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Motorola Moto G 3º Generación, análisis

Necesito un móvil, ¿cuál me recomiendas?" No sé cuántas veces he escuchado esta pregunta en los dos últimos años pero tengo la certeza de que en un porcentaje bastante elevado he respondido Motorola Moto G siempre y cuando el presupuesto fuera apretado. Desde su aparición en 2013 ha cubierto un hueco que estaba vacío y que ningún fabricante había reclamado: un móvil con buena relación calidad/precio para todos los bolsillos.

Llegar a este singular trono ha hecho que otros fabricantes respondan y quieran ocupar su lugar. Ellos se mantienen fiel a su filosofía de ofrecer lo mejor posible por 200 euros. Cada vez resulta más complicado mejorar sin rebasar esa cifra y este año el Moto G de tercera generación viene con una tarea francamente complicada: convencer, demostrar que hay gama media interesante por debajo de los Snapdragon 615 y volver a ocupar un puesto cada vez más competido.

Especificaciones técnicas

Muchos esperaban que con la aparición del M4 Aqua, el Blade S6 o el Idol 3 sirvieran de presión para que Motorola subiera su procesador. No, se han enrocado en el Snapdragon 4XX y este año repiten con el modelo más moderno de esta serie: 410. Paso a 64bits con un extra de potencia muy discreto.

Motorola Moto G (3º generación) Motorola Moto G (2º generación)
Pantalla LCD IPS de 5 pulgadas LCD IPS de 5 pulgadas
Resolución 720x1280 píxeles, 294ppp 720x1280 píxeles, 294ppp
Procesador Qualcomm Snapdragon 410 1,4Hz 4 núcleos Qualcomm Snapdragon 400 1,2Hz 4 núcleos
Procesador gráfico Adreno 306t Adreno 305
RAM 1/2 GB RAM 1 GB RAM
Memoria 8GB (4,5 libres) / 16GB, ampliable con microSD hasta 64 GB 8GB (5 libres) / 16GB, ampliable con microSD hasta 64 GB
Versión S.O. Android 5.1.1 Android 4.3, actualizable a 5.0.3
Conectividad Wireless 802.11a/b/g/n, Bluetooth 4.0 LE, HSPA+ DUAL SIM Wireless 802.11a/b/g/n, Bluetooth 4.0 LE, HSPA+ DUAL SIM
Cámaras Trasera: 13 MP / Frontal: 5 MP Trasera: 8 MP / Frontal: 2 MP
Batería 2.470 mAh 2.070 mAh
Dimensiones 142.1 x 72.4 x 11.6 mm 141.5 x 70.7 x 11 mm
Peso 155 gramos 149 gramos
Precio 196 (8GB) euros(Amazon) 179 (8GB) euros(Amazon)

El cambio más interesante en el Moto G lo tenemos en la posibilidad de hacernos con una versión de 16GB memoria y 2GB de RAM. Una edición pensada claramente para aquellos que quieren un móvil barato pero no quieren compromisos con una ROM que deja poco espacio libre y una RAM a la que a veces le cueste mover la multitarea con fluidez.

La cámara es otro de los grandes avances y más allá de los megapíxeles (de 8 a 13) nos encontramos con un sensor de Sony que ha demostrado buenos resultados en otros teléfonos. Eso sí, sin estabilización óptica de imagen y algo que se le resiste a Motorola: un software de procesado a la altura.

El Moto G con Full HD y Snapdragon 615 que deseabas se llama Moto X Play.

Otro aspecto interesantes es la protección al agua. Motorola no quiere que nuestro Moto G deje de funcionar si tenemos un accidente en la piscina o la playa. Es capaz de aguantar sumergido durante un rato sin problemas. Un extra que se agradece y que, como los seguros, lo tenemos para aquellos “por si acaso".

En resumen, una renovación de hardware muy modesta con pocos cambios pero apuntando a las carencias de la generación anterior. Siempre, claro, teniendo en cuenta que el objetivo era no superar los 200 euros. Muy bien ajustado, Motorola.

Nuestro análisis en vídeo

Antes de seguir, empecemos primero con nuestro análisis en vídeo para ver al detalle cómo es y qué ofrece el nuevo Motorola Moto G de tercera generación.

Diseño

Cuando Motorola presentó el Moto G original sorprendió que se alejara de los marcos de plástico cromados. Un elemento que se había convertido en denominador común para muchos smartphones y que ellos supieron esquivar demostrando que no era necesario dar sensación de acabados metálicos cuando no había dicho material. Ahora, en la tercera generación, los vemos por primera vez.

No es un elemento que distraiga mucho la atención, es una pintura poco brillante que además resiste bien los arañazos. Le da empaque y además conjunta con la pieza de plástico pintada que tenemos en la parte trasera. Allí, además, nos encontramos con uno de los principales cambios.

Cuando cogemos el Moto G notaremos un tacto ligeramente diferente. La tapa trasera con ese patrón en líneas diagonales hace que el terminal pierda un poco de agarre en comparación con la generación anterior pero nada grave: no resbala lo suficiente para que se nos caiga de la mano si no estamos atentos ni tampoco se deslizará de nuestro bolsillo a la primera de cambio.

A pesar de las modificaciones, hay algo que se mantiene igual: la curva de la parte trasera. Por un lado, sirve para disimular el grosor del terminal y a la vez para mejorar el agarre. En un sector lleno de líneas rectas, Motorola nos demuestra que sigue haciendo las mejores figuras en móviles. Atractivo, cómodo en mano y capaz de ocultar esos milímetros de más.

El círculo donde se sitúa el logo de Motorola en la parte de atrás sigue hundido aunque en este año un poco menos. Aún así sigue cumpliendo un papel fundamental: ayudarnos a colocar un dedo para que podamos sujetarlo sin problemas. La pieza de plástico cromada es un buen adorno para darle vida a una trasera que si no sería algo aburrida.

El hueco de la cámara es algo más pequeño, algo que se agradece ya que reduce sensiblemente las probabilidades de que pongamos el dedo sobre el cristal al cogerlo. El flash, en cambio, aumenta de tamaño.

En los laterales nos encontramos con la misma distribución de botones físico. Robustos, con poco recorrido y con una textura ligeramente rugosa en el de encendido para que lo localicemos rápidamente cuando no estamos mirando. Un pequeño detalle que ya vimos en el Moto X el año pasado.

Boca arriba, la curva trasera se vuelve la peor enemiga del Moto G dando sensación de terminal muy grueso.

En la frontal los altavoces son un poco más pequeños que en la anterior generación pero no por ello menos potentes. Éstos están ligeramente hundidos y además abandonan la pintura del modelo anterior que se quitaba a los pocos días de uso. Los marcos, eso sí, crecen un poco. Nada apreciable hasta que lo comparamos con el Moto G de 2014.

El sellado del Moto G al agua es muy sencillo: tan solo tenemos que asegurarnos que todas las piezas de la carcasa hacen click con el cuerpo del móvil. Hemos hecho la prueba en diferentes depósitos de agua y el dispositivo tras un rato sumergido (20 minutos) sigue funcionando sin problemas. Eso sí, es resistente al agua pero no esperéis usarlo debajo de ésta. La pantalla reconoce muchos gestos y toques cuando está cubierta del líquido elemento.

Pantalla

Moto G siempre ha destacado por tener una buena pantalla y conscientes de ello han introducido pocos cambios. Se mantiene el mismo tamaño y resolución, por extensión misma densidad, pero se han corregido de manera sutil algunos fallos, aunque no todo. Veamos.

Aunque la percepción comparando con el anterior Moto G es de un panel con menos brillo, lo cierto es que esta generación ha aumentado hasta quedarse en 449 nits, un salto considerable si tenemos en cuenta que veníamos de 390. Una cifra fantástica que ayuda sobre todo a que consigamos un buen rendimiento en exteriores en los días más soledados. Aquí se nota un paso adelante.

Los reflejos son un poco molestos, especialmente con fuentes de luz directas, pero con el brillo al máximo veremos en cualquier situación sin mayor problema. Pierde un poco de luminosidad en aquellas posiciones más forzadas y donde es más difícil ver la pantalla correctamente. Nada grave en el uso diario.

El balance de blancos es correcto aunque no perfecto. En brillo máximo tiene una ligera tendencia al amarillo. El espacio de color es bastante amplio y el contraste de la pantalla es suficiente para poder vídeos e imágenes sin perdernos muchos detalles en las partes oscuras. Las fugas de luz se han corregido.

Pocos cambios en un panel que sigue dando un excelente rendimiento en exteriores e interiores. Comparando con el anterior Moto G, se nota que el panel tiene un poco menos de luminosidad pero no es un problema en el uso diario.

Pocos cambios en el panel donde se ha eliminado el problema de luminosidad pero todavía sigue con un balance de blancos algo cálido y amarillo que a los ojos más observadores no les terminará de convencer. Se sigue viendo bien y en ese rango de precio probablemente sea la mejor pantalla que nos vamos a encontrar.

Rendimiento y autonomía

No hubo salto a Snapdragon 615 como algunos esperaban pero el 410 de Qualcomm (junto a Android 5.1.1) son mejoras sustanciales respecto al anterior Moto con Android 5.0.2 Lollipop. ¿El cambio más sustancial? La rapidez.

Motorola ha logrado mejorar la fluidez del G tras el paso a Lollipop. Más rápido con las animaciones y ligeramente más eficaz abriendo aplicaciones con tiempos de espera que se reducen de forma variable. En la mayoría de los casos es una diferencia sutil pero en algunas apps como la Cámara ahora es mucho más rápido.

Benchmarks Motorola Moto G Alcatel Idol 3 Aquaris E5 4G
AnTuTu 5.7.1 64bits 22.406 29.123 20.534 (32bits)
Quadrant 11.583 14.483 11.427
Vellamo Chrome Browser: 1.605
Multicore: 895
Metal: 608
Chrome Browser: 2.184
Multicore: 1.274
Metal: 880
Chrome Browser: 1.844
Multicore: 1.064
Metal: 794

En los tests sintéticos es donde más se nota la diferencia de rendimiento en comparación con otros dispositivos. No puntúa tan alto como otros dispositivos en las pruebas y aquí el Snapdragon 410 demuestra estar un paso por debajo respecto a los 615 y compañía. Eso sí, la experiencia en el dia a día es completamente diferente.

Con la multitarea, en el modelo de 1GB, se traba un poco menos y cuando nos movemos de una aplicación a otra los tiempos. Una experiencia más agradable en el día a día y que se traduce en menos fuerces de cierre en aplicaciones.

Si vamos más allá de los benchmark, Moto G se comporta muy bien en la rutina: rápido moviendo aplicaciones, sin trabas con los procesos que están en segundo plano y ejecutando juegos con cierta exigencia de hardware perfectamente.

Sin embargo, hay algo que notaremos cuando estemos usando el móvil: la memoria interna. Por fortuna Motorola no pone mucho software extra pero a poco que tengamos unas cuantas aplicaciones instaladas, veremos como el aviso de que nos queda poco espacio nos aparece constantemente en el modelo de 8GB.

Con todo configurado (unas cuantas aplicaciones instaladas y música descargada) tengo 1GB libre. Solo un juego instalado y pocas aplicaciones pesadas. En cuanto necesito hacer pruebas o instalar algo más es fácil que en poco tiempo nos salga el aviso de que tenemos poco espacio.

Motorola ha hecho muy bien en lanzar una versión de 16GB de ROM y 2GB de RAM. La de 8GB es insuficiente para usuarios intensivos.

Si vamos a darle poco uso al Moto G 8GB son suficiente pero a poco que seamos curiosos y queramos probar aplicaciones veremos que se quedan muy cortos. Lástima que Android a día de hoy sigue sin dar facilidades para transferir apps a la microSD. Con Android M deberíamos ver avances.

Los 8GB siguen siendo escasos si vamos a darle mucho uso. En mi experiencia se quedan en poco libres una vez tengo configurado el móvil. Bien para quien no le dé mucho pero insuficiente para cualquiera con un poco de curiosidad.

Un aspecto del que no se habló apenas durante la presentación y que es quizá el que más se nota en la experiencia de uso diario es la batería. Los 400 mAh más de autonomía se traducen, en total, en más cuatro horas y media de pantalla encendida. Por supuesto, la cifra puede variar según el uso que le demos pero con mi uso diario (muchas notificaciones, apagando y encendiendo la pantalla cada dos por tres...) logro esa cifra sin problemas.

Software

Moto G siempre se ha caracterizado por traer Android sin personalizaciones. Siempre se ha limitado a introducir pocas aplicaciones de terceros y esta vez no es una excepción. Tenemos Android 5.1.1 Lollipop de serie con el aspecto Material Design que Google ofrece por defecto con este sistema operativo.

El granito de arena de Motorola se traduce en tres aplicaciones. Por un lado, una de Radio FM para (auriculares mediante) podamos escuchar emisoras. Por otro, el ya clásico asistente de migración que dados los avances de Google cada vez tiene menos sentido, especialmente si venimos de otros smartphone Android.

Más allá de estos elementos secundarios, las novedades se centran en el nuevo asistente de Moto. Dentro de estas aplicación encontramos tres funciones bastante atractivas. La primera son lo que se podría calificar como momentos del día. En función de qué hora del día sea o dónde nos encontremos podemos configurar el móvil para recibir unas notificaciones u otra o directamente ponerlo en silencio.

Esto es una evolución del asistente que ya incorporaban otros móviles de Motorola pero con más opciones. En cuanto a la geolocalización es bastante precisa y nos localiza sin dificultades con un margen de error de unos 10 metros. Es muy práctico para, por ejemplo, configurar automáticamente que no nos despierten las notificaciones por la noche.

Luego tenemos la llegada del Active Display que ya estaba en el Motorola Moto X. O lo que es lo mismo: cuando cojamos el móvil (éste es capaz de reconocerlo con los sensores) se encenderá la pantalla con fondo negro y unos iconos blancos con las notificaciones que tengamos. De este modo, podemos ver en un vistazo rápido qué mensajes nos han llegado además de la hora. Un añadido muy útil pero que no luce tanto al usar panel IPS LCD en vez de AMOLED. Se enciende toda la pantalla, aunque el consumo de batería no es drástico.

En tercer lugar tenemos la configuración de gestos para hacer funciones con el móvil. Por desgracia esta opción es un poco escueta ya que solo podemos activar o desactivar dos: agitar el móvil para activar el flash o girar el Moto G dos veces para que nos lleve a la cámara. Útil pero con escasas nulas opciones de personalización.

Nos queda la incógnita sobre Android M y si habrá o no actualización antes de que acabe el año. Lollipop 5.1.1 tiene unas cuantas mejoras sustanciales en cuanto a rendimiento respecto a 5.0.3 y versiones inferiores pero lo que veremos dentro de unos meses será realmente interesante. Si te lo perdiste, os hablamos de ello aquí.

Cámara

Asignatura pendiente de Motorola desde que dieran el cambio con los Moto G y X. Nunca han estado a la altura de las expectativas y durante la presentación de los tres nuevos móviles prometieron que esta vez va la vencida. De momento, utilizar un IMX 214 (Nexus 6, Ascend Mate 7, OnePlus One…) es un buen paso adelante.

Sin embargo, aunque el hardware es importante el software también y ahí Motorola todavía tiene margen de mejora. El auto foco no siempre va rápido y el sistema de enfoque por punto sigue siendo muy lento para usarlo por defecto. En la mayoría de las fotos no tendremos problemas pero en situaciones de poca luz o haciendo macro puede darnos quebraderos de cabeza.

Las opciones manuales siguen siendo bastante limitadas y aunque podemos cambiar algunos aspectos lo más práctico sigue siendo disparar en automático donde podemos conseguir buenos resultados si la luz y las condiciones son favorables para la cámara. Veamos algunos ejemplos.

Las diferencias con el Moto G del año pasado son palpables: un poco más de resolución, mejor balance de blancos… Sin embargo, en el procesado de imagen todavía siguen dando ese toque de escena pintada con acuarelas. Detalle que sólo se aprecia en los recortes al 100% eso sí.

Conclusiones

Muchos pensaron que veríamos un salto de calidad importante en el Moto G este año pero Motorola ha decidido ser conservadora en su apuesta para aferrarse a sus principios. Resulta difícil ofrecer mejores especificaciones por 200 euros y ese hueco, una vez más, lo cubre con creces.

Un terminal redondo donde el precio vuelve a ser su reclamo principal. Relación calidad precio difícil de superar salvo que tengamos un poco más de presupuesto. Se volverá a convertir en la respuesta de muchos cuando les pregunten “tengo poco dinero, ¿qué móvil me compro?". Moto G sigue luchando en esa categoría. Si quieres Full HD, más procesador y mejor cámara, el móvil que buscas no es este sino el Moto X Play.

Motorola ha vuelto a cumplir con nota un desafío muy difícil: volver a ser el mejor por debajo de 200 euros. Eso sí, por encima de esa franja hay opciones muy tentadoras por poco más.

Redondo en todo lo que hace aunque no exento de defectos. Hace todo bien, pero lo podría hacer mejor. Buen trabajo para una Motorola que este año ha superado una prueba difícil. La competencia aprieta y ellos también exprimen su Moto G para que sea un mejor smartphone año a año.

Moto G vuelve a ser en 2015 ese primer coche que te compras cuando te sacas el carnet. Aquel que no te importa arañar y exprimir porque sabes que te va a rendir. Es un modelo de entrada para en el futuro, buscar algo más potente o bien, como un coche utilitario, quedarnos con él para hacer lo básico en el día a día.

7,9

Diseño:7.5
Pantalla:8
Rendimiento:7.5
Autonomía:8.5
Software:7.8
Cámara:8

A favor

  • Vuelve a ser el mejor móvil en relación calidad/precio por debajo de 200 euros.
  • Ahora la cámara del Moto G no es un aspecto sonrojante para Motorola. Buenos resultados.
  • La opción de 2GB RAM / 16GB de ROM es una solución idónea para quien busca un gama de entrada algo más exigente.
  • El aumento de batería es sustancial y nos ofrece un día de uso intenso sin problemas.

En contra

  • En pleno 2015, la configuración de 8GB no es suficiente para el modelo básico.
  • Algunas decisiones de diseño. ¿Marcos de plástico cromados en 2015? No.
  • Se echa en falta alguna opción más de personalización en el asistente de Moto.

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