Aunque Galaxy S y Galaxy Note van a continuar siendo las familias más emblemáticas de Samsung con el añadido del Samsung Galaxy Fold, en la gama Galaxy A del fabricante surcoreano se están comenzando a producir cambios que indican que en este 2019 los Galaxy A también van a ser terminales clave en su estrategia de apuntar a los premium.
Y no va a ser así porque Samsung apueste mucho por ella o porque ahora los Galaxy A vayan a englobar a los superventas Galaxy J, que dicen adiós, sino porque terminales como el Samsung Galaxy A80 están sirviendo de campo de pruebas (muy positivas a priori) para, por primera vez lejos de la gama alta y de forma exclusiva, integrar funciones y características sorprendentes e innovadoras. Hemos tenido la oportunidad de probar el terminal y su cámara deslizante retráctil, y estas son nuestras primeras impresiones.
Ficha técnica del Samsung Galaxy A80
Samsung Galaxy A80 | |
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Diseño | 165.2 x 76.5 x 9.3mmMetal y cristalColores: negro, oro rosado y plateado |
Pantalla | 6,7 pulgadas FullHD+ 2.400 x 1.080 Super AMOLED New Infinity Display |
Procesador | Octa-core: 2 núcleos a 2,2 GHz y 6 núcleos a 1,7 GHz |
RAM | 8 GB |
Capacidad | 128 GB |
Batería | 3700mAh con carga rápida de 25W |
Cámaras | Sensor principal de 48 megapíxeles con apertura f/2.0 Ultra Gran Angular de 8 megapíxeles con apertura f/2.2 Sensor ToF 3D Mecanismo rotatorio y deslizante |
Otros | Lector de huellas en pantallaSonido Dolby Atmos |
Precio | Por confirmar |
El diseño más vanguardista de Samsung hasta la fecha
El Samsung Galaxy A80 es un terminal que sorprende cuando lo ves por primera vez. Samsung cuenta en su haber con grandes diseños, pero lo que más llama la atención, incluso sin saber lo que sus entrañas deparan, es que la pantalla no se ve "perjudicada" por ninguna clase de 'notch' o agujero, como sí ocurre en la de sus hermanos menores o en los Samsung Galaxy S10. Trae un diseño de panel que Samsung llama "New Infinity Display", y que nos parece más futurista de lo que hemos visto incluso en sus gamas superiores.
Se trata de un terminal muy grande, con pantalla Super AMOLED de 6,7", pero sorprendentemente bien aprovechado de esquina a esquina gracias a la eliminación casi total de sus bordes, y que entra por los ojos al presentar lo que decíamos, un panel limpio. Para los amantes de la simetría en los bordes negros, este Samsung Galaxy A80 también trae alegrías, pues la "barbilla" inferior, pese a ser algo más gruesa que el borde superior o lateral, por fin es lo suficientemente reducida como para casi no notarse, al nivel de los Samsung Galaxy S10.
En cuanto a sujección y agarre, pese a que para muchos puede tener un tamaño excesivo, no se hace incómodo gracias a las ya icónicas curvas traseras. Esta vez no están presentes en el cristal frontal, como el el Samsung Galaxy 10e, hecho que hace que la ergonomía sea incluso mejor. Eso sí, es un terminal pesado por contar con todo este nuevo mecanismo y tanto tamaño, y se nota al tenerlo un rato en la mano.
Para que este nuevo diseño pueda llegar al Samsung Galaxy A80 hay que esconder varios elementos. Uno de ellos es el altavoz de llamadas, que ni siquiera se integra en el borde, sino detrás de la pantalla. No hemos podido probar su calidad al no poder realizar llamadas con el terminal en la zona de pruebas.
Tres cámaras traseras que se dan la vuelta y valen para tomar selfies
El segundo elemento que "se esconde" que a la vez lo más distintivo del terminal más allá de su pantalla, es su conjunto de cámaras, que sólo verás de inicio en la parte trasera. Basándose en los sistemas de cámaras frontales deslizantes que hemos visto el año pasado, y en un mecanismo capaz de rotar las cámaras traseras hacia adelante de forma automática en el momento en que en la interfaz de cámara elegimos cambiar de orientación trasera a frontal, este Samsung Galaxy A80 logra hacer selfies con la cámara principal.
Esto, de por sí resulta extremadamente prometedor, pues la calidad y el tamaño de las lentes y sensores traseros suele ser mucho mejor que la de las cámaras delanteras. Se unen aquí los diseños deslizables de 2018 con la cámara rotatoria del Oppo N1, aunque con automatismos también de esta era. ¿La gran preocupación de cara al futuro? Que elementos como arena se introduzcan en el mecanismo y con el tiempo la transición de cámaras se resienta. La durabilidad es la gran duda que de momento sobrevuela estos sistemas, y despejarla requerirá no horas, días o meses, sino años.
Pero, ¿cómo se comporta el sistema? Debemos saber que al realizar fotos de objetos como haríamos con las cámaras traseras de cualquier smartphone la experiencia es la común y nada varía. Es en el momento de cambiar la disposición de cámaras cuando el mecanismo te deja con la boca abierta por cómo en el frontal aparecen de la nada tres lentes apuntándote. La experiencia, eso sí, pese a que es automática y cómoda, no resulta rápida ni el mecanismo es especialmente fluido. No cabe esperar poder hacer selfies tras abrir la app de cámara a la misma velocidad que tras cambiar las cámaras en un smartphone tradicional.
A esto se suma que, en principio, no hay forma rápida y directa de lanzar la aplicación de cámara y que las cámaras traseras se encuentren listas para hacer un selfie, según Samsung nos ha contado en el evento. Así, el camino rápido para hacer un selfie seguirá siendo hacer doble click en el botón de encendido, para posteriormente invocar el "mágico" cambio de cámaras.
Sobre el juego de cámaras traseras hay varios detalles que comentar. Contamos con una cámara principal de 48 megapíxeles y apertura f/2,0, una ultra gran angular de 8 MP y apertura f/2,2 de 123 grados y un sensor de profundidad TOF para ayudar con el modo retrato, que en Samsung se llama "enfoque dinámico", y con el nuevo enfoque dinámico en vídeo, que difumina los fondos de los sujetos en movimiento en tiempo real.
La experiencia de disparo es rápida en todos los sentidos que hemos probado: apuntando, enfocando y disparando. Sin embargo, en esta primera prueba preliminar, hemos podido observar unos comportamientos de las tres cámaras que no esperábamos. Por ejemplo, en el modo normal, con la cámara atrás, puedes cambiar entre la principal y la ultra gran angular.
Por ello, es lógico pensar que al tratar de hacer selfies y cambiar la distancia focal, también se alternarán ambas cámaras, pero no. Si quieres hacer selfies con la cámara ultra gran angular, no podrás. Al seleccionar el modo de mayor campo de visión cuando las cámaras están en el frontal, este se agranda, pero no al nivel de la gran angular en la cámara trasera. Una pena, porque los selfies grupales no podrán ser tan amplios como las lentes posibilitan. Más adelante veremos fotos hechas en ambos modos, y la diferencia en focal es prácticamente imperceptible.
El enfoque dinámico y su desenfoque parecen ganar cierta calidad con el sensor de profundidad, pero lo que no nos ha convencido casi nada es el enfoque dinámico en vídeo. El modo retrato en vídeo requiere que muchos factores funcionen bien, y a priori, en la compleja situación de luz en la que hemos podido experimentar, los resultados y el seguimiento de objetos en el recorte no han sido buenos.
Samsung se estrena aquí con los sensores de 48 megapíxeles, y parece que a buen nivel por las escuetas pruebas que hemos hecho, pero el hecho de no contar con estabilización óptica y la lente f/2.0 hace pensar que no alcanzará por bastante a los resultados de sus hermanos mayores. En el detalle, que podemos ver en las próximas imágenes, sigue aplicando un postprocesado muy agresivo que a veces puede hacer confundir la piel con con cera. En cuanto a la cámara ultra gran angular, los resultados preliminares acusan una falta considerable de nitidez, algo no inédito con esta clase de lentes, pero como siempre, las condiciones en estas pruebas no eran las más óptimas.
La experiencia general de uso con el Samsung Galaxy A80
Más allá de la cámara retráctil, hay que volver a lo que posibilita a nivel físico: ese panel Super AMOLED de 6,7" impoluto con resolución Full HD+ de 2.400 x 1.080, es decir, con una proporción levemente más alargada que la proporción "clásica" 19.5:9. ¿Cómo se comporta? Pudiendo comparar con un Samsung Galaxy S10 en el momento, se confirma que estamos ante un muy buena pantalla, pero no ante una brillante y sobresaliente de gama alta.
¿En qué se nota? En primer lugar, la resolución no es la ideal para un panel tan grande y se habría agradecido QHD+ para ver el texto más definido. En segundo lugar, la reproducción de color tampoco es tan buena como en modelos superiores. El modo natural, considerado el más preciso, resulta demasiado apagado, y el vívido, tan saturado como en otras veces. Por último, al girar la pantalla para comprobar el rendimiento de los ángulos de visión, aparece aquí el famoso arcoiris con tonos verdes y rosas que ya no está presente en sus hermanos mayores desde el Samsung Galaxy S8, lo que indica un polarizador de calidad inferior.
Más allá de esto, reproduciendo vídeos y en uso resulta placentera por su tamaño y por lo que propone. Es, en ese sentido, lo esperable en una AMOLED de gama media-alta. Sobre el lector de huellas capacitivo que lleva integrado no podemos realizar valoraciones, porque las unidades que nos han prestado no tenían la función habilitada.
En cuanto al uso, como siempre, es difícil profundizar en el rendimiento del sistema. Como cabía esperar, con un procesador de gama media que apunta hacia la alta, One UI se mueve muy bien en los parámetros medibles en un rato tan corto, y es esperable que los usuarios estén en principio conformes con este rendimiento, salvo que exijan lo que sólo podemos demandar al grupo de bendecidos: Kirin 980, Snapdragon 855, Apple A12 y Exynos 9820. Sin embargo, pese a ser un Galaxy A, el Galaxy A80 se vale de algo de lo que algunos gamas altas aún no pueden presumir, y es contar con 8 GB de RAM para tener una multitarea que debe ser "infinita".
Durante el rato en que hemos podido probar varias unidades del Samsung Galaxy A80, uno de los problemas que hemos podido constatar que siguen presentes respecto a otros modelos es el de la recolección de huellas dactilares y grasa en la parte trasera que ya vimos en modelos como el Samsung Galaxy A9, y que no se presenta tan acentuado en modelos de gama más alta. Es posible que esto mejor con un tratamiento oleofóbico en producción. En el resto de aspectos, la construcción, con los marcos metálicos es de mucha calidad, como Samsung acostumbra desde el Samsung Galaxy S6.
El Samsung Galaxy A80 no presenta en su parte inferior, junto a su puerto USB-C, ni puerto jack ni doble altavoz que produzca sonido estéreo. Reproduciendo audio con el sonido ambiente, que era elevado, hemos podido percibir que, desde luego, la potencia es considerable. Dejaremos para la review hablar de matices y riqueza.
Un teléfono prometedor, con nuestra mira puesta en el precio
El Samsung Galaxy A80 ha demostrado ser solvente durante nuestro primer rato con él en prácticamente todos los apartados que hemos podido probar. Con su procesador, todavía en duda, aunque puesto a prueba en Geekbench 4, sabemos que tenemos potencia para casi todo, incluidos los juegos gracias a su GPU Adreno 618, un 25% más rápida que la Adreno 616 del Snapdragon 710. Esto prácticamente asegura poder disfrutar de títulos como Fortnite a buen nivel.
En lo que lo hace especial, el Samsung Galaxy A80 no admite dudas: es muy positivo ver una apuesta en cámara como esta que tampoco perjudica al resto de la experiencia a priori, junto con un diseño tan futurista al que Samsung apunta por primera vez desde un gama media. Que hacerse con este conjunto merezca más o menos la pena respecto a subir un escalón más hacia los Samsung Galaxy S10 dependerá, como siempre, del precio que Samsung establezca para nuestros mercados, que aún no conocemos.