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Samsung Galaxy A80, análisis: la cámara reversible lo diferencia de cualquier otro gama media de 2019

Cuando parecía que la innovación más llamativa se centraba en la pantalla en este curioso y aguerrido periplo hacia el 100% de frontal aprovechado por ésta misma, son las cámaras las que ahora protagonizan los diseños más distintos y llamativos. Un abanderado de esto es este smartphone de Samsung que se desmarca de las cámaras frontales periscópicas para instalar una triple cámara reversible y ambivalente, y los contamos en detalle sobre ella y el resto de características en el análisis del Samsung Galaxy A80.

Un móvil que integra componentes que están a caballo entre la media y la alta gama, aunque globalmente se ubica en la primera. Quizás por eso haya llegado con un precio que es superior a lo que solemos ver en este rango de smartphones, y que en cierto modo sirve también para marcar que sin duda es un móvil especial y distinto.

Ficha técnica de los Samsung Galaxy A80

Samsung Galaxy A80
Dimensiones 165,2 x 76,5 x 9,3 mm, 220
Pantalla Super AMOLED 6,7" New Infinity Display, Full HD+
Procesador Qualcomm Snapdragon 730G octa-core: 2 núcleos a 2,2 GHz y 6 núcleos a 1,8 GHz
RAM 8 GB
Almacenamiento 128 no ampliable
Sistema operativo Android 9.0 Pie
Cámara trasera/frontal Rotatoria, 48 MP (principal f/2.0), 8 MP (Ultra Gran Angular f/2.2 123°), 3D Depth
Batería 3.700 mAh, Carga rápida 25 W
Seguridad Lector de huellas en pantalla
Conectividad 4G/LTE Cat.20, WiFi 802.11ac, Bluetooth 5.0
Otros USB tipo C, GPS, NFC
Precio Desde 669 euros

Diseño: el protagonismo de la pantalla gracias a la "magia" con las cámaras

La gama Galaxy A sigue siendo esa familia de gama media con aspiraciones de gama alta en algunos de los casos, y la construcción mira algo más a sus hermanos mayores que en el pasado, recordando por ejemplo el Samsung Galaxy A6+. Con bordes de metal y trasera de cristal, el acabado brillante tipo “charol” de moda reina sobre toda la cubierta del smartphone con un tono plomizo.

Esa trasera, pese a seguir modas, es particular. Dibuja una curvatura a los lado y la sencillez impera, sólo con el logo de Samsung en ella, pero hay una división necesaria debida a la parte móvil que integra la cámara reversible.

De este modo, vemos que hay una separación física entre esta parte móvil y lo que es la cubierta trasera, pero no han buscado disimularlo ni mucho menos y esto es probablemente un acierto. Queda una hendidura fina (pero evidente) entre estas partes, pero al dar una nota de color distinta a esta sección superior logran que no quede nada mal ni rompa la armonía (es sutil, siendo algo más clara esta parte que en el resto de trasera).

Eso sí, lo que es el módulo de las tres cámaras (el rectángulo redondeado negro del centro) es bastante llamativo. Es protuberante y posee un marco dorado cobrizo para el cristal protector que le quita elegancia (al menos según los cánones occidentales), y al girar para actuar como cámara frontal queda bastante antiguo (muy clásico, quizás demasiado), al menos teniendo en cuenta las corrientes actuales en diseño.

Todo esto nos gustará más o menos, pero lo que independientemente de esto ocurre (y preocupa de cara al uso continuo) es que en las hendiduras se va quedando partículas de polvo o arenillas. Habrá que ver si esto acaba siendo un problema sobre todo en relación al hueco que queda entre la parte móvil y la fija.

El marco metálico hace de puente entre estas cubiertas traseras y adquiere un tono distinto como hemos dicho, más cálido pero siendo también gris. En él se encaja la pantalla, de bordes mínimos y barbilla más discreta que en otros terminales anteriores de la marca, sin notch ni agujeros gracias a esa cámara reversible. Ah, y sin botón para Bixby (gracias, Samsung).

A priori el tamaño no llama la atención viendo los que estamos viendo últimamente, pero es bastante pesado

A priori, el tamaño y el volumen encajan con lo que estamos viendo últimamente y no llaman la atención en mano más allá de la consideración de que es otro teléfono grande, pero sí que es bastante pesado. Sin saber el peso exacto antes de sostenerlo, ya en ese primer contacto dedujimos que estaba por encima de los 200 gramos, quedando concretamente en 220 gramos.

Altura (milímetros) Anchura (milímetros) Grosor (milímetros) Peso (gramos) Pantalla (pulgadas) Batería Superficie (cm2) Volumen (cc)
Samsung Galaxy A80 165,2 76,5 9,3 220 6,7 3.700 126,38 117,53
OPPO Reno 10x Zoom 162 77,2 9,3 210 6,6 4.065 125,06 116,31
OnePlus 7 Pro 162,6 75,9 8,8 206 6,67 4.000 123,41 108,603
Samsung Galaxy A70 164,3 76,7 7,9 183 6,7 3.700 126,02 99,55
Huawei P30 Pro 157 73,2 8,6 190 6,47 4.200 114,92 98,83
Samsung Galaxy S10+ 157,6 74,1 7,8 175 6,4 4.100 116,78 91,09
iPhone XS Max 157,5 77,4 7,7 208 6,5 3.174 121,91 93,87
Huawei P Smart Z 163,5 77,3 8,8 196,8 6,59 4.000 126,39 111,22
LG V40 ThinQ 158,8 75,7 7,6 169 6,4 3.300 120,21 91,36
Sony Xperia 10 Plus 167 73 8,3 180 6,5 3.000 121,91 101,19

El Samsung Galaxy A80 es el más voluminoso de esta selección, a igual diagonal que el Samsung Galaxy A70 y cercana al OPPO Reno 10x Zoom y al OnePlus 7 Pro. También gana en peso, teniendo en cuenta que integra probablemente la misma batería que el A70 (3.700 miliamperios/hora) y que no llega a los 4.000 mAh o más de los anteriores o el Huawei P Smart Z (más contenido y ligero).

Tras probar varios smartphones con esta diagonal y un volumen en esa línea, el tamaño no es lo llamativo, ayudado por la sensación de “todo pantalla”

Curiosamente, es igual de grueso que el Reno 10x Zoom, ambos con un módulo móvil (aunque el OnePlus 7 Pro es más delgado con su módulo también más reducido). La verdad es que tras probar varios smartphones con esta diagonal y un volumen en esa línea, como decíamos el tamaño no es lo llamativo, ayudado por la sensación de “todo pantalla” que después comentaremos y que siempre contribuye a que la experiencia sea algo más agradable y se olviden o se perdonen hasta cierto punto las dimensiones.

En mano es cómodo, el agarre es agradable ayudado por las curvas y que todos los ángulos y bordes están suavizados. Eso sí, resbala mucho, pero al menos resiste muy bien a las huellas dactilares (sin milagros, pero mejor que otros), así que bien por ese acabado oleofóbico que nos dejará mejor recuerdo del que tenemos de otros móviles de la marca como el Samsung Galaxy A7 2018.

Sobre el frontal, lo dicho. Los bordes se reducen considerablemente si comparamos con otros Samsung de gama media como el Samsung Galaxy A9 2018, quedando en la línea del A70 pero sin esa muesca en forma de “U”, y con el lector de huellas integrado en la pantalla no hay ningún elemento que invada la trasera o los laterales (posteriormente hablaremos de su desempeño).

Los bordes están en general bastante despejados teniendo en cuenta que no hay jack de 3,5 milímetros, lo discreto del altavoz al lado del USB y que la bandeja para la nanoSIM también queda en este lado. Y en el frontal no vemos auricular ni altavoz visible, por lo que nada interrumpe la junta entre la pantalla y el marco con la discreta solución de que la pantalla sea el auricular recurriendo a componentes piezoeléctricos, lo cual no necesita ni la más mínima salida física como vimos en el primer Xiaomi Mi MIX y en otros posteriores.

Pantalla: 6,7 pulgadas AMOLED sin nada que las interrumpa

Protagonismo casi absoluto para un panel que logra lucir más aún que en el Samsung Galaxy A70 pese a medir lo mismo gracias a que se opta por el mecanismo del módulo reversible de cámaras (en vez de integrar una cámara frontal como tal). De este modo, según GSMArena hablamos de un 86% de aprovechamiento del frontal por parte de la pantalla, siendo ésta una cifra notable más aún hablando de un gama media.

Un panel super AMOLED de 6,7 pulgadas con resolución FullHD+ (1.080 x 2.400 píxeles), la misma que el A70 y algo mayor a la del Samsung Galaxy S10e, aunque con menor densidad de píxeles repecto a éste (438 píxeles por pulgada respecto a los 393 del A70 y el A80). Un valor que es suficiente para dar una buena experiencia a nivel de nitidez y que encaja bien en esta gama de producto.

Bien a nivel de contraste y de saturación, viene de fábrica con una viveza de los colores adecuada aunque algo fría. Lo positivo: la capa de software provee de una serie de ajustes para poder configurarlo algo más a nuestro modo. Lo negativo: que para ajustar la temperatura necesariamente tendremos que elegir el modo de color vívido, el cual resulta demasiado saturado (y nos recuerda a tiempos de AMOLEDs irremediablemente sobresaturadas).

Vemos que el reflejo de color característico de las pantallas con esta tecnología sale sin tener que buscarlo mucho, aunque en todo caso es mucho menos exagerado de lo que vimos en el A6+ (muy bien por esto). Pero a nivel de ángulos de visión no se hace mucho de rogar para que aparezcan los tradicionales tintes verdosos/rosados de estos paneles cuando no son de la máxima calidad.

El brillo máximo es de unos 600 nits, lo cual es suficiente para que se vea bien el contenido bajo el Sol (aunque en las horas de mayor y más intensa incidencia no vendría mal un plus). También buen nivel de contraste y corrección en lo que se refiere a la sensibilidad táctil, aunque se dan bastantes toques accidentales cuando apoyamos el pulgar en el borde lateral (esos marcos son más finos).

El ajuste de brillo automático funciona muy bien, nada que objetar ahí. Aunque sí veremos que cuando llega al 5% de la batería se reduce al 5% automáticamente, y puede ser demasiado bajo (aunque mejor que el 0% que vemos en LG con un sistema similar). Estaría bien poder ajustar esto para que por ejemplo esta reducción automática quedase en un 10% del brillo.

Además de poder ajustar hasta cierto punto la temperatura de pantalla, podemos configurar su activación con el doble toque o al levantarla. Veremos en el apartado de software además las posibilidades para la navegación, pero lo que ya comentamos aquí es la posibilidad de establecer o programar la pantalla ambiente, llamada en este caso Always on.

Vemos que tiene algunas opciones de configuración y que permite acceder con un doble toque al contenido de las notificaciones desde el icono que aparece (si tenemos método de desbloqueo, habrá que hacerlo). Podemos además configurar el aspecto y que aparezca una imagen determinada, y algo bastante útil que es activar el widget de la reproducción de música (podcasts, Spotify, etc.), que funciona especialmente bien en la pantalla de bloqueo, si bien no hay muchos más widgets para elegir.

Además de todo esto hay un modo oscuro, pero no lo encontraremos en las opciones de pantalla, sino en las de batería que a su vez encontraremos dentro de mantenimiento del dispositivo. Como suele ocurrir, se aplicará a interfaces propias (incluyendo la cortina de notificaciones) y a verdad es que es bastante agradable, con un fondo gris oscuro y con la posibilidad de establecerlo en un intervalo de tiempo.

Afortunadamente, la capa de software permite cierta personalización y pueden modificarse algunos aspectos como el tamaño de tipografías e iconos y los botones de navegación de modo que se puede sacar algo más de esa pantalla. El trabajo con los marcos es muy bueno tratándose de un gama media y aprovechando que el lector de huellas está también integrado en la pantalla la interfaz podría sacar más partido, pero lo que es independiente a esto (por ejemplo, las reproducciones y apps a pantalla completa) pueden disfrutarse bien.

Rendimiento: un procesador de gama media y la RAM de gama alta

Algo de confusión hubo en torno al procesador de este terminal, pero posteriormente supimos que lo que integra el Samsung Galaxy A80 es un reciente Snapdragon 730 acompañado de 8 GB de RAM y 128 GB de almacenamiento (sin extensión posible con microSD).

Queda así un poco a caballo entre la media gama y la alta a este nivel con un procesador que por serie y prestaciones estaría en la media, pero con una cantidad de memoria RAM más característica de los móviles de primera línea con Android (donde de hecho encontramos muchos con 6 GB e incluso alguno con 4 GB). Pero igual que los miliamperios/hora no son todo lo que define la autonomía, los gigabytes de RAM tampoco determinan todo en el rendimiento y la experiencia.

¿Qué nos encontramos en este caso? Que por hardware el smartphone puede ejecutar cualquier tarea pesada sin que se vea limitado, aunque en ocasiones vemos un lag puntual que podría estar relacionado con el software, por ejemplo al abrir la multitarea, al cambiar la orientación o incluso al inicio del sistema cada vez que lo encendemos (tarda tanto que incluso han habilitado una notificación que indica que se espere un momento).

Cuando iniciamos el móvil, aunque tardemos unos minutos en tocarlo, queda una notificación que indica el inicio del sistema y tendremos que dejar unos segundos al intentar desbloquearlo.

El móvil normalmente se mantiene a una temperatura adecuada, salvo cuando jugamos unos diez minutos o menos que ya notaremos el incremento de temperatura sobre todo en la parte superior trasera. También estará templado cuando lo usemos como reproductor multimedia, por ejemplo al reproducir música o podcasts.

Para quienes tomáis como referencia las pruebas de rendimiento, os mostramos los resultados del Samsung Galaxy A80 a los benchmarks habituales.

Samsung Galaxy A80

Xiaomi Mi 9T

Samsung Galaxy A70

Motorola One Vision

Xiaomi Mi 9 SE

Xiaomi MI A2

Lenovo Z5S

Huawei P SMART 2019

PROCESADOR

Snapdragon 730G

Snapdragon 730

Snapdragon 675

Exynos 9609

Snapdragon 710

Snapdragon 660

Snapdragon 710

Kirin 710

RAM

8 GB

6 GB

6 GB

4 GB

6 GB

4 GB

3 GB

4 GB

ANTUTU

206.883

211.901

170.567

136.111

177.957

127.610

130.026

130.026

GEEKBENCH

2.514 / 6.657

2.545 / 6.900

2.363 / 6.390

1.507 / 4.934

1.868 / 5.901

1.626 / 4.286

1.531 / 5.149

1.531 / 5.149

3DMark (Icestorm Unlimited)

37.706

-

22.854

-

29.244

22.461

-

16.434

PCMark (Work)

7.358

-

9.288

6.617

6.800

6.332

6.888

5.853

Software: One UI, en la intersección de la invasividad y la personalización

Atrás quedan los tiempos de TouchWiz a medida que One UI asienta sus líneas de diseño, pero lo que permanece es la manera en la que invade la estética de Android stock imponiendo la suya. Aunque, como ahora veremos, hay espacio para la personalización.

Tenemos pues la capa One UI en su versión 1.1 sobre Android 9 Pie, y algo que se agradece es que antes de abrir la pantalla de inicio por primera vez nos deja elegir qué apps pre-instalar. Las de Google las hemos de aceptar, pero las de Samsung podemos omitirlas o bien eliminarlas más adelante.

Así viene el escritorio del Samsung Galaxy A80 de fábrica.

De este modo, podríamos iniciar el smartphone más o menos limpio hablando de bloatware, si bien algunas de las apps propias son lo que habitualmente viene como utilidad básica como la calculadora. De serie el sistema viene organizado en cajón de apps y escritorio, pero puede cambiarse a un solo espacio (sin cajón) yendo al apartado de Pantalla de inicio en los ajustes de pantalla.

Con estas apps se inicia el Samsung Galaxy A80 de fábrica (habiendo deseleccionado la mayoría de las que se ofrecían en el pre-load).

Algunas apps pueden desinstalarse o desactivarse. Aunque eso sí, en el caso de la segunda Samsung sigue permitiendo que se actualicen, de modo que reaparecen entre nuestras apps.

De éstos hemos hablado anteriormente, aunque podemos añadir algunos detalles más sobre todo de cara a la organización y la navegación por las interfaces del sistema. Samsung sigue optando por ese enorme y desaprovechado espacio para las cabeceras de cada menú de ajustes y eso no lo podremos modificar, pero sí el enorme tamaño de tipografías e iconos que viene de serie (es como si viniese activada por defecto alguna opción de accesibilidad).

Así se logra aprovechar algo mejor el espacio, por ejemplo cambiando la cuadrícula de los elementos en el escritorio/cajón para que quepan más apps como hemos visto en el apartado de pantalla. También puede cambiarse esto en los toggles de la cortinilla de notificaciones, aunque también tendremos ese grandísima área desaprovechada.

En cuanto a posibilidades de navegación, de momento Samsung sigue apostando por su propio sistema de tiradores, uno para cada una de las acciones que tendrían los botones tradicionales de navegación (que están activados por defecto). Con ello podemos despejar un poco más la pantalla para dar más superficie a la interfaz, dado que los tiradores son más discretos que los botones o que la barra de botones de Android 9 Pie, si bien no existen unos gestos como los que vemos en OnePlus, Xiaomi o Huawei entre otras.

Pese a activar los "gestos", que en teoría dejan más espacio a la interfaz de usuario, el espacio podría aprovecharse mejor.

Además de ello, podemos activar Bixby Home, la pestaña de tarjetas que ofrece One UI y que permite tener acceso rápido a contenido del smartphone, de webs, noticias o apps. Es personalizable y se accede deslizando hacia la derecha desde la pantalla de inicio, y si preferimos no tenerla podemos desactivarla abriendo las opciones de personalización del escritorio/pantalla de inicio y desactivando el switch de Bixby Home.

No busquéis la activación/desactivación de Bixby en los ajustes, está en las opciones de la pantalla de inicio (esto no es muy intuitivo).

Puede resultar útil si siempre consultamos las mismas webs o usamos las mismas apps, aunque tendremos que dar algunos permisos extra según qué queramos que aparezca. Lo que no resulta claro es qué ocurre cuando hay una notificación en el menú de opciones (arriba a la derecha), con el mismo globo que aparece en la cortina de notificaciones, y nos tocará abrir cada opción en busca de qué es (consejo: abrid primero el de Ajustes antes que el de Avisos, aunque la intuición os diga lo contrario).

Además, por fin Bixby Voice llegó a los gama media y esta vez sí se nota que ha estado entrenando. Si bien es cierto que la configuración es muy escueta (no sabemos qué son las "cápsulas" y no podemos gestionarlas, por ejemplo), el asistente ahora entiende bastante mejor y dispone de rutinas automáticas para ciertos comandos, como pueden ser una serie de acciones al decir "buenos días" o "buenas noches".

Dentro de lo que ofrece todo lo relacionado con la asistencia virtual están las rutinas de Bixby, las cuales permiten establecer precisamente esa serie de acciones automáticas a la carta. Muy útil por ejemplo es configurar una de ellas al disponernos a conducir.

Encontramos también un apartado de Salud digital, siguiendo la estela del Bienestar digital de Android y las aplicaciones del estilo que también vemos en otras capas. Nos mostrará los desbloqueos que hacemos en el día, así como las notificaciones recibidas y un gráfico circular repartiendo el tiempo entre las apps que más usamos (en primer plano). Ahí también veremos que podemos gestionar tiempos de descanso, temporizadores de uso para cada app o las notificaciones de éstas, sin tener que ir al correspondiente apartado en los ajustes.

También se mantiene la habitual suite de mantenimiento, en la que hay accesos directos para la gestión de batería, almacenamiento, memoria y seguridad. No hay sorpresas en este sentido, encontrando algo de asistencia para liberar un poco la carga de software del móvil basándose en restricciones o cierres en el segundo plano y también para ahorrar en el consumo energético (lo veremos en el apartado de autonomía).

Podemos encontrar además el Game Launcher, que conforma ese apartado dedicado a que los juegos puedan disfrutarse algo más centrado en bloquear o reducir notificaciones o algunos aspectos como el brillo automático o Bixby. No es un bloqueo tan específico y efectivo como el de otros modos juego como el de OnePlus y es más incómodo al sólo ser accesibles los ajustes por una notificación durante el juego (y no con algún botón, como en el caso del de LG), así que tiene bastante margen de mejora.

En general es una capa muy agresiva a nivel de estética con la suya propia, pero cada vez facilita que el usuario personalice la experiencia un poco más. Sí consideramos que hay trabajo que hacer en cuanto a la depuración para que no haya lags con 8 GB de RAM y un procesador decente, así que veremos si en las próximas actualizaciones de One UI vemos novedades a este respecto.

Biometría

Los lectores de huella en pantalla no están desde hace tanto en los smartphones. Empezamos a verlos en 2018 con la entrada ya a primeros de año del Vivo X20 Plus UD, cuya estela seguiría el Vivo Nex y otros tantos de otros fabricantes llegando ya incluso a probar varias opciones y tecnologías como el sensor de ultrasonidos del Samsung Galaxy S10+. Y en menos quizás de lo esperado lo vemos campando a sus anchas en móviles de gama media como éste.

Obviamente, no todos son iguales aunque hablemos de una misma tecnología y la experiencia depende de factores ajenos al sensor en sí como puede ser la animación, y en este caso la incorporación en el Samsung Galaxy A80 no nos convence (no es ultrasónico). Nos limita a tres huellas (suelen permitirse cuatro al menos) y es poco eficaz, teniendo que recurrir habitualmente al patrón o al método tradicional alternativo que hayamos configurado.

De hecho, es llamativo que funcione mejor la comprobación de huellas que ofrece en la configuración que la propia lectura en sí, con lo que hemos comprobado si influyen aspectos como la transición pantalla que ofrece eliminar en el apartado de Preferencias de datos biométricos. Y no hemos logrado que mejore tampoco con esto: es muy, muy exigente y es raro que funcione a la primera, además de que la animación (que no puede cambiarse ni eliminarse) enlentece el proceso cuando la lectura es efectiva.

Puede que pensemos: “bueno, siempre nos quedará el reconocimiento facial”. Pero no, el Samsung Galaxy A80 no dispone de reconocimiento facial, y esa cámara reversible no servirá para ofrecer una alternativa a la lectura de huellas (si bien cabría esperar una velocidad similar a la del OPPO Find X por necesitar que asome todo el módulo).

Por todo esto, en este apartado habría que mejorar bastante para que la experiencia sea al menos aceptable como en otros casos. De poco sirve ofrecer una pantalla tan despejada si luego el desbloqueo, algo tan básico, no es satisfactorio o hay que recurrir a métodos tradicionales (más de lo que hubiese sido un sensor de huellas trasero o lateral).

Cámaras: la experiencia con una triple cámara que debería valer por seis

De manera excepcional variamos el apartado de las cámaras por motivos obvios: no hay separación entre cámaras frontales y traseras porque las que hay juegan ambos papeles. No obstante, sí separaremos en el análisis el resultado de un caso y otro, por la importancia que tiene la autofoto en la actualidad y al ser un disparo bastante distinto que el que se hace con la trasera.

Nos referimos a ese módulo de cámaras reversible del que hemos hablado antes, el cual integra la totalidad de cámaras de este terminal. Como curiosidad, un pequeño vídeo que el usuario de Twitter @UniverseIce (conocido por ser uno de los filtradores más populares) compartió este vídeo del mecanismo.

Lo que integra en el curvado es una cámara principal con un sensor de 48 megapíxeles con una lente estándar de apertura f/2.0 y uno de 8 megapíxeles con una lente gran angular de 123 grados de campo de visión y apertura f/2.2. Y podemos hablar de triple cámara contando el sensor Time of Flight dedicado al análisis de profundidad.

App de cámara

La app no presenta cambios con respecto a lo que hemos visto en One UI en su última versión hablando de móviles con un esquema triple de gama media. El botón para cambiar de cámara está en la interfaz tanto en automático como en manual y encontramos el esquema con pestañas y navegación por swipes.

El HDR sigue siendo un apartado de los ajustes y no hay acceso rápido aunque lo configuremos en manual. Es donde encontramos también la posibilidad de seleccionar la calidad del vídeo, si bien veremos que nos da a elegir entre cámara trasera y frontal igualmente aunque al final vaya a ser la misma.

Para que las cámaras hagan de frontales encontramos el tradicional botón. Veremos que sobresale y el módulo gira hasta quedar paralelo al eje vertical del móvil y con el zoom activado para tener un encuadre únicamente de la cara, pudiendo alejarla para tener más campo de visión con un botón idéntico de cambio de cámaras.

El modo manual viene capado como suele hacer el fabricante con los móviles de gama media, de modo que sólo podemos reajustar ISO, balance de blancos y exposición (y la medición de luz desde un acceso rápido en el otro lado). El modo que ir se ha añadido en último lugar es el nocturno, si bien algo positivo que dispone Samsung y quizás ningún otro fabricante con app propia de cámara es la posibilidad de editar, añadir y eliminar los modos a conveniencia.

Se trata de una app intuitiva y particularmente personalizable, la cual es interesante inspeccionar de buenas a primeras por esos ajustes que pueden ser algo distintos a la app de cámara de Android stock o a la de otros fabricantes. Sí es cierto que en algunos casos el disparo es lento, así que quizás pueda mejorarse su rendimiento.

Análisis fotográfico

En general, en escenas con iluminación natural y diurnas Samsung Galaxy A80 da resultados aceptables, casi siempre con un extra de saturación pero sin tampoco estropear el resultado (habrá a quien le guste y esto le ahorre una edición posterior). Además de esta saturación, no va demasiado sobrada de rango dinámico, sobre todo hablando del gran angular, y según el caso podremos tener disparos algo sobreexpuestos.

El HDR es bastante agresivo, lo cual nos trae recuerdos de procesados o resultados similares con unos contornos demasiado marcados y la sensación de que la imagen es poco real y con el contraste muy bajo. Sí puede ayudarnos en algún contraluz o si en automático nos aparece el cielo quemado, pero si no quizás mejor no tenerlo siempre activado o dejarlo en automático (si lo desactivamos la app nos sugerirá cuándo usarlo y suele acertar).

Quizás el punto más débil es el detalle, pero no dista tampoco de manera exagerada de lo que esperábamos para este sensor y un móvil de gama media. Hilando con esto, de noche tiende a sobreexponer y eso favorecerá que aparezca el ruido (que incluso puede verse en algunas tomas diurnas), cosa que baja la nitidez final.

En interiores nos encontramos imágenes con menos detalle, sin encontrar acuarelas salvo que las condiciones sean demasiado exigentes. El ruido, aunque presente, tampoco se aprecia a primera vista en la mayoría de disparos, aunque hay que recalcar que en esta situación y de noche el disparo es más exigente y, por tanto, más lento.

El gran angular resuelve de manera aceptable a nivel de contraste y colores. El precio a pagar además es una moderada distorsión, algo de ruido y subexposición, por lo que será conveniente que acabemos la corrección que viene dada como opción en los ajustes (aunque sólo es efectiva para las autofotos).

Podemos activar la identificación de escenas (gracias, Samsung, por no llamarlo "inteligencia artificial"), pero lo único que notaremos será que en ocasiones vemos colores más saturados (especialmente fucsias y verdes). Algo parecido a lo que vimos con el OPPO Reno 10x Zoom.

En cuanto al modo noche, normalmente se obtienen imágenes con algo más de nitidez al dispararse fotografías en ISO mínima o baja. La exposición por tanto es más lenta, pero no nos da fotografías borrosas y el detalle suele ser algo mayor, aunque lo más notable es que recupera mejor la información de iluminaciones y sombras que el modo automático.

Quizás podría ser una ayuda en esas nocturnas con gran angular que salen algo ruidosas (y sin embargo subexpuestas), pero como ocurre en la mayoría de fabricantes que disponen este modo sólo está disponible para la lente estándar.

El modo de enfoque dinámico mantiene su igualdad para objetos, animales y personas, siendo exigente únicamente a nivel de distancia. La aplicación es bastante más rápida (sobre todo en vídeo, como veremos luego) y suele identificar bien el objeto principal, aunque pese al ToF sigue dando un resultado bastante artificial en algunas ocasiones.

Pero hay algunas cosas interesantes en este modo. Si bien las autofotos suelen salir con un desenfoque plano y un recorte peor, las fotos tomadas como cámara trasera en ocasiones dan un bokeh gradual más realista, pudiendo de hecho intentar corregirlo antes del disparo, logrando separar el objeto principal del fondo en situaciones bastante difíciles.

Hilando con esto, el otro aspecto curioso de este modo retrato es que podemos editarlo posteriormente pero no sólo a nivel de grado de desenfoque. Si abrimos la galería propia de One UI, veremos que nos da opción de aplicar efectos de rotación, zoom o área de color (efecto viñeta).

En cuanto a las autofotos, esperábamos unos selfies casi sobresalientes teniendo en cuenta el live focus, el ToF y los 48 megapíxeles. Pero el resultado no es llamativo, de hecho con iluminación media o interiores obtenemos autofotos muy poco nítidas y casi con acuarelas.

Tampoco va del todo bien el balance de blancos en esta situaciones, obteniendo fotografías algo más cálidas en comparación con la situación real. Notamos también cierta desviación al magenta en el matiz de color, algo parecido a lo que percibíamos en el iPhone XR, lo cual nos aleja un poco más de la realidad con ese balance de blancos más cálido.

Al final tenemos un resultado un tanto irregular. En interiores puede defender bien e incluso mejor que en exteriores, donde puede no sacar la máxima nitidez. Y es bastante contraproducente que al voltear la cámara se ponga de manera automática el encuadre con zoom, dado que queda muy cercano a la cara y demasiado ceñido a ésta, siendo el encuadre habitual lo que Samsung considera como selfie de pareja a tenor de los iconos.

A veces nos encontramos imágenes desenfocadas, lo cual nos deja sin armas al no haber posibilidad de enfocar manualmente. Ocurre en condiciones más exigentes como el anochecer o en interiores, independientemente de que haya más o menos contraste con el fondo.

Vídeo

Las cámaras del Galaxy A80 pueden grabar en una resolución máxima de 4K o 1080p según se trate de la cámara estándar o la gran angular. Si decidimos activar la estabilización (aparentemente electrónica y con su botón directo en la interfaz( el máximo será de 1080p, sea cual sea la cámara.

En general la calidad del vídeo es buena, con un rango dinámico aceptable y conservando la nitidez. Eso hablando de la lente estándar, ya que con gran angular veremos que el resultado es algo peor (y ojo, no podremos cambiar de lente durante la grabación).

La calidad es algo inferior a la esperada en interiores por el sensor y la resolución, sobre todo de noche. Ajustado a nivel de detalle, nos encontramos tomas sobreexpuestas con algo de tambaleo incluso con ma estabilización activada, aunque siempre será mucho mejor que la activamos porque aunque no es milagrosa algo hace.

La captura de sonido es correcta, incluso si le ponemos las cosas difíciles. Y es interesante el modo de video dinámico, que pone a prueba ese ToF de modo que podemos aplicar el modo de enfoque dinámico a tiempo real y variar lo durante la grabación a conveniencia.

No obstante, el desenfoque que vemos no es perfecto, o mejor dicho el recorte. Sobre todo en superficies difíciles como una planta, veremos que hay borrones en los bordes.

Tenemos también opción de grabar con cámara lenta, y como ocurre en fotografía estas cámaras traseras harán de frontal si las volteamos. Lo mejor de esto: el detalle es mayor que lo que solemos ver habitualmente en una cámara frontal y se mantiene la estabilización.

La cámara reversible

Hablar de cámaras frontales y de traseras en este caso es lo mismo, pero dado que precisamente eso se debe a la curiosa construcción del móvil no está de más contar qué tal con ese módulo que gira sobre sí mismo si se lo requerimos. Spoiler alert: no era necesario, Samsung.

No es la primera vez que un fabricante intenta algo así, teniendo precedentes en OPPO y de manera más reciente (y distinta) en el ASUS Zenfone 6. Sobre el papel, el módulo gira automáticamente en cuanto esa parte de chasis móvil que lo contiene se extrae, quedando alineado con la misma y “mirándonos”.

En la práctica suele ser así, pero tampoco es extraño que quede en ángulo con respecto al eje vertical y que en la pantalla sólo veamos nuestra frente, debido a que el encuadre tampoco es paralelo a nuestro rostro por esta inclinación. Parece que es debido a que el mecanismo que hace girar el módulo no lo empuja con la fuerza suficiente como para que quede en la línea que debería, pero hay que decir que no es algo habitual.

No da la sensación de fragilidad, pero por este incidente menor sí da la impresión de que este problema se continuará en el tiempo y, dado que no es de software, que tampoco tendrá una solución en este modelo. Estaremos atentos a ver si la compañía comenta algo en adelante.

Sonido: muchas opciones de software para un hardware algo justo

Lo que hallamos en los bordes de este terminal es un altavoz solitario, sin un jack de audio pese al grosor total del mismo. Así, sin un auricular como tal ni otro altavoz no tenemos un sonido estéreo en el Samsung Galaxy A80.

Hablando primero de este altavoz, el sonido en general es algo plano, con un rango dinámico bastante reducido. Echamos en falta algo de profundidad, unos bajos más potentes y algo más de nitidez, si bien en general la experiencia es aceptable y si lo mantenemos en torno al 80% como máximo de los 108 decibelios de volumen máximo que hemos medido en la salida de audio del altavoz único.

Donde sí podemos ir algo más en el ajuste del audio es con auriculares, pudiendo realizar unas modificaciones u otras según usemos inalámbricos o con conexión USB (los cuales se entregan con el móvil, por cierto). Podemos activar el Dolby Atmos dentro de los ajustes avanzados de sonido, el cual da un sonido algo más envolvente y a su vez dispone de cuatro preajustes:

  • Automático: se adapta según el contenido que se emite.
  • Vídeo: el sonido pierde algo de calidad pero gana en graves.
  • Música: añade algo más de nitidez, pero el rango dinámico es algo menor.
  • Voz: da un toque "de estudio" al sonido.

Para auriculares con cable podemos activar el Optimizador UHD, si bien el cambio es muy sutil entre una mejora y otra. Resulta más interesante el ecualizador (sobre todo si controlamos en este sentido y podemos adaptar el audio a nuestras preferencias) o la personalización de sonido, que dispone un pequeño test de pitidos para crear un perfil de audio adaptado a nuestra audición.

Al final tenemos una experiencia con bastante rango de mejora en el sonido. No esperábamos algo llamativo ni diferenciador, pero sí un mínimo de calidad para un móvil de gama media que no vemos superior a otros móviles.

Autonomía: echando en falta algunas horas de más

Gran pantalla y sistema mecánico para la cámara son parte de las exigencias de este smartphone a su batería de 3.700 mAh. Pero como no todo es hardware ni mucho menos en lo respectivo a la autonomía, veamos qué tal anda en este Samsung Galaxy A80.

Más o menos lo cargaremos cada día, con una autonomía media de unas 23 horas y unas 8 horas de pantalla. No son cifras impresionantes, pero una carga da para que podamos usar el móvil perfectamente durante un día o más (si no ha sido un uso intensivo) sin estar pendiente de enchufes o baterías externas.

La carga media de esta batería con el móvil apagado y de 0 a 100% es de 1 hora y 45 minutos. Y lo curioso es que se entrega un cargador cuya conexión de salida es USB tipo C (entregándose un cable USB tipo-C en ambos extremos).

Siempre podremos prolongar un poco más la autonomía si nos preocupamos de controlar la actividad en segundo plano de las apps o si recurrimos a alguno de los modos de ahorro. Como hemos ya anticipado en el apartado de software, lo relativo al consumo energético y la sección de Batería como tal está en el apartado de Mantenimiento, pudiendo elegir un modo de rendimiento y con un plus de opciones si vamos a los ajustes de esta sección.

De hecho, veremos aquí que hay un switch para activar la carga rápida que nos viene activado por defecto. Podemos hacer además una selección de las apps que no deseamos que se ejecuten en segundo plano (donde curiosamente aparece Facebook, aunque la hayamos desinstalado), de hecho es recomendable revisar este apartado sobre todo si usamos apps de radio (porque las pausará al bloquear el terminal).

Algo interesante junto a los modos de batería adaptable y la optimización, lo cual le quita algo de trabajo al usuario de manera que puede estar menos pendiente de esto (especialmente en apps que normalmente hacen saltar las alertas de consumo alto como Telegram, si bien éstas suelen hacerlo con un consumo que tampoco es preocupante).

Samsung Galaxy A80, la opinión de Xataka

Samsung redujo el número de smartphones anuales en su catálogo hace unos años. Un punto no de inflexión pero sí de cambio desde el cual además vimos que se redefinían las series, quedando la A para las gamas de entrada, la media y la media con pretensiones (también conocida por el cuestionable apelativo de "súper gama media").

Dentro de la (aún) extensa variedad del fabricante, en esta serie hemos visto dos de las más recientes innovaciones buscando el máximo porcentaje de frontal ocupado por pantalla: la pantalla perforada y un módulo extraíble en el Samsung Galaxy A8s y el Samsung Galaxy A80. Dos smartphones que proponen una diferencia, un cambio y en el caso que nos ocupa hoy en cierto modo también materializan un reto.

¿Qué sensación nos deja este móvil, ahora que no de los módulos extraíbles es ya casi algo "habitual"? Que la idea es llamativa y la premisa es atractiva (igualdad de traseras y delanteras y democratización del ToF y los 48 megapíxeles), pero la ejecución no convence. No nos hemos quedado con "oh, todos los móviles deberían disponer de un sistema como éste", sino con "qué buena sensación con una pantalla casi infinita, pero qué poco práctico lo del módulo".

Penaliza un poco el grosor y sobre todo el peso, aunque según de qué móvil vengamos puede que no los parezca una diferencia notable con las medidas y diagonales medias que estamos viendo. Pero el lag puntual a estas alturas y con 8 GB de RAM es difícilmente perdonable, igual que la ausencia de reconocimiento facial sobre todo con una lectura de huellas tan errática.

Las cámaras cumplen, sin esperar un milagro entre la gama media, pero es un buen smartphone para selfies y salir del paso a nivel de fotografía. Y es muy buena la experiencia viendo contenido multimedia o leyendo, sobre todo si tiramos de lo que Samsung llama "gestos de navegación" (los cuales hubiesen venido muy bien, dando más superficie a la pantalla).

Evidentemente no está pensado para ser el móvil chollo ni el golpe en la mesa, sino para ese usuario que busca la novedad y no quedarse corto en cámara frontal ni en pantalla. La duda queda en la fiabilidad del módulo giratorio, algo menos robusto que los de tipo periscopio (hablado de la parte que gira y no de todo lo que sale).

8.4

Diseño8,25
Pantalla9
Rendimiento8,5
Cámara8
Software8
Autonomía8,75

A favor

  • Se consigue la sensación de "todo pantalla" de manera continua, sea cual sea el uso.
  • No es la más rápida del mercado, pero al menos dispone de carga rápida (y se entregan auriculares USB para compensar la ausencia de jack).
  • 8 GB de RAM son dignos de un gama alta y los encontramos en este gama media.

En contra

  • La cámara sigue teniendo un resultado por debajo de lo esperado, pese a la resolución del sensor.
  • El módulo reversible se queda a veces a medio voltear y da la sensación de fragilidad. Y no dispone de reconocimiento facial.
  • La parte del audio tiene mucho margen de mejora, está descompensada.

El terminal ha sido cedido para la prueba por parte de Samsung. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.

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