El Razr 50 de Motorola es un teléfono atractivo y competente, pero en más de una manera, también es un mea culpa, casi, casi, un afectuoso: “perdón”. Esto es porque soluciona las quejas que había sobre su predecesor, el Razr 40 del año pasado, -en particular una muy destacada- y, al hacerlo, las pone de relieve.
Verán, el Razr 40 tenía buenas intenciones pero, como lo dijimos en su momento, en el propósito de no elevar demasiado el precio, la marca lanzó un producto que se quedaba atrás frente a la competencia en el mercado de los plegables.
El Razr 50 no tiene este problema. Lejos de ello, surge como un incontestable punto de interés en el campo de los teléfonos inteligentes plegables, y se destaca no solo por su precio -del que volveremos a hablar- sino por no sacrificar especificaciones significativas que dan nueva vida a la clásica línea de Motorola.
En otras palabras, este dispositivo toma las fortalezas fundamentales de su predecesor y las amplifica, lo que lo convierte en un fuerte competidor de los plegables insignia como el Samsung Galaxy Z Flip 6, especialmente si se considera que se vende a una fracción del precio.
Diseño y calidad de construcción
Atrás quedaron los crujidos y gemidos del Razr 40; el Razr 50 se siente tranquilizadoramente sólido, gracias a una bisagra rediseñada y una calidad de construcción mejorada.
Su estética logra ser juvenil y moderna pero a la vez elegante. Motorola lo puso a la venta en tres colores: Koala Grey, Beach Sand, y el llamativo Spritz Orange, cada uno con cuero vegano texturizado que facilita el agarre, evita las indeseables huellas dactilares y ofrece en general una sensación premium.
Si bien es posible que no se sienta tan sólido como el Z Flip 6, es más liviano que este y resiste, pese a eso, las exigencias del uso diario.
La pantalla interior es una pOLED de 6,9 pulgadas, que mantiene los efectos visuales de alta calidad de su hermano Ultra, aunque opta por una tasa de refresco ligeramente menos vertiginosa, de 120 Hz. En cifras absolutas, es, sí, un retroceso con respecto al panel anterior de 144 Hz, pero la verdad es que en términos prácticos, la diferencia apenas se nota.
La tecnología de óxido policristalino de baja temperatura (LTPO) permite que la pantalla conserve la batería al ajustar la frecuencia de actualización a 1 Hz cuando sea necesario, lo que mejora la longevidad general del dispositivo.
Con un brillo máximo que alcanza los 3.000 nits, algo notable en una pantalla plegable, el Razr 50 no se queda atrás cuando se trata de ver contenido HDR, lo que lo convierte en una opción sólida para el streaming y los juegos.
Pero, a fin de cuentas, la verdadera novedad, el avance que todos celebran y la razón por la cual este celular puede disputarse cómodamente el título del mejor plegable clamshell del año es la nueva pantalla de cubierta, que pasa a unas espaciosas 3,6 pulgadas, con lo que cubre por completo la superficie de la tapa y deja en el pasado, por fin, las vergonzosas 1,1 pulgadas de su predecesor.
Con acceso a una gran cantidad de widgets y la capacidad de ejecutar aplicaciones a pantalla completa, esta pantalla de cubierta transforma la manera en que los usuarios interactúan con su dispositivo. En pocas palabras, es sorprendente cuánto tiempo puede uno usar este teléfono sin necesidad de abrirlo.
Ya sea que se esté respondiendo a mensajes o navegando por Google Maps, o incluso viendo videos en YouTube (!!!) se trata nada menos que de un cambio tectónico en la experiencia de uso, en especial si se considera que también admite una frecuencia de actualización más suave, de 90 Hz, que rivales como el Z Flip 6, que se quedan en 60 Hz.
Capacidades de la cámara
Otra sorpresa del Razr 50 es el apartado de cámaras. En principio, el sensor principal de 50MP puede parecer otro paso atrás, si se considera que el modelo del año pasado empacaba un sensor de 64MP. Pero, en realidad, como ofrece un tamaño de píxel y un rendimiento mejorados, las tomas que obtuvimos no solo son comparables, son decididamente mejores.
La apertura de f/1.7 les da a las fotos colores vibrantes, el efectos bokeh luce natural y la cámara ultra gran angular -que se mantiene en 13MP- ofrece un competente. Al otro lado, la cámara selfie de 32MP ubicada en la pantalla plegable funciona de manera satisfactoria para videollamadas.
Bajo el capó, el Razr 50 integra un chip MediaTek Dimensity 7300X. Si bien es posible que no se compare con el Snapdragon 8 Gen 3 que se encuentra en los modelos más premium, funciona de manera eficiente para las tareas diarias, y en nuestras pruebas la navegación y el uso simultáneo de aplicaciones nunca fue menos que fluido.
No se trata, en absoluto, de un celular para gaming, pero los jugadores ocasionales lo encontrarán lo suficientemente capaz para la mayoría de los títulos.
La experiencia de software es en gran parte Android 14 de serie, salpicada con las características distintivas de Motorola. Si bien carece de las amplias capacidades de IA de su contraparte Ultra, ofrece algunas mejoras útiles que mejoran la fotografía y la experiencia del usuario.
Batería y carga
La batería de 4.200 mAh, combinada con el eficiente chipset y la pantalla LTPO, proporciona un rendimiento sólido durante todo el día, lo que permite a los usuarios alrededor de cuatro a cinco horas de tiempo de pantalla.
Se trata de una batería que puede parecer pequeña en comparación con los 5.000 mAh que han llegado a ser la norma en otros celulares, hasta que uno repara en que otros celulares no se doblan por la mitad.
La velocidad de carga, aunque no será revolucionaria con 30 W, ofrece resultados razonables, con una carga del 50% en solo 25 minutos.
En general, por todas estas características, el Motorola Razr 50 ofrece un paquete atractivo para aquellos que buscan sumergirse en el mercado de teléfonos inteligentes plegables sin arruinarse. Sin ser ni mucho menos perfecto, aborda muchos de los problemas que plagaron a su predecesor, desde la pantalla de cubierta hasta la calidad de construcción, todo sin dejar de tener un precio competitivo.
Si bien puede carecer de algunas de las características de vanguardia de las opciones más caras, proporciona una alternativa elegante y funcional para cualquiera que busque una experiencia moderna de teléfono plegable. Por 4.000.000 de pesos en distribuidores como Claro, resulta dos millones de pesos más barato que el modelo Ultra y, como regalo, incluye unos audífonos motobuds.
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