OnePlus 5T, análisis: un tremendo buque insignia vestido de renovación

Puede que el mercado del móvil esté más saturado que nunca, pero eso no significa que no quede lugar para las sorpresas, los cambios de rumbo o las nuevas marcas. OnePlus carraspeó un día y quiso colocarse entre los principales fabricantes con un 'Never Settle' por bandera, eslogan que como hemos comprobado en el análisis del OnePlus 5T aún perdura hasta en su último terminal.

Lo de ir a terminal por año acabó pronto para el fabricante, cuando tras aquel primer OnePlus One en 2014 veíamos un OnePlus 2 y un OnePlus X (más pequeño) en 2015. 2016 fue el año del OnePlus 3 y su mellizo el OnePlus 3T, y para este año repiten la apuesta con el OnePlus 5 y este OnePlus 5T. Los principales cambios que trae el nuevo: más pantalla con el desplazamiento del lector de huellas a la parte trasera y reconocimiento facial, manteniendo la doble cámara y dejando un poco la operación bikini.

Mayor panel y mismos interiores para acabar el año con un rival recién sacado del horno para todos esos buques insignia que han ido saliendo desde junio y que se han subido al ring de la batalla por un frontal más aprovechado, a la cual parece que se suma OnePlus también ahora con el 5T. ¿Es éste el flagship killer que aspiraban a tener en 2014? Lo analizamos a fondo.

OnePlus 5T, review en vídeo

OnePlus 5T, especificaciones técnicas

OnePlus 5T
Pantalla
AMOLED 6,01 pulgadas con Corning Gorilla Glass5
Resolución 2.560 x 1.080 píxeles, 401 ppp
Procesador
Qualcomm Snapdragon 835
Núcleos
8 núcleos (8 x 2,45 GHz)
GPU
Adreno 530
RAM
6/8 GB
Memoria de almacenamiento
64/128 GB
Software
Android 7.1.1 Nougat con Oxygen OS
Navegación
GPS, BeiDou, GLONASS, Galileo
Conectividad
WiFi 802.11 a/b/g/n/ac, 2,4/5 GHz, MiMO 2x2, Bluetooth 5, LTE Cat.12
Batería
3.300 mAh no extraíble con carga rápida
Cámaras traseras
16 megapíxeles con apertura f/1.7 +
20 megapíxeles con apertura f/1.7
Vídeo 4K@30fps
Cámara frontal
16 megapíxeles, apertura f/2.0
Vídeo 1080p@30fps
Otros
Lector de huellas dactilares, doble SIM, USB tipo-C, reconocimiento facial
Dimensiones y peso
156,1 x 75 x 7,3 milímetros
162 gramos
Precio
499 dólares el modelo con 64 GB
559 dólares el modelo de 128 GB (web oficial
)

Diseño: si lo antiguo funciona, cambia lo justo

Yendo por una particular senda entre el estilo propio y las tendencias, OnePlus ha ido encajando sus diseños logrando destacar más o menos, pero casi siempre dando un toque diferencial. La trasera pétrea del OnePlus One se encajaba en un diseño algo recurrente, recordando a las curvas del posterior LG G4 o el anterior Nexus 5, el OnePlus X se distinguía de los suyos y de los demás con cerámica y ángulos, y para todos siempre disponible el surtido de carcasas que a su vez han ido asentando un estilo.

En el OnePlus 5T tenemos, como en el 5, un cuerpo unibody de aluminio anodizado, que compone una trasera que encaja como si fuese una funda de la pantalla y los interiores del terminal.

Un borde curvo no semiesférico que, pese a esta separación, mantiene la continuidad con el cristal del frontal. Las bandas están bastante disimuladas en los extremos superior e inferior, y lo que también se mantienen son los habituales botones físicos que vemos en los móviles de la marca: volumen (izquierda mirando de frente a la pantalla), encendido/bloqueo (derecha) y el de modo de sonido (izquierda, sobre el de volumen).

Es un móvil grande, no en vano va más allá de esas 5,5 pulgadas que parecen el tamaño medio del año (así es según los datos de GSMArena, con 116 terminales de 5,5 pulgadas, 96 de 5 pulgadas y 63 de 5,2 en 2017) y de su propia media, con la excepción de aquel X de 5 pulgadas. Son 6,01 de diagonal comedidas en un cuerpo como un híbrido entre el OnePlus 5, el LG V30 y el HTC U11+, y la posición del lector es muy acertada.

El OnePlus 5T se sube al carro del 80% de aprovechamiento como parte de sus rivales. Aquí lo vemos a la izquierda de todo seguido del Xiaomi Mi MIX 2, el LG V30, el Pixel 2 XL, el UTC U11+ y el Sony Xperia XA1 Ultra.
El cambio más notable del OnePlus 5 es la introducción de las 6 pulgadas desplazando el lector de huellas a la parte trasera. Aquí lo vemos a la izquierda de todo seguido de su antecesor inmediato, el OnePlus 5, tras el OnePlus 3T, el OnePlus X, OnePlus 2 y el OnePlus One a la derecha de todo.

Además de haber hecho un buen trabajo de compactación, la curvatura de los bordes es consecuencia de un adelgazamiento que abarca más o menos el último centímetro de la trasera a ambos lados. Y quizás esto ayude a la comodidad y proporcione ergonomía, porque el terminal sienta bien en mano, y sin ser excesivamente ligero no resulta pesado para el tamaño que tiene (con 162 gramos está por debajo del iPhone 8 Plus con 202 gramos o el Xiaomi Mi MIX 2 con 185 gramos).

Es un smartphone con acabados sobrios, sencillos y un logo que esta vez reluce más discreto que nunca

Malas noticias para quienes disfrutan de la moda de las traseras reflectantes: el aluminio del OnePlus 5T es mate, como lo han sido algunos de sus predecesores y lo eran algunos rivales. Es un smartphone con acabados sobrios, sencillos, un logo que esta vez reluce más discreto que nunca y una (casi) inevitable protuberancia de las cámaras traseras de aproximadamente 1 milímetro que ocasiona ese "cojeo" que hemos comentado en otras ocasiones, pero que se evita al mimetizarse en grosor con la trasera si ponemos una funda.

La protuberancia de la cámara no es llamativa, pero si nos molesta el "cojeo" que teníamos con el 5, lo volvemos a tener en éste.

Comentar que, aunque no atañe al teléfono estrictamente, OnePlus una vez más dispone de las habituales carcasas originales para la trasera del terminal. Se muestran conservadores y tradicionales con el estilo y los acabados, con los veteados, el rojo de silicona, el acabado pétreo del primer OnePlus o la rígida con textura.

El altavoz y el jack de audio (sí, lo hay) están de escuderos del USB tipo-C en la base del terminal, uno a cada lado. Y tenemos los botones virtuales en pantalla, usurpando algo más de medio centímetro al contenido salvo en apps de pantalla completa.

La estética del OnePlus 5T se resume en curvas y suavidad. Curvas en los bordes (que no la pantalla), en las esquinas de la pantalla, en su justa medida. Y, en general, un equilibrio de formas y acabados que dan lugar a un smartphone bonito, elegante y de aspecto cuidado hasta esa joroba que a veces molesta más a la vista que al apoyo en una superficie. Chapeau.

Pantalla: adiós a las 5,5 pulgadas y hola al 18:9

El fabricante chino ha decidido intentar dar una lección de compactación encajando una pantalla de 6 pulgadas en bastante menos volumen que otros terminales (incluso con pantallas más pequeñas, como los iPhone Plus) y yendo a competir con ésos que veíamos antes (entre otros). Y lo hace con un panel AMOLED con resolución 1.080 x 2.160 píxeles, batiendo récord propio en este aspecto.

La fase IPS quedó atrás en la historia de los OnePlus (concretamente en el OnePlus 2), pero no ha sido hasta éste cuando ha decidido subir un nivel en resolución y abandonar el FullHD que sus móviles habían mantenido (aunque manteniendo los píxeles por pulgada). En estos aspectos la experiencia con el panel es satisfactoria: buenos colores, buen nivel de contraste y detalle de sobra.

El dato del brillo máximo no lo tenemos, pero ningún problema de visualización a pleno sol y cuando sus rayos inciden más directamente. Lo que sí que habría que mejorar es el brillo automático; tarda bastante en reaccionar ante un cambio de iluminación y en ocasiones no se acaba de ajustar bien hasta pasados unos segundos. No es lo más molesto del mundo pero es muy mejorable.

Buenos colores, buen nivel de contraste y detalle de sobra en la pantalla del OnePlus 5T, pero no se libra de los tintes de los que peca el AMOLED

En cuanto al tema de moda, los tintes al inclinar la pantalla, como mal de herencia genética en los AMOLED el OnePlus 5T tampoco se libra. El tono verde no tarda en aparecer en cuanto inclinamos el móvil unos 40 grados, aunque para verlos de lado hay que poner el terminal casi en perpendicular a nuestros ojos.

Quedará un halo verdoso al dejarlo apoyado en la mesa que apreciaremos más o menos según lo sensibles que seamos (y si el brillo responde bien), pero no es nada preocupante ni molesto, ni fuera de lo normal en estos paneles.

Por su parte, y aunque luego hablaremos de ella en detalle, Oxygen OS salpimenta un poco los ajustes de serie para la pantalla teniendo varias opciones para adaptar la temperatura de los blancos y la viveza de los colores. Por un lado están los modos de lectura y nocturno, y por otro el poder cambiar de perfil de color, eligiendo entre los que vienen de serie o la opción de personalizarlo.

Se agradece poder ajustar la calibración de la pantalla, que viene algo fría de fábrica, además de las otras opciones de personalización.

Otros añadidos propios interesantes son la posibilidad de habilitar la activación de pantalla con el doble toque o el poder añadir distintos gestos para ciertas acciones, como deslizar tres dedos para hacer una captura. Esto resulta aún más interesante y útil con los que permiten controlar la reproducción de música incluso con pantalla apagada, si bien en este caso no siempre lo detecta bien.

Si lo configuramos, las notificaciones no mostrarán el contenido en pantalla bloqueada o inactiva, apareciendo como se ve la de Telegram en la fotografía cuando se reciben.

También tenemos pantalla ambiente, tan discreta como el móvil aunque con la nota de color del reloj, y funciona muy, muy bien. Es decir, al agarrar el móvil en reposo la pantalla muestra la hora, la batería y el logo de la app de la que tengamos notificaciones.

La pantalla ambiente, con el toque de rojo característico de la imagen de marca.

Rendimiento: nada se resiste a lo máximo en potencia

Los 6 GB de RAM debían ser el mínimo cuando ya el año pasado el OP 3 y el 3T integraban esta cantidad de RAM. El OP 5T, como el 5, viene con dos opciones de RAM, 6 u 8, para escoltar al Snapdragon 835 que de nuevo acompaña al segundo móvil de la empresa para este año.

El móvil que estamos destripando es, de hecho, la versión que va con 8 GB de RAM, por lo que hemos probado la combinación de hardware más alta actualmente en móviles Android en cuanto a potencia y rendimiento. Así que sobre el papel tenemos los ingredientes necesarios para mover las apps más pesadas (y algo más de resolución para la realidad virtual, que forma parte de este software más exigente).

Y es lo que tenemos en la práctica: un funcionamiento fluidísimo sin sorpresas. Con el motor mejor preparado y un sistema que apenas lleva personalización, los núcleos y la memoria tienen un desempeño vertiginoso tanto en apps sencillas como redes sociales o el navegador como en videojuegos y reproducción multimedia en alta resolución.

La multitarea se despliega con agilidad, tanta como tienen los scrolls en toda app. Ni un enganchón en las apps tipo timeline y si la red lo permite los elementos cargan de manera instantánea. Es prácticamente imposible tener queja en lo que es el manejo y uso del móvil, y le hemos buscado las cosquillas a base de bien.

Es prácticamente imposible tener queja en lo que es el manejo y uso del móvil

Otro punto a favor de la buena experiencia es que no se calienta. Podemos jugar con el un buen rato o tirar de reproducción multimedia durante horas, y como mucho notaremos un ligero aumento de temperatura que ni siquiera se aprecia con funda (manteniéndose en la normalidad las temperaturas a nivel interno en estos momentos).

La duda es, precisamente, hasta que punto compensa en estos momentos el salto de 6 a 8 GB de RAM. Otros saltos han sido más determinantes, como de 1 a 2, o de 2 a 4 GB si no se ha pasado por los 3. Pero en este caso la diferencia es mínima, teniendo frescas experiencias con 6 como la del Mi MIX 2 (y eso que aquí hablamos de un software arraigado a Android stock cual Demogorgon).

Así, ni fueron los únicos en llevar 6 GB de RAM ni lo son con 8, aunque éstos últimos aún no llegan a abundar, y en cuestión de benchmarks los datos disponibles andan algo más justos si buscamos una configuración pareja. Pero aún así os dejamos aquí la habitual comparativa y las capturas con los tests que le hemos pasado al OnePlus 5T.

Prueba

OnePlus 5T
(Snapdragon 835 + 8 GB RAM + Adreno 540)

OnePlus 5
(Snapdragon 835 + 8 GB RAM + Adreno 540)

Razer Phone
(Snapdragon 835 + 8 GB RAM + Adreno 540)

Xiaomi Mi MIX 2
(Snapdragon 835 + 6 GB RAM + Adreno 540)

Moto Z2 Force
(Snapdragon 835 + 6 GB RAM + Adreno 540)

Samsung Galaxy Note 8
(Exynos 8895 + 6 GB RAM + Mali-G71)

Huawei P10 Plus
(Kirin 960 + 6 GB RAM + Mali G71)

AnTuTu

171.310

178.267

180.694

175.686

179.913

173.122

151.644

GeekBench (Single / Multi)

1.981 / 6.531

1.951 / 6.711

1.984 / 6.663

1.933 / 6.672

1.931 / 6.638

2.022 / 6.762

1.950 / 6.220

PCMark Work

6.678

6.728

9.303

6.734

6.141

5.151

5.931

3DMark (IceStorm Unlimited)

40.368

40.038

41.172

18.442

40.172

32.670

25.693

Software: Oxygen OS es un soplo de aire fresco para Android

¿Personalizar o no personalizar? El quid de la cuestión en los fabricantes de móviles para Android. Esa decisión de abrir o no las puertas hacia una mayor personalización, añadir opciones y funciones al sistema, modificar la apariencia y estar más presente en el uso también a nivel virtual.

¿Qué puertas abre OnePlus en este sentido? Ya en la presentación hablaron concretamente a este respecto y fueron claros: saben de la importancia que (al menos parte de) los usuarios damos a Android puro y se oponen totalmente a la idea de anular la versión stock del sistema. Y esto lo cumplen, porque a Oxygen OS se le ve la patita bastante después de un primer contacto, en parte gracias a no tener prácticamente nada de bloatware (sólo una app propia que puede eliminarse).

Con estos escritorios viene el OnePlus 5T de fábrica.
Las apps preinstaladas en el OnePlus 5T tal cual se inicia el teléfono por primera vez: lo mínimo y la app propia.

Así, lo que tenemos en este segundo OnePlus del año es la versión 4.7.1 de Oxygen OS, que lejos de modificar estética del sistema de Google lo que hace es complementarlo a nivel de ajustes. Bien es cierto que también facilita cambiar el aspecto a nivel de tipografía e iconos, pero si esto no lo toca el usuario la experiencia es bastante aproximada a esa de Pure Android que sí tienen los Pixel o los Nokia, por ejemplo.

La experiencia es bastante aproximada a esa de *Pure Android* que sí tienen los Pixel o los Nokia
Así queda el tema oscuro en el cajón de apps.

Esto probablemente ayude a transiciones y uso en general sean fluidos, sobre todo subidos a ese tren de alta velocidad de hardware que suponen los componentes de los que hemos hablado, pero además permite que no tengamos que emplear demasiado tiempo conociendo las bondades a nivel de software. Algunas ya las hemos mencionado cuando hablábamos de la pantalla, pudiendo adaptar en una pequeña medida la experiencia a nuestras preferencias.

Los ajustes de sistema.

Oxygen OS también vitamina las opciones de audio (lo veremos en el correspondiente apartado), pero uno de los puntos que destaca de la capa propia son esas posibilidades adicionales de personalización. Podemos cambiar el tema del sistema y activar el nocturno (en el cual salen los menús en fondo negro), así como cambiar el orden de los botones táctiles o el pack de iconos.

Algunas de las posibilidades de personalización que nos da Oxygen OS sobre el sistema.
La página de widgets y los disponibles a la derecha.

Otro añadido propio es el de las apps paralelas, que permiten tener una app duplicada en el cajón para poder abrirla con distintos perfiles. De este modo podemos gestionar todas aquellas apps que lo permiten de manera dual, sin necesidad de crear otro usuario en el sistema ni salir del mismo.

Así es como dispone las apps paralelas, en este caso Instagram.

¿Y qué tal ese reconocimiento facial?

El OnePlus 5T es un mellizo bastante gemelo del 5, pero los pocos cambios que tiene destacan y uno es el haber añadido reconocimiento facial para el desbloqueo. No se trata del desarrollo de una tecnología propia como lo que hemos visto en el iPhone X, aquí OnePlus tira de cámara subjetiva y no hay ningún extra de hardware que amplíe las posibilidades, pero veamos si funciona bien o no.

En las primeras impresiones con él vimos que tenía bastante buena pinta y que, pese a esta falta de sensores y demás con respecto al TrueDepth, no podíamos engañarlo con una fotografía. Tampoco hemos podido jugársela con un vídeo, con lo que el móvil se niega a desbloquear.

En la práctica funciona muy bien en la mayoría de ocasiones. Como suele ocurrir depende bastante de las condiciones de luz que tengamos en el lugar del reconocimiento, trabajando mejor cuando ésta abunda. No obstante, también funciona en ambientes de luz baja como puede ser el interior del coche, aunque no lo hará siempre.

El proceso de escaneo es sencillo y rápido: colocamos la cara en el molde que nos muestra el sistema y éste nos toma la instantánea que le servirá de chuleta y referencia para el reconocimiento. Para aquellos que seáis de gafas de vista o de sol: aunque os escaneéis sin ellas funcionará igual, pero con las de sol sí será algo más exigente con la luz.

El escaneo se hace en pocos segundos. Para que nos reconozca la pantalla ha de estar activada, y si no lo encaramos bien o no se dan las condiciones idóneas nos lo indica con un mensaje en la parte inferior.

El único punto a mejorar es que hay que activar la pantalla para que funcione. Una vez la activamos es rapidísimo, a veces incluso no nos da tiempo a ver la pantalla de bloqueo, pero si levantamos el móvil y tenemos la pantalla ambiente activada esto no será suficiente y tendremos que dar al botón de encendido para que se active del todo la pantalla.

Cámaras: sacando pecho (y joroba) en baja luz

La doble cámara vino a la parte trasera de los OnePlus con el 5 y éstas se han mantenido prácticamente, aunque tocando algunos aspectos de hardware y software. Para el OnePlus 5T tenemos un sensor Sony IMX 398 de 16 megapíxeles (de 1,12 micrómetros), apertura f/1.7 y distancia focal de 27,22 milímetros en conjunto con un sensor IMX 376K de 20 megapíxeles (de 1 micrómetro) y mismas apertura y distancia focal.

¿El cambio de hardware? En el "tele", el de 20 migapíxeles, que pasa de tener f/2.6 a f/1.7, en vistas a tener mejor resultado en baja luminosidad (ahora veremos qué tal). A éste también se le ha incorporado la tecnología propia Pixel Technology, que como ya dijimos en su presentación fusiona cuatro píxeles en un buscando una reducción del ruido.

La cámara frontal por su parte incluye un sensor Sony IMX 371 de 16 megapíxeles (de 1 micrómetro) y apertura f/2.0. En este caso sin cambios con respecto a lo previo, pero antes de sumergirnos en el rendimiento de ésta y el resto de lentes primero paseemos un poco por la app como hacemos habitualmente.

App de cámara: nos gustan la sencillez por bandera y un modo manual para los más exigentes

La sencillez de Oxygen OS es una tónica constante y por suerte la app propia de cámara se contagia de la misma. Tenemos una interfaz con los elementos habituales en la parte opuesta al obturador, es decir el flash, el temporizador y la posibilidad de activar el HDR o el modo HQ, y tirando del botón de fotografiar aparecen los distintos modos.

La interfaz de cámara en modo automático, en modo de panorámicas y para el vídeo, de izquierda a derecha.

Quizás no es lo más cómodo del mundo que el swipe para los modos esté en esta parte del obturador, aunque suele salir sin resistirse demasiado. Por otro lado, el cambio a vídeo o a modo retrato resulta muy fácil al poder deslizar desde cualquier punto de la pantalla para que aparezcan.

El disparo en modo pro (manual).

Buen punto también el de facilitar el cambio de calidad de vídeo desde la propia interfaz de grabación sin tener que ir cada vez a los ajustes como pasaba en MIUI o iOS. Tal y como activamos o desactivamos el HDR, en el vídeo podremos alternar entre 4K, 1080p a 60fps o 1080p con un simple toque.

La sencillez de Oxygen OS es una tónica constante y por suerte la app propia de cámara se contagia de la misma

En cuanto a lo modos propios, nada de añadidos ni de bombardeo de opciones. En ese cajón que abríamos tirando de la parte del obturador se añaden los accesos al "Modo Pro" (disparo manual) y panorámico, así como el timelapse y la cámara lenta.

La experiencia es constantemente fluida sin experimentar tirones o retrasos en la apertura, ya sea ésta desde la pantalla de bloqueo o desde el móvil activo. Podemos además personalizar un poco más la experiencia en cuanto a los sonidos, los elementos que vemos en la intefaz del modo automático o el modo pro y la posibilidad de guardar el original cuando disparamos en modo retrato entre otros aspectos si nos vamos a los ajustes propios.

Los ajustes de la app de cámara.

Cámaras traseras: la madurez no ha sentado tan bien como esperábamos

Ya hemos comentado los cambios a nivel de hardware con respecto a su antecesor, y con el OnePlus 5T lo que tenemos además es un modo retrato ya en versión definitiva. La promesa es que éste trabaje algo mejor que lo que vimos la vez anterior y que en general veamos una mejora en las fotos en baja luz, veamos cómo nos ha ido con las cámaras del 5T.

A plena luz la experiencia es buena, y tirando de modo automático tenemos instantáneas con colores realistas y buen nivel de detalle. De hecho quizás es mejor olvidarse de los otros modos hasta que la escena no nos lo ponga algo más difícil a nivel de iluminación.

Podemos disparar en distintos formatos, también en 1:1 además de los que vemos.

Fotos con un buen nivel de contraste y un balance de blancos acertado, si bien con luz abundante compensa la exposición algo peor, sobre todo si decidimos tirar del modo retrato. Pero en general sin problemas y con buen resultado, también buena actuación del enfoque automático.

Hacer zoom es sencillo si buscamos el 2x porque tenemos un botón específico en el propio cambio de disparo. Podemos ir hasta el 8x bien con el gesto de pellizco o tirando de este mismo botón, y el resultado es bastante bueno en ese 2x si la luz acompaña. Llegando a 8x la falta de detalle siempre será mayor, sin sorpresas en este sentido, y si falta la luz el ruido aparecerá cuanto más forcemos el aumento, pero no hemos tenido un resultado peor de lo esperado en estos casos.

El HDR y el modo HQ son dos posibilidades automáticas añadidas si no estamos seguros de la exposición y tenemos tiempo para pararnos y tomar dos o tres instantáneas en vez de una. En general el HDR trata de equilibrar el disparo automático con una sobreexposición con respecto al mismo, que sólo nos resultará útil cuando este automático tienda un poco a la subexposición (contraluces, sobre todo), pero en ocasiones es algo forzado.

El modo HQ (High Quality, deducimos) aporta más bien poco. El detalle obtenido es prácticamente parejo, y en cuanto a la exposición y el contraste tampoco vemos mucha diferencia con respecto al disparo automático. Además, es un disparo más lento y en interiores nos la puede jugar, obteniendo fotografías movidas.

Ejemplos con el modo automático, el HDR y el HQ ampliando el detalle. No siempre compensará utilizarlos.

En la práctica nos compensará alternar entre HDR y modo automático cuando vamos conociendo algo más el primero, sobre todo si hay contrastes o estamos en una situación con sombras o media luz. Y el modo manual será la guinda que nos permita disparar a la carta, pudiendo juguetear algo más con las cámaras.

Para ajustar los parámetros (balance de blancos, velocidad de obturación, ISO, enfoque y exposición cuando lo permite) hemos de seleccionar cada uno y desplazarnos por un dial, el cual es gradual y permite bastante sobre todo a nivel de velocidad de obturación.** Los ajustes son independientes** y podemos dejar el que queramos en automático, así como guardar configuraciones personalizadas.

La interfaz de cámara con el modo manual.

El punto sobre todo es tener más juego en los disparos en baja luz. Aquí podremos exprimir a nivel de ISO, donde los móviles suelen acomodarse algo más (principalmente en disparos nocturnos) y asistir algo más a esa mejora en cuanto a ruido que incorpora según el fabricante. Un modo muy completo además de cómodo, que nos permite guardar el archivo RAW, hacer composiciones distintas o mejorar la distancia mínima de enfoque con respecto al modo automático.

Con el modo manual podemos jugar un poco más con la cámara.

El punto débil de las cámaras suele ser la noche, cuando el ruido y la falta de detalle son irremediables hablando de lentes que ocupan menos de un centímetro. Las del OnePlus 5T no se salvan: en cuanto escasea la luz las acuarelas aparecen en el fondo, teniendo un ejemplo fácil y claro en el follaje de los árboles, pero de noche tenemos fotografías bastante conseguidas.

De noche, de hecho, nos compensará el modo automático sobre los otros dos predefinidos si no queremos complicarnos o no nos atrevemos a tirar de lo manual, o bien el modo pro si queremos sacar el máximo jugo a las lentes del 5T, sobre todo a nivel de enfoque y reducción del ruido.

El OnePlus 5T cumple su promesa con respecto a la baja luz y saca tomas en automático muy decentes.

¿Y el retrato? Aquí tenemos una generación a partir de software y lentes, no es todo "fantasía" como en el caso de Huawei o Samsung en los Galaxy S8, pero el resultado tampoco es mucho mejor que en estos casos. Éste dependerá como es habitual de la iluminación y del contraste entre el objeto principal y el fondo, pero será difícil no tener borrones y pequeños fallos en interiores o media luz.

Un punto positivo es que es bastante permisivo: no vamos a tener que ponernos necesariamente a 2,5 metros del sujeto, sino que ésta es la distancia máxima y podremos acercarnos hasta a 30 centímetros. Esto añade bastante versatilidad y si la iluminación acompaña podremos incluso jugar a hacer robados cercanos (aunque el desempeño no siempre será el adecuado).

Si no se cumplen las condiciones nos lo indica en la pantalla.

Dificultad cero a la hora de hacerlo; apuntamos, enfocamos si es que no lo detecta antes y disparamos. Si las condiciones no acompañan y no es posible realizarlo, la app nos lo avisará antes.

En resumen: no es la característica estrella de estas dos cámaras traseras, no al menos de momento. Falta mucho por pulir para tener un resultado como el que veíamos ya en algunos disparos con los Galaxy S8, los Pixel o el iPhone 7 Plus, de hecho la beta del nuevo modo retrato de iOS (que es "muy beta) saca resultados más naturales (probablemente a la creación del mapa de profundidad).

Cámara frontal: minimalismo también en la dosis extra de "belleza"

No hay novedades en la cámara de la vanidad, pero quizás tampoco hiciesen mucha falta. Los autorretratos o selfies salen bastante bien parados con buena luz, luz media e interiores bien iluminados, con buen nivel de detalle y la posibilidad de aplicar un HDR muy equilibrado que no exagera detalles y a veces da un toque al automático que se agradece, equilibrándolo.

No hay modo retrato para la cámara frontal (podemos tirar del de la cámara trasera con un palo de selfie y suele enfocar bien, como hemos visto), pero podemos intentar quitarnos imperfecciones puliendo nuestro cutis con el ajuste de belleza. Un deslizador sin números que permite añadir más de este "efecto seda" en la piel, sin ajustes específicos como disponen otras capas como la de ASUS o MIUI (y tampoco se echan de menos si no somos mucho de recurrir a esto).

El ajuste de "belleza".

En interiores menos iluminados y de noche la falta de detalle se acentúa, pero nada fuera de lo esperado. Y lo que tampoco tenemos aquí es modo manual.

Os dejamos una selección de fotografías realizadas con todas las cámaras, en distintas situaciones y probando todos los modos y opciones, en esta galería:

Vídeo: la estabilización electrónica se nota... Demasiado

En cuanto a las cámaras principales podemos realizar grabaciones hasta un máximo de 4K, con la posibilidad de quedarnos en un 1080p a 60 frames por segundo si buscamos un vídeo más fluido. De día tenemos, como en las fotografías, colores realistas y buena compensación de la exposición.

No tenemos estabilización óptica y esto se notará, no porque nos salgan tomas con temblores, sino porque la estabilización electrónica es bastante agresiva y aunque es efectiva nos salen tomas a golpes y con tirones en ocasiones. Se nota sobre todo si tiramos de los 60fps en 1080p.

A nivel de detalle muy bien con buena luz, pero no es el caso de los interiores incluso bien iluminados. La calidad en este caso baja bastante, con colores más apagados y falta de nitidez, aunque el ruido tarda relativamente en aparecer sobre todo en 4K en cuanto la luz baja.

Por otro lado, en general la captura de sonido es correcta. También para la cámara frontal, para la cual obtenemos tomas bastante buenas tanto en exteriores como en interiores bien iluminados, aunque en baja luz la pérdida de nitidez es muy acentuada y los videos son de baja calidad.

Bien defendido también el timelapse, tanto con luz abundante como cuando ésta empieza a escasear, así como las tomas en cámara lenta.

Autonomía: manteniendo miliamperios/hora y aprovechándolos bien

Salvo el X, todos los OnePlus han partido al menos de los 3.000 miliamperios/hora en sus baterías. El mayor salto (a más) fue del OnePlus 3 al 3T, con un aumento de 400 mAh. Algo que no vimos en el OnePlus 5, que bajaba a los 3.300 mAh, cantidad que mantiene el OnePlus 5T.

La experiencia es similar, teniendo en cuenta que aquí la pantalla es en principio algo más exigente por tamaño y resolución. Una carga nos da para aguantar el día si hacemos un uso medio, con más wifi que conexión de datos pero sin cortarnos a la hora de consultar redes, jugar o reproducir contenido multimedia.

Con ese uso llegamos al final del día incluso con un 45%, porcentaje que se reduce si viramos a un uso más intensivo, claro. Si el día da de sí y no nos cortamos con la reproducción multimedia, el GPS, la cámara y tiramos más horas de conexión de datos llegaremos algo más justos, pero ha de ser una jornada larga y de mucha actividad para lograr el 0% en un día.

Si un día hacemos un uso poco intenso llegamos con muy buena autonomía a la noche.

Lo que sigue siendo un aliciente es la carga rápida (Dash Charge según OnePlus), que nos da un 30% de batería en 15 minutos, un 60% en 30 minutos y el 100% de la carga total en algo menos de 1 hora y 38 minutos (de 0 a 100% con el móvil apagado). El móvil además no se calienta apenas durante la carga, como viene siendo habitual en los terminales de la marca.

Sonido: más dosis de personalización

En OnePlus siguen apostando por el jack de 3,5 milímetros para auriculares y lo colocan en la base, al lado del USB tipo-C, en el mismo emplazamiento que el altavoz único. La experiencia variará como es habitual según tiremos de éste o de auriculares, pero ya de buenas a primeras nos libramos de tener que poseer un adaptador si solemos usarlos con cable.

En general tenemos buen sonido, llegando a los 100 decibelios de volumen máximo según nuestros tests habituales. Esto da para que no echemos en falta volumen, teniendo un mejor resultado en cuanto a calidad si nos quedamos en torno al 65-70% del volumen.

Mejor experiencia con auriculares, para lo cual disponemos además de algunos extras en relación al ajuste personalizado. Para expertos o entendidos está el ecualizador, con algunos perfiles de sonido predefinidos para según qué tipo de música (esto es más de lo mismo, nos gustará más o menos según nuestro criterio y cómo lo ajuste el fabricante), pero lo que es más sencillo es el interruptor de sonido, el cual puede activarse al conectar unos auriculares con cable y que mejora bastante la audición con un simple toque.

Los ajustes estarán disponibles si conectamos unos auriculares.

Algo que hemos comentado antes con respecto a la capa y al audio es la posibilidad de habilitar los gestos para el control de la reproducción con pantalla apagada. Muy cómodo si usamos el móvil como fuente de música sobre una superficie o en el coche, sin tener siquiera que mirar a la pantalla (aunque algunas veces es poco sensible y falla).

OnePlus 5T, la opinión de Xataka

En la presentación del teléfono quisimos reflexionar un poco sobre la marcha de OnePlus, recordando que ya hace tiempo de esa intención de ser un buque insignia económico y acomodándose en precios algo más altos con respecto a aquel primer y ambicioso teléfono de los chinos. Los OnePlus ya son "otros más"; son teléfonos para quienes buscan lo último en hardware con un precio de salida, eso sí, algo menor que la competencia.

Es innegable que las combinaciones son atractivas: un diseño siempre cuidado, estos componentes a la última y desde este año terminales subidos también en el hacinado tren de la doble cámara y el bokeh. Pero puede que la estrategia resulte ser un lanzamiento de piedra en tejado propio, porque el OnePlus 5T es el OnePlus 5 que debió ser, pero tarde, cuando ya casi olemos algunos de los tope de gama de 2018 de la competencia.

La experiencia con el terminal es muy buena, fluidez como constante y ejecución excelente sin cierres

Dejando a un lado la estrategia, la experiencia con el terminal es muy buena. Fluidez como constante, ejecución excelente sin cierres, lags ni siquiera calentamiento y ahora un frontal algo más atractivo, contemporáneo y aprovechado.

La dosis de personalización resulta equilibrada y nada agresiva, con ese plus de opciones para adaptar la experiencia al gusto personal a varios niveles y siendo todo muy intuitivo y nada denso o exacerbado. Cumplen la promesa de nada de bloatware y de que sea algo muy similar a lo que tenemos con Android stock, con opciones propias interesantes como los gestos o las apps paralelas.

El cambio del lector se agradecerá dependiendo del uso y del gusto, pero al menos resulta cómoda y tanto lector como reconocimiento facial funcionan con rapidez. El lector de huellas de hecho se ha incrustado de manera muy discreta y tiene funcionamiento correcto, siendo poco exigente en cuanto al porcentaje de huella que se apoya.

En resumen: nos ha gustado la experiencia con el teléfono y en OnePlus han hecho un buen trabajo con el 5T. Pero llega algo tarde para nuestro gusto y se queda algo cojo en cámara con respecto a la competencia, quizás también en resolución para los más exigentes en este sentido.

9.0

Diseño 9,25
Pantalla 9
Rendimiento 9,5
Cámara 8,5
Software 8,75
Autonomía 8,75

A favor

  • El Snapdragon 835 y los 8 GB de RAM pueden con todo.
  • Construcción, diseño y acabados excelentes.
  • La carga rápida lo es, y el teléfono no se calienta mientras.

En contra

  • La cámara queda algo por debajo de lo esperado. El modo retrato ya no es beta pero lo parece.
  • Siguen sin añadir resistencia al agua.
  • El aumento de resolución no es un aumento en los píxeles por pulgada al irse a los 18:9. No se queda corto, pero tampoco ha habido una evolución notable.

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