Este fabricante apareció de la nada para arrasar con su OnePlus One, y desde entonces ha repetido año tras año la fórmula: sus dispositivos ofrecen buena parte de las prestaciones de los gama alta a precios mucho más comedidos.
Esa sigue siendo la apuesta de un OnePlus 6 que ya analizamos en su lanzamiento y que ahora hemos podido evaluar con más calma y sosiego. ¿Se cumplen todas las promesas del nuevo campeón del precio/prestaciones en la gama alta? Es lo que vamos a comprobar en nuestro mes de uso con el OnePlus 6 en Xataka.
Un OnePlus grandote y resbaladizo
El OnePlus 6 es grande. No diría enorme, pero ciertamente parece que a esa fiebre por eliminar marcos de las pantallas se le ha unido otra por hacer móviles con diagonales que no hace mucho nos hubieran parecido absurdas.
Teniendo en cuenta que nunca he sido aficionado a los móviles grandotes —uso un Xiaomi Mi 6 como móvil personal—, esa pantalla de 6,28 pulgadas se me hace casi interminable.
Aunque ciertamente ese espacio extra para visualizar todo tipo de contenidos, sobre todo vídeos, se agradece, sería interesante que algún fabricante aprovechara esa reducción en los marcos para hacer móviles más compactos con más pantalla, y no más grandes con más pantalla.
En ese diseño hay otro apartado destacado, y es lo resbaladizo que es el terminal, que con esa presencial del cristal —un atrapa-huellas excepcional, por cierto— y unos bordes delgados y curvos lo hace más propenso a que se nos escape de la mano. Las fundas ayudan y son casi imprescindibles si no queremos sustos, pero esas fundas tienen un problema, como veremos más adelante.
En ese diseño hay buenas y malas noticias. Entre las buenas, la presencia del conector de auriculares (¡yuju!) que el fabricante mantiene pese a que otros muchos están tratando de quitárselo de encima.
Entre las malas, el hecho de que no tenemos ranura microSD, carga inalámbrica o resistencia al agua, algo que puede ser un hándicap para cualquier usuario que buscase esas características y que tendrá que ir a otros terminales si son realmente importantes para él.
También es curiosa la posición de los botones, con una posición algo extraña (muy arriba) y que en el caso del volumen, al menos en mi caso, son algo difíciles de identificar para saber si estamos pulsando para subir o bajar el volumen. El interruptor de alertas es desde luego bienvenido como en pasados terminales de la firma, aunque choca el no poder bajar el volumen al mínimo desde la barra de menú rápido del sistema.
El notch no molesta, bien por los modos lectura y noche
Sea como fuere, la otra seña de identidad del móvil es el notch que también se contagia al OnePlus 6. No molesta especialmente y se puede ocultar, pero es que además en Oxygen OS las aplicaciones se adaptan a esa muesca para que no haya problemas en la visualización de la pantalla: solo si activamos el modo de pantalla completa en cada aplicación podremos notar que esa muesca nos quita parte del contenido sobre todo al tener el móvil en apaisado.
Eso confirma que el notch es más una opción estética que funcional, porque la diferencia entre ocultarlo y no hacerlo es mínima, y el área que ganamos en ciertas ocasiones no es significativo.
Esa pantalla AMOLED destaca por además por una calibración que podremos cambiar a distintos gamuts de color. En mi caso dejé el perfil predeterminado, con colores algo más vivos y alegres.
Esa pantalla es, sobre todo, eficiente. Su resolución (2280x1080) desde luego ayuda a alargar la autonomía de la batería, pero es que además en Oxygen OS nos encontramos con ese modo noche —para evitar posibles efectos no deseables de la luz azul— y sobre todo ese modo lectura que convierte a la pantalla del OP6 en un sucedáneo de las pantallas de los lectores de libros electrónicos.
Poder activar ese modo lectura por aplicación es desde luego uno de los grandes aciertos de Oxygen OS, y si aprovechamos dicha opción esa pantalla en escala de grises hará que la autonomía de la batería se alargue aún más.
Esas ayudas se ven contrarrestadas con un brillo automático que funciona un poco de forma anómala, oscureciendo la pantalla algo más de la cuenta en algún que otro escenario y también tardando en reconocer por ejemplo que estamos en exteriores: la pantalla AMOLED sufre algo más de la cuenta si leemos con la luz del sol incidiendo directamente en el OnePlus 6, aunque eso no impide en absoluto que el terminal sea usable en esas situaciones.
Esos modos eficientes favorecen a una autonomía que en mis pruebas durante este mes ha sido muy satisfactoria. Es cierto que con 3.300 mAh no se puede hacer mucho más —una vez más abogaría por un terminal algo más grueso y con más batería— pero ciertamente la batería siempre me ha permitido alcanzar entre 6 y 7 horas de uso de pantalla, y en según qué días en los que mi uso del móvil ha sido menos intensivo he llegado al segundo día de uso sin recargarlo salvo al final de esa jornada.
A esa buena batería se le suma además esa carga rápida con Dash Charge, un sistema fantástico que permite que en apenas hora y media tengamos la batería totalmente cargada desde cero. Casi no importa que no haya soporte para carga inalámbrica, sobre todo (una vez más) con el precio que cuenta este OnePlus 6.
La biometría es estupenda (cuando funciona)
El problema de las pantallas casi sin marcos es que la mayoría de fabricantes se han visto obligados a trasladar el sensor de huella a la parte trasera.
El OnePlus 6 es uno de los smartphones que han tomado esa decisión, pero es que además su sensor de huella, situado justo por debajo del sensor de cámara dual, no es especialmente grande y está algo pegado a esas cámaras.
Eso plantea un problema de reconocimiento si usamos el móvil sin funda, pero la cosa se agrava con esas fundas que en el caso del OnePlus 6 son sensiblemente gruesas. Eso hace que acertar con la huella sea más difícil porque tenemos que apretar más el dedo para que el sensor la detecte, y además no siempre reconoce esa huella si la orientación del dedo no es la ideal.
Para compensar esos pequeños problemas —que no son frecuentes, pero desde luego se dan— tenemos como alternativa el reconocimiento facial, que funciona rápido y bien salvo que estemos en entornos de baja luminosidad: ahí tendremos que acudir de nuevo a la huella o al patrón, pin o contraseña que tuviéramos configurada como método de backup para desbloquear la pantalla.
En general la experiencia biométrica con el OP6 es decente, pero también mejorable. Aquí la solución quizás esté en un sensor de huella bajo pantalla como los que empiezan a integrar algunos fabricantes, pero si eres de los que tienes el móvil sobre la mesa a menudo se nota claramente cómo tener el sensor de huella en el frontal es mucho más conveniente.
Oxygen OS es casi invisible, los gestos parecen el futuro
La ROM propia de OnePlus, Oxygen OS, es desde hace tiempo una buena aliada de Android. Apenas hay personalizaciones sobre ese Android 8.1 Oreo que acompaña al terminal.
De hecho la relación con Google debe ser excelente, porque el OP6 ha sido uno de los terminales "homologados" para poder probar en ellos la beta de Android P. Nosotros no hemos querido ir tan lejos y nos hemos quedado con esa versión por defecto que desde luego demuestra que Oxygen OS se comporta de forma perfecta en el terminal. Sin bloatware y sin sorpresas desagradables, excelente en este apartado.
Eso no quiere decir que en OnePlus no ofrezcan mejoras sobre la plataforma Android. Ya hemos hablado por ejemplo de esos modos noche y lectura, pero es que en las preferencias del dispositivo también podremos configurar otras muchas opciones.
Por ejemplo, la pantalla ambiente: si levantamos el móvil para ver la pantalla se muestra la hora y notificaciones durante unos instantes para no tener que desbloquearlo si no queremos. También están esos gestos que ya acompañaban a anteriores modelos de OnePlus, pero que ahora van a más: además de los gestos para "despertar la pantalla" o para lanzar la cámara o linterna con el móvil bloqueado nos encontramos con otros gestos aún más importantes.
Se trata de los gestos que sustituyen a los botones en pantalla. En el apartado de "Gestos y barra de navegación" podremos dejar la barra de navegación con los botones de toda la vida (inicio, atrás, menú) fijos, también podremos ocultarlos cuando no se usen, pero a esas dos opciones se le une esa posibilidad de usar gestos de navegación.
La idea es una adaptación de los gestos del iPhone X, y aunque la ejecución quizás no sea tan perfecta, los gestos se postulan en este dispositivo como un método fantástico para controlar el móvil. De hecho en mi caso se han acabado convirtiendo en el modo por defecto de control del dispositivo y me han hecho convencerme de que los botones podrían definitivamente tener poco futuro. No sobre todo si tenemos en cuenta que esas pantallas casi sin marcos piden precisamente revoluciones como estas en la usabilidad de estos dispositivos.
Cámara y sonido: correctos, sin más
Que un terminal con estas especificaciones hardware cueste bastante menos que otros de su gama tiene explicación: el OnePlus 6 hace algunos sacrificios que no encontramos en ciertos terminales, y el más notable es el de la cámara.
¿Es una cámara mala? En absoluto, y desde luego para ese precio nos encontramos con una cámara dual notable que resuelve bien —sin milagros— incluso en condiciones de baja luminosidad.
El enfoque es muy rápido, el disparo también y la aplicación de cámara es simple y funcional. Sin embargo algunas tomas parecen algo saturadas y sobreexpuestas —aunque aquí la calibración de pantalla puede engañar a nuestros ojos—, y el modo retrato que tanto llama la atención en los móviles de última hornada está aquí algo forzado porque debemos usarlo, como en los iPhone, respetando un rango de distancias específicas.
Ese modo retrato se puede activar tanto en la cámara posterior como en la frontal gracias a una actualización del software interno que OnePlus publicó recientemente, y desde luego los resultados tanto en uno como en otro ámbito son llamativos si la luz acompaña. Como siempre, es posible encontrar "defectillos" en esas tomas, pero el efecto sigue siendo tan llamativo como siempre, y aquí el OnePlus 6 resuelve como los mejores.
Ese buen comportamiento en fotos también se extiende a vídeos, con modos de cámara lenta que también funcionan muy bien aunque es cierto que una vez elegimos el rango del clip en el que queremos aplicar la cámara lenta la grabación de ese clip final tarda algo más de lo deseable si es relativamente largo.
En el ámbito multimedia también es importante destacar que el OnePlus 6 cuenta con un único altavoz en borde inferior, a la derecha, que podemos tapar si nos descuidamos al reproducir el vídeo. La potencia de ese altavoz y su calidad es una vez más correcta: sin milagros, pero tampoco sin decepciones. Eso sí: en llamadas en las que conectamos el altavoz lo cierto es que la voz de nuestro interlocutor se oye limpia y clara, algo que es de agradecer.
Lo mismo ocurre con la toma de auriculares, que afortunadamente hará que podamos seguir usando nuestros auriculares de toda la vida sin adaptadores. No hay tampoco nada especialmente positivo o negativo que comentar en este apartado: el OnePlus cumple, pero aquí siempre vemos como muchos fabricantes parecen no invertir demasiado a pesar de ser un apartado en el que ciertamente podrían ganar enteros dado que muchos usuarios utilizan esa característica de los móviles con mucha frecuencia.
Correctísimo, sobre todo en el precio
Lo indicábamos en el titular, pero lo cierto es que tras un mes de uso nos encontramos con un OnePlus 6 que puede no ser el chollo que eran sus antecesores, pero que desde luego está al nivel de muchos otros gama alta en muchos apartados por un precio muy inferior.
Es cierto que ese precio obliga a algunos sacrificios y tampoco es que el OP6 esté exento de pecados: echamos de menos la ranura microSD o la resistencia al agua, y la calidad de la cámara, aunque decente, no está al nivel de las mejores del mercado.
Con todo y con eso, nos encontramos ante un terminal que por prestaciones podría ser un notable alto, pero que desde luego por precio es un sobresaliente. Difícil criticar sus fisuras cuando su coste es inferior al de la mayoría de sus competidores.
De hecho tras este mes de uso si algo nos ha quedado claro es que su problema no son los que están por encima en precio, sino los que están por debajo, cada vez más correctos y ambiciosos también en un segmento en el que ya pocas cosas pueden diferenciar a uno y otro terminal salvo quizás por la cámara o la batería.