OnePlus 7, análisis: la esencia de la marca se mantiene con esta evolución más continuista

Nueva jugada la de OnePlus para este año, ya con subdivisiones en la que solía ser la entrega de un sólo terminal para empezar el nuevo curso en el mercado móvil. En el análisis del OnePlus 7 os mostramos el que bautizamos como “flagship a la sombra”, siendo una versión estándar frente a su hermano el OnePlus 7 Pro.

Un smartphone que, pese a que sí se vale de las iteraciones habituales de procesador y otros componentes, mantiene bastantes similitudes con el OnePlus 6T, su predecesor más inmediato y equivalente. ¿Hay motivos para también tildar las experiencias como estándar y pro hablando de estos dos móviles? Os contamos qué nos ha parecido la propuesta más conformista de la nueva hornada de smartphones de este fabricante.

Ficha técnica del OnePlus 7

OnePlus 7

Pantalla

6,41" AMOLED, FullHD+
(2.340 x 1.080, 402 ppp), 19,5:9
Gorilla Glass 6

Procesador

Qualcomm Snapdragon 855
GPU Adreno 640

Memoria RAM

6 / 8 GB LPPDR4X

Almacenamiento

128 / 256 GB UFS 3.0

Batería

3.700 mAh con carga rápida (5 voltios/4 amperios)

Cámara trasera

Principal: 48MP, f/1.7, 0,8 µm, Sony IMX586, OIS, Flash LED Dual
Secundario: 5 MP, f/2.4, 1,12 µm

Cámara frontal

16 MP, f/2.0, Sony IMX471, 1 µm

Sonido

Altavoces estéreo, cancelación de ruido y soporte Dolby Atmos

Dimensiones y peso

157,7 x 74,8 x 8,2 mm
182 g

Software

Android 9.0 Pie con OxygenOS

Otros

WiFi 802.11ac, BT 5.0, NFC, GPS/GLONASS/Galileo, USB-C (USB 3.1 Gen 1), Dual Nano-SIM, LTE, NFC, lector de huellas bajo la pantalla

Precio

559 euros (6/128 GB)
609 euros (8/128 GB) en la web oficial

Diseño: jugando la carta del "viejo conocido"

Tras unos años de relativa acomodación en lo referente al diseño, desde el año pasado estamos viendo algunas propuestas que buscan quizás matar dos pájaros de un tiro: por un lado acercarse más a ese aprovechamiento del 100% del frontal por parte de la pantalla, y por otro destacar, diferenciarse. Una de éstas puede ser la del OnePlus 7 Pro, olvidándose del notch y optando por un módulo extraíble para la cámara frontal, tal y como ya habíamos observado antes en el Vivo Nex y algunos otros precedentes.

El diseño del hermano estándar es más conservador y encaja más en lo que ya vimos en el OnePlus 6T, con la muesca en el frontal, los marcos más pronunciados y la trasera en brillo cerámico con las cámaras (dos) en el centro. Las dimensiones, de hecho, son un calco con este antecesor, con la única diferencia de tres gramos menos, por lo que la sensación en mano es mucho más parecida a la que tuvimos con este terminal que con el nuevo 7 Pro.

OnePlus 7 Pro OnePlus 7 OnePlus 6T OnePlus 6 OnePlus 5T OnePlus 5 OnePlus 3T OnePlus 3
Dimensiones (mm) 162,6 x 75,9 x 8,8 157,7 x 74,8 x 8,2 157,5 x 74,8 x 8,2 155,7 x 75,4 x 7,75 156,1 x 75 x 7,3 154,2 x 74,1 x 7,3 152,7 x 74,7 x 7,4 152,7 x 74,7 x 7,4
Pantalla (pulgadas) 6,67 6,2 6,41 6,28 6,01 5,5 5,5 5,5
Superficie del frontal (cm2) 123,41 117,96 117,81 117,4 117,08 114,26 114,07 114,07
Volumen (cc) 108,604 95,55 96,604 90,98 85,47 83,41 84,41 84,41
Aprovechamiento 87,4 80 85,6 83,2 80 73% 73,1 73,1
Peso (g) 206 182 185 177 162 153 158 158

Sin curvatura tampoco en la pantalla, el terminal es algo más delgado que el 7 Pro, aunque no hay diferencia tampoco en el agarre en este sentido. Es más cómodo porque es bastante más compacto, algo en parte debido a albergar una pantalla más pequeña y también una batería probablemente de menor volumen.

Sin ser estrictamente ligero, no resulta demasiado pesado y la curvatura que sí dibuja su parte trasera hace que sea ergonómico y que el agarre sea más agradable que en el caso del otro OnePlus 7, el Huawei P30 Pro y esos móviles cuyo borde es algo más anguloso. En este caso además los bordes superior e inferior están en ángulo agudo, de modo que unen una parte trasera que en superficie es menor a la pantalla y tienen una pequeña inclinación, sobre la cual encajan el USB tipo-C, el micrófono y el altavoz (alineados al centro los dos últimos, algo más cerca de la trasera el primero), y nada de jack de 3,5 milímetros.

La trasera, construida en cristal, tiene ese ese acabado charol en brillo que en nuestro caso hemos podido ver en gris oscuro (Mirror Gray) para el análisis y se mantiene ese aire discreto y elegante (que quizás es más desenfadado en la versión en rojo). También es la variante que probamos en la toma de contacto, y las sensaciones son más o menos las mismas que en ese momento también tras unos días con el terminal siendo un órgano más de nuestro cuerpo.

Es un móvil bonito y bien acabado a primera vista, pero hay algunos aspectos a mejorar en este sentido. La trasera es un imán de huellas (algo que no por ser habitual con este material debe dejar de ser reseñable, ya que al final puede haber mucha diferencia según el acabado) y pese a ser cristal tampoco hay soporte de carga inalámbrica, aunque lo que quizás nos influya más es que se araña con facilidad. Además, al menos en nuestra unidad se salía ligeramente un plástico que hay entre la pantalla y el chasis, por lo que el montaje o sus partes tienen margen de mejora.

No es un drama, pero es un pequeño defecto que al menos vimos en esta unidad (y habiéndolo usado continuamente con funda).

Con estas características los móviles nacen con una funda bajo el brazo al menos para usuarios más cautelosos, y en este caso es lo más conveniente si queremos preservarlo sin daños (no tanto por el rozamiento, porque tampoco es un móvil que resbale). Además, protegerá también algo más las juntas entre los bordes y la parte trasera, ya que no está solapado del todo y queda una fina hendidura en la que la suciedad se coloca muy fácilmente (y no ocurre lo contrario al intentar quitarla).

Viendo cómo queda con el resto de móviles de gama alta del momento, el OnePlus 7 es más voluminoso que muchos de ellos, quedando por debajo del OnePlus 7 Pro, el HTC U12+ y el Sony Xperia 1. Es más pesado que el Samsung Galaxy S10+ y que el Xperia 1, pero queda por debajo de todos los demás en cuestión de gramos.

Altura (milímetros) Anchura (milímetros) Grosor (milímetros) Peso (gramos) Pantalla (pulgadas) Batería Superficie (cm2) Volumen (cc)
OnePlus 7 157,7 74,8 8,2 182 6,41 3.700 117,95 96,73
OnePlus 7 Pro 162,6 75,9 8,8 206 6,67 4.000 123,41 108,603
One Plus 6T 157,5 74,8 8,2 185 6,41 3.700 117,81 96,604
Huawei P30 Pro 157 73,2 8,6 190 6,47 4.200 114,92 98,83
Samsung Galaxy S10+ 157,6 74,1 7,8 175 6,4 4.100 116,78 91,09
iPhone XS Max 157,5 77,4 7,7 208 6,5 3.174 121,91 93,87
Pixel 3 XL 158 76,7 7,9 184 6,3 3430 121,19 95,74
LG V40 ThinQ 158,8 75,7 7,6 169 6,4 3.300 120,21 91,36
HTC U12+ 156,6 73,9 9,7 188 6 3.420 115,73 112,26
Sony Xperia 1 167 72 8,2 180 6,5 3.330 120,24 98,597

Más allá de los números, sobre todo nos queda una sensación similar a los OnePlus del año pasado, viendo que seguimos con las dos cámaras en la parte trasera (más protuberantes), la curvatura de esta superficie o un frontal que es una fotocopia (probablemente con la misma pantalla que vimos en el OnePlus 6T). No nos queda, por tanto, esa sensación de evolución que sí nos dio el OnePlus 7 Pro, pero ha quedado un móvil discreto, sobrio, bien resuelto (con salvedades) y con el que ya es un característico e icónico botón en los móviles de esta marca, el switch lateral para el control del volumen.

Pantalla: y entonces la evolución no llegó al hermano menor

Una de las principales diferencias entre un OnePlus 7 y otro, si no la más importante, es la pantalla. El OnePlus 7 integra un panel AMOLED de 6,41 pulgadas, con aspecto ratio 19,5:9 y resolución de 1.080 x 2.340 píxeles, recubierto de Gorilla Glass 2.5D.

Las mismas características que vimos en el del 6T, por lo que encaja bastante con la idea de que esto se haya mantenido invariable con respecto a su predecesor. También por el pellizco que supuso invertir en la pantalla del OnePlus 7 Pro, de mayor resolución, soporte a HDR10+ y con esa tasa de refresco de 90 hercios que aquí no tenemos (y que sí, se echa de menos).

De este modo, OnePlus ha dejado que el más básico de sus primeros topes de gama de 2018 (asumiendo que podrá haber una segunda hornada) se quede en el vagón de los buques insignia que no pasan del FullHD+, junto con el Huawei P30 Pro (ahí lo hemos entendido algo menos), el Xiaomi Mi 9 y el HTC U12+ entre otros.

Pulgadas

Resolución (píxeles)

Píxeles por pulgada

Aprovechamiento (%)

OnePlus 7

6,41

1.080 x 2.340

402

85,5

OnePlus 7 Pro

6,67

1.440 x 3.120

516

87,6

Huawei P30 Pro

6,47

1.080 x 2.340

398

88,6

Samsung Galaxy S10+

6,4

1.440 x 3.040

526

87,5

LG G8 ThinQ

6,1

1.440 x 3.120

564

83,5

Xiaomi Mi 9

6,39

1.080 x 2.340

403

85,2

iPhone XS

5,8

1.125 x 2.436

458

82,9

Pixel 3 XL

6,3

1.440 x 2.5560

523

82,4

Sony Xperia 1

6,5

3.840 x 2.520

643

82

HTC U12+

6

1.080 x 2.160

402

77,7

Como solemos comentar, esto no es algo grave, pero viendo que hay fabricantes que desde hace muchos años ya tienen como mínimo el QHD+ para sus móviles más potentes (como Samsung o LG) y que ya van estando en minoría los que optan por resoluciones menores sí se va echando más en falta. Sobre todo ahora que tenemos fresca la experiencia con el OnePlus 7 Pro, que aporta una dosis extra de detalle y refresco que nos deja una particular morriña.

Se trata pues de una pantalla con un nivel de detalle aceptable, que da una buena experiencia a nivel de lectura, navegación u observación de cualquier contenido (aunque se podrá quedar más corto con vídeos que de otra manera se verían más nítidos). El brillo automático se porta bien, así que por este lado sí que vemos una ligera mejora con respecto al OnePlus 6T (y la confirmación de que se trataba de algo de software).

Lo que sí queda bastante por debajo de lo esperado (y requerido para una buena experiencia) es el brillo máximo. Sin tener el dato de los nits, la pantalla no se llega a visualizar con claridad a pleno día y cuando los rayos de sol inciden con mayor intensidad, de modo que hemos de buscar sombra o ingeniárnoslas para ver bien los elementos de las interfaces.

Bien a nivel de contraste y de paleta de colores, viene algo frío de fábrica pero tanto esto como la saturación en los vídeos se puede ajustar en las opciones de configuración extra que OxygenOS proporciona a nivel de pantalla. Son las que vimos en el 7 Pro y que del mismo modo se nos ofrecen en el pre-load del sistema, por lo que no hay novedades en este sentido.

Como nos ocurrió en el anterior caso, la configuración que más nos gusta es la opción Avanzado con el perfil Display-P3, ya que podemos ajustarlo en mayor grado y que con las otras nos queda un panel demasiado cálido. Podemos también configurar la pantalla ambiente (Oneplus style, con el blanco y rojo por bandera y sin más opciones de personalización que la esfera del reloj) pero de nuevo tendremos que elegir entre la activación de la pantalla con doble toque o el toque de la pantalla para visualizar la ambiente.

Aquí se recupera una opción que no vimos en el 7 Pro por motivos obvios: si no nos gusta la muesca podemos esconderla. El sistema es el habitual, haciendo aparecer una barra que unifique todo lo de esa parte en un fondo negro, quedando así una franja de unos 7 milímetros (es decir, la envergadura del notch).

No obstante, hay una diferencia en el diseño de este área con respecto a su antecesor que hace que la sensación grosor de marcos y barra de herramientas sea mayor: ahora hay un altavoz entre la cámara frontal y el borde, que incrementa el grosor de éste, de modo que el conjunto de barra de herramientas y borde es algo más alto que en el 6T (hablamos de unos 8,54 milímetros en el caso del OnePlus 7 y de 5,89 en el del OnePlus 6T).

OnePlus 7 con notch.
OnePlus 7 sin notch.

Esto hace que la suma de borde y barra sea mayor que en el caso del HONOR View20 y su agujero, aunque en este caso la barra de herramientas es en realidad más fina (unos 5 milímetros en el OnePlus 7 y 6,74 en el View20). De ahí que quizás no sea la solución más discreta y resolutiva para aumentar el aprovechamiento del frontal por parte de la pantalla, pero cierto es que con este notch en forma de gota en proceso los elementos de la barra quedan menos perdidos que con el agujero para la cámara frontal.

De este modo, hay pues asimetría entre los marcos superior e inferior (siendo éste último más estrecho) mientras se mantiene en los laterales, alcanzando según GSM Arena un 85,5% de frontal ocupado por el panel, que no está nada mal (y que es exactamente lo que vimos en el OnePlus 6T). En cuanto a la muesca se repite el patrón: no supone ninguna diferencia funcional y no integra nada más allá de la cámara subjetiva.

Normalmente no habrá diferencia entre esconderla o no, y como suele ocurrir las interfaces se adaptan a ella como si fuese una barra de herramientas estándar. Eso sí, en este caso nos podemos encontrar la barra que fuerzan apps como ‘Asphalt 8’, lo cual vimos tal cual en el OnePlus 6T y no en el 7 Pro (sin muesca).

Bien también a nivel de sensibilidad táctil y de ángulos de visión, experimentando únicamente los reflejos de color que no es raro ver en paneles AMOLED. Como comentaremos también en lo relacionado al software, OnePlus mantiene la posibilidad de tener una navegación con gestos por el sistema aprovechando mejor así el panel, añadiendo la opción de que lo hagamos al estilo Pixel (con la barra y el botón de atrás permanentes), y de establecer un tema oscuro (equivalente a los modos oscuros que cada vez vemos con más asiduidad).

Rendimiento: no es necesario el hardware más potente posible para dar una experiencia satisfactoria

Es interesante lo que vemos en este apartado, sobre todo después de comprobar que los 10 GB de RAM tampoco tienen que significar sí o sí una diferencia notable en la experiencia. El OnePlus 6T McLaren fue uno de los primeros en integrar 10 GB de RAM y el primerísimo de la marca, seguido con el OnePlus 7 Pro con los 12 GB de RAM, pero éste último incluía una pantalla que sí lograba trasladar esa mayor fluidez.

El OnePlus 7 es un aspirante en este sentido, porque se queda con un Snapdragon 855 pero hasta 8 GB de RAM (que son los que integra este modelo). ¿Hay diferencias con el OnePlus 7? Sí, pero no la que quizás esperásemos ver en los benchmarks, sino más bien la relacionada con la optimización de software, ese plus de RAM y la aportación de los 90 hercios de refresco.

La fluidez es más que suficiente en este OnePlus y no hemos experimentado nada extraño, como podrían serlo lags en la carga o ejecución, reinicios o cierres inesperados. Ningún problema al cargar apps pesadas o abrir la pantalla dividida con apps multimedia, el hardware se porta y el software responde.

No es el combo "mágico" del OnePlus 7 Pro: eso se echa de menos y se añorará hasta que alguien dé con una tecla igual o parecida. Pero para una buena experiencia y conformar a un tipo de usuario mínimamente exigente no es necesario batir récords; basta con que haya una fluidez y una potencia mínimos que este móvil tiene, acompañadas de ese software que posteriormente desgranaremos.

A la hora del juego, una de las tareas más exigentes, el OnePlus rinde bien con su Adreno 640 y los 8 GB de RAM tirando al máximo. Bien con los cargados menús del ‘PUBG’, las partidas al ‘Asphalt 8’ o el desempeño de otros juegos, y con un aumento de temperatura que notaremos con más intensidad a partir de los 10 minutos pero que, sin sistema de refrigeración con grafeno, queda bastante por debajo de las que vimos en el OnePlus 7 Pro tanto en sensación (borde superior y zona de cámaras, sobre todo) como en el registro de temperaturas internas cuando más caliente lo hemos notado.

En cuanto a lo que ya hacíamos referencia antes, os dejamos los resultados de los benchmarks que solemos realizar a los móviles que analizamos. Curiosamente, en algunos casos el resultado es menor con menos RAM, mismo procesador y GPU y un software casi parejo.

OnePlus 7 OnePlus 7 Pro Xiaomi Mi 9 Samsung Galaxy S10+ HONOR View20 Huawei P30 Pro OnePlus 6T Xiaomi Mi 8 Pro OPPO Find X iPhone XS
Procesador Snapdragon 855 Snapdragon 855 Snapdragon 855 Exynos 9820 Kirin 980 Snapdragon 845 Kirin 980 Snapdragon 845 Snapdragon 845 Apple A12 Bionic
RAM 8 GB 12 GB 6 GB 8 GB 8 GB 6 GB 8 GB 8 GB 8 GB 4 GB
AnTuTu 369.741 376.968 374.570 331.707 273.973 270.728 261.115 287.503 282.324 313.341
Geekbench 4.0 (single/multi) 3.526 / 11.323 3.465 / 11.017 3.539 / 11.164 4.459 / 10.195 3.284 / 9.744 3.328 / 9.735 3.251 / 9.670 2.456 / 9.178 3.308 / 7.915 4.803 / 11.178
PCMark Work 9.282 9.991 9.036 7.780 7.620 7.644 8.650 8.236 9.803 -
3DMark (Ice Storm Unlimited) 41.865 39.555 61.089 56.351 38.471 36.003 65.760 63.047 63.702 -

OxygenOS por bandera: la firme apuesta por el software propio (que les ha salido tan bien)

No sabemos por qué OnePlus sigue dando a entender que OxygenOS es un sistema operativo en algunas de las descripciones (y en el propio nombre), pero el caso es que se trata de la capa de personalización que se aplica sobre Android. Tenemos en este caso la versión 9.5.3 de OxygenOS sobre Android 9 Pie, de hecho esta versión de software llegará incluso a los OnePlus 3 y OnePlus 3T (de 2016), superando así sobradamente el ciclo de dos años de actualizaciones que suele recibir la gama alta.

La genética de OxygenOS parece renovarse más a nivel de procesos internos, manteniendo una de sus características más de agradecer: no hay apenas apps añadidas. Nada de bloatware, las adiciones se limitan a dos apps propias que pueden eliminarse y a las apps de Google, que pueden inhabilitarse.

Con este escritorio viene el OnePlus 7 de fábrica.
Éstas son las apps preinstaladas con las que viene el OnePlus 7.

OnePlus dispone sus apps añadidas y utilidades, pero pueden desinstalarse sin problemas. Las apps de Google podrán inhabilitarse si no interesan.

Vemos una capa de estética familiar dado que no hay apenas cambios en este sentido más allá de los temas que suelen traer los nuevos móviles. Opción a personalizar colores, tipografías y elegir el tema oscuro, lo cual ya vimos también el año pasado.

Las apps se distribuyen en un cajón, accesible con un gesto o un botón según qué sistema de navegación hayamos elegido, sin posibilidad a dejarlo en un sólo espacio. Y tendremos, deslizando de izquierda a derecha, la pestaña Never Settle si estamos en el escritorio (con tarjetas personalizables) o el espacio oculto (para ocultar apps).

Hablando de este modo, se trata de una opción para los ajustes del sistema y alguna otra interfaz propia, pero que como hemos visto en otros casos no afecta a las apps de terceros. En este caso forma parte de los añadidos a los ajustes de personalización de la pantalla, junto a la opción de activar pantalla ambiente y el resto que hemos repasado ya en la anterior sección de pantalla.

Así quedan algunas de las interfaces de OxygenOS con el tema oscuro.

Al hilo de las opciones de navegación, en el OnePlus 7 encontramos tres variantes para desenvolvernos por el sistema y que ya vimos también en OxygenOS en el 7 Pro:

  • Botones tradicionales
  • Barra de navegación estilo Android stock (un botón de Atrás y una barra para minimizar, multitarea y pasar a la app anterior)
  • Gestos (para minimizar, multitarea, atrás y el asistente)

Hay algunos otros añadidos con respecto a lo que trae el sistema de Google de serie. Hemos comentado los de la pantalla, veremos posteriormente los del sonido y existen además otras particularidades de la capa, como el Modo Juego, los gestos para pantalla apagada o el Modo Zen entre otros.

El Modo Juego es un perfil que restringe hasta cierto punto las tareas activas y las notificaciones para priorizar un videojuego. Se activará automáticamente con cada juego que ejecutemos, pudiendo desactivarlo y configurar algunos aspectos como la recepción de llamadas, pero lo que no tenemos es el modo Fnatic que vimos en el OnePlus 7 Pro (bastante más efectivo).

El Modo Zen es una función que podremos activar bien voluntariamente o bien de manera automática tras usar el móvil ininterrumpidamente durante dos horas. Nos obliga a no usar el teléfono durante 20 minutos, bloqueando todas las funciones e interacciones a excepción de las llamadas de emergencia, y las notificaciones llegan una vez finaliza la sesión zen.

Muy cómodos los gestos en pantalla apagada, sobre todo para controlar la reproducción de música sin tener que activar pantalla (aunque la activación con doble toque va muy bien), podemos bloquear apps, tenerlas en paralelo (es decir, duplicar una app para poder mantener abiertas sesiones distintas simultáneamente) y activar el inicio rápido, aunque como ya dijimos la ausencia de personalización le da de momento una utilidad cuestionable. Más útil encontramos la posibilidad de poder responder rápidamente en modo horizontal, aunque hay pocas apps compatibles.

No hay una suite de mantenimiento que intente respaldar al usuario de cara al mantenimiento y gestión del software y las tareas como es habitual ver en otras capas, si bien en muchas ocasiones tampoco acaban proporcionando nada más allá del cierre de tareas o la limpieza de archivos. Sí vemos algo más de información del consumo energético en el apartado de batería, pero el mantenimiento deberá en este caso correr a cuenta del usuario.

Así, OxygenOS mantiene aspectos como la asepsia a nivel de software añadido y la adición de funciones complementarias a Android stock sin que resulte excesivo y de manera bastante deductiva. Sobre todo, se mantiene la fluidez y no parece exigir mucho más al hardware, aparentemente bien optimizada y ahora con fondos animados.

Biometría

Tregua de nuevo en las diferencias entre un móvil y otro e igualdad de condiciones (más o menos) en lo relativo a métodos de desbloqueo alternativos a los tradicionales. Lo que tenemos en el Oneplus 7 es el desbloqueo facial estándar y la lectura de huellas en pantalla, con lector óptico.

Hablando de la primera opción, aparentemente se trata de un sistema sencillo sin recurrir a un conjunto de sensores al estilo del FaceID de Apple y de otros fabricantes. De hecho, se comprueba fácilmente más allá de escudriñar el frontal o las especificaciones poniéndonos a oscuras tras activarlo: no hay lectura de rostro válida, ni siquiera recurriendo al truco de poner un fondo de pantalla claro para que dé más iluminación.

Así, el registro del rostro se produce con normalidad (bastante rápidamente, de hecho). Podemos hacerlo con o sin gafas de vista e incluso sobre un fondo que no sea plano o blanco, la lectura será eficaz posteriormente las llevemos o no (con buenas condiciones de luz).

El reconocimiento facial se activará cuando lo haga la pantalla; OnePlus sigue bloqueando esta lectura para la pantalla ambiente, de modo que aunque activemos ésta para que se abra al levantar el terminal, tendremos que pulsar el botón de inicio o hacer el doble toque para que la lectura se efectúe.

Normalmente nos reconocerá el rostro si hay buenas condiciones de luz y aunque no tengamos el terminal enfrente, por ejemplo mirándolo un poco estando apoyando en la mesa o casi en perpendicular. Sí fallará, como hemos dicho, en la oscuridad o en luz muy baja.

Cuando esto ocurre, o si lo preferimos así, está la alternativa de la lectura de huellas. Si percibimos una ligera mejora con respecto al desempeño en el OnePlus 6T, pero tampoco tenemos una experiencia plenamente satisfactoria y sigue siendo bastante exigente en la colocación de la huella.

Cuando esto ocurre, o si lo preferimos así, está la alternativa de la lectura de huellas. Si percibimos una ligera mejora con respecto al desempeño en el OnePlus 6T, pero tampoco tenemos una experiencia plenamente satisfactoria y sigue siendo bastante exigente en la colocación de la huella, al menos como viene configurado por defecto.

La animación tampoco ayuda, si bien puede cambiarse y efectivamente la experiencia mejora un poco desactivándola. Pero posiblemente haya margen de mejora a la hora de leer la huella cuando el dedo está algo lateralizado pero la superficie apoyada es la máxima posible.

Cámaras: una experiencia que nos es demasiado familiar

Tras la pantalla, la otra diferencia más significativa entre elegir la opción Pro o la estándar de los nuevos OnePlus es el aparato fotográfico. El OnePlus 7 mantiene la doble cámara trasera del 6T, pero eso sí, como rezaba cierto eslogan en los 90, se renueva por dentro y se nota por fuera.

La cámara principal se compone de un sensor Sony IMX 586 de 48 megapíxeles, con píxeles de 0,8 micrómetros y agrupación de cuatro en uno para formarlos de 1,6 micrómetros y disparar a 12 megapíxeles. Dispone de estabilización óptica y electrónica de imagen e integra una lente con apertura f/1.7.

La cámara secundaria se compone de un sensor de 5 megapíxeles, con píxeles de 1,12 micrómetros y una lente con apertura f/1.4. ¿El zoom? Nada de zoom óptico de tres aumentos, nada teleobjetivo para el hermano más básico de los OnePlus 7.

Para la cámara frontal han optado por un sensor Sony IMX 471 de 16 megapíxeles, con píxeles de 1 micrómetro, EIS y lente con apertura f/2.0. Aquí tablas estrictas con el 7 Pro, mismo sensor y misma lente.

Más igualdad también en la grabación de vídeo, pudiendo capturar en 4K a 30 o 60 frames por segundo y modo de cámara súper lenta en 1080p a 240 fps. Modo noche (Paisaje nocturno), retrato, guardado en RAW y otras opciones que mejor repasamos con el habitual paseo por la app de cámara.

App de cámara

La app de OnePlus se conserva tal cual la llevamos viendo un tiempo con la última renovación de OxygenOS. Navegación intermedia entre pestañas y un cajón con algunos de los modos, todo tal y como vimos en el OnePlus 7 Pro exceptuando las adaptaciones para el zoom óptico y el gran angular.

Interfaz y navegación sencillas para la app propia de fotografía, la cual se abre y ejecuta sin problemas tanto desde la pantalla de bloqueo como desde el icono. Interesante echar un ojo antes a los ajustes, ya que podemos añadir cuadrícula, el control manual del HDR y algunos aspectos más como el histograma para el modo pro (manual).

Encontramos el modo automático, retrato, noche (paisaje nocturno) y vídeo entre los que tienen esa pestaña propia y el resto en el cajón, tirando de él a modo de cortinilla para verlo. No es lo más cómodo según cuáles sean los modos que más utilicemos, de hecho no estaría nada mal poder personalizar su presencia en la barra principal como sí permite la app de Samsung.

La activación y desactivación del HDR es lo único que va algo lento (esto ya pasa desde hace un tiempo en esta app, también en la de Xiaomi), pero lo demás se ejecuta sin problemas y es fácil acostumbrarse a la disposición de los elementos si para nosotros se trata de una interfaz nueva. Es sencillo también usar los modos específicos, como el de paisaje nocturno o el retrato, ya que en este caso son completamente automáticos y como mucho podremos enfocar (no podremos modificar apertura, ISO u otros parámetros que en ocasiones este modo dispone).

Cámaras traseras

A nivel de hardware, el salto del OnePlus 7 Pro ha sido notable teniendo en cuenta la configuración que veíamos en sus últimos móviles, pero eso mismo no se trasladaba del todo hablando de la experiencia con las lentes, sus componentes y el procesado. Con el OnePlus 7 y su apuesta un tanto más conservadora tenemos otras expectativas y se cumplen, para bien y para no tan bien.

En planos generales la fotografía trasera cumple de manera aceptable, manteniendo siempre los niveles de detalle y viveza de los colores algo por debajo de lo esperado. Podremos arreglar al menos lo segundo con una ligera edición, o con más dedicación si decidimos editar el RAW que podemos obtener disparando en manual (aunque perderemos así el HDR).

Fotografía en modo automático.

El rango dinámico es mejorable activemos o no este HDR, de hecho apenas notaremos cambios en contraluces o a la hora de recuperar información de sombras e iluminaciones en muchas ocasiones. Demasiado exagerado en ciertos escenarios: si por ejemplo se trata de una jardinera en la que los colores están más contrastados, mejor no recurrir al HDR ya que queda un tanto exagerado, pero puede ser un buen aliado de noche (luego lo veremos).

En disparos como éste no suele haber mucha diferencia.

En detalles la calidad es algo más pobre al ser normalmente condiciones más difíciles. No obstante, tampoco da un mal resultado e incluso el modo retrato suele salir airoso.

Fotografía en automático.

Hablando de éste, lo que hemos notado es que por una parte el desenfoque ha mejorado ligeramente. Aunque sigue dando una sensación algo más artificial que los obtenidos en otros modos, el recorte es bueno y no hay aberraciones ni borrones.

Lo que se agradece sobre todo es que es algo más tolerante que anteriormente. Es un modo estático en el que no podemos hacer más que aceptar las condiciones de distancia mínima y máxima y enfocar manualmente, así que la experiencia mejora al poder usarlo en mayor cantidad de situaciones, siendo aún algo más reticente que otros.

Modo retrato.
Modo retrato.
Modo retrato.

De noche las cámaras del OnePlus 7 no se salvan de la norma y la pérdida de detalle es más acusada, aunque vemos una cantidad de ruido más exagerada que en el OnePlus 7 Pro incluso en escenas bien iluminadas (dentro de lo posible). Se ve en los contornos de personas u objetos, y más fácilmente cuando se ven ISO por encima de los 2.000 (lo cual ocurre incluso cuando una ISO 800 sería suficiente).

De ahí que tengamos dos opciones para obtener un mejor resultado que con el modo automático, tirando de manual. Por un lado está el HDR, que simplemente con un toque nos dará mejor definición y obviamente mayor rango dinámico, aunque el ruido suele mantenerse al también mantener la ISO. Por el otro tenemos el modo manual, que nos permite poder ajustar la ISO (aunque el enfoque automático suele “marearse” cuando lo hacemos, y sin peaking es más complicado enfocar manualmente al ser escenas con poca luz).

El modo de Paisaje nocturno, por su lado, no parece haber experimentado una evolución demasiado notable. Lo que logramos con él no es ese aporte “mágico” de luz que sí nos dan modos como los de los Pixel o los Huawei, sino que tira de bordes acentuados y escenas más expuestas pero eliminando el ruido (disparando a ISO 0).

En lo relativo al modo manual, será la manera de ajustar los parámetros habituales (ISO, exposición, enfoque, balance de blancos y velocidad de obturación) a la carta, así como de elegir formato de archivo, tamaño y la posibilidad de visualizar el histograma. No hay cambios en la distancia mínima de enfoque para las macros, pero como hemos dicho puede servir para mejorar el resultado de noche.

¿Qué ocurre con el disparo a 48 megapíxeles? Que nos da fotografías de 8.000 x 6.000 megapíxeles en vez de 4.000 x 3.000 megapíxeles, ocupando también más en el almacenamiento. Pero en lo que atañe a la calidad de la foto, el resultado es prácticamente el mismo.

Fotografía disparada en modo Pro, con todo ajustado de manera automática, a 12 megapíxeles.
Fotografía disparada en modo Pro, con todo ajustado de manera automática, a 48 megapíxeles.

Fotografía disparada en modo Pro, con todo ajustado de manera automática, a 12 megapíxeles.
Fotografía disparada en modo Pro, con todo ajustado de manera automática, a 48 megapíxeles.

Fotografía disparada en modo Pro, con todo ajustado de manera automática, a 12 megapíxeles.
Fotografía disparada en modo Pro, con todo ajustado de manera automática, a 48 megapíxeles.

El zoom no es óptico, pero tampoco da mal resultado hablando de los dos aumentos. De hecho, es un buen aliado cuando lo usamos para acercar objetos próximos, buscando un disparo más tipo “lupa” si disponemos de una buena iluminación.

Cámara frontal

Con un sensor no equivalente pero muy similar al que veíamos montado en los móviles de OnePlus el año pasado para la cámara subjetiva y sin especificar cambios en la lente, la calidad que esperábamos con esta cámara era algos similar a los precedentes. Y justo esto es lo que vemos, un desempeño aceptable y que nos recuerda bastante a lo ya visto.

Colores también ligeramente apagados, aunque normalmente con un buen balance de blancos automático y un tono equilibrado entre el magenta y el verde. Lo que falla y bastante: el enfoque, ni siquiera en manual logramos que se corrija en muchas ocasiones.

Modo retrato.

Buena actuación del modo retrato, siendo más tolerante que en el caso de las cámaras traseras y mostrando un recorte adecuado en casi todas las ocasiones. Eso sí, de perfil no es capaz de actuar y tendremos siempre que mirar a la cámara.

El modo belleza que no falle. Dosis de difuminado, adelgazamiento de rostro y agrandamiento de ojos en tres niveles a elegir si queremos, tanto en el disparo automático como en el modo retrato.

Modo belleza aplicado en las fotos con sus distintos grados.

Vídeo

Las especificaciones para el vídeo no destacan especialmente ubicando al terminal en la gama alta, pero esto no significa que la experiencia no sea buena ni mucho menos. De hecho, la estabilización da muy buen resultado, siendo una combinación de óptica y electrónica.

La nitidez dependerá de la resolución que escojamos, pero en ambos casos siempre será favorable que la escena esté iluminada. Mejor siempre si optamos por 4K, aunque lo que se debería compensar son el contraste y la saturación, encontrando tomas con colores algo lavados cuando la luz es abundante.

Buena captura del sonido, en cuanto a calidad y a alcance. Además, no nos ocurre aquello de tapar el micrófono que sí ocurría con el 7 Pro, probablemente por la diferencia en las dimensiones.

Con la cámara frontal también obtenemos tomas satisfactorias. Aquí se nota que la estabilización es de menor grado, pero aún así se salva bastante en las tomas de día, y no tanto en las nocturnas.

Autonomía: la duración de una carga no destaca, pero tampoco defrauda

Otra de las diferencias entre el OnePlus 7 y el OnePlus 7 Pro es la batería que integran. Con menos volumen disponible, el OnePlus 7 se queda con una de 3.700 miliamperios/hora, quizás la misma que vimos en el OnePlus 6T.

Como siempre recordamos (y quizás más en este caso), no sólo de mAh se trata, dado que influyen otros componentes y también el software y cómo éste gestiona segundos planos y demás. En este caso tenemos varias opciones en este sentido, pero primero hablemos de las medias.

Tras unos días de uso (entre intenso y medio) la autonomía media se nos ha quedado en unas 22 horas y media, con más de 10 horas de pantalla por carga. Está lejos de las 48 horas que le llegábamos a sacar al 6T, pero son mejores estadísticas que las que teníamos con el OnePlus 7 Pro. Eso sí, sin los 90 hercios y con menor diagonal y resolución.

La carga se completa en una hora y 20 minutos, lo mismo que su antecesor, obteniéndose el 50% de batería en la primera media hora (con el cargador que se entrega en la caja y el terminal apagado).

El modo oscuro no parece suponer un gran ahorro energético, quizás al quedarse sólo en los ajustes y alguna otra interfaz del sistema (lo cual no influye en el uso multimedia, redes sociales o muchos otros). Lo que podemos hacer es ojear las opciones de ahorro de batería, tanto si ya nos queda poca como en relación a lo que ofrece el sistema (batería “inteligente” y optimización de apps), así como activar los avisos para que nos notifique si hay alguna app que se está extralimitando en cuanto al consumo en segundo plano.

Sonido: ahora sí hablamos de un tope de gama a nivel auditivo

Mejor reparto de mejoras en lo referente al audio, porque el OnePlus 7 también dispone de salida de audio en estéreo, gracias a un nuevo altavoz insertado en la parte superior (entre la cámara frontal y el borde) como el el 7 Pro. Alargado, discreto y acompañando bien al altavoz principal en la base, que campa a sus anchas con el micrófono y el USB tipo-C sin jack de 3,5 milímetros.

En las primeras impresiones no suele poder valorarse bien el audio: el ambiente es muy ruidoso y es casi imposible apreciar cualquier matiz sobre todo hablando del sonido saliente de los altavoces. Pero ya en esa prueba nos pareció que el volumen destacaba y tras haberlo usado unos días esta impresión se mantiene, registrando unos 107 decibelios en la salida del altavoz principal y siendo suficiente en torno al 80% para tener una buena ambientación sin que se pierda algo de calidad por volumen alto.

La experiencia además se mantiene as nivel de calidad: percibimos también un salto considerable con respecto a los anteriores móviles de la marca y el audio que ahora se logra con el nuevo hardware y software entra directamente en la liga de los mejores. Un sonido con un rango dinámico amplio, nítido y como decíamos volumen de sobra para que sea suficiente sin recurrir al máximo.

La salida en estéreo hace que el juego sea algo más envolvente y que el contenido multimedia se disfrute algo mejor (aunque la guinda hubiese sido ese poco más de resolución). Al ser un móvil más contenido que el 7 Pro, el agarre es algo más cómodo y no nos ha ocurrido con tanta frecuencia lo de cubrir el altavoz principal con el dedo pulgar, así que en este sentido hay cierta ventaja con respecto al Pro en la experiencia con los altavoces.

Respaldando el rendimiento de las piezas está el Dolby Atmos y las opciones de sonido que proporciona OxygenOS. Se parte de tres preconfiguraciones que vienen establecidas según el tipo de contenido. El cambio de una a otra no es demasiado exagerado, pero hay algunos matices y los apreciaremos mejor si usamos auriculares:

  • Dinámico: la opción que viene activada por defecto y que ofrece un ajuste estándar, con nitidez y rango dinámico adecuados.
  • Película: sonido más profundo y con mayor rango dinámico que el anterior, con más reverberación.
  • Música: el resultado es muy próximo al que ofrece la primera opción, quizás con algo más de matices.
  • Ninguna: se desactiva la mejora basada en el entorno según estén activados los auriculares.

Hablando de éstos, también hay algunos apartados para poder ajustar la experiencia con los auriculares. Está el modo auricular, centrado en configurar algunas acciones automáticas al conectar auriculares por Bluetooth, y para intentar personalizar la experiencia están las preferencias de estilo, si bien apenas encontramos variación:

  • Equilibrado: no hay cambios notables con respecto al audio de serie.
  • Cálido: mayor rango dinámico y profundidad, pero diferencia muy sutil.
  • Matizado: rango dinámico algo mayor, muy similar al cálido pero con menos reverberación.
  • Ninguno: es la opción que viene activada por defecto.

En general la experiencia es muy buena tanto por auriculares como por altavoces, aunque la mejora se nota más en esta segunda opción hablando de lo que se obtenía con sus antecesores. Buena experiencia también con las llamadas, la audición es correcta y el volumen máximo es más que suficiente en condiciones estándar.

OnePlus 7, la opinión de Xataka

OnePlus no lleva mucho comparativamente en el mercado de los smartphones, pero sí lo suficiente para crearse un público que le sigue la huella y que al fin y al cabo es el posible comprador.

Por las características que destacaron en aquel primer momento y que el tiempo les ha hecho moldear, podemos definir a grandes rasgos dos grupos dentro de este público diana: los que se han “educado” con el OnePlus style y buscan un “tope de gama” (así entrecomillado) que sobre todo sea contenido en precio con respecto a las otras propuestas, y los que aún tienen tatuado aquello de flagship killer y quieren que sea realidad eso de que sea un buque insignia con todas las letras, quizás priorizando esto al precio menor.

Parece que la dupla actual de OnePlus ha buscado justamente satisfacer a estos públicos, con un OnePlus 7 más conformista, más “más de lo mismo” y con una evolución más contenida (como su precio) y un OnePlus 7 Pro que se gane el apellido, que destaque, que carraspee fuerte entre los titanes antológicos asentados en los 800, 900 y 1.000 euros, llegando por primera vez a estas cuotas de PVP en el caso del fabricante.

De este modo, tras analizarlo lo mejor que hemos pedido no nos queda tanto esa sensación de flagship killer a la sombra que nos quedaba en la toma de contacto, sino más bien un déjà vu y un “está bien, pero”. El Pro sí ha hecho sombra a este OnePlus estándar, eso es innegable, pero tampoco es que el tronco de este teléfono pudiese hacerla per se a muchos otros.

Es un móvil bien construido, con un diseño bastante “para todos los públicos”, sin estridencias y actual. Gran evolución en el sonido, sin sorpresas para muy bien en software y con una autonomía que sin brillar es satisfactoria y mejor que otras.

Menos se diferencia en pantalla y cámaras. Aquí probablemente no se haya invertido para que sea de otro modo y el resultado es el esperado: muy apto para conformistas, no tanto para exigentes.

8.8

Diseño9
Pantalla8,5
Rendimiento9,50
Cámara8,25
Software9
Autonomía8,75

A favor

  • La mejora en la calidad del sonido se nota, y el altavoz secundario está insertado de manera muy discreta.
  • No es un smartphone pequeño, pero es más contenido que el Pro y por sus dimensiones y diseño es muy cómodo y no cansa.
  • La fluidez de OxygenOS se mantiene generación tras generación, añadiendo mejoras y conservando la estabilidad.

En contra

  • Teniendo en cuenta el mercado y el salto con el Pro, la pantalla se queda atrás en cuanto a resolución y calidad final.
  • Ocurre lo mismo con las cámaras: apenas hay evolución pese a los 48 megapíxeles del sensor de la principal.
  • No hay certificación IP de resistencia y se ensucia y araña con relativa facilidad.

El terminal ha sido cedido para la prueba por parte de OnePlus. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.

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