendo al método tradicional alternativo de desbloqueo por frustración.
Es una experiencia muy distinta de la que hemos tenido con smartphones posteriores como el OnePlus 6T, el Xiaomi Mi 8 Pro o el Huawei Mate 20 Pro, si bien en el caso de este último la tecnología es distinta al resto. En estos smartphones tampoco había una lectura perfecta y no era tan satisfactoria como la que tenemos con los actuales sensores externos (ya “tradicionales”, pero aún así era más estable y con mayor porcentaje de aciertos en comparación al del Vivo Nex.
Probablemente se deba a la evolución de la que se pueden haber beneficiado los posteriores por el hecho de salir después y tener tiempo a mejorar la tecnología y/o el desempeño del software. Y puede que, como ocurrió con el panel 2K del LG G3, este lector de huellas integrado en pantalla llegase demasiado pronto como para dar una experiencia de calidad y satisfactoria, sobre todo teniendo en cuenta que no hay reconocimiento facial para cuando la lectura de huella falla.
Arriba el periscopio: lo que aporta y lo que limita el módulo para la cámara frontal
Cuando analizamos el OPPO Find X nos pareció que se trataba de una solución original, pero que quizás no se trataba de la solución más práctica de cara al desbloqueo o a la rapidez que a veces exige la fotografía móvil. ¿Cómo es la experiencia con el Vivo Nex y su módulo bastante más compacto? La verdad es que no dista mucho, pero hay algunas salvedades.
Hay que decir que Vivo se ha preocupado de que la característica no pase inadvertida y, además de lo curioso de las fundas (que necesariamente han de llevar una hendidura como hemos visto), podemos personalizar el sonido que emite el móvil al izarse el módulo y al esconderse (por supuesto, hemos elegido el tono tipo efecto de película de ciencia ficción). Así, para que el módulo salga tendremos que accionar la cámara frontal, lo cual se hace con el icono de cambio de cámara de la interfaz de fotografía, o bien si pretendemos tomarnos una foto mediante alguna app (como Instagram, WhatsApp, Telegram, etc.).
Más allá de la ligera personalización de la acción, el hecho de que salga un módulo cada vez que queremos hacernos una autofoto es más vistoso que otra cosa. De hecho, es más llamativo que funcional, ya que siempre será al menos medio segundo más lento que la simple activación de una cámara integrada (que puede tener algo de lag, pero aún así suelen encenderse más rápidamente que la salida del módulo).
¿Compensa tener este módulo saliente y una pantalla que ocupa en torno al 90% del frontal? Tras probar móviles com el OnePlus 6T o incluso alguno sin notch como el Samsung Galaxy Note 9 o de notch ancho como el iPhone XS, la verdad es que por esas décimas de segundo de más y el que el reconocimiento facial sea también mucho más rápido y práctico (el Nex no dispone de él, pero el OPPO Find X y el Xiaomi Mi MIX 3 sí y las partes móviles implican más lentitud).
Resulta distinto, llamativo, puede que gracioso. Pero no aporta mucho más a la experiencia con el móvil, y lo que añade no es precisamente una mejora con respecto a otras soluciones como la muesca o un marco más grueso (veremos cómo queda frente a las pantallas perforadas).
Fotografía: más allá del llamativo periscopio hay poca sorpresa
Sin duda, una de las partes más llamativas del Vivo Nex es la de las cámaras, aunque es más casi por el continente que por el contenido. Ese módulo mecánico y tan protagonista alberga un sensor de 8 megapíxeles y que se despliega al intentar hacernos un autorretrato o bien si al abrir la app de cámara habíamos dejada seleccionada esta opción previamente.
Las cámaras traseras son una combinación de un sensor de 12 megapíxeles con apertura f/1.8 y uno de 5 megapíxeles con apertura f/2.4, dedicado a la detección de profundidad (para el desenfoque). Hay estabilización óptica de imagen de cuatro ejes, grabación en 4K y la posibilidad de jugar con la realidad aumentada, así como la ayuda de la inteligencia artificial para el desenfoque y la identificación de escenas.
Pero antes de meternos en materia (y en esta ocasión más que nunca), mejor nos paramos un momento a mostrar la app de cámara. Una app totalmente rediseñada si tomamos la de Android stock como referencia, que combina modos bastante particulares con una interacción familiar y distinta a la vez.
App de cámara
Tenemos una interfaz que divide las secciones en pestañas por las que navegamos deslizando a un lado y a otro, como ya suelen ser muchas de las apps actuales. Probablemente debido a la traducción, los nombres de dichos apartados son algo distintos a los que habitualmente vemos, teniendo el modo automático como “Hacer fotografía”, un modo específico para el retoque de cara, panorámicas, profesional (manual), vídeos y el “Autorretrato bonito de RA” (es decir, máscaras y efectos a lo Snapchat o Instagram Stories con realidad aumentada.
El modo retrato no existe per se, sino que tiene acceso rápido en el borde superior como las fotos en movimiento, el flash, el HDR y los ajustes, o bien lo podemos dejar en manos de la AI yendo a los ajustes. Aunque como veremos luego es más parecido al modo de apertura de los Huawei ya que permite elegir la apertura virtual deseada (pero se trata de un deslizador que aparece junto al área de enfoque, más parecido al regulador del balance de exposición de iOS).
La app funciona bien, y aunque presenta algunas diferencias con la navegación (como lo que veíamos para el modo retrato) no es compleja y no resulta demasiado difícil familiarizarse con ella, aunque notamos algunas traducciones mejorables y el desenfoque y la AI podrían aplicarse de manera más directa y clara. Eso sí, presenta accesos rápidos para el HDR en fotografía y para la calidad en el vídeo, lo cual hace muy cómoda la experiencia.
Cámaras traseras
Es posible que, centrados en el mecanismo de la cámara frontal retráctil, se hayan medido esfuerzos a nivel general en la fotografía porque el Vivo Nex no llega a destacar en su rendimiento fotográfico. Tenemos tomas aceptables cuando la luz es abundante, mucho mejor en macros que en planos generales.
Lo que observamos es que el rango dinámico es bastante reducido, que hay cierta tendencia a la sobresaturación y la nitidez no está a la altura de lo que se espera en la fotografía de un gama alta. Casi se acerca más a lo que debería cumplir un móvil de media gama, aunque destacan las macro sobre todo si recurrimos al enfoque manual del modo profesional.
El HDR es casi anecdótico en contraluces donde haría más falta, si bien se nota en media luz y disparos estándar. Pero no supone una mejora en muchos casos, bien por no haber cambios o bien por dar imágenes con contornos demasiado marcados por el contraste o incrementos de la saturación que no son necesarios (ni deberían ir implícitos en un aumento de rango dinámico).
Casi lo más destacable y lo que más nos ha satisfecho es el modo manual o profesional. Versátil, completo (a falta de tener HDR y guardar en RAW) y eficaz, permitiéndonos jugar de manera efectiva con la lenta exposición o intentar mejorar el disparo nocturno bajando la ISO.
En cuanto a las fotos nocturnas y de interiores no sale mal parado, defendiéndose bien a nivel de ruido y estando dentro de lo que esperábamos ver. Son disparos que presentan la pérdida de nitidez esperada en esas condiciones, pero no hay un exceso de ruido ni la falta de detalle es exagerada, de hecho los colores, la exposición y el contraste son bastante correctos.
El modo retrato no acaba de ser acertado, en parte porque se aplicará un extra de saturación y temperatura que no hemos pedido (y que no queda bien). Los contornos suelen definirse bien, pero el desenfoque es demasiado plano y queda un efecto muy artificial, y si confiamos en la aplicación automática por AI puede que finalmente no se aplique, por lo que compensa jugar con esa especie de modo apertura que dispone dentro del automático.
Cámara frontal
Sí, hablamos de una cámara frontal que sobresale, pero eso queda según la escena sólo en el sentido literal de la expresión. Con buena luz, ya sea natural o artificial, tenemos disparos equilibrados, con colores realistas y un muy buen nivel de detalle, pero esto cambia cuando la escena es más pobre en iluminación o si jugamos con los modos.
La pérdida de nitidez y la sobreexposición serán bastante habituales con luz media-baja, sobre todo si intentamos un autorretrato a contraluz. El contraste suele ser algo alto también en estas situaciones, aunque donde se dispara es en algunos modos de iluminación del retrato.
El modo retrato se activa del mismo modo que hemos comentado para las cámaras traseras, con un acceso rápido que figura en la interfaz del modo automático, pero en este caso nos aparecerán en la parte más cercana al botón de disparo los efectos de iluminación disponibles: natural, de estudio, monocromo y escenario. Se trata de un ajuste similar al que vimos en iOS, Huawei y OPPO y que parece estar cada vez más de moda, aunque el desempeño difiere mucho en cada caso.
En el de Vivo se trata de modos que dan un resultado que depende mucho del efecto elegido y las condiciones. Suelen ser efectos que trabajan mejor con fuentes de luz directas, sobre todo los que cambian el fondo completamente como el modo escenario. En este caso lo que hace es mantener en blanco y negro el fondo y en color la cara, el desempeño no suele ser satisfactorio dejando zonas negras (cuando deberían tener color) y con un recorte más pobre que el resto de efectos.
Los otros dependerán más del gusto del usuario, pero lo que en general vemos es que se aumentan la saturación y el contraste, sin percibir un juego de luces como en el OnePlus 6T o lo suavizado de los filtros de iOS. El modo retrato automático tiene un buen recorte, pero el fondo es demasiado plano y artificial como ocurría con el de las cámaras traseras.
Por supuesto, tenemos modo belleza e inteligencia artificial, aunque tampoco queda muy claro cuándo y cómo actúa esta segunda. El primero es evidente: piel totalmente pulida, sin imperfecciones ni marcas, con diferentes intensidades para que podamos aplicarlo en menor o mayor grado, a gusto del usuario.
Vídeo
En vídeo el resultado es algo más equilibrado. Hay cierta tendencia a la sobreexposición sobre todo si la iluminación es favorable y en espacios abiertos y esto ocasiona que echemos en falta algo de saturación y contraste, pero tampoco se trata de tomas de baja calidad.
Eso sí, nos toca elegir si preferimos el máximo detalle o la estabilización más suave. Elegir 4K nos dará tomas más nítidas, pero menos fluidas y estables que si elegimos el 1080p (ambos a 30 frames por segundo, no hay 60 fps disponible).
El audio es bueno y logra capturar bien los sonidos próximos incluso en ambientes ruidosos, pero hemos de ir con cuidado de no tapar el micrófono para que el sonido no quede interrumpido en plena captura.
De noche y en interiores la nitidez disminuye, sobre todo si tiramos de 1080p, y el ruido aparece con relativa facilidad. Aunque en todo caso las defiende bastante bien tanto a nivel de colores como de detalle teniendo en cuenta la situación.
La cámara frontal graba como máximo a 1080p y da un resultado bastante bueno. Mantiene un detalle mínimo incluso de noche (será inevitable el ruido, pero considerando la iluminación y la exigencia sale airoso).
Autonomía: la suficiente como para que el usuario esté tranquilo
Normalmente nos apoyamos del software, propio y de terceros, para aportar información sobre la autonomía de un terminal. Pero en esta ocasión la información propia de Funtouch no nos da medias y tampoco funciona bien la medición de apps como GSAM Battery o el Battery test de PCMark, así que os lo contamos de la mejor manera posible.
Hablamos del jugo que da una pila de 4.000 miliamperios/hora, un ingrediente que nos predispone a pensar que el rendimiento a nivel de autonomía será tan interesante como en el caso de smartphones como el Huawei Mate 20 Pro. Pero quizás quede más cerca de lo que vimos en una batería de la misma capacidad en el Samsung Galaxy Note 9, que sin resultar insatisfactorio ni mucho menos tampoco llega a brillar.
La diferencia de rendimientos y medias ante una batería de igual capacidad puede deberse a muchos factores, entre ellos el software y el resto de componentes que se alimentan de esa pila. Y en este caso, la combinación de todas las variables da autonomías de en torno a las 24 horas, pudiendo llegar a algo más de una jornada si no hacemos un uso muy intensivo pero sin llegar a ésta en días de mucha caña.
La carga completa de la batería se hace un aproximadamente una hora y 50 minutos con el cargador que viene en el pack y de 0 a 100% con el móvil apagado.
Sonido: aquí hay trabajo que hacer, Vivo
En este apartado vamos a dedicar algo más al sonido que se emitiría por el auricular, el que recibimos con una llamada telefónica. Pero en este caso no se trata de dicha salida de sonido, sino de la emisión del mismo a través de la pantalla usando la vibración.
Lo que esperábamos es que el sonido quizás se extendiese de manera que no fuese lo discreto que resulta oír el auricular, pero nada más lejos de la realidad. El audio es de calidad y no notas diferencia de un audio convencional mediante un pequeño altavoz, de ahí que nos parezca un avance de cara a lograr esa pantalla infinita a la que esté móvil se acerca tanto.
De lo que sí que dispone es de un altavoz principal en la base para la salida del sonido multimedia y los timbres. Aunque en este caso la experiencia es bastante menos satisfactoria, con un sonido de calidad media que queda por debajo de lo que cabría esperar incluso en un móvil de gama media.
De potencia va bien, hablamos de más de 116 decibelios de volumen máximo, con lo cual tenemos bastante potencia sea cual sea el uso e incluso en ambientes con contaminación acústica (aunque el volumen alto siempre traerá cierta pérdida de calidad añadida, por lo que será mejor siempre quedarse en torno al 80%). Pero se trata de un audio algo plano, con poco rango dinámico y “metálico”.
Compensa que tiene jack de audio y que con auriculares la calidad mejora bastante. De hecho, la experiencia es bastante buena ya con los auriculares que incluyen en el pack, pero la mejora se nota también con otros, incluso con inalámbricos.
Hay disponibles algunos añadidos para llevar a un nivel ligeramente superior la experiencia con auriculares, sin que tenga que ser con los que se entregan o con dispositivos de la marca. Se trata del modo Direct Stream Digital (DSD) dentro de la opción de alta fidelidad (Hi-Fi) en los ajustes de audio, dando un sonido con mayor profundidad, rango dinámico y matices, aunque sólo para las apps que lo soportan. La experiencia mejora ligeramente (sobre todo se nota con auriculares intraurales o cerrados), así que compensa dejarlo activado.
Vivo Nex, la opinión de Xataka
El Vivo Nex nos ha llegado en plena efervescencia de la pantalla agujereada, cuando además la idea del módulo móvil la hemos visto ya aplicada en el OPPO Find X sin que sintiésemos que iba a ser un punto de inflexión o el germen de un cambio. Pero sí nos queda la sensación de que pueden ser lo que el Samsung Galaxy Note Edge: un producto experimental cuyo golpe en la mesa no sea tal, sino que es más bien un golpe de efecto latente que muestra las capacidades de un fabricante en cuanto a innovación y ruptura del status quo.
Vivo se atrevió con el Nex y probablemente haya sido un experimento del que aprender que un módulo retráctil no es la solución más práctica ni la salida más rápida a la autopista de las pantallas infinitas, sobre todo si no hay reconocimiento facial y si la lectura de huellas tiene tanto margen de mejora. Tanto que al final obviábamos su existencia y recurríamos al tradicional patrón para desbloquear el terminal, como hemos explicado.
El Vivo Nex es llamativo, pero también muy voluminoso (especialmente con funda). Esto gustará a quien esté cómodo con pantallas grandes, sobre todo con casi un 90% de aprovechamiento del frontal por parte del panel, pero deja fuera a quienes prefieren algo más compacto y ligero.
Hay también mucha mejora en lo respectivo al audio multimedia, sobre todo si se busca transmitir la sensación de un tope de gama, de un producto selecto o por encima de otros. Esto va de la mano de ciertos aspectos de la capa de software, especialmente si se busca dar un salto internacional definitivo, y la cuestionable decisión de añadir un botón para el asistente de voz como también han hecho Samsung o Xiaomi, aunque en este caso puede desactivarse.
Como experimento, como puerta de entrada, como muestra, el Vivo Nex no está nada mal. Es diferente, es llamativo y va muy bien si hablamos de rendimiento o autonomía, y la pantalla también luce de manera excelente y en casi toda la superficie del frontal.
Pero para ser un buque insignia que lo cambie todo hay que cautivar además de innovar, y nos hacen falta más ingredientes para que este smartphone nos atraiga hasta el punto de elegirlo antes que otro “gigante” de la alta gama. Hay que decir que hemos activado el módulo extraíble hasta la saciedad con el fin de probarlo al máximo y que no nos ha dado problemas, pero el hecho de que la propia Vivo haya actualizado este terminal con una iteración que no hereda este periscopio nos hace pensar que los módulos móviles no son la solución óptima hacia el frontal “todo pantalla”.
8.3
A favor
- La sensación de "todo pantalla" es constante, sobre todo por el tamaño de la misma.
- El hardware puede con todo, no se echa en falta potencia en ningún momento.
- Aunque tiene también su lado menos positivo, el software ofrece un buen grado de personalización en general.
En contra
- El sonido tiene una calidad demasiado baja para lo que se espera en un móvil de alta gama.
- La capa de software tiene margen de mejora en cuanto a traducción y a ser algo más intuitiva.
- La ausencia de reconocimiento facial y el que el lector de huellas sea bastante exigente hacen que desbloquear el móvil sea lento.
El terminal ha sido cedido para la prueba por parte de Gearbest. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.
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