OPPO Find X, primeras impresiones: así funcionan sus cámaras "desplazables"

OPPO ha venido a mitad de año a recordarnos que aún hay mucho que ver en la batalla por el aprovecha del frontal. ¿Cómo? Escondiendo la cámara frontal al más puro estilo BlackBerry Priv en su nuevo buque insignia, y os contamos cómo es esto y el resto de características en las primeras impresiones del OPPO Find X.

Lo difícil, que es destacar, ya lo han conseguido. Una manera de iniciar su desembarco en Europa con bastante espectacularidad pero también con una mezcla de curiosidad y dudas ante una alteración del factor forma tipo barra con poco precedente. ¿Funciona bien? ¿Es práctico? Os contamos qué tal en la toma de contacto.

Un nuevo frasco para una potencia esperada

La serie Find llevaba años sin tener un nuevo vástago (cuatro, desde aquel OPPO Find 7a), y para ese linaje lo correspondiente era un buque insignia con todo lo que ello conlleva. Otra joya de la corona que tenía que, además de estar a la altura de los rivales y perpetuar ciertas particularidades de la marca, brillar de manera especial para que dicha llegada al Viejo Continente fuese un sonoro carraspeo entre viejos (y no tan viejos) titanes.

La fórmula mágica no es nueva; que como mínimo se tenga lo máximo, y de ahí salpimentar a gusto del fabricante. O lo que es lo mismo, meter en la coctelera el ultimo procesador del fabricante que sea, la máxima RAM, doble cámara trasera, inteligencia artificial y añadir algo con lo que diferenciarse, que en este caso es ese módulo retráctil para las cámaras (y toda la electrónica para el reconocimiento facial).

Con todo esto no es ninguna sorpresa que el móvil vaya fluidísimo. Cierto es que para bien y para mal se trataba de un software prematuro, y esto siempre condiciona esas primeras sensaciones que tenemos con respecto al rendimiento, pero no ha habido nada que nos haya indicado que haya problemas por este lado.

Eso sí, aunque las interfaces, transiciones y multitarea de Color OS (la capa del fabricante) transcurren con total fluidez y normalidad, lo que sí que hemos notado es algo de calentamiento tras estar usando el terminal unos 20 minutos. Sobre todo por la mitad inferior de la pantalla, aunque ha sido un uso relativamente intenso (cámara y bastantes aperturas y ejecuciones seguidas) y recalcamos que se trata de un software aún por madurar, con lo cual puede que haya tareas del software relacionadas con la gestión del rendimiento que requieran aún una revisión (quizás el toque de inteligencia artificial que se supone que tiene).

No hemos podido jugar ni probar demasiado qué tal se desenvuelve con el multimedia, pero tirando de los vídeos que hemos hecho con el propio móvil sí parece que tenga un volumen máximo suficiente. Eso sí, con salida mono, concretamente desde el altavoz que tiene en la base al lado del USB tipo C (no hay jack de audio, por cierto).

Por su parte, la pantalla se ve bien a nivel de contraste, color y brillo. No parece haber problemas con el brillo automático y tenemos algún plus de ajustes de pantalla con respecto a lo que trae Android de fábrica, pero lo que hemos visto es que peca de algo que ya vimos en el Nokia 8 Sirocco: la curvatura del cristal tiene una "sombra" verde desde según qué ángulo se mire.

En cuanto a sensibilidad táctil también muy bien. ColorOS posibilita el doble toque para activar pantalla además de una serie de gestos para realizar con pantalla apagada. Pero mientras el primero funciona perfectamente no logramos hacer funcionar los segundos, aunque puede que sea por cuestión de software más que por sensibilidad.

Comentar también que a falta botón frontal, la navegación puede ser de manera tradicional (con la barra de botones) o bien de manera similar al iPhone X. Es decir, arrastrando hacia arriba las apps para la multitarea o deslizando para minimizarlas, lo cual funciona bien pero hay que estar un rato familiarizándose para pillarle bien el truco.

Comodidad y buenos acabados

La moda no ha dejado ninguna muesca en el frontal del OPPO Find X, pero sí tiene su efecto en la proporción de la pantalla y al fin y al cabo en las del terminal. Como casi todos últimamente vemos un aspecto ratio 18:9, de modo que queda un móvil más bien alargado, pero esto no está reñido ni mucho menos con la comodidad.

De hecho, con sus 6,4 pulgadas en mano nos recuerda a terminales como el Samsung Galaxy S9+ o el LG G7 ThinQ, que de hecho encajan diagonales menores. Lo hace también por las curvas que dibuja la pantalla hasta encontrarse con el borde lateral, que si bien no parecían estar bien acabadas a nivel de cristal (por ese sombreado verdoso) sí lo están a nivel de uniformidad con el marco.

Es relativamente delgado, sin tener aún las medidas oficiales probablemente se acerque a los 7,9 milímetros del LG G7. Por su construcción y acabados es cómodo como hemos dicho, dando además sensación de robustez, pero teniendo cristal a ambos lados nuestra principal amenaza serán las huellas dactilares (aunque tiene un acabado que no parece atraerlas tan fácilmente como otros fabricantes).

En cuanto a la estética, sobre gustos no hay nada escrito y no vamos a empezar aquí y ahora, pero se trata de un diseño elegante a la par que llamativo. En negro hubiese quedado más sobrio (tendríamos la edición especial de Lamborghini para comprobarlo, aunque el logo de la compañía automovilística también da la nota brillante), pero el tono azulado o violeta del cristal hace que tenga un toque más desenfadado y quizás atractivo para un público más variado.

En lo relativo a bordes y juntas está muy bien rematado, con la curvatura continua y sin biseles frontal y trasera, y pese a que no tiene notch sí tiene una especie de muesca en la parte superior al ser la "tapa" del módulo que sobresale. Éste se corresponde en amplitud al terminal, de modo que no queda tan repentina como la opción del Vivo NEX y a nivel estético al menos está bien resuelto.

Las cámaras de Schrödinger

Como siempre, hay aspectos en la tomas de contacto de los que es imposible hablar en detalle por mucho que nos gustaría. Alguno ya lo hemos mencionado anteriormente y es debido a limitaciones por software o falta de conectividad casi más que por tiempo, pero otros sí necesitan al menos más días y una variedad de contextos como la autonomía, el rendimiento y la cámara.

Será interesante ver si la inteligencia artificial asiste de manera tan general como nos contaron, con esas notificaciones inteligentes que pretenden anticiparse a nuestras necesidades. Pudimos verlo entre lo ajustes, pero requiere un aprendizaje sobre nuestros hábitos al estilo de lo que vimos con Sense Companion en el HTC U12+, lo cual se traduce en días. Y lo que también será interesante ver es la influencia de la batería, tanto de esto como de que la cámara tenga que sobresalir cada vez.

¿Qué ocurre pues con esas peculiares cámaras? El "pop" del módulo oculto se invoca de varias maneras, bien porque queremos desbloquear el terminal o bien al abrir la app de cámara. Lo primero no pudimos probarlo debido a las restricciones de los terminales de demo, pero se trata de dar un toque para activar el reconocimiento facial, de modo que el módulo asoma para esto y se esconde tras la lectura del rostro.

Una de nuestras dudas era si la salida del módulo de cámaras enlentece el disparo, sobre todo si hablamos de lo que implica y caracteriza la fotografía móvil en esencia: rapidez, espontaneidad, cazar el momento

Una de nuestras principales dudas era si es una apertura lenta per se, sobre todo si hablamos de lo que implica y caracteriza la fotografía móvil en esencia: rapidez, espontaneidad, cazar el momento. Y pese a ser un software de prueba (y faltar aspectos como por ejemplo los propios ajustes de cámara o el modo manual, que nos aseguraron que lo tendrá), tanto app como módulo se abren con normalidad, sin notar un especial lag por la eyección de las cámaras.

Otra duda que sí se nos queda para el análisis a fondo es qué ocurre cuando el polvo, etc. se inmiscuye entre el saliente de las cámaras y el teléfono, como a veces ocurre entre un móvil y su funda o en las juntas de elementos como el cristal y el metal. Veremos si esto acaba afectando al funcionamiento o daña alguna superficie, pero de momento parece que hayan dejado el mínimo espacio físicamente posible para que el módulo se deslice y no quede una hendidura.

El resultado de las fotografías o el comportamiento de la app queda en duda también, pero podemos decir que en interiores se porta bastante bien, apareciendo las inevitables falta de detalle y presencia de ruido de la que no se escapa en escenas de interiores con iluminación tan, tan difícil como la del sitio de demostración. Buenas sensaciones también con el vídeo y el zoom, así como con el modo retrato.

Éste se aplica en ambas cámaras y sigue la estela del iPhone X, los S9 y otros jugando a emular distintos tipos de iluminaciones. En cuanto a marcar bien el sujeto principal y definir los bordes, lo hacía bastante bien teniendo en cuenta las condiciones, si bien en la trasera no logramos hacer funcionar alguna de las simulaciones de luz. Sí lo logramos con todas las de la frontal, que además permite crear un modelo 3D de nuestro rostro sobre el que aplicar efectos de belleza, aunque nos pareció algo rebuscado con lo que quizás jugaríamos una vez o dos (con resultado relativamente bueno del modelo 3D, eso sí).

La inteligencia artificial aparece en escena de manera similar a la de LG en la cámara. Si la activamos (que no tiene botón directo, sino que está entre los ajustes de belleza) lo que vemos es que se identifican los objetos (o se intenta hacerlo, tampoco había mucha variedad en ese contexto). Lo más notable que vimos fue que en la cámara frontal aplica una buena dosis de maquillaje si detecta un rostro (no tanto en la trasera), y que si hay una persona en primer plano lo reconoce como "retrato".

Más curiosidad que dudas

Más allá de todo el ruido y los flashes, el OPPO Find X nos deja muy buenas sensaciones y rompe un poco con el prejuicio de que cambiar de manera considerable el status quo del factor forma hoy en día no es siempre tan arriesgado ni un despropósito. A priori nos parece una solución bastante más práctica y con mucho más sentido que la del ZTE Axon M, también con esa intención de romper con lo establecido.

El OPPO Find X rompe un poco con el prejuicio de que cambiar de manera considerable el status quo del factor forma hoy en día no es siempre tan arriesgado ni un despropósito

Quedará ver qué tal sienta Color OS 5.1 a este terminal y a la autonomía, que se verá retada a su vez por la inteligencia artificial (si se activa su presencia constante) y el consumo energético añadido de la apertura del módulo de las cámaras (quizás a partir de un cierto mínimo de batería restante ya no podamos accionarlo como suele ocurrir con el flash, habrá que verlo). También si al final compensa esta solución frente a la muesca o a tener algo menos de superficie aprovechada por la pantalla, que según el fabricante es del 93,8%.

Buen sabor de boca nos queda con la pantalla y el diseño también, dándonos la impresión de que no nos cansará en mano. Aunque faltará ver también si la lectura de rostro para el desbloqueo trabaja tan bien como mostraron y si es una buena solución para quienes manejan el móvil sobre la mesa de manera más habitual.

Lo que nos queda, sobre todo, es la curiosidad por comprobar qué tal es el día a día con esta solución, que a priori nos parece práctica y original, con el miedo de que las partículas de polvo, arenilla, etc. nos jueguen una mala pasada. Al menos han sabido hacer que 6,4 pulgadas parezcan más bien 5,8, y desde luego con lo fluido que parece ir (y con los componentes que integra) de lo que no hay dudas es que a nivel de rendimiento podrá colocarse sin problemas entre los mejores, codo con codo.

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