La última filtración sobre el Huawei Mate 30 Pro nos recuerda por qué es tan interesante que se aumente el tamaño del sensor

Estamos viviendo una época muy interesante en fotografía móvil, tanto por los resultados que ya dan como por las metas tecnológicas que se están alcanzando. Una de las carreras que vemos es la de los megapíxeles del sensor, pero otra quizás más interesante (aunque menos ruidosa) es la de crear un sensor de mayor tamaño con el desafío de no tener un móvil demasiado grueso o grande.

Algo que nos viene a la cabeza por la enésima filtración alrededor del Huawei Mate 30 Pro, el próximo buque insignia que se espera por parte de la marca china y que normalmente tiene bastantes similitudes con su antecesor inmediato, que en este caso sería el Huawei P30 Pro. Como vimos en el Huawei Mate 20 Pro, la configuración no era exactamente la misma que en el Huawei P20 Pro y en este caso la diferencia entre el P30 Pro y el próximo Mate está en parte en el tamaño de un nuevo sensor.

No es la suma de más de 80 megapíxeles lo que nos llena de hype

Aunque del esperado Huawei Mate 30 Pro se han comentado ya algunas supuestas características, una de las más llamativas sería ésta, de confirmarse. El encargado de hacer saltar nuestras alarmas ha sido una vez más IceUniverse, quien lleva algunos aciertos importantes en esto del rumore, rumore tecnológico y ahora ha compartido la que sería la combinación de sensores principales del Mate 30 Pro en comparación con el de un Samsung Galaxy Note 10 del que esperamos saber pronto.

Lo que nos dice con esto, sin ser nada oficial y todo siempre por confirmar con lo que pueda anunciar el fabricante, es que el nuevo tope de gama de Huawei añadiría al nuevo sensor RYYB de 40 megapíxeles y 1/1,7 pulgadas que estrenaba el P30 Pro uno más nuevo y sobre todo más grande. Este segundo sensor de 40 megapíxeles correspondería a la cámara gran angular y sería de 1/1,5 pulgadas, algo que se acercaría o alcanzaría a lo que vimos en un mítico Nokia Lumia 1020, o mítica su joroba tras la que se albergaba un sensor de 1/1,55 pulgadas, y quedando así más cerca del que tiene el récord en este sentido (con el permiso del Panasonic CM1): el Nokia 808 PureView y su sensor de 1/1,2 pulgadas.

De hecho, aquel lanzamiento ya nos hizo hablar de la importancia del tamaño del sensor también en fotografía móvil. Más allá del número de megapíxeles, que tiene su importancia, el tamaño del sensor predetermina la cantidad de luz que puede capturar una óptica y como describimos ésta es la materia prima que nos permite "describir" una imagen de una manera acertada y verosímil.

Lo interesante de que el sensor sea más grande

A modo de resumen, el sensor es la pieza que se encarga de capturar la imagen que queremos fotografiar, y esto ocurre porque le llega la luz, o más concretamente los fotones. Con esto el sensor es capaz de generar una imagen digital, germen o lienzo de la fotografía final sobre el que posteriormente pinta el procesado de cada fabricante.

Si el sensor (o sus celdillas, los píxeles) son capaces de capturar más luz al final dispondrá de más información para reproducir de una manera más fiel la imagen

De este modo, si el sensor (o sus celdillas, los píxeles) son capaces de capturar más luz al final dispondrá de más información para reproducir de una manera más fiel esa imagen en la realidad que pretendemos conservar en nuestro soporte electrónico. Por ello es importante que haya un mínimo de megapíxeles, pero será el sensor más grande el que sea capaz de proporcionar imágenes de mayor calidad al capturar finalmente más fotones aunque enfrentemos sensores de la misma resolución o incluso si el más grande tiene menos megapíxeles.

El principal problema: las limitaciones físicas. El paso de móviles a smartphones supuso, entre otras cosas, ver teléfonos mucho más delgados a medida que los componentes internos eran más eficientes y también más delgados, como ha ocurrido con las pantallas y también con las cámaras.

Pero el principal reto de cara a seguir aumentando la calidad final de imagen es que los chasis son pequeños, por mucho que ahora veamos volúmenes de móvil mayores gracias a un aumento aparente de la demanda por una mayor diagonal de pantalla. Tanto el tamaño del sensor como el volumen que ocuparán objetivos y el resto de componentes están plenamente sujetos al volumen disponible total del teléfono (en parte por el grosor del mismo, casi siempre por debajo del centímetro).

De hecho, hace poco nos matizaba esto Zake Zhang, jefe de producto de OnePlus, en la entrevista que pudimos hacerle al visitar los laboratorios de pruebas fotográficas de la marca. Nos comentaba que una de las principales barreras que se encuentra el avance de la fotografía en smartphones en comparación con las cámaras DSLR es la limitación por el espacio, y que en la actualidad probablemente más del 80% del resultado en una fotografía se deba al hardware.

"[...] No podemos ir tan lejos en los smartphones como en las cámaras por la limitación de tamaño: hay menos espacio y el tamaño del sensor también viene limitado por esto. Así que dado que hay una limitación tratamos de maximizar el espacio disponible para poner el sensor más grande posible.

Parte de las lentes que conforman la óptica del Huawei P30 Pro van en perpendicular a lo habitual para así no engrosar más el terminal. Una solución dada esa limitación de espacio, no hemos de olvidar que hablamos de décimas de milímetro en muchos casos.

Una segunda mitad de 2019 que pinta muy interesante en fotografía móvil

Por todo esto, ese supuesto avance que mostraba IceUniverse abre una posibilidad muy interesante de cara a esta suculenta ronda de buques insignia que nos espera en la segunda mitad del año. A falta de saber también de manera oficial lo que nos espera en los próximos iPhone, Pixel, Samsung y los móviles de primera línea de los principales fabricantes (sobre todo aquellos que priman tener lo más potente a nivel fotográfico), la verdad es que este rumor pone las cosas realmente jugosas ahora que además la fotografía computacional está dando cada vez mejores resultados.

Huawei, baches y polémicas al margen, ha tenido un ascenso brutal en los últimos años y se ha notado en las características de sus móviles que sus recursos a nivel de I+D son mayores que hace años. Es uno de los que más insiste en usar la supuesta inteligencia artificial como recurso, como gancho a nivel de fotografía de cara a los consumidores, pero vistos los resultados hasta la fecha y la importancia que aún tiene el hardware en el resultado final hablando de fotografía móvil, que otro sensor dentro de una misma triple (o cuádruple cámara, contando el sensor ToF) sea más grande sería algo positivo al menos de cara a la industria si se convierte en tendencia.

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