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OnePlus 7 Pro, análisis: por fin OnePlus está en la lucha por el mejor smartphone del año

Suele decirse que "quien la sigue, la consigue" y en OnePlus pueden estar cerca si es que no lo han logrado ya. Un fabricante relativamente nuevo que en esta ocasión ha presentado dos topes de gama con una edición superior que busca estar de tú a tú de manera merecida con el resto de rivales, y hemos querido ver si es así en el análisis del OnePlus 7 Pro.

No sabemos si el lanzar a la vez dos terminales será el fin de la edición "T" que suele llegar seis meses después, pero por ahora lo que tenemos es este hermano mayor cuyo apellido conlleva mayor y mejor pantalla, más cámaras y una serie de avances con respecto a la edición estándar. ¿Un salto cualitativo con respecto a lo que un OnePlus aportaba hasta ahora al usuario? Lo comprobamos tras probarlo a fondo.

Ficha técnica del OnePlus 7 Pro

OnePlus 7 Pro
Pantalla 6,67 pulgadas 1.440 x 3.120 px AMOLED
90 Hz, 516 ppp
Procesador Snapdragon 855
Memoria RAM 12 GB
Almacenamiento 256 GB UFS 3.0
Sistema operativo Android 9 Pie + OxygenOS
Cámaras traseras 48 Mpx f/1.6 OIS+EIS
+ 8 Mpx tele f/2.4 OIS
+ ultra gran angular f/2.2 117º
Cámara frontal 16 Mpx f/2.0
Batería 4.000 mAh + carga rápida Warp
Conectividad 4x4 MIMO, 5CA, LTE Cat. 18, WiFi 2x2 MIMO, 802.11a/b/g/n/ac, 2,4 G/5G, Bluetooth 5.0
Otros Altavoces estéreo, lector de huellas en pantalla, USB C 3.1, dual SIM, soporte aptX/aptX HD/LDAC/AAC, NFC
Materiales Cristal y metal
Dimensiones 162,6 x 75,9 x 8,8 milímetros, 206 gramos
Precio Por determinar

Diseño: el ADN OnePlus se tiñe de azul y nos hace olvidar las huellas

Muchos fabricantes optan desde hace tiempo por los "sándwich" de cristal y metal para sus buques insignia, optando por esos materiales al transmitir siempre una sensación de mayor calidad (y permitir la carga inalámbrica). Un camino que también tomó OnePlus en esa evolución que parece estar experimentando especialmente desde el OnePlus 5, cuando adoptó un estilo propio que redefinió en los venideros, el OnePlus 5T, el OnePlus 6 y el OnePlus 6T.

El OnePlus 7 Pro parece representar un cambio, sobre todo teniendo en cuenta que la versión estándar es bastante más compacta, y viendo que se han atrevido con más colores. La unidad que hemos probado para este análisis es azul (¡albricias!), o Nebula Blue como ellos lo han bautizado, con ese efecto holograma que hace que la luz juegue bastante sobre su trasera dando matices que viran a violeta.

No llega a ser lo que vimos en el HONOR View20 o en el Xiaomi Mi 9 SE, ahí eran algo más que destellos y las tonalidades eran mucho más eléctricas. El azul "nebuloso" juega siempre con una base oscura y algún reflejo más claro y vívido según le dé la luz, pero con un resultado más discreto.

No obstante, añade una nota de color con respecto al tradicional negro (en brillo o mate) de OnePlus, sobre todo en los bordes, dado que el tono cromado o plateado que suelen tener obtiene ahora un tinte azulado a juego. Bordes curvados que son más estrechos en los laterales, punto en el que van a caer las curvaturas que pronuncian la parte frontal y trasera (curvaturas no simétricas entre ellas, por cierto).

Este aspecto del diseño es similar a lo que vimos en el Huawei P30 Pro y podría considerarse en cierto modo aún herencia de lo que mostró Samsung desde el Galaxy S6 Edge y sus juegos con curvas y esquinas, aunque en este caso el borde es algo más ancho que el P30 Pro y se agradece. La parte negativa de las curvaturas y adelgazamientos suele ser que el agarre es más incómodo (esa sensación "cortante"), y en este caso la sujeción (sobre todo al hacer fotografías con el smartphone en horizontal) es algo mejor que en el smartphone de Huawei.

Poblando este borde están los botones físicos habituales, hablando de este fabricante: no hay incursión de un "cuarto" botón para el asistente virtual y lo llamaremos por voz o con los táctiles, pero se mantiene el deslizable para los modos de sonido con sus tres posiciones (silenciom vibración y sonido). La bandeja para la dual SIM está en la parte de abajo, a un lado del USB tipo C y en espejo con el altavoz principal, siendo así distinto del 6T.

El protagonista es el módulo extraíble en el que se ha incrustado la cámara frontal

No hay hueco pues en la base para un jack de audio que tampoco vimos en su predecesor, y en la parte superior el protagonista es el módulo extraíble en el que se ha incrustado la cámara frontal. Una cámara que en apariencia es más grande que la del Vivo Nex, cuyo sistema es muy similar al del OnePlus 7 Pro aunque luego matizaremos las diferencias.

En cuanto a la parte trasera, hay bastantes cambios con respecto a lo que hemos visto antes en los OnePlus. Cierto es que el cristal (Gorilla Glass 5) sigue recordando más bien a un plástico duro y bien rematado, a diferencia de la percepción clara que dan otros acabados como el de los iPhone, pero eso no es sinónimo de que transmita una sensación de material poco valioso; todo lo contrario, las huellas quedan mucho menos en esta trasera a lo pegatina holográfica de los 90.

Con estas esquinas no es el móvil más cómodo del mundo (y menos con ese tamaño, que ahora veremos en detalle), pero tampoco puede decirse que sea incómodo o que acabe molestando. Tras un rato es posible acostumbrarse a esas esquinas si venimos de otros móviles más anchos o con mayor curvatura, aunque lo que vamos a notar es el peso: son 206 gramos, todo un campeón peso pesado ahora en la era de la compactación. Aunque aquí hablamos de una gran pantalla (casi 7 pulgadas) y una batería de 4.000 miliamperios/hora, y eso se paga con dos monedas: gramos y centímetros cúbicos.

OnePlus 7 Pro OnePlus 7 OnePlus 6T OnePlus 6 OnePlus 5T OnePlus 5 OnePlus 3T OnePlus 3
Dimensiones (mm) 162,6 x 75,9 x 8,8 157,7 x 74,8 x 8,1 157,5 x 74,8 x 8,2 155,7 x 75,4 x 7,75 156,1 x 75 x 7,3 154,2 x 74,1 x 7,3 152,7 x 74,7 x 7,4 152,7 x 74,7 x 7,4
Pantalla (pulgadas) 6,67 6,2 6,41 6,28 6,01 5,5 5,5 5,5
Superficie del frontal (cm2) 123,41 117,96 117,81 117,4 117,08 114,26 114,07 114,07
Volumen (cc) 108,604 95,55 96,604 90,98 85,47 83,41 84,41 84,41
Aprovechamiento 87,4 80 85,6 83,2% 80% 73% 73,1% 73,1%
Peso (g) 206 185 177 162 153 158 158

Interesante ver el salto a nivel de dimensiones y aprovechamiento del frontal por parte de la pantalla que experimenta la línea de móviles de la marca con el OnePlus 7 Pro.

Así, se trata del buque insignia más grande de entre las principales marcas si tomamos en referencia los últimos de cada una. Lo dicho: son 6,67 pulgadas y de momento hasta eso no se han lanzado otros de los más recientes (veremos qué pasa hasta que acabe el año que aún queda mucho pescado por vender), pero por ahora el trono en "Weight-King's Landing" no se lo quita nadie.

Altura (milímetros) Anchura (milímetros) Grosor (milímetros) Peso (gramos) Pantalla (pulgadas) Batería Superficie (cm2) Volumen (cc)
OnePlus 7 Pro 162,6 75,9 8,8 206 6,67 4.000 123,41 108,603
One Plus 6T 157,5 74,8 8,2 185 6,41 3.700 117,81 96,604
Huawei P30 Pro 157 73,2 8,6 190 6,47 4.200 114,92 98,83
Samsung Galaxy S10+ 157,6 74,1 7,8 175 6,4 4.100 116,78 91,09
iPhone XS Max 157,5 77,4 7,7 208 6,5 3.174 121,91 93,87
Pixel 3 XL 158 76,7 7,9 184 6,3 3430 121,19 95,74
LG V40 ThinQ 158,8 75,7 7,6 169 6,4 3.300 120,21 91,36
HTC U12+ 156,6 73,9 9,7 188 6 3.420 115,73 112,26
Xperia 1 167 72 8,2 180 6,5 3.330 120,24 98,597

Más pantalla es más volumen, la traducción de las matemáticas aquí. El OnePlus 7 sólo es más voluminoso que el HTC U12+, que precisamente no es ningún ejemplo de compactación con 6 pulgadas y casi 1 centímetro de grosor, pero tiene casi 6,7 pulgadas de pantalla respecto a las 6,4 del S10+ o el LG V40 ThinQ.

Así, lo que les ha quedado con el que ahora es el buque insignia propiamente dicho (habiendo lanzado dos topes de gama) es un móvil muy bien construido, contemporáneo y bastante característico. Quizás redefiniendo una vez más ese estilo que parecían dibujar como citábamos antes, pero intentando encajar mejor en esa gama alta con precios más altos (inherentes en cierto modo a una sensación de lujo al sostenerlos).

Eso sí, no tenemos certificación IP de resistencia ante agua y polvo. Cierto es que desde la marca han comentado que resiste a salpicaduras, pero de momento no nos vamos a atrever a sumergir el móvil en un cubo de agua como sí nos mostraron desde su cuenta oficial de Twitter. Además, la trasera no proporciona esa sensación de tranquilidad en cuanto a resistencia a arañazos: evidentemente no hemos probado a rallar la superficie a propósito, pero este nuevo acabado da algo más de miedo (probablemente infundado) a apoyar su trasera sobre una superficie.

Pantalla: la verdadera protagonista

El apellido Pro ha conllevado en este caso a satisfacer varios aspectos que quienes buscaban en los móviles de la marca un buque insignia a la altura de otros pedían (eso sí, expresándose también en el precio final). Se acabó quedarse en resolución FullDH+ para un móvil que aspira a ser el mejor del mercado: OnePlus se sube al carro del QHD+, como Samsung, LG y Huawei entre otros, dejando más solas a Xiaomi y a quienes consideran que un buque insignia no ha de cumplir con esta resolución mínima.

La pantalla, de hecho, es una de las claves en la diferenciación con el OnePlus 7 estándar. No sólo hablamos de una mayor diagonal (casi media pulgada de diferencia), sino de un mayor aprovechamiento del frontal por parte de ésta y de la inclusión de una mayor tasa de refresco: 90 hercios.

Vamos a ir con todo esto poco a poco, porque lo merece. La resolución es algo que valoraremos más o menos según nuestras preferencias y también la sensibilidad que tenga nuestra visión, pero en todo caso es un salto esperado y conveniente: se tiene mucho más detalle y alcanzan los 516 píxeles por pulgada, una cifra que se traduce precisamente en ver vídeos, imágenes o texto de manera mucho más definida.

Si queremos percibir la máxima sensación de fluidez (sobre todo en animaciones) y unos *scrolls* de velocidad desafiante, mejor optar por los 90 hercios

Es, por tanto, muy agradable leer o visualizar cualquier tipo de contenido, aunque la experiencia cambiará según configuremos el terminal a 60 o a 90 hercios. Si queremos percibir la máxima sensación de fluidez (sobre todo en animaciones) y unos scrolls de velocidad desafiante, mejor optar por lo segundo.

Se nota especialmente cuando jugamos, si bien se echa de menos en general (en navegación web, por el sistema, con apps tipo timeline como Flamingo o Instagram) en el momento que decidimos cambiar a 60 hercios. Aunque lo que también tendremos que tener en cuenta es que esta mayor tasa de refresco conlleva a su vez un mayor consumo energético.

Esta tasa es uno de aspectos que pueden configurarse en los ajustes de pantalla. Como permiten otras capas de personalización, OxygenOS da opción de configurar ciertos aspectos del panel, como esta tasa de refresco, la temperatura de los blancos, la resolución (ojo cuando la cambiemos, se cierran las apps abiertas en segundo plano -nos lo avisa-) o el brillo, ya incluso en el pre-load al encender el terminal por primera vez.

En cuanto a calibración de la pantalla, de fábrica viene con el ajuste Intenso aplicado. Es una configuración con unos blancos algo fríos y un nivel de saturación alta (cumpliendo con lo que se espera por precedentes de un panel AMOLED) sin posibilidad de modificar, de ahí que el que más nos guste es el Display-P3, que es más equilibrado, cubre mayor espacio de color y puede ajustarse la temperatura (el AMOLED da demasiados rojos y el sRGB queda muy bajo en colores y viveza).

El ajuste de brillo automático funciona mejor que en otras ocasiones (a modo de recordatorio: en el OnePlus 6T experimentábamos que solía quedar demasiado bajo al pasar a entornos con iluminación media y baja). Esta vez, de hecho, el "problema" es el opuesto: aunque suele reaccionar rápido a los cambios de luz, es habitual que quede alto al pasar a interiores o ambientes con luz media-baja, con lo tendremos que ajustar manualmente para dejarlo más bajo, sobre todo si queremos maximizar la autonomía. Además, añadir a este respecto que de fábrica la suspensión de pantalla automática viene establecida tras dos minutos, algo que también puede ajustarse para incrementar ligeramente la autonomía.

En estos ajustes también vemos lo correspondiente a la pantalla ambiente, si bien no vemos aquí grandes cambios. Podemos activar que se active la pantalla al tocarla y al levantarla, así como para que se encienda al recibir notificaciones (que en el momento veremos enteras y a posteriori sólo veremos en forma del icono de la app si no la hemos descartado) y cambiar el estilo del reloj, habiendo cuatro posibilidades con la clásica combinación de blanco y rojo de la marca. ¿Personalización? Nada más, sigue siendo muy limitada y sin diferenciándose mucho de otras pantallas ambiente.

La sensibilidad al toque es correcta, reacciona con normalidad con el tap, instantáneamente en cuanto a la activación de la pantalla y no hay toques accidentales hablando de la curvatura del panel. Eso sí, tendremos el sombreado verdoso que vimos también en el Nokia 8 Sirocco o el Samsung Galaxy S10+ (de hecho, de manera más intensa que en el Samsung Galaxy S9+), que en cierto modo son inevitables y que se notan más en contenidos claros o blancos.

Al final, el hecho de añadir curvatura (y visto el "éxito" de la Pantalla Edge, una de las pocas aplicaciones prácticas que se le ha pretendido dar a dicha superficie) es un recurso meramente estético en una gran mayoría de casos y que implica en ocasiones toques accidentales que empobrecen la experiencia (como nos pasaba al usar la cámara del Huawei P30 Pro). En este caso únicamente lo percibimos en el aspecto del agarre, así como en los sombreados, por lo que una vez más consideramos que es una decisión cuestionable, más aún cuando no ha sido un rasgo característico de los OnePlus.

Hablando de este nuevo panel, destacamos que no hay muesca. La cámara frontal está escondida en ese módulo retráctil (que exige fundas aún más personalizadas), pero que junto a un altavoz tan alargado como bien integrado y a un borde inferior reducido, logran transmitir la sensación de "todo pantalla" de manera determinante.

Según GSM Arena (la referencia que solemos tomar en todo caso para eliminar sesgos de fabricante y basarnos siempre en un mismo cálculo), la pantalla del OnePlus 7 Pro aprovecha un 87% del frontal. Algo que es aún más real si decidimos optar por la navegación por gestos que una vez más ofrece OxygenOS, aunque con alguna diferencia con respecto a lo anterior.

Esta vez hay tres posibilidades para la navegación del sistema: botones tradicionales, botones estilo Android stock y gestos de OnePlus, con la adición del swipe corto para ir a la app anterior y el cambio del deslizamiento a un lado para ir atrás, ahora teniendo que deslizar desde abajo pero cerca del borde lateral. Este cambio conlleva que acostumbrarse sea más complicado y muchas veces iremos atrás en vez de minimizar, en parte también porque podría haber más margen para el gesto de minimizar que para el de atrás, pero en todo caso van muy bien y sin lags (y a este respecto comentar que la funda que se da con el smartphone dificulta bastante la navegación por gestos al tener un borde sobresaliente).

Comentar además que, dejando a un lado las limitaciones de la pantalla ambiente a nivel de configuración, la capa ofrece muchas opciones para la personalización. Además de los tres temas (luz, a color y oscuro, siendo éste último el tradicional modo oscuro con fondo negro) podemos personalizar el color principal (salvo en el tema a color, que lleva uno predeterminado), el tipo de letra, el tamaño y algunos aspectos de lo que queremos ver en la barra de estado, bastante más estrecha gracias a no tener el notch. La configuración de parte de estos aspectos de hecho se nos ofrece en el pre-load del terminal.

En resumen, es una pantalla con la que se tiene muy buena experiencia. Salvo el brillo máximo, muy justo para cuando más directa e intensamente da el sol, por lo demás tiene un contraste y una resolución adecuadas, y el tamaño y la reducción de bordes permite que ver contenido (sobre todo multimedia) sea agradable. Esta vez sí, OnePlus.

Rendimiento: no se le puede resistir nada a este combinado

Parece que se acabó pues lo de ir recortando en especificaciones para mantener un precio global menos, y si antes se había optado por el procesador puntero del momento en esta ocasión no iba a ser diferente. Para los dos OnePlus 7 tenemos el Snapdragon 855 como procesador, con la diferencia de que en este caso se llegan hasta los 12 GB de RAM como el OnePlus 6T McLaren, los cuales afortunadamente tenemos en el modelo que hemos probado para este análisis.

Con estos componentes es impensable ver limitaciones o comportamientos erráticos en lo referente a fluidez y ejecución, y efectivamente ni rastro de ello. Para cualquier tipo de app o servicio el OnePlus 7 Pro se muestra capaz y válido de sobra, con la velocidad por bandera y opciones para que esto se maximice en el juego.

Lo vemos en un modo juego mejorado y totalmente enfocado a que las partidas sean la única tarea en la que se centren la potencia y el rendimiento, sobre todo si optamos por el modo Fnatic. Una nueva preconfiguración que bloquea todas las notificaciones (excepto batería baja y alarmas), da prioridad al juego a nivel de recursos que consumen red, limita la actividad de apps en segundo plano y opcionalmente puede permitir las llamadas de terceros, la respuesta táctil y la mejora de visualización (que es un aumento del brillo).

El combo de los 90 hercios y el modo juego hacen que la fluidez sea máxima

La verdad es que personalmente no había jugado tan bien al 'PUBG', un juego que ya en su pantalla de menú y sus millones de añadidos en la misma es una garrapata tremenda de recursos. Ya en estas pantallas, de alta exigencia gráfica, el combo de los 90 hercios y el modo juego hacen que la fluidez sea máxima, casi la misma que con una tarea de exigencia normal, y en las partidas las animaciones y desplazamientos se suceden con una rapidez y limpieza extrema. Chapeau, OnePlus.

No mencionamos aquí los 12 GB de RAM porque previamente esta cantidad de memoria no había supuesto un añadido a este nivel, por ejemplo en la edición McLaren. La combinación de la mayor frecuencia de refresco con la optimización correcta del software parecen la clave, aunque siempre tendrá que haber una potencia base proporcionada por el procesador, la gráfica y la RAM (habría que ver si en el OnePlus 7 Pro con menos RAM se iguala la sensación).

Eso sí, durante el juego notaremos que la temperatura aumenta más que con otros usos menos exigentes a nivel de recursos. Normalmente no es un incremento exagerado o preocupante, pero en algún momento sí ha llegado a estar muy caliente en algunas partes externas, por lo que el diseño, materiales y ese nuevo sistema de refrigeración líquida no logran disipar ese aumento y se nota al tacto.

Para quienes tomáis como referencia los benchmarks, os dejamos los resultados de los que solemos ejecutar con otros smartphones del momento y/o con configuración similar.

OnePlus 7 Pro Xiaomi Mi 9 Samsung Galaxy S10+ HONOR View20 Huawei Mate 20 Pro OnePlus 6T Xiaomi Mi 8 Pro OPPO Find X iPhone XS
Procesador Snapdragon 855 Snapdragon 855 Exynos 9820 Kirin 980 Snapdragon 845 Kirin 980 Snapdragon 845 Snapdragon 845 Apple A12 Bionic
RAM 12 GB 6 GB 8 GB 8 GB 6 GB 8 GB 8 GB 8 GB 4 GB
AnTuTu 376.968 374.570 331.707 273.973 270.728 298.112 287.503 282.324 313.341
Geekbench 4.0 (single/multi) 3.465 / 11.017 3.539 / 11.164 4.459 / 10.195 3.284 / 9.744 3.328 / 9.735 2.434 / 9.077 2.456 / 9.178 3.308 / 7.915 4.803 / 11.178
PCMark Work 9.991 9.036 7.780 7.620 7.618 8.650 8.236 9.803 -
3DMark (Ice Storm Unlimited) 39.555 61.089 56.351 38.471 37.416 65.760 63.047 63.702 -

Software: reoxigenando su propia capa de personalización

OnePlus mantiene su apuesta por vestir a Android con su propio software, pero en conjunto con esa evolución que hemos visto en el hardware también la ha habido en Oxygen OS, de hecho cada vez menos “OS” en apariencia. Sigue siendo una capa de personalización y parece que éste será el derrotero por el que seguirán años después de [dejar a un lado la etapa con Cyanogen)[https://www.xatakamovil.com/sistemas-operativos/oneplus-presenta-al-equipo-encargado-del-desarrollo-de-su-rom-oxygenos], manteniendo el estatus como capa de personalización y no como sistema operativo.

Así viene el OnePlus 7 Pro tras arrancar por primera vez el sistema.

De este modo, en el OnePlus 7 Pro encontramos la versión 9.5.2 de Oxygen OS sobre Android 9 Pie, que presenta algunas novedades que ya hemos visto parcialmente en los apartados de pantalla y rendimiento. Como hemos visto de manera histórica, no hay bloatware más allá del par de apps propias que instala OnePlus y las apps mínimas de Google que han de verse en todos los móviles con Android, pudiéndose desinstalar las primeras.

Las apps con las que viene el OnePlus 7 Pro de fábrica.
Podremos eliminar las de OnePlus, pero no las de Google.

Las apps se organizan en cajón, sin posibilidad de cambiarlo, al cual se accede deslizando hacia arriba. Si deslizamos hacia la derecha nos aparecerá la pestaña Never Settle, que ofrece algunos accesos rápidos a modo de tarjeta, incluyendo la posibilidad de que marquemos de manera rápida el lugar donde hemos aparcado.

Los ajustes tienen su apariencia y distribución propia, pero sigue siendo clara e intuitiva. No se tarda nada en encontrar lo que se busca, incluso antes de familiarizarnos con ellos, si bien también incluye el buscador como en el resto de capas.

En Utilidades es donde encontraremos muchas de las particularidades de este software propio, por ejemplo todas las opciones de configuración de ese modo juego que os hemos comentado antes. También la opción de añadir un panel de inicio rápido para ciertas aplicaciones, que funciona manteniendo el dedo en el área de lectura de huellas tras la lectura, aunque es bastante limitado dado que no permite personalizar los accesos directos.

Al desbloquear con la huella dactilar y mantener un poco más el dedo, nos aparecerán estos accesos rápidos.

Otros añadidos propios e interesantes son las apps paralelas, homólogas de las apps duales de MIUI y que permiten tener dos accesos de una misma app para llevar dos cuentas de manera simultánea e independiente, y la suite de Bienestar digital. Aquí encontramos algunas posibilidades a la hora de controlar nuestro uso del móvil y limitarlo, por ejemplo estableciendo temporizadores para cada app o activando el Modo Descanso.

Funciona bastante bien y añade bastantes posibilidades, parecidas a lo que estamos viendo en esta línea de suites en iOS, Android Stock, Samsung o Huawei. Nos dice qué tiempo usamos el móvil al día (y en qué), y nos permite limitarlo de manera sencilla si nos parece demasiado.

Está además entre las novedades el modo Zen. Se trata de otra manera de obligarnos a descansar del móvil (o de librarlo a él de nosotros) gracias a una restricción que activamos desde el toggle del panel de notificaciones, estableciendo el tiempo de desconexión que queremos y pudiendo ver las estadísticas de uso.

El móvil quedará bloqueado e inutilizable por mucho que lo intentemos (salvo para llamadas de emergencia), de modo que nos sea imposible abrir mensajería, redes sociales, el navegador o cualquier otra app. Una manera de desconectar de manera más drástica que con el modo descanso, que es algo similar al No molestar de iOS y otros modos similares (restricción de notificaciones, etc.).

Además de todo esto, la capa ha renovado los ajustes para pantalla (que ya hemos desengranado en el correspondiente apartado) y también los de audio añadiendo el Dolby Atmos, que después veremos en detalle. Aunque en este caso también notaremos que ha habido alguna eliminación, al menos en la versión de software actual.

Sumándose a esos gestos de navegación también mantienen los disponibles para pantalla apagada, pudiendo abrir la cámara o controlar la reproducción de música. Y la verdad es que siguen funcionando muy bien, haciendo algo más cómodo este uso del móvil. Están en un apartado propio en ajustes, incluyendo opciones como la de activar la pantalla con doble toque o el poder emplear el botón de encendido para llamar al asistente de voz.

Encontramos algunas opciones en los ajustes dedicadas al mantenimiento, como los modos de ahorro de batería o la opción de activar la gestión de la RAM. Aunque lo que más percibiremos en el uso es el renovado Modo juegos (que ahora implementa además el modo Fnatic y que hemos comentado antes) al activarse automáticamente con los juegos (se puede configurar), o bien el modo oscuro que también hemos mencionado.

El Modo oscuro tiñe casi todas las interfaces de negro.

Biometría

El año pasado el lector de huellas en pantalla fue uno de los rasgos diferenciales entre un OnePlus y su edición T, y es también uno de los cambios hablando del OnePlus 7 y el 7 Pro. Así, en el mellizo mayor tenemos herencia directa del 6T y habemus de nuevo lectura de huellas en pantalla, aunque con cambios.

Con el OnePlus 6T teníamos una experiencia con bastante margen de mejora, dado que era bastante exigente en cuanto a la superficie de la huella exigida para la lectura. En este caso no ocurre esto y con una menor superficie ya nos lee la huella (salvo que ladeemos demasiado el dedo, algo que ocurre más a menudo con los pulgares).

Si cumplimos esto, que es lo habitual, la lectura es bastante rápida, sobre todo teniendo en cuenta que se trata de un sistema óptico y no por ultrasonidos, aunque si lateralizamos la huella nos dará lectura errónea. El registro de la huella ocurre con rapidez y normalidad y podemos hacerlo ya desde el pre-load.

Eso sí, para que funcione deberá estar la pantalla ambiente o la pantalla activa, concretamente el área de lectura iluminada. No valdrá con posar la huella si la pantalla está completamente en reposo, tendremos que invocar de alguno de esos modos que se active el área de escaneo para que funcione.

Otro sistema biométrico es el reconocimiento facial, el cual será uno de los dos motivos que haga que el periscopio se hice para comprobar si somos el usuario registrado. El registro del rostro es rápido, podría decirse que sin diferir demasiado al que había en el OnePlus 6T con la cámara integrada (haciéndolo incluso en luz media y con gafas de vista).

El módulo de la cámara frontal tarda aproximadamente un segundo en salir. No es veloz, pero no se nos ha hecho lento y no penaliza tampoco la experiencia con el desbloqueo facial (a la cámara integrada no le gana, pero ya está más a la par). Aunque eso sí, tenemos un sistema de reconocimiento sencillo, no avanzado con la maquinaria de sensores que hemos visto en otros fabricantes (y que ocuparía mucho más espacio), y no funciona en la oscuridad o luz muy, muy baja.

funciona bien en la mayoría de condiciones, incluso cuando la luz es baja y/o si tenemos un fondo de pantalla claro que pueda proyectar algo de luz sobre el rostro. Aunque eso sí, tendremos que activar pantalla para que funcione, no valdrá la pantalla ambiente.

Salvo en estas ocasiones, es bastante más cómodo que el lector de huellas por el hecho de que con la huella en lateral no funciona demasiado bien y al salir el módulo relativamente rápido. Lo único que puede pasar (y que podría revisarse) es que se pulse el botón de inicio accidentalmente al tener el móvil guardado y que salga el módulo cuando no nos damos cuenta y no lo deseamos, si bien hay un mecanismo de seguridad que reacciona rápido escondiéndolo si detecta que algo hace presión sobre él o al fallar el reconocimiento.

Cámaras: tres cámaras traseras, déjà vu y una cámara frontal cuando se necesita

La moda, las necesidades, estar a la altura. Alguna de esas razones o quizás todas, pero el caso es que en el OnePlus 7 Pro vemos la tríada de moda en la parte trasera: un objetivo estándar con un sensor de 48 megapíxeles, un teleobjetivo y un “súper” gran angular. Todo eso amenizado por una cámara frontal que sale a voluntad y que no está integrada en la parte frontal.

Desglosando y detallando toda la maquinaria, de esto se compone el sistema fotográfico del OnePlus 7 Pro:

  • Sensor principal de 48 megapíxeles, con lente con apertura f/1.6 con OIS + EIS. Tamaño del píxel de 1,6 micrómetros, con pixel-binning.
  • Teleobjetivo con sensor de 8 megapíxeles y lente con apertura f/2.4, con OIS. Tamaño del píxel de 1 micrómetro y zoom óptico de hasta 3x.
  • Lente ultra gran angular con apertura f/2.2 y 117º de campo de visión.
  • Cámara frontal: sensor de 16 megapíxeles y lente con apertura f/2.0. Tamaño del píxel de 1 micrómetro.

Con la frontal podemos grabar hasta 1080p y 30 frames por segundo, mientras que con las traseras nos permite hasta 4K a 60 fps. Ésta incorpora además súper cámara lenta a 1080p y una serie de modos que ahora con la app y el análisis de la calidad fotográfica veremos más en detalle.

App de cámara

En OnePlus no se caracterizan por aplicar software de estética invasiva o agresiva, pero sí propia y esto mismo llevamos viendo en la app desde hace años. Se mantiene la que hemos visto en Oxygen OS, basada en pestañas contiguas y una accesoria para los modos secundarios y los ajustes propios de la app.

Así, vemos pestañas propias para el modo automático, el vídeo, el retrato y el paisaje nocturno (antiguamente denominado Modo noche), de modo que navegamos con swipes laterales y uno en vertical para ver la pestaña a modo de cajón con todos los modos (sumándose el lapso de tiempo, el panorama y la cámara lenta). Ahí también veremos los ajustes, en los cuales podremos activar la aparición del control manual del HDR en la interfaz principal así como otras opciones, como la corrección de lente para el gran angular.

El modo Pro dispone de controles manuales para el enfoque, la ISO, el balance de blancos, la exposición y el balance de blancos, estando ahí la posibilidad de disparar en RAW o en 48 megapíxeles. Según qué formato y/o tamaño de foto podremos elegir una proporción, lo cual tiene su acceso rápido igualmente en la parte de arriba como en el modo automático.

El modo retrato no presenta novedades en cuanto a su aplicación. Será necesaria mantener una distancia de entre 0,5 y 2 metros y nos indicará cuándo está activo con la iluminación del letrero en verde como hasta ahora, sin posibilidad de variar la apertura y actuando sea cual sea el objeto si se cumplen las condiciones.

El modo noche tampoco experimenta cambios. Sigue siendo completamente automático y no ofrece la posibilidad de variar la exposición o la ISO como sí ocurre con el de Huawei (y, por cierto, ahora se llama Paisaje nocturno)

La app funciona bien, es estable y se abre con normalidad ya sea con el móvil bloqueado o desde el icono de la app, si bien la activación/desactivación del HDR es algo lenta como ocurre con la de MIUI y en ocasiones falla la previsualización al ajustar manualmente la velocidad de obturación. Es intuitiva y mantiene una interfaz sencilla que facilita bastante el uso de todos los modos y de las tres cámaras así como de la frontal, pero veamos qué tal sus resultados.

Cuando detecta que fotografiamos un paisaje, nos propone usar el gran angular.

Cámaras traseras

En general consideramos que el triplete fotográfico trasero del OnePlus 7 Pro también da esa versatilidad que hemos visto en otras triples cámaras traseras, pero no vemos unos resultados que sobresalgan. Hablando de condiciones favorables (buena luz, planos generales y macros) es fácil ver una especie de neblina, suma quizás de falta de contraste y nitidez, y saturación baja, aunque esto último puede editarse fácilmente con la app de serie o bien alguna de terceros.

El rango dinámico es algo bajo (no es algo grave) y la colorimetría es realista (pese a esa falta de viveza en general), aunque el HDR puede ayudar a mejorar el resultado. Sobre todo en contraluces, situación en la que hay una mejor gestión de iluminaciones y sombras, o si hacemos una foto directamente al sol.

Eso sí, puede que en alguna ocasión el contraste que queda con la múltiple exposición del HDR sea algo exagerado, y quizás no nos guste el resultado al fotografiar paisajes con hojas o ítems con más contornos. En baja luz sí suele ayudar a mejorar el resultado dado que compensa la ligera subexposición que da el modo automático sin aumentar el ruido (de esto hablaremos con el disparo nocturno).

El zoom óptico se luce más, como cabe pensar, cuando la iluminación es más favorable. De día obtenemos los mejores resultados, sobre todo si disparamos de manera más o menos estable.

Fotografía a 3x.
Fotografía a 3x.

Son disparos que dan un plus de nitidez con respecto a lo que se obtendría con el aumento digital, aunque tampoco sobresale aparentemente de manera clara con respecto a la competencia (esto, si podemos, lo comprobaremos más adelante). Lo que sí podemos decir es que el cambio de una lente a otra es muy rápido, y que la app permite jugar bastante y muy bien con estas posibilidades.

Hablando del gran angular, queda bastante bien también cuando la iluminación es abundante, sobre todo porque siempre habrá una pequeña subexposición por el cambio de lente. Bien en cuanto a la distorsión de la lente en los bordes, en parte porque como ocurre en Samsung y en otras marcas hay una corrección (opcional) de la misma, que en este caso compensa aplicar.

No hay una pérdida de detalle llamativa o más allá de la esperada hablando del gran angular, y resulta de utilidad para cuando queremos maximizar el encuadre y no perdernos nada de la escena. De noche o con luz baja la subexposición penaliza más y probablemente no nos compense usar este disparo.

Foto con el gran angular.

El modo Pro es un buen aliado sobre todo en macros, escenas nocturnas o si queremos intentar mejorar nosotros el procesado con algún editor tirando de RAW

En cuanto al modo Pro, es un buen aliado sobre todo en macros, escenas nocturnas o si queremos intentar mejorar nosotros el procesado con algún editor tirando de RAW, por ejemplo aumentando esa baja saturación que comentábamos o un balance de blancos que también puede ser demasiado frío en ocasiones (esto es bastante aleatorio y depende también de la lente). Es también la manera que tenemos de disparar a 48 megapíxeles, aunque lo que hemos observado en los resultados es que de nuevo la utilidad más clara y directa es la de obtener imágenes más grandes (de 8.000 x 6.000 megapíxeles y no de 4.000 x 3.000).

De hecho, si lo que buscamos es obtener imágenes más grandes, quizás con un poco más de detalle (aunque esto depende mucho de la iluminación y la distancia al ítem enfocado), la clave está en el ajuste manual del enfoque. Si confiamos en el enfoque automático no suele mantenerse con respecto al disparo a 12 megapíxeles, y esto puede cambiar el resultado bastante sobre todo hablando de macros. Es decir: si no queremos disparar en manual pero sí queremos fotos grandes, sólo tendremos que pararnos con el enfoque para tener el resultado deseado (ISO, balance de blancos, exposición y velocidad de obturación podremos dejarlos en automático).

Con enfoque automático, puede haber pequeñas variaciones entre un disparo y otro.

La manera de asegurar el enfoque en el punto que queremos, independientemente de cómo disparemos, es ajustarlo manualmente.

Antes de hablar del disparo nocturno, cabe comentar que en interiores el ruido aparece bastante pronto, incluso con ISO bajas. El detalle es bastante bajo dentro de lo que suponen estas condiciones y puede ser que tengamos demasiado contraste, según el grado de iluminación.

De noche es cuando el ruido hace su aparición con bombo y pandereta, sobre todo si intentamos arreglarlo con HDR (disparando con la misma ISO, de hecho). Lo mejor es tirar de modo Pro para ajustar algo más la ISO, aunque al no tener peaking será más complejo acertar con el enfoque manual y el automático no se luce demasiado. Además, vemos de nuevo el fallo con la previsualización del cambio de velocidad de obturación, por lo que será bastante complicado acertar con este parámetro para que no nos salga una toma sub o sobreexpuesta.

El modo Paisaje nocturno no nos servirá para intentar detectar ectoplasmas como parecen pretender en Huawei o Google, sacando lúmenes de donde no los hay, pero sí nos servirá para mejorar algunos resultados con respecto a los disparos en automático. Dispara siempre a ISO 0, pero aún se cuela algo de ruido, aunque sin sobreexponer y sin aumentar el tiempo de exposición.

Como suele ocurrir con estos modos (quizás los más simples), si los usamos en un entorno convenientemente iluminado, en el que los modos automáticos se defienden bien, lo que obtendremos son imágenes con ese toque de viñeta derivado de una exageración de los contornos. Esto nos podrá gustar más o menos (es algo artificial, pero en ocasiones es lo que agrada), si bien la ventaja es que gracias a esto habrá detalles en el fondo que saldrán más definidos.

Hablando del modo retrato, quizás es donde menos evolución hemos visto con respecto a lo que vimos en el OnePlus 6T. La app sigue igual de restrictiva en cuanto a la distancia con el objeto principal y a no poder editar el grado de desenfoque, pero lo peor es que cuesta mucho activarlo; por muchos toques que le demos al objeto principal y aún encontrándonos dentro del intervalo de distancia necesario, a veces hay que intentarlo más de cinco o seis veces.

Aunque el sujeto se diferencia del fondo a nivel de distancia y colores, y estando a la distancia adecuada, es difícil que se active el modo retrato.

Este disparo no era fácil y al final pudimos aplicar el modo retrato, pero costó más de siete intentos.

Cuando se aplica no tiene un mal resultado con buena luz. Defiende bien los bordes y no hay pérdidas de detalle en el plano principal, aunque a veces el bokeh es demasiado leve y es bastante exigente a nivel de iluminación.

Cámara frontal

Cámara estilo persicopio de submarino para los selfies en este OnePlus 7 Pro, además de para el reconocimiento facial que hemos comentado antes. Ese segundo que tarda en emerger la cámara no es algo que penalice al final y es fácil acostumbrarse, sobre todo porque la cámara da unos resultados más que aceptables.

Bien a nivel de detalle, aunque vemos que según la escena los colores y el tono podrían tener un mejor procesado. Podemos notar la falta de viveza que describíamos en las cámaras traseras en menos grado, sobre todo si hablamos de una escena bien iluminada, y lo que puede ocurrir en interiores y en baja luz es que el tono vire ligeramente al magenta.

El enfoque suele actuar bien y rápido, aunque en baja luz no le irá mal una pequeña ayuda con un tap. El HDR no perjudica el primer plano y puede ser de ayuda para salvar cielos que de otra manera aparecen quemados o con un rango dinámico muy bajo.

Bien por el modo retrato, que es capaz de actuar incluso si estamos de perfil. El recorte suele ser bueno, sin ser demasiado radical y acertando además con ese punto débil habitual que representan los huecos (por ejemplo, el que queda entre el brazo y el cuerpo y que no suele diferenciarse).

Vídeo

La versatilidad vista para las cámaras traseras se traslada en parte al vídeo. Será fácil saltar al zoom (no podremos hacerlo al gran angular), y teniendo el ajuste de resolución en un acceso rápido es bastante sencillo realizar el tipo de toma que queramos en cualquier momento.

De día y a plena luz tanto el 4K como el 1080p dan buen resultado, además de la estabilización, que es constante y combate con buen resultado temblores, cambios de plano bruscos o zarandeos. Y aunque en algunos casos puede dar un resultado algo forzado merece la pena tenerla activada.

En cuanto a la colorimetría y al contraste, vemos lo que ya anticipábamos en el apartado de fotografía: bien de rango dinámico, pero en algunas ocasiones algo bajo de saturación. Y el detalle se conserva bien en buenas condiciones, pero en interiores y de noche abundan las acuarelas y hay una pérdida de nitidez bastante notable, incluso por debajo de lo esperado en tomas nocturnas.

De noche además el enfoque es bastante inestable, sobre todo si realizamos vídeos andando (aunque la estabilización se mantiene). Además, es relativamente fácil tapar el micrófono al agarrar el móvil en horizontal, así que valdrá la pena que no nos olvidemos de este detalle.

Buen resultado de la cámara lenta, para la cual no tenemos limitación y podemos grabar clips de la longitud que queramos. Se nota ese 1080p, dando buenas tomas incluso con baja luz.

Con la cámara frontal tendremos un resultado aceptable con luz favorable. Colores realistas y bien a nivel de detalle, pero por la noche y con luz baja la calidad baja bastante, aunque se mantiene la estabilización electrónica (que de muy buen resultado en esta cámara en general).,

Autonomía: la máxima batería posible puede ser la mínima necesaria

El reto esta vez era algo mayor con una pantalla más grande, con más resolución y que ofrece esa mayor tasa de refresco. Características que pueden tener su efecto en el consumo, como también pueden beneficiar algunos aspectos del hardware, todo en base a los 4.000 miliamperios/hora de la batería que integra este terminal entre otros aspectos.

Esta cifra no determina nada en cuanto a la experiencia, pero por precedentes hay cierta barrera psicológica al llegar a los 4.000 que predispone a pensar que tendremos una buena autonomía, con estadísticas como las del Huawei Mate 20 Pro. ¿Se cumple esto en el OnePlus que se lleva el apellido Pro? Veamos.

Hemos probado cargas completas con las distintas opciones que ofrece a nivel de pantalla y temas a máxima resolución (a 60 hercios, a 90 hercios, con tema claro y con tema oscuro), también alternando jornadas de uso más intenso y otras menos exigente, y al final nos han quedado unas medias de 20 horas de autonomía media y unas 7:40 horas de pantalla.

Dadas las características que hemos comenta consideramos que son buenas cifras, no van a ser supremas y no dan la tranquilidad de otras medias que dan casi de manera sobrada jornada y media de autonomía. Pero da para aguantar el día en cuando pasamos largos ratos viendo vídeos, usando la cámara o jugando.

La carga Warp además permite que se cargue algo más del 50% de la batería en media hora, registrando unos tiempos de carga completa de 1 hora y 20 minutos (de 0 a 100% con el móvil apagado y el cargador de serie). Si lo establecemos en 60 hercios y tiramos de las herramientas para optimizar batería, podremos lograr que aguante la jornada, lo que no se nota tanto es el modo oscuro en esta cuestión.

Audio: bienvenido, estéreo, bienvenido, rango dinámico

Quizás la pantalla haya sido la protagonista del marketing de manera más o menos merecida, pero hablando de mejoras con respecto a lo anterior hemos de hablar del audio. No tenemos minijack de 3,5 milímetros ni adaptador, pero sí altavoces estéreo y algunas opciones de personalización.

Un sonido nítido, con un rango dinámico muy amplio y un volumen máximo que da para llenar la estancia sin apenas pérdida de calidad

El salto cualitativo es notable: ahora sí tenemos la experiencia de audio que esperamos en un gama alta, y de hecho es de las mejores que hemos tenido en relación a lo que llevamos analizado este año. Un sonido nítido, con un rango dinámico muy amplio y un volumen máximo que da para llenar la estancia sin apenas pérdida de calidad (a pie de altavoz principal da un máximo de 114 decibelios, nada mal), aunque hay mejor experiencia si nos quedamos en torno al 80%.

El estéreo siempre da una experiencia más satisfactoria, con más matiz y más envolvente. Y se nota especialmente en la visualización de contenido multimedia y los juegos, ahora sí sabemos por dónde nos van a venir a disparar, aunque si somos de dedos cortos será fácil que cubramos el altavoz principal con nuestro dedo pulgar al sujetar el móvil en horizontal.

En cuanto al Dolby Atmos, se trata de tres preconfiguraciones basadas en el tipo de contenido que se aplican independientemente de cuál sea la fuente de salida del sonido y en el entorno, aunque son relativamente sutiles y percibiremos mucho mejor con auriculares:

  • Dinámico: una optimización automática en función del contenido. Es la que está configurada de fábrica, ofreciendo una nitidez y rango dinámicos adecuados y en la media.
  • Película: más reverberación y profundidad, y un rango dinámico algo mayor que el anterior.
  • Música: matiza algo más, pero el resultado es prácticamente el mismo que con el ajuste dinámico.
  • Ninguna: desactiva la mejora basada en entorno según tengamos activados los auriculares.

Para auriculares tenemos varias opciones. Dentro de los ajustes para Dolby Atmos se incluyen las preferencias de estilo. Viene preestablecida la opción “Ninguno”, que da prácticamente la misma experiencia que la configuración “Equilibrado”. De hecho, apenas se notan cambios en este caso, quizás algo más de bajos y agudos con el “Cálido” y el “Matizado”, pero probablemente nos quedemos casi igual si no tocamos esto (quitando algún muy sutil cambio en el volumen).

Encontramos además el modo auricular, que permite ajustar algunas acciones automáticas cuando conectamos auriculares vía Bluetooth. Comentar además que el móvil añade soporte a códecs como aptX y LDAC, con lo cual podemos obtener mejor experiencia según el tipo de archivos que escuchemos y si los auriculares lo tienen.

Hablando de esto, en el pack de prueba se incluyen los OnePlus Bullets 2, los cuales tienen pequeños cambios de diseño con respecto a la primera edición. La experiencia con ellos también es muy buena, siendo in-ear e inalámbricos, aunque las piezas que albergan la electrónica y la batería son algo más grandes y pesadas y los cabezales se sujetan algo menos que los anteriores, pero pese a esto son cómodos y no caen ni siquiera haciendo ejercicio (y la verdad es que prescindir de la goma que engancha con el pabellón auricular de los primeros se agradece, ya que esto acaba molestando).

Añadir que las llamadas se oyen muy bien, y que la solución de un altavoz/auricular tan discreto sienta muy bien al frontal sin necesidad de emplear la salida de sonido por la pantalla que hemos visto en otros móviles como el P30 Pro.

OnePlus 7 Pro, la opinión de Xataka

El fabricante se encargó de ir levantando expectación hasta el día 14 de mayo, en el que presentarían los móviles públicamente. Las pistas daban a entender que el fabricante había dado un salto cualitativo para intentar colocarse mejor entre esos flagships con los que en un principio iba a acabar con la fórmula bueno-bonito-barato, pero finalmente ha abandonado la tercera "B", y nos ha dado un OnePlus 7 Pro que bien merece el apellido (aunque al final se pague a nivel de inversión).

El OnePlus 7 Pro es, tanto a nivel de características como por la experiencia que da, un salto cualitativo en los móviles de la marca. La sensación ahora es más parecida a un tope de gama cuyo fabricante ha priorizado transmitir una sensación de lujo, de distinción, de calidad, alejándose de ese móvil más ajustado con muy buen resultado a un precio desafiante.

Se agradece la apuesta por esa pantalla que, aunque no da una experiencia sobresaliente en todo (lástima lo del brillo), sí logra que el usuario disfrute de todo tipo de contenidos, ya sea viéndolos o jugando. Buen trabajo además con el audio, con lo que se convierte en un buen candidato como centro multimedia, y más con esa pantalla casi infinita.

La ejecución de la opción de un módulo retráctil nos parece evolucionada con respecto a algunos precedentes, aunque aún supone algunas pequeñas trabas en la experiencia del usuario. También hay mucho margen de mejora en ese lector de huellas integrado en pantalla y la fotografía, que aunque se pone a la altura de la aparente demanda no cumple al nivel que se le exige a un buque insignia de 2019 en calidad total.

Es un móvil muy bien construido, atractivo, completo y que se diferencia bastante de su edición estándar. La apuesta por esa tasa de frecuencia en la pantalla, el UFS 3.0 (que da muy buenos resultados a nivel de lectura y escritura) y por olvidar el notch pueden ser un buen reclamo para quien mira más allá del procesador y la RAM (aunque aquí encontramos lo máximo en Android) y que no priorice la cámara.

9.2

Diseño9,25
Pantalla9,50
Rendimiento9,75
Cámara8,75
Software9
Autonomía9

A favor

  • La pantalla da muy buena experiencia a nivel de resolución, marcos reducidos, contraste y con la tasa de refresco de 90 hercios. Pese a que le falta algo de brillo máximo, en general muy bien.
  • El audio ha evolucionado y mucho, la experiencia es también satisfactoria si no se echa en falta el jack de 3,5 milímetros.
  • Muy buena construcción y una fluidez permanente en su rendimiento.

En contra

  • La propuesta fotográfica es la que parece exigir la demanda y la que se lleva, pero el resultado global está por debajo de lo esperado: nos recuerda demasiado a su predecesor.
  • La autonomía no es mala, pero queda algo justa viendo a la competencia incluso con los 4.000 mAh.
  • Puede resultar grande y habría que mejorar la disipación de la temperatura.

El terminal ha sido cedido para la prueba por parte de OnePlus. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.

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