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Realme 3 Pro, análisis: un gama media dispuesto a ponérselo difícil a cualquier móvil que quiera sobresalir en precio/prestaciones

La competencia a la que están sometidos los smartphones de gama media es tan intensa como la de los móviles de alta gama. Las marcas saben que muchos usuarios no pueden, o no quieren, invertir las cantidades que nos piden habitualmente por los teléfonos premium, y no están dispuestas a despreciar una porción tan suculenta de este pastel. Y esto está provocando que lleguen al mercado móviles con unas especificaciones muy atractivas a precios sorprendentes.

Xiaomi, Redmi (que desde principios de este año se ha consolidado como una marca independiente), Huawei o Honor son algunas de las compañías que tienen propuestas de gama media competitivas. Pero se les ha unido un contendiente más: Realme. Con apenas un año de andadura esta marca es a OPPO lo que Redmi a Xiaomi. O Honor a Huawei. Algo así como un «hermano pequeño» volcado en las gamas media y de entrada. Y el smartphone al que vamos a dedicar este análisis es el móvil con el que Realme quiere abrirse paso en Europa después de su desembarco en China e India. Veamos si realmente es un actor con la capacidad de llevarse el papel protagonista.

Realme 3 Pro: especificaciones técnicas

Uno de los componentes clave de este teléfono móvil es su microprocesador. Y es que recurre a un SoC Snapdragon 710 por el que han apostado antes otros terminales de esa gama a la que algunos llaman «súper media», como el interesante Mi 8 SE de Xiaomi. Este chip está fabricado con litografía de 10 nm, incorpora ocho núcleos con microarquitectura Kryo (2 Cortex-A75 a 2,2 GHz y 6 Cortex-A55 a 1,7 GHz) y convive con la lógica gráfica Adreno 616 con el propósito de afianzarse un paso por debajo de los procesadores de gama alta de Qualcomm, como el Snapdragon 845 o su sucesor, el modelo 855.

Otro elemento que, al igual que la CPU, tiene un impacto importante en nuestra experiencia es la pantalla. La de este smartphone recurre a un panel LCD IPS de 6,3 pulgadas con resolución Full HD+ (2.340 x 1.080 píxeles) y protección Gorilla Glass 5. Su contraste nativo y la profundidad de sus negros son inferiores a los que nos ofrecen los móviles que incorporan un panel AMOLED, pero su capacidad de entrega de brillo es superior, y esto en un dispositivo que utilizamos con frecuencia en exteriores con mucha luz puede marcar la diferencia. Indagaremos en esto más adelante, en la sección del análisis que dedicaremos exclusivamente a la pantalla.

El tercer componente de este terminal con el que merece la pena que vayamos entrando en contacto es la cámara. Las cámaras, en plural, en realidad. Y es que esta propuesta de Realme incorpora, además de la cámara trasera principal, una unidad adicional que se responsabiliza de capturar información de profundidad y que es determinante, entre otros escenarios de disparo, cuando utilizamos el modo retrato con la intención de obtener un desenfoque del fondo (bokeh) bonito. En la sección que dedicaremos un poco más adelante al rendimiento de este móvil en el apartado fotográfico indagaremos más en sus cámaras, pero si queréis ir abriendo boca tenéis las especificaciones detalladas de la versión que hemos tenido la oportunidad de analizar en la siguiente tabla.

REALME 3 PRO Características
PANTALLA LCD IPS de 6,3 pulgadas Full HD+ (2.340 x 1.080 píxeles) con relación de aspecto 19,5:9, tasa de pantalla del 90,8% y protección Gorilla Glass 5
CPU Qualcomm Snapdragon 710 con litografía de 10 nm
GPU Adreno 616
RAM 6 GB
ALMACENAMIENTO 128 GB
CÁMARA FRONTAL 25 megapíxeles con valor de apertura f/2.0 y fotodiodos de 1,8 μm
CÁMARAS TRASERAS Cámara principal: 16 megapíxeles con valor de apertura f/1.7, sensor Sony IMX519 con fotodiodos de 1,22 µm y enfoque Dual Pixel PDAF
Cámara de profundidad: 5 megapíxeles con valor de apertura f/2.4
Grabación de vídeo: 2160p@30 FPS, 1080p@30/120 FPS y 720p@960 FPS
MATERIAL DEL CHASIS Frontal de cristal y cuerpo de policarbonato
SISTEMA OPERATIVO Android 9.0 (Pie) / ColorOS 6
SENSORES Brújula electrónica, luminosidad ambiental, proximidad, acelerómetro y giroscopio
CONECTIVIDAD WiFi 802.11ac, Bluetooth 5.0, doble ranura nano-SIM y ranura micro-SD
SONIDO Monofónico (altavoz en la parte inferior)
Jack de 3,5 mm para auriculares
BATERÍA 4.045 mAh
DIMENSIONES 156,8 x 74,2 x 8,3 mm
PESO 172 g
PRECIO 249 euros

Diseño y acabado: un gama media con aspiraciones

Las concesiones que suelen hacer los smartphones de gama media ambiciosos para llegar a las tiendas con un precio sensiblemente inferior al de los terminales de gama alta se hacen notar en los materiales utilizados en la fabricación del chasis, pero no en el diseño. Y este móvil de Realme no es una excepción. Como podéis ver en las fotografías que ilustran el análisis la cámara frontal está alojada en una muesca en forma de lágrima situada en el centro del marco superior, una decisión que contribuye a que la pantalla ocupe el 90,8% de la superficie del frontal. No es una cifra récord en absoluto, pero no está nada mal. Por otro lado, de proteger la pantalla se encarga una lámina de vidrio Gorilla Glass 5. La última versión del material protector desarrollado por Corning es la 6, pero es probable que Realme se haya decantado por la anterior revisión para que su impacto en el precio del móvil sea menor.

La pantalla de este smartphone está protegida por una lámina de vidrio Gorilla Glass 5. La última versión de este material protector es la 6, pero de haberla utilizado quizá el precio del móvil sería ligeramente mayor

El marco de este smartphone, que actúa como soporte estructural tanto de la pantalla como de la cobertura utilizada en la parte trasera del móvil, es de aluminio. Es el material utilizado con más frecuencia por las marcas para poner a punto este elemento debido a su ligereza y rigidez, aunque no todo el aluminio es igual. Hay un abanico amplio de calidades. Desafortunadamente, Realme no ha revelado qué tipo de aluminio ha utilizado en este terminal, algo que, por otra parte, las marcas no suelen reflejar en las especificaciones de sus móviles a menos que utilicen aluminio endurecido como el que se usa en la industria aeronáutica y quieran presumir de ello.

La parte trasera de este smartphone no es de cristal. Ni de aluminio. Es de plástico, pero Realme ha utilizado un policarbonato de buena calidad que transmite sensación de solidez y no desentona, a pesar de que no es un material «lujoso». Aunque en las fotografías no se aprecia del todo bien, el color del modelo que hemos analizado es un azul metalizado muy bonito que se va poco a poco transformando en un violeta suave a medida que desplazamos nuestros ojos desde la esquina superior izquierda a la inferior derecha de la parte trasera.

Las dos cualidades más interesantes del policarbonato son que no se araña con facilidad y es capaz de absorber la energía de los impactos sin fracturarse. Eso sí, el que ha utilizado Realme no tiene un tacto ligeramente rugoso como el de otros móviles; tiene un acabado pulido. Desde un punto de vista estético es positivo porque esta terminación es más bonita, pero la ausencia de rugosidad provoca que sea más fácil que se deslice entre nuestros dedos.

La tabla que tenéis a continuación compara las medidas y el volumen del recinto de varios smartphones que incorporan una pantalla de más de 6 pulgadas. Y este modelo de Realme no sale malparado. De hecho, es uno de los móviles más finos de esta selección (solo lo supera el NEX de Vivo). Eso sí, es el que tiene el menor volumen de la tabla, aunque también es justo notar que su pantalla, de 6,3 pulgadas, es un poco más pequeña que la integrada en los otros terminales de esta selección. En cualquier caso, esta tabla resume cómo queda posicionado este terminal frente a otros modelos con un tamaño de pantalla similar si nos ceñimos a su presencia física.

Altura (milímetros) Anchura (milímetros) Grosor (milímetros) Peso (gramos) Pantalla (pulgadas) Batería Superficie (cm2) Volumen (cc)
Realme 3 Pro 156,8 74,2 8,3 172 6,3 4.045 116,34 96,57
OPPO Reno 10x Zoom 162 77,2 9,3 210 6,6 4.065 125,06 116,31
OnePlus 7 Pro 162,6 75,9 8,8 206 6,67 4.000 123,41 108,603
OPPO Reno 156,6 74,3 9 185 6,4 3.765 116,36 104,71
OPPO Find X 156,7 74,2 9,6 186 6,4 3.400 116,27 111,62
Vivo NEX 162 77 8 199 6,59 4.000 124,74 99,79
Samsung Galaxy A80 165,2 76,5 9,3 220 6,7 3.700 126,38 126,53
ASUS ZenFone 6 159,1 75,4 9,2 190 6,4 5.000 119,96 110,36

Las sensaciones que transmite este teléfono móvil en mano son convincentes. No da la sensación de ser frágil y la ubicación tanto de los botones que nos permiten actuar sobre el volumen como del de encendido y apagado es la adecuada si queremos manipularlos con una sola mano. Las cámaras sobresalen dos milímetros de la parte trasera, pero es una «joroba» asumible que no afea el conjunto. Y el lector de huellas dactilares está alojado en el centro de la parte posterior del móvil, al alcance del dedo índice. Nada que no hayamos visto antes.

Pantalla: su panel es LCD IPS, pero no se acompleja

Que un smartphone incorpore una pantalla IPS y no AMOLED no tiene que ser necesariamente negativo. Cada una de estas tecnologías tiene bazas e inconvenientes, por lo que ninguna de ellas supera a la otra en todos los frentes. El contraste nativo, los negros y la reproducción del color suelen ser superiores en las pantallas AMOLED, pero muchas de tipo LCD IPS rinden bien en estos frentes, y, además, suelen tener una capacidad de entrega de brillo mayor que la de las AMOLED. Esto es exactamente lo que sucede con la pantalla de este smartphone.

La cualidad en la que sobresale la pantalla de este terminal es, precisamente, su capacidad de entrega de brillo. Aquí es donde bate a la mayor parte de las pantallas AMOLED. Y esto es importante cuando utilizamos el smartphone en entornos con mucha luz ambiental. Durante mis pruebas lo probé tanto en espacios interiores como en exteriores con luz muy intensa y mi experiencia fue positiva. En estas circunstancias otros móviles me habrían obligado a proyectar mi propia sombra sobre la pantalla para poder verla, pero no sucedió con este Realme. Obviamente, cuando hay mucha luz en el entorno las imágenes no lucen como en circunstancias más benignas, pero la experiencia que nos propone esta pantalla es convincente.

Para poner a prueba el contraste y la capacidad de reproducción del color de este teléfono móvil utilicé Screen Test, una app gratuita muy simple que nos permite comprobar la precisión con la que la pantalla reproduce los colores primarios, el blanco, el negro y los degradados de color y de blanco a negro. La intensidad de los colores no iguala, como esperaba, la que nos ofrecen las pantallas AMOLED, y su contraste también es inferior. Aun así, el panel IPS de este smartphone está a la altura y nos ofrece unas imágenes con viveza tanto cuando reproducimos vídeo como fotografías. La única pequeña pega que puedo ponerle es que la unidad que he podido probar adolecía de una ligerísima fuga de luz en las esquinas, pero es algo habitual en los paneles IPS y posiblemente la mayor parte de los usuarios no se daría cuenta de que este hándicap está ahí.

Sus especificaciones son de gama media, pero su rendimiento apunta alto

Un simple vistazo a sus especificaciones es suficiente para comprobar que este es un smartphone de gama media. De una gama media ambiciosa, pero gama media al fin y al cabo. Y es que su SoC Snapdragon 710 y sus 6 GB de memoria principal quedan por debajo del Snapdragon 855 (o un chip equivalente) y los 8 GB de RAM o más que nos ofrece la mayor parte de los móviles de gama alta actuales. Ante esta perspectiva es razonable pensar que su rendimiento es inferior. Y sí, lo es, pero en las operaciones que llevamos a cabo en nuestro día a día no lo notaremos. No lo percibiremos cuando abrimos y cerramos aplicaciones. Ni cuando enviamos mensajes a través de WhatsApp o Telegram. Ni siquiera cuando reproducimos vídeo.

Esa diferencia de potencia puede hacerse notar cuando llevamos a cabo operaciones que requieren un esfuerzo de cálculo importante, como, por ejemplo, cuando jugamos o cuando aplicamos efectos a una fotografía. Pero apenas la percibiremos en lo que hacemos de forma cotidiana. De hecho, este móvil es capaz de mover Android 9.0 con una suficiencia equiparable a la que nos ofrecen los gama alta que han pasado por mis manos. En este terreno el mérito recae, sobre todo, en su procesador Snapdragon 710, que, como veremos más adelante, se enfrenta con éxito a la grabación de vídeo 4K, y en sus 6 GB de memoria principal. La latencia cuando nos desplazamos a través de las opciones del sistema operativo o cuando abrimos y cerramos apps es mínima, por lo que no puedo ponerle ninguna pega en este terreno.

A pesar de todo lo que acabo de explicaros soy consciente de que a muchos usuarios les parece atractivo comparar el rendimiento que nos ofrecen los smartphones que podemos encontrar en el mercado utilizando tests sintéticos. Cuando menos estas pruebas son útiles para identificar de una forma objetiva el impacto que pueden tener su SoC y su RAM en nuestra experiencia al llevar a cabo operaciones que requieren cierto esfuerzo de cálculo. La tabla que tenéis debajo de estas líneas compara el rendimiento en AnTuTu, Geekbench, PCMark y 3DMark de este terminal de Realme con otros móviles del mismo nivel, como el Mi 9 SE de Xiaomi o el Galaxy A70 de Samsung, y también con algunos smartphones de gama alta, como el Reno 10x Zoom de OPPO o el OnePlus 7. Así podemos hacernos una idea bastante precisa de su rendimiento enfrentándolo tanto a soluciones con una ambición similar como a móviles de gama alta.

Realme 3 Pro OPPO Reno 10x Zoom OnePlus 7 Xiaomi Mi 9 Samsung Galaxy S10+ SAMSUNG GALAXY A70 MOTOROLA ONE VISION XIAOMI MI 9 SE
Procesador Snapdragon 710 Snapdragon 855 Snapdragon 855 Snapdragon 855 Exynos 9820 Snapdragon 675 Exynos 9609 Snapdragon 712
RAM 6 GB 8 GB 8 GB 6 GB 8 GB 6 GB 4 GB 6 GB
AnTuTu 154.174 361.293 369.741 374.570 331.707 170.567 136.111 177.957
Geekbench 4.0 (single/multi) 1.458 / 5.924 3.153 / 11.143 3.526 / 11.323 3.539 / 11.164 4.459 / 10.195 2.363 / 6.390 1.507 / 4.934 1.868 / 5.901
PCMark Work 6.592 8.649 9.282 9.036 7.620 No disponible No disponible No disponible
3DMark (Ice Storm Unlimited) 26.349 58.399 41.865 61.089 56.351 No disponible No disponible No disponible

Software: ColorOS nos recuerda que Realme y OPPO son «de la familia»

ColorOS 6, la capa de personalización que Realme ha colocado por encima de Android 9 Pie, es prácticamente idéntica a la que OPPO ha instalado en su Reno 10x Zoom, que actualmente es su «buque insignia». Desde un punto de vista estético es resultona, pero lo cierto es que altera radicalmente el aspecto natural de Android 9 Pie y es probable que a los usuarios que prefieren que el sistema operativo de Google permanezca lo más puro posible esto no les convenza. En la práctica te acostumbras al diseño de ColorOS 6 en muy poco tiempo, y a partir de ahí todo te parece familiar.

ColorOS 6 altera de una forma profunda la estética de Android 9 Pie, pero es una capa de personalización intuitiva con la que cuesta muy poco familiarizarse

Realme ha incorporado en este teléfono apps propias para reproducir música y vídeos, y también herramientas de terceros, como el navegador Opera o Webnovel, una app que sirve para leer novelas y cómics. Eso sí, las que no queramos se pueden desinstalar sin mayor problema. Afortunadamente, a pesar de los cambios que introduce ColorOS 6 sobre Android 9 Pie la navegación a través de los ajustes y los demás elementos del sistema operativo es intuitiva. Dudo mucho que alguien vaya a tener dificultades a la hora de localizar aquello que busca.

Dos componentes útiles y distintivos que podemos habilitar desde los ajustes del terminal son 'Servicios inteligentes' y 'Controles inteligentes'. El primero de ellos contiene el modo de conducción inteligente, que activa la conexión Bluetooth y restringe las notificaciones para adecuar al comportamiento del móvil a nuestras necesidades mientras conducimos. Y el segundo aglutina las opciones de control del terminal mediante gestos, que pueden funcionar tanto con la pantalla encendida como apagada.

Las opciones de personalización que incorpora ColorOS 6 son suficientes para que cualquier usuario adecue la experiencia que va a ofrecerle esta capa de software a sus preferencias. De hecho, merece la pena dedicar un poco de tiempo a estas opciones durante la primera toma de contacto con el teléfono porque el impacto que pueden tener en nuestra experiencia es profundo. Y si las afinamos bien puede ser beneficioso.

Acceso biométrico: reconocimiento facial y lectura de huella

Los dos sistemas de control de acceso mediante biometría que incorpora este smartphone dan la talla. De hecho, el reconocimiento facial me ha sorprendido positivamente porque, después de habilitarlo y comprobar que únicamente tomaba una fotografía de mi cara y no múltiples capturas desde distintos ángulos, esperaba que no fuese del todo «fino». Pero sí, funciona correctamente en la mayor parte de los escenarios de uso. No es el más rápido que he probado ni mucho menos, pero cumple perfectamente. Tan solo falla cuando estamos en un espacio con muy poca luz ambiental porque la cámara no consigue recoger la luz que necesita para capturar nuestra cara y compararla con el patrón que hemos almacenado previamente. En este escenario de uso no nos quedará más remedio que recurrir al lector de huellas dactilares.

La lectura del patrón de nuestra huella es muy rápida y casi siempre desbloquea el smartphone de manera instantánea. De hecho, es sorprendente lo mucho que han mejorado los sensores de lectura de huellas dactilares dedicados durante los últimos tres años. Los que incorporan los terminales que podemos comprar actualmente son más precisos, y también notablemente más rápidos. La lectura de huellas dactilares integrada en la pantalla tiene aún un margen de mejora importante hasta que alcance la precisión y la rapidez que nos ofrecen hoy los sensores dedicados. Así que este es, curiosamente, un frente en el que algunos smartphones de gama alta con lectura de huellas en pantalla se ven superados por muchos modelos de gama media.

Rendimiento en fotografía y grabación de vídeo

La app diseñada por Realme para ayudarnos a sacar partido a las cámaras tanto cuando tomamos fotografías como cuando grabamos vídeo es, de nuevo, muy similar a la que nos proponen los últimos smartphones de OPPO. En cualquier caso, lo realmente importante es que es intuitiva y solo tendremos que invertir unos minutos para hacernos con ella. Este software organiza todos los modos de disparo alrededor de tres apartados básicos: 'Vídeo', 'Foto' y 'Retrato'. Y una vez que hemos habilitado cualquiera de ellos podremos acceder a los demás modos de disparo, como 'Paisaje nocturno', 'Panorámico', 'Time lapse' o 'Cámara lenta'.

Si activamos el modo 'Experto' para tener un control más profundo de los parámetros de exposición podremos manipular con libertad el tiempo de exposición, el balance de blancos, el enfoque y la compensación de la exposición. Lo habitual. Además, también incorpora el omnipresente modo de disparo de alto rango dinámico (HDR) y un algoritmo de potenciación cromática que podemos activar siempre que queramos, aunque, como veremos más adelante, este efecto no encajará bien en todas nuestras fotografías. Lo que hace es saturar más el color, pero da a las imágenes un aspecto menos natural que no siempre será apropiado. Si responde a decisiones creativas, perfecto, pero creo que no es interesante mantenerlo activado por defecto.

Cámara frontal

De capturar las fotografías que tomamos con la cámara frontal se encargan un sensor de 25 megapíxeles y una óptica con valor de apertura f/2.0. Los fotodiodos de este captador pueden agruparse en conjuntos de cuatro para implementar unos fotodiodos virtuales de mayor tamaño (1,8 μm), y, por tanto, capaces de recoger más luz. Es algo relativamente habitual en los sensores de alta resolución para smartphones y suele tener un efecto beneficioso en las fotografías que tomamos en entornos con poca luz ambiental.

El selfi que tenéis debajo de estas líneas lo tomé en modo retrato y en un interior relativamente poco iluminado. Como podéis ver, el sensor ha conseguido recoger la luz necesaria para reproducir bien la cara. El desenfoque del fondo (bokeh) no está mal, pero me parece demasiado agresivo. Yo prefiero un desenfoque un poco más sutil, pero esto va en gustos. Por otro lado, la capacidad del algoritmo de procesado de discriminar el objeto en primer plano del fondo no está nada mal. La región señalada está ampliada al 100% de su tamaño original, y, como podéis ver, el contorno del pelo, que siempre es una región que a los móviles les cuesta identificar, está bastante bien silueteado.

Este otro selfi está tomado utilizando el mismo modo de la fotografía anterior, pero en un exterior bien iluminado. El detalle de la cara es alto y la reproducción del color me parece fidedigna, pero, curiosamente, el cielo está sobreexpuesto y la fotografía ha perdido todo el detalle en las zonas más iluminadas (altas luces). Esta fotografía fue tomada a última hora de la tarde, y, aunque la luz aún era abundante, el cielo era de un azul intenso y había unas nubes que podían observarse perfectamente a simple vista y que han desaparecido en la instantánea.

Cámaras traseras

La cámara trasera principal de este smartphone incorpora un sensor IMX519 de 16 megapíxeles fabricado por Sony y con enfoque Dual Pixel, que es el mismo que podemos encontrar en muchos móviles de gama alta recientes, como el Z5 Pro GT de Lenovo o el OnePlus 6T, entre otros. La característica más interesante de este captador es que sus fotodiodos tienen un tamaño muy respetable (1,22 µm), lo que en teoría debería ayudar a este terminal a resolver bien las capturas en espacios con poca luz ambiental. Lo pondremos a prueba un poco más adelante. Por otro lado, la óptica que acompaña a este sensor tiene un valor de apertura f/1.7.

El sensor IMX519 fabricado por Sony que incorpora la cámara trasera principal de este móvil es el mismo por el que han apostado algunos smartphones de gama alta recientes

Como mencioné en los primeros párrafos del análisis, la segunda cámara trasera es una unidad de profundidad que asiste a la cámara principal en el proceso de recuperación de información del segundo plano para, entre otras posibilidades, ofrecernos un desenfoque del fondo preciso y bonito. El sensor de esta cámara tiene una resolución de 5 megapíxeles y su óptica tiene un valor de apertura f/2.4. Utilizando estas cámaras también podemos grabar vídeo 2160p@30 FPS, 1080p@30/120 FPS y 720p@960 FPS.

Empezamos nuestras pruebas de fotografía en un escenario de captura asequible. En un espacio bien iluminado como el que podéis ver en la siguiente instantánea este smartphone arroja un resultado muy bueno. El nivel de detalle es alto, los colores son fidedignos y no sobreexpone las zonas más iluminadas, lo que provoca que el cielo en la captura tenga un tono y un detalle muy similar a los que tenía realmente en el instante en el que fue tomada la fotografía. Nada que objetar por el momento.

Realme 3 Pro: fotografía tomada con f/1.7, 1/2.294 e ISO 99.

Esta segunda fotografía es útil para identificar con más claridad que en la anterior el nivel de detalle que son capaces de ofrecernos el sensor y la óptica de la cámara trasera principal de este móvil. Y, de nuevo, supera la prueba con buena nota. Como podéis ver el detalle es alto, lo que nos recuerda el buen trabajo que puede hacer un sensor de «solo» 16 megapíxeles si no necesitamos imprimir nuestras fotografías sobre soportes gigantescos. Además, un sensor de cierto tamaño con fotodiodos grandes rendirá mejor en escenarios de baja luminosidad que un captador del mismo tamaño pero con un mayor número de fotodiodos, y, por tanto, más pequeños. Los 16 megapíxeles de este sensor de Sony parecen una opción equilibrada para un smartphone.

Realme 3 Pro: fotografía tomada con f/1.7, 1/635 e ISO 99.

Esta fotografía la tomé utilizando el modo 'Retrato' asociado a las cámaras traseras. El desenfoque del fondo es más suave, homogéneo y tiene menos ruido que el bokeh generado por la cámara delantera. Este desenfoque es el resultado del trabajo en tándem de las dos cámaras traseras, la principal y la de profundidad, mientras que al aplicar el desenfoque utilizando la única cámara delantera la mayor parte del efecto se lleva a cabo mediante el procesado de software, que tiene como punto de partida menos información que la recogida conjuntamente por las dos cámaras traseras.

Realme 3 Pro: fotografía tomada con f/1.7, 1/206 e ISO 99.

La siguiente fotografía la tomé utilizando el modo de potenciación cromática. En el mundo real el reflejo de los árboles en el agua no tiene un verde tan intenso, y la escultura del lago no tiene un rojo-pardo tan marcado. Aun así, este efecto de saturación del color puede quedar bien cuando responde a una intención creativa, como en este caso.

Realme 3 Pro: fotografía tomada con f/1.7, 1/100 e ISO 104.

Durante un atardecer, y ya con muy poca luz ambiental, este smartphone consiguió recoger la suficiente luz sin necesidad de recurrir al modo 'Paisaje nocturno'. Eso sí, los datos EXIF reflejan que se vio obligado a incrementar mucho la sensibilidad ISO, y en estas circunstancias el nivel de ruido es ligeramente mayor, aunque no tanto como para estropear la fotografía. La mayor parte del mérito de esta captura la tiene el generoso tamaño de los fotodiodos del sensor.

Realme 3 Pro: fotografía tomada con f/1.7, 1/100 e ISO 2.016.

La siguiente fotografía la tomé en el mismo lugar que la imagen anterior, pero esta vez era completamente de noche y la única luz que había era la que emitían las farolas cercanas. En estas circunstancias fue necesario activar el modo 'Paisaje nocturno', en el que el móvil te pide que mantengas el encuadre durante unos segundos después de disparar para que el software pueda tomar varias capturas subexpuestas que a continuación serán mezcladas para generar una única imagen correctamente expuesta.

El trabajo que lleva a cabo el procesado de este móvil en estas circunstancias es convincente porque consigue reunir la suficiente luz y un detalle bastante alto sin que el ruido arruine la fotografía. Por el camino perdemos un poco de definición debido a que las cámaras de este smartphone no tienen estabilización óptica, pero no es nada grave si mantenemos un pulso medianamente firme. De hecho, en este escenario de disparo rivaliza con muchos de los terminales de gama alta que hemos analizado recientemente, lo que no está nada mal para un móvil de 250 euros.

Realme 3 Pro: fotografía tomada con f/1.7, 1/100 e ISO 6.896.

Esta fotografía la tomé en las mismas condiciones que la imagen anterior. Y de nuevo el modo 'Paisaje nocturno' trabajó correctamente porque consiguió recoger la suficiente luz y un nivel de detalle alto sin que el ruido sea excesivo. Además, logró identificar los colores con mucha precisión, todo un logro si tenemos presente que la oscuridad era casi total y que las farolas más próximas estaban a muchos metros de distancia.

Realme 3 Pro: fotografía tomada con f/1.7, 1/100 e ISO 2.016.

La siguiente fotografía está tomada con muy buenas condiciones de luminosidad y con los modos HDR y potenciación cromática activados. Lo interesante de esta imagen es que no utilicé el zoom, por lo que nos servirá como referencia para la siguiente fotografía, capturada exactamente desde la misma posición pero recurriendo al zoom de diez aumentos, que es completamente digital.

Realme 3 Pro: fotografía tomada con f/1.7, 1/207 e ISO 107.

El resultado que obtenemos al utilizar el zoom estrictamente digital de este smartphone no es bueno (no suele serlo en prácticamente ningún móvil). Como podéis observar en esta fotografía el nivel de detalle se va a pique y aparecen grandes macrobloques que estropean la captura. La ausencia de estabilización óptica sin duda contribuye a que el resultado no sea bueno, por lo que en la medida de lo posible es preferible no utilizar un zoom tan agresivo.

Realme 3 Pro: fotografía tomada con f/1.7, 1/630 e ISO 99.

Grabación de vídeo

Este smartphone se siente cómodo grabando vídeo a 1080p y 30 FPS. Esta primera grabación la realicé en un interior bien iluminado sin utilizar el zoom. Su nivel de detalle es alto y la reproducción del color es fidedigna, por lo que la calidad de imagen global es satisfactoria.

El segundo vídeo también está grabado a 1080p y 30 FPS, pero esta vez en un espacio a plena luz del día. Como podéis ver, el nivel de detalle es alto, los colores se aproximan mucho a los tonos reales que tienen los objetos y el movimiento es fluido. Sin embargo, en este vídeo utilicé el zoom de dos aumentos, que es un zoom moderado, y en estas circunstancias la ausencia de estabilización óptica provoca que las imágenes estén sometidas a una vibración constante que no conseguiremos evitar del todo por muy buen pulso que tengamos. La columna que aparece en primer plano en este vídeo está ahí intencionadamente porque sirve como referencia para identificar con claridad esta trepidación. Y, como podéis ver, es bastante evidente a pesar de que aparentemente mi pulso no temblaba casi nada mientras estaba grabando el vídeo.

El siguiente vídeo está grabado a 4K UHD y 30 FPS, y, de nuevo, su calidad de imagen global es alta. El nivel de detalle es ligeramente mayor que en los vídeos anteriores y los colores están un poco más saturados, aunque en un interior con luz artificial el incremento del nivel de detalle es sutil. En el cuarto vídeo comprobaremos si en un espacio abierto con abundante luz natural el incremento de detalle al saltar de 1080p a 4K UHD es más evidente.

Como sospechaba, cuando hay abundante luz natural y recurrimos a la grabación en resolución 4K UHD el incremento del nivel de detalle frente al vídeo 1080p es más fácil de apreciar. Los colores también están un poco más saturados en esta grabación. Sin embargo, al usar de nuevo un zoom de tan solo dos aumentos para conseguir el encuadre óptimo volvemos a toparnos con la vibración que introduce nuestro pulso debido a la ausencia de estabilización óptica. De hecho, cuando grabamos a 4K la trepidación es incluso más evidente que a 1080p. No arruina el vídeo, pero es algo que nos interesa tener en cuenta para intentar apoyarnos en una superficie estable, si es posible, o, sencillamente, para intentar que nuestro pulso sea firme.

El siguiente vídeo lo grabé a 1080p y 30 FPS en un espacio exterior iluminado únicamente por la luz tenue que emitían varias farolas. En estas condiciones el nivel de detalle y la interpretación del color que lleva a cabo este smartphone sufren una degradación muy evidente. Aun así, el resultado no es malo y me parece coherente con lo que podemos exigir a un teléfono móvil por el que nos piden menos de 300 euros.

Sonido: no destaca, pero cumple (y tiene un jack de 3,5 mm)

El único altavoz con el que cuenta este smartphone para emitir el sonido hacia el exterior está alojado en la parte inferior del marco de aluminio, junto al puerto micro-USB (sí, curiosamente este móvil no viene con un puerto USB de tipo C). El nivel de presión sonora máximo que puede alcanzar es bastante notable, pero si se nos va la mano con el volumen la distorsión se incrementa notablemente y la calidad del sonido se va a pique.

La experiencia que nos ofrece la escucha con un volumen moderado es razonablemente buena, pero el mejor resultado lo obtendremos si conectamos unos buenos auriculares a su puerto jack de 3,5 mm. Realme no ha desvelado qué DAC ha integrado en este smartphone, pero su calidad es lo suficientemente alta para permitir que unos buenos auriculares, como los veteranos y ya descatalogados Sennheiser CX 980 que utilicé en mis pruebas, se expresen con autoridad.

Autonomía: 4.045 mAh dan para toda una jornada

Así es. Durante mis pruebas no activé el modo de alta eficiencia energética, pero sí mantuve habilitado el ahorro de energía inteligente, que viene activado por defecto. Y en un escenario de uso intenso que combina el envío y la recepción de mensajes de correo electrónico, la navegación en Internet, la reproducción de vídeo y audio, y, por último, la utilización del geoposicionamiento en Google Maps, la autonomía del terminal superó holgadamente las dieciséis horas de uso.

La autonomía real está intensamente condicionada por los hábitos del usuario, por lo que con toda seguridad en un escenario menos intenso que el mío la batería de este móvil durará más. Pero también se agotará antes si utilizamos juegos. En cualquier caso los 4.045 mAh de la batería de este smartphone nos garantizan una jornada completa de autonomía incluso en condiciones exigentes y sin recurrir a la activación del modo de alta eficiencia energética. Un apunte importante: la tecnología de carga rápida de este terminal es VOOC Flash Charge 3.0, la misma que utilizan OPPO y OnePlus en algunos de sus últimos smartphones, y consigue cargar el 50% de la batería entre 30 y 35 minutos. En la carga completa invierte algo menos de 90 minutos.

Realme 3 Pro: la opinión y nota de Xataka

Este smartphone es, ante todo, equilibrado. Podría tener un acabado más lujoso, un SoC más potente y un zoom óptico, sí, pero entonces no sería un gama media asequible. Si miramos hacia los móviles de precio similar, que es con los que realmente va a competir, sale bien parado porque, en mi opinión, no tiene ninguna carencia por la que merezca una crítica tajante. Tiene margen de mejora en algunos ámbitos, pero antes de resumirlos os propongo que repasemos cuáles son sus bazas más interesantes.

Honor, Redmi y las otras marcas afianzadas en la gama media tienen un nuevo competidor digno de ser respetado

La más atractiva es, sin duda, su relación calidad/precio. Rinde bien en un abanico muy amplio de escenarios de uso, incluidas la toma de fotografías y la grabación de vídeo 4K UHD, y esto no es tan común en un teléfono móvil de menos de 300 euros. Además, su diseño está a la altura, está razonablemente bien construido y su batería no nos dejará tirados a media jornada ni siquiera en un escenario de uso exigente. Para agotarla en menos tiempo habría que usar de una forma muy intensa videojuegos o aplicaciones de reproducción de vídeo.

Me cuesta poner pegas a un smartphone tan equilibrado como este porque soy consciente de que su precio está bien ajustado. Aun así, poniéndome tiquismiquis y puestos a pedir habría agradecido que contase con estabilización óptica en la cámara trasera principal y una pantalla AMOLED como la que tienen otros móviles de gama media que no son mucho más caros. En cualquier caso, me parece justo concluir este análisis defendiendo que Realme ha desembarcado en Europa con un terminal que va a hacer ruido. Honor, Redmi y las otras marcas que están bien afianzadas en la gama media tienen un nuevo competidor digno de ser respetado.

8,4

Diseño8,5
Pantalla8,25
Rendimiento8,5
Cámara8
Software8,25
Autonomía9,25

A favor

  • Su relación calidad/precio es estupenda. Dará guerra en la gama media
  • La batería no bate récords, pero nos ofrece una experiencia satisfactoria y no nos deja colgados
  • Su rendimiento es el adecuado para afrontar la mayor parte de las tareas con suficiencia
  • Resuelve bien las fotografías y la grabación de vídeo en la mayor parte de los escenarios de captura

En contra

  • En algunos escenarios de disparo se echa de menos contar con estabilización óptica en la cámara principal. Con ella habría despuntado en su gama
  • Algunos smartphones de gama media no mucho más caros tienen pantallas AMOLED de más calidad
  • ColorOS evoluciona favorablemente, pero aún podría mejorar el aprovechamiento de la interfaz y algunos de los extras

El terminal ha sido cedido para la prueba por parte de Realme. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.

Más información | Realme

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