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LG G8X ThinQ, análisis: la experiencia con la doble pantalla va a más en un buque insignia más ajustado en prestaciones

Diferenciarse o morir parece la máxima por defecto en la gama alta de los móviles, aunque en ocasiones el resultado es un tanto inconsistente con este objetivo. Quizás en alguna parada de ese camino está LG con su intento de sacar partido a la doble pantalla, y en el análisis del LG G8X ThinQ vemos qué tal es su última propuesta dentro de esa línea.

Así, se trata del quinto tope de gama que la marca lanza este año. Han sido el LG G8 ThinQ, el LG G8S ThinQ, el LG G8X ThinQ, el LG V50 ThinQ 5G y un último y quizás más desapercibido LG V50S ThinQ 5G cuyas especificaciones son casi parejas a las de este G8X con el añadido del soporte a 5G. Vemos pues qué tal es la experiencia con este terminal que sirve de plataforma para el segundo modelo de Smart Dual Screen.

Ficha técnica del LG G8X ThinQ

LG G8X ThinQ

Dimensiones y peso

159,3 x 75,8 x 8,4 mm, 192 g

Pantalla

6,4" OLED FullVision
FHD+ (2.340 X 1.080 px, 403 ppp)
19,5:9

Procesador

Snapdragon 855

Memoria RAM

6 GB

Almacenamiento

128 GB (hasta 2 TB con microSD)

Sistema operativo

Android 9 Pie + capa LG

Cámaras traseras

12 MP f/1.8 (1,4 μm) 78º +
13 MP f/2.4 (1 μm) súper gran angular 136º

Cámaras frontales

32 MP f/1.9 (0.8μm) 79º

Batería

4.000 mAh + carga rápida (QC 3.0)

Otros

Lector de huellas en pantalla, sonido estéreo, 32-bit Hi-Fi Quad DAC, DTS:X 3D Surround Sound, certificación IP68, HDR10, radio FM

Conectividad

Wi-Fi 802.11 a, b, g, n, ac / Bluetooth 5.0 / NFC / USB Tipo-C (USB 3.1 Compatible)

Precio

949 euros (accesorio de pantalla incluido)

Diseño: manteniendo un patrón cada vez más propio

Cada fabricante procura pisar la baldosa adecuada en ese tortuoso camino de seguir la moda y/o mantener las señas propias de identidad, en el que un paso en falso puede significar quedar en la sombra y uno afortunado puede ser un trampolín hacia la creación de tendencias. Ahí está LG, que ha pasado de usar sus líneas V y G para sorprender con un diseño por modelo a asentarlas, a aunar sus códigos genéticos, a igualar sus moldes.

Esto hace que, por una parte, sepamos identificar un móvil LG y diferenciarlo; si mirásemos la trasera de este G8X ThinQ sin ver el logo y el modelo serigrafiados, igualmente sabríamos que es un móvil LG. Por otro lado, lo que ocurre de este modo es que, a quienes hemos tenido la suerte de probar los antecesores, nos invade el déjà vu y apenas notamos diferencias en el tacto y en las líneas de diseño, aunque eso no tiene por qué ser negativo.

Tenemos pues la trasera de cristal en la que quedan perfectamente incrustadas las cámaras, de modo que no hay saliente. Pero esto no significa que se ha engrosado demasiado para hacerlo posible, en realidad no es más grueso que muchos otros móviles de pantalla y batería similar y al final es cómodo y el volumen no llama la atención.

No es que sea ligero precisamente, de hecho pesa algo más que el V50 pese a tener un volumen similar. Entre las 6,3 y 6,5 pulgadas no queda entre los más compactos, pero tampoco es el que más pesa o mide de este año.

Altura (milímetros) Anchura (milímetros) Grosor (milímetros) Peso (gramos) Pantalla (pulgadas) Batería Superficie (cm2) Volumen (cc)
LG G8X ThinQ 159,3 75,8 8,4 192 6,4 4.000 120,75 101,43
LG V50 ThinQ 159,2 76,1 8,3 183 6,4 4.000 121,15 100,5
LG G8s ThinQ 155,3 76,6 8,09 180 6,21 3.550 118,958 96,24
OnePlus 7 157,7 74,8 8,2 182 6,41 3.700 117,95 96,73
Huawei P30 Pro 157 73,2 8,6 190 6,47 4.200 114,92 98,83
Samsung Galaxy S10+ 157,6 74,1 7,8 175 6,4 4.100 116,78 91,09
iPhone XS Max 158 77,8 8,1 226 6,5 3.696 122,92 98,57
Pixel 3 XL 160,4 75,1 8,2 193 6,3 3.040 120,46 98,78
Xiaomi Mi Note 10 157,8 74,2 9,67 208 6,47 5.260 117,09 113,22
Sony Xperia 10 Plus 167 73 8,3 180 6,5 3.000 121,91 101,12

Eso sí, aunque es cómodo y los materiales parecen resistentes, lo que ocurre es que se resbala mucho. Si no nos importa el aspecto y no vamos a usar mucho la Smart Dual Screen, será mucho más conveniente usarlo al menos con la funda de silicona que se entrega con el terminal.

Siguiendo con el diseño, los bordes son metálicos con acabado en brillo, preservando así la continuidad del mismo en todas las superficies del móvil. La curvatura del borde se frena con el cristal de la pantalla, la cual se integra en un marco bastante delgado, con notch en forma de U y barbilla algo más ancha.

Aunque como veremos la Smart Dual Screen tiene una ventana que muestra bastante superficie de la parte trasera, no hay lector de huellas bajo las cámaras. Hay un lector óptico de huellas integrado en la pantalla, y como otros rasgos podemos señalar el botón para el asistente de voz que el G8X dispone bajo los de volumen (y que no podremos reconfigurar).

La Smart Dual Screen puede suponer un alivio en cuanto a la suciedad por las huellas si la usamos como un libro abierto porque la cubierta trasera es de plástico

Inevitablemente, el cristal va a ser un imán de huellas con ese acabado. La Smart Dual Screen puede suponer un alivio a este respecto si la usamos como un libro abierto porque la cubierta trasera es de plástico (lo cual se agradece por la limpieza, la resistencia y el agarre), aunque tampoco nos libramos del todo de las huellas con ella porque la parte frontal, la de la pantalla secundaria informativa, es de cristal y se ensucia con extrema facilidad.

El USB tipo C se encuentra en la base, alineado al centro y con el jack de 3,5 milímetros y el altavoz a los lados. La Smart Dual Screen tiene huecos para estas conexiones salvo para el USB tipo C, por lo que tendremos que quitarla para cargar el smartphone.

Vuelve el formato de "móvil mariposa": no hablamos de una pantalla, hablamos de dos

Panel OLED de 6,4 pulgadas para este LG G8X ThinQ, sin especificarse un P-OLED o G-OLED como en sus predecesores. Pero lo que no nos encaja demasiado es que, igual que en el G8s, veamos una resolución FullHD+ (de 2.340 X 1.080 píxeles, unos 403 píxeles por pulgada).

El LG V50 ThinQ venía con mayor resolución, de hecho en alta gama han mantenido los 1.440 x 2.880 píxeles desde el LG G3 con la excepción del LG G Flex 2 y los dos G8 de este año, los cuales quedan a la altura del LG Q8 (gama media). La explicación de LG, para esto y para el frontal de la Smart Dual Screen: que si no son pantallas exactamente iguales es muy complicado dar la misma experiencia, lo cual nos dijeron cuando pudimos probarlo para las primeras impresiones.

Al final esto tampoco nos parece una razón de peso o demasiado lógica por dos motivos: las pantallas no son estrictamente iguales, ya que la de la Smart Dual Screen resbala mucho más, y también podrían haberse colocado ambas con mayor resolución. Al final tenemos FullHD+, algo ya común en la gama media y un signo que distingue a los buques insignia menos completos (lo vemos frecuentemente en smartphones de Xiaomi o OnePlus entre otros) de los que equilibran algo más la tabla de especificaciones.

Más allá del sentido de la especificación, la pantalla da una experiencia aceptable a nivel de resolución y contraste. Viene muy saturada de fábrica, pudiendo mejorarlo ligeramente seleccionando el modo de color Experto dentro de los ajustes de pantalla.

Eso sí, aunque así tenemos quizás un poco más de rango dinámico, la saturación sigue siendo excesiva y lo que no podremos ajustar del todo a nuestro gusto es la temperatura, ya que el control para ello sólo nos permitirá establecerla en cinco grados, aunque en este sentido viene bien calibrada de fábrica y en nuestro caso el valor intermedio ha sido el más agradable.

La sensibilidad táctil es correcta en todo el panel, no hemos detectado que falle ni siquiera al cambiar nuestro agarre y apoyo al colocar la Smart Dual Screen. Lo que no acaba de ser suficiente es el brillo máximo, que queda corto cuando más incide la luz, siendo difícil ver la pantalla con fondos oscuros a medio día.

La muesca o "notch" se puede ocultar. En la nueva versión de LG UX además se mantiene la posibilidad de personalizar colores y esquinas, algo que no solemos ver en otros software.

El ajuste de brillo automático trabaja bien, aunque el software de LG sigue teniendo el ajuste automático que baja el brillo al 0% cuando la batería llega al 5%. Evidentemente esto no es normal (ni conveniente), pero dado el caso de tener que aguantar el móvil en ese nivel de batería resulta muy incómodo que la reducción sea hasta ese punto y no quede, por ejemplo, en un 7-10%.

Echando más vistazos a los ajustes de pantalla, tenemos la posibilidad de colocar las apps en un escritorio único o guardarlas todas en un cajón de apps yendo a los ajustes de pantalla de inicio. En esa sección podemos elegir el tamaño de la cuadrícula y si al tirar hacia la derecha aparece la pestaña de Google, el Smart Bulletin de LG o ninguno de los dos.

Hay también modo noche, que aplica un tema oscuro a las interfaces del sistema, y pantalla ambiente (pantalla AOD, always-on). Ésta puede configurarse con diferentes estilos y colores y mantiene el widget de reproducción musical, que le da algo más de sentido, así como unos toggles para acciones rápidas que solemos encontrar en la cortinilla de notificaciones.

La nueva Smart Dual Screen

El accesorio, como ya dijimos en las primeras impresiones, es muy similar a su primera versión y la principal diferencia es una pantalla exterior informativa. Muy al estilo de las fundas tipo libro que permiten asomar algo de contenido de la pantalla principal, como las que se lanzaron para los HTC y los Galaxy S4 con LEDs, pero con una pantalla propia en monocromo en este caso.

Esta pequeña pantalla sirve para ver la hora y las notificaciones, o mejor dicho los iconos de las mismas. Si la notificación se ha emitido y no lo hemos consultado, veremos que aparece un solo icono en ella indicando que la notificación de cierta app está por consultar.

En las fotos no se aprecia bien, pero la visualización es muy buena.

Las opciones que vemos para la pantalla son las mismas que se habilitaron en la primera:

  • Cambiar la pantalla
  • Mostrar la pantalla principal en la Doble pantalla
  • Mostrar la Doble pantalla en la pantalla principal
  • Poner la pantalla principal en suspensión
  • Apagar la pantalla doble

En cuanto a los juegos, la experiencia es prácticamente igual. La idea de poder tener un accesorio joystick puede ser atractiva, pero el hecho de que dependa de la compatibilidad de los juegos al final limita mucho la experiencia y en títulos populares como el ‘PUBG Mobile’ no hay manera de hacer funcionar ninguno (ni en éste ni en los que vienen preinstalados en la carpeta “Apps para doble pantalla.

Al conectar la Smart Screen siempre nos saldrá una burbuja que esconde las opciones posibles de uso, es bastante intuitivo y cómodo.

Además, la pantalla secundaria tiene un tacto distinto a la principal y se resbala un poco más (aunque, como hemos dicho, la sensibilidad táctil es correcta), lo cual la hace menos adecuada para jugar. Sobre todo teniendo en cuenta que la parte con el móvil es más pesada, y no resultará nada cómodo usar la accesoria para jugar (y la otra para ver otra app).

Al final acabamos usándola muy poco, probablemente porque la exigencia de una doble ventana “real” e independiente (que no siempre, como ahora puntualizaremos) es bastante ocasional. Viene bien para ver un vídeo e ir anotando o estar en redes sociales, pero por el peso y lo poco cómodo que acaba siendo incluso escribir en apaisado (liberando así una pantalla del teclado, que en ocasiones llegaría a comerse la mitad de la misma) finalmente no se convierte precisamente en un aliciente.

La pantalla no funciona con una batería inferior al 15%. Esto nos lo notificará si intentamos usarla, de hecho hablaremos de cómo cambia la autonomía de usarla o no en el apartado correspondiente más adelante.

Otra cosa que conviene tener en cuenta es que habrá apps que no puedan permanecer completamente activas aunque estén en una de las dos pantallas, como ocurre con una reproducción de Amazon Video. La app no se cierra, pero la reproducción se parará cada vez que interactuemos con la otra pantalla, sea la principal o la secundaria.

Rendimiento: sin problemas para jugar

El procesador (y el precio final) son lo que colocan a este terminal en la alta gama, algo a rebufo de sus predecesores en este sentido por cuestiones de fotografía y pantalla. Vemos en el G8X el Snapdragon 855 con 6 GB de RAM, lo cual ya predispone a pensar que habrá bastante carbón en la caldera como para tirar bien en todo tipo de tareas.

Lo que vemos en la práctica es que no parece haber limitación de hardware para ello, abrimos y ejecutamos tareas sin problema incluso hablando del uso de la Smart Dual Screen (de manera que podemos jugar y ver un vídeo sin que haya parones o cierres). Notaremos que tras un rato de juego el móvil se calienta muy levemente, lo cual está dentro de lo habitual y no vemos tampoco valores preocupantes.

La multitarea se ejecuta con normalidad y juegos con carga gráfica más exigente como el ‘PUBG’ y sus menús no tienen problemas. Veremos que hay algo de lag puntualmente, pero a todas luces es más cuestión de software dado que ocures en algunas transiciones y aspectos del sistema, aunque puntualmente.

Para quienes tomáis como referencia los tests de rendimiento, os dejamos los benchmarks del LG G8X ThinQ frente a los de otros smartphones de configuración similar.

LG G8X ThinQ LG G8s ThinQ Nubia Z20 Xiaomi Mi 9T Pro LG V50 ThinQ OPPO Reno 10x Zoom OnePlus 7 Pro Huawei P30 Pro
Procesador Snapdragon 855 Snapdragon 855 Snapdragon 855+ Snapdragon 855 Snapdragon 855 Snapdragon 855 Snapdragon 855 Kirin 980
RAM 6 GB 6 GB 8 GB 6 GB 8 GB 8 GB 12 GB 8 GB
AnTuTu 422.812 279.879 361.365 361.727 315.066 361.293 376.968 261.115
Geekbench 4.4/5.0 (single/multi) 746 / 2.669 3.482 / 9.881 (4.4) 753 / 2.539 (5.0) 3.496 / 10.855 (4.4) 3.507 / 10.948 (4.4) 3.153 / 11.143 (4.4) 720 / 2.698 (5.0) 3.251 / 9.670 (4.4)
PCMark Work 9.374 9.200 8.948 9.358 9.364 8.649 9.991 7.644
3DMark (Ice Storm Unlimited) 65.802 61.106 73.465 63.913 69.212 58.399 39.555 36.003

Software: una esperada renovación del aspecto sin reducir añadidos

La interfaz de la capa propia de software de LG sufría uno de sus mayores cambios en los últimos años en su última versión, como ya empezamos a ver en las primeras impresiones de este terminal. Cada vez con líneas más simples y acercándose a lo genérico, la última versión de LG UX presenta una interfaz algo más minimalista que en cierto modo recuerda también a los últimos aires de One UI, la capa de software de Samsung.

Así, el LG G8X ThinQ nos viene con la recién estrenada LG UX 9.0 sobre Android 9 Pie, con esa interfaz algo más simple e intuitiva. Sobre todo a nivel de los ajustes, los cuales se muestran con las categorías habituales y no en las pestañas que solía disponer LG UX.

Pese a la renovación, los coreanos son gente de costumbres y vemos la habitual dosis de bloatware. Además de las apps que Google obliga a instalar, tenemos QuickMemo+, la carpeta de Esenciales (con apps que lo son, como Contactos, y otras que no lo son tanto, como ThinQ), Sistema (con un acceso directo a Smart Doctor, la papelera de apps y LG Switch Mobile), Servicios (Quick Help y otros clásicos populares), Aplicaciones de pantalla dividida (con el navegador Whale y algún juego como ‘Fortnite’) Booking y dos juegos (‘Asphalt 9’ y ‘Sniper Fury’).

Así viene el LG G8X ThinQ de fábrica.

Podremos desinstalar las apps de terceros, pero no las de LG o las de Google, aunque éstas últimas pueden inhabilitarse. Eso sí, ojo si tenemos ya todo organizado y posteriormente insertamos nuestra SIM, porque saldrán de la nada apps que habíamos podido deshabilitar por alguna misteriosa razón.

Booking, app de terceros, se puede desinstalar. Whale, app de terceros, no se puede.
Sí podremos ocultar las de Google.

Es posible elegir la disposición de las apps (en cajón o escritorio únicamente) como hemos dicho en la sección de pantalla, y sobre todo es en los apartados de pantalla donde más personalización hay. Pero hay algunos añadidos propios de la capa, parte de ellos en el apartado de Extensiones. Podemos establecer acciones automáticas con Context Awareness (que recuerde dónde hemos aparcado, que se active un perfil de uso en un determinado sitio, etc.), la grabación de pantalla o el doble toque para despertar o apagarla.

Es también donde encontramos la suite de mantenimiento, que en LG UX se denomina Smart Doctor. Permite realizar una optimización automática basada en la liberación de memorias, pudiendo realizar una serie de tests de hardware y que al final cualquier usuario pueda intentar mejorar el rendimiento del terminal sin tener mucha noción técnica sobre software o hardware.

El Bienestar digital llega a LG UX, donde podemos ver las cifras de uso del móvil de una jornada. La interfaz y los apartados son parejos a los que encontramos en el de Android Stock, pudiendo establecer periodos de descanso y también encontrar las opciones para el control parental.

Lo que echamos en falta es que pueda personalizarse el uso del botón físico para el asistente de voz

Hay algunas herramientas para personalizar el sonido que repasaremos posteriormente, pero lo que echamos en falta es que pueda personalizarse** el uso del botón físico para el asistente de voz**. Lo único que podremos hacer es anular su función relacionada con Google Assistant (tanto la llamada normal como la pulsación larga) si tenemos pulsaciones accidentales o no nos convence, aunque la opción está algo escondida (lo mejor es recurrir a la búsqueda en Ajustes con “asistente”).

Lo que sí podemos cambiar es la navegación, teniendo como alternativa la barra que existe en Android stock (Android 9 Pie), pudiéndose cambiar los botones y colocar alguno extra como la marca ha permitido históricamente. No hay gestos al uso como en OxygenOS, MIUI o iOS y no podemos despejar tanto la pantalla, pero es un aliciente en cuanto a tener la tradicional barra de botones. Y como vimos en el caso del V50, la barra puede ocultarse con un doble toque y en la Dual Smart Screen siempre tendremos la barra tradicional.

Al final hay hasta cuatro espacios definidos en esta capa, como hemos ido viendo en anteriores terminales: el escritorio, el cajón (opcional), la pestaña de tarjetas de Google o de LG (también opcional) y la pestaña de accesos rápidos. Ésta aparece deslizando hacia abajo (pero no desde el marco, ya que eso abre la cortinilla de notificaciones), mostrando la barra de Google con búsquedas recientes, los últimos correos, accesos a apps frecuentes y a actividades recientes.

En este terminal de LG vemos también el lanzador de juegos, que es una selección de accesos directos a ajustes y apps para que el usuario pueda tener una experiencia en el juego sin notificaciones y/o al máximo hablando de resolución y memoria. También facilita el tiempo de descanso con un botón directo, y al final se nota sobre todo a nivel de la desconexión más que por el hecho de “optimizar”, como de hecho ocurre en muchos de estos “aceleradores”.

Algo a lo que solemos encontrar más utilidad (y que por no ser nuevo no es menos importante) es la función de extender la red WiFi. Es decir, el móvil puede actuar como repetidor y así extender la WiFi para que llegue a zonas donde de otro modo no llegaría, lo cual resulta útil si tenemos zonas de la casa donde la red se queda corta.

Biometría

Normalmente en este apartado hablamos de varios métodos de desbloqueo. HAce unos meses, con el G8s, lo hacíamos de algo relativamente innovador como era la lectura de la palma de la mano gracias a ese sensor TOF que integra en su parte frontal, pero en este caso (y pese a incluir cámara frontal) no hay reconocimiento facial para acceder al terminal.

Dejando a un lado esta carencia llamativa cuanto menos hablando de un gama alta de 2019, en este caso tenemos como alternativa a los sistemas tradicionales desbloqueo el lector de huellas en pantalla. Es una solución que permite tener una parte trasera más despejada y estética, pero al final la experiencia no ha convencido demasiado.

Para que haga una lectura efectiva es bastante exigente a nivel de colocación de la yema del dedo, siendo más bien raro que lo desbloqueemos con éxito a la primera. Suele acertar más rápido y con menos intentos con una presión amplia y firme, lo cual es siempre más probable si sostenemos el móvil en una mano y pulsamos con el dedo índice de la otra (para que sea más perpendicular).

Al final no resulta cómodo y se acaba echando en falta el reconocimiento facial, sobre todo cuando no acertamos a la primera con el de huella dactilar y por las circunstancias que sean sería más cómodo desbloquear con la cámara que indicando un patrón o un código. Teniendo en cuenta que en sus predecesores hemos tenido mejores experiencias, aquí el G8X queda por debajo de las expectativas.

Cámaras: ojalá tan buen rendimiento como elegancia en el diseño

Ya lo hemos comentado anteriormente, pero antes de ponernos a revisar las fotografías siempre está bien recordar el hardware asociado. En el caso del LG G8X ThinQ tenemos una doble cámara compuesta por una lente estándar y un gran angular, que con la cámara frontal constituyen la siguiente composición:

  • Sensor de 12 megapíxeles (½,55 pulgadas, píxeles de 1,4 µm) con lente con apertura f/1.8 y 27 milímetros, estabilización óptica.
  • Sensor de 13 megapíxeles (píxeles de 1µm) con lente con apertura f/2.4 y 14 milímetros.
  • Cámara frontal: sensor de 32 megapíxeles Quad Bayer.

App de cámara

El software timón de las tres cámaras mantiene fondo y forma y no hay muchas novedades con respecto a lo que hemos visto este año. Se mantiene el fondo oscuro con tipografías y símbolos en blanco y amarillo, con las pestañas y apartados prácticamente iguales que en la versión anterior.

Pestañas fijas para el automático, el vídeo, el modo manual, el modo retrato, el modo noche y el de fotografía de estudio, estando otros más particulares en una pestaña a parte y el HDR en los ajustes (algo que en nuestra opinión penaliza, como ocurre en iOS o en One UI de Samsung). El cambio a la lente gran angular se produce con su botón o deslizando el zoom, como habíamos visto en smartphones anteriores con cámara trasera compuesta.

Algún añadido que se ha estrenado con este móvil (quizás se mantengan) son el AI Action Shot en fotografía y el ASMR en vídeo. El primero está ideado para que las fotos de objetos en movimiento y difíciles de sacar enfocados (niños y gatos, por ejemplo) salgan bien, y el segundo atiende a una corriente que hemos visto en YouTube en los últimos meses.

La app es relativamente intuitiva salvando el punto del HDR, por lo demás está casi todo a la vista o siguiendo los habituales patrones de deslizar a un lado u a otro. Normalmente funciona correctamente salvo por lags muy breves y puntuales (que por lo que hemos comentado parecen más asociados al sistema), y en todo caso es completa para el hardware que ofrece el equipo.

El modo noche, del cual hablaremos luego más profundamente, tiene un regulador para ajustar la exposición deseada, aunque hasta que no sale la fotografía no sabemos muy bien qué estamos ajustando. Quizás podría hacerse algo más intuitivo, así como también mejorar la ejecución del modo retrato que suele ser bastante exigente (aunque estemos a la distancia que nos indica).

Cámaras traseras

Hablando de la cámara principal, en general el LG G8X ThinQ se porta bastante mejor en escenarios de exteriores y luz diurna, aunque peca de falta de nitidez y realismo si ampliamos y vemos el detalle. Normalmente veremos demasiado contraste y el balance de blancos algo demasiado cálido, con lo cual los colores se conservan bien pero no acaba de ser la colorimetría adecuada.

Fotografía en automático.

Hay algo de sobresaturación puntual, aunque al menos con exposición favorable tampoco queda mal. Tiene un buen rendimiento en interiores con luz media y natural, aunque en algún caso podemos ver imágenes algo desaturadas. No obstante, en esos escenarios tanto balance de blancos como nitidez son mejores que en el anterior.

Foto en automático.

En interiores con iluminación artificial le cuesta más defender la instantánea y los problemas son más notables. El ruido y la falta de detalle, en general, tardan demasiado poco en aparecer.

El rango dinámico es algo limitado en el disparo en automático, por lo que suele favorecer el HDR. Eso sí, el contraste irá a más y en objetos o áreas con mucho contorno quizás no nos guste cómo queda (sobre todo hojas de árboles y similares) al perderse detalle, también al eliminar demasiada información de las sombras sobre todo en escenas de exteriores. Pero normalmente favorece en fotografía macro.

El gran angular depende mucho del entorno también, pero en general la distorsión debida a la lente es bastante notable (aquí no encontramos un extra de corrección como sí propone la app de Samsung, entre otras). Esta lente mostrará más dificultad con escenas difíciles como días nublados, con demasiado contraste, subexposición y ruido.

En otras situaciones la defiende menor a nivel de exposición. Vemos pocos cambios tanto en esto como en balance de blancos con respecto al disparo con la lente estándar, pero echamos en falta también algo de detalle y sí suele haber sobresaturación sobre todo en magentas.

De noche en general tiene un resultado dentro de lo esperado, casi por encima en comparación con lo que vemos de día y teniendo en cuenta que es un escenario éste mucho más exigente. Salvo que busquemos el milagro de que “se haga la luz”, normalmente con el automático/HDR la escena quedará salvada.

El modo noche nos va a servir para eso, para “inventarse” la luz donde no la hay. No hace una exposición larga como los Huawei, el modo de astrofografía del Pixel o el nuevo modo noche de los iPhone, pero hace una sobreexposición suficiente como para que “veamos en la oscuridad”.

Eso sí, normalmente la fotografía resultante no es de calidad si estamos casi en completa oscuridad. En escenas iluminadas tampoco compensa mucho, dado que por definición es algo más lento y como mucho en contados casos lo único que podremos es ganar un poco en cuanto a tener algo menos de ruido.

El modo retrato tiene bastante margen de mejora comparado con la competencia más directa. Como decíamos al hablar de la app, normalmente es algo exigente con la distancia de actuación incluso estando en ese intervalo, haciéndose bastante de rogar.

Modo retrato.

El detalle en el primer plano es el que vemos en el disparo en modo automático, y el nivel de desenfoque depende de si lo dejamos en automático o lo aumentamos. Normalmente el ajuste automático ya da un bokeh suficiente, algo plano pero tampoco quedando postizo del todo, y el recorte es correcto en la mayoría de situaciones en las que hay más contraste entre el objeto principal y el fondo.

Podemos editar la cantidad de desenfoque a posteriori desde la herramienta de edición de la galería.

Cámara frontal

De la cámara subjetiva esperábamos más tanto en exteriores, como en interiores, como en modo retrato. Obtenemos fotografías demasiado contrastadas, con poco detalle y con un comportamiento del enfoque algo errático.

De este modo, las autofotos son poco realistas y tienen bastante margen de mejora. En interiores es donde peor queda, sobre todo si jugamos con el modo de estudio (que además tiene el disparo más lento y las fotos pueden salir borrosas).

Algunos ejemplos del modo de estudio.

El modo retrato al menos es menos exigente que en la parte trasera y se aplica siempre. El desenfoque es bastante postizo, pero el recorte suele ser correcto.

Vídeo

Buen resultado de los vídeos sobre todo en 4K. Calidad y detalle aceptables con colorimetría correcta, bien a nivel de contraste y un rango dinámico que cumple.

Puede ser que encontremos que el balance de blanco no acaba de ser realista, con tomas algo cálidas para la cámara trasera a pleno día y frías en la frontal, pero tampoco es algo dramático. En situaciones favorables como ésta normalmente tenemos tomas muy buenas, sobre todo si activamos la estabilización.

Hay bastantes opciones de resolución, pudiendo grabar a 60 frames por segundo o en formato 16:9. Podemos saltar de la lente gran angular a la estándar durante la grabación sin tener que parar la misma, pero el salto es bastante brusco.

En el gran angular veremos que se nota bastante la curvatura de la lente en los bordes, aunque no hay diferencias en exposición, balance de blancos y otros parámetros con respecto a la lente angular.

Buena captura del sonido, sobre todo si hablamos de los ASMR. Con esta función lo que se consigue es una captura mucho más sensible del audio, siendo más fácil grabar este tipo de vídeos.

El modo de superestabilización es un poco forzado, pero puede venir muy bien si vamos a grabar algo con muy poco pulso o en movimiento. El resultado es bastante notable comparándolo a una toma sin él.

De noche también tenemos tomas bastante buenas. No hay una invasión de ruido demasiado exagerada y el balance de blancos es correcto, sin que tampoco haya una pérdida de detalle más allá de la esperada.

En la cámara frontal tenemos tomas demasiado contrastadas y con un rango dinámico reducido, pero con buena exposición y colorimetría.

Autonomía: dos experiencias distintas según conectemos o no la Smart Screen

En este caso la experiencia cambia bastante según usemos o no el accesorio de doble pantalla, algo que obviamente va a representar una exigencia extra a nivel de energía. Evidentemente depende igualmente del uso que hagamos y de si hay ratos en los que alguna de las pantallas está en reposo, pero os comentamos lo que hemos experimentado tras unos días con el terminal y su accesorio siamés.

Primero ponernos en situación: hablando de los detalles técnicos, el LG G8X ThinQ tiene una batería de 4.000 mAh, por lo que cabría esperar un resultado no muy distante del V50 ThinQ, a igual software, batería y accesorio. Pero veamos qué tal en esta ocasión.

Normalmente una carga nos ha dado para un día entero de uso en los días más activos y algo más de un día (hasta día y medio) si ha habido periodos de reposo más largos (dos o tres de entre 4-6 horas) y wifi. La media de uso en todas las situaciones y teniendo en cuenta los días de Smart Dual Screen es de 1 día y 8 horas, con 10 horas de pantalla según GSAM Battery (no tenemos esta vez resultados de PC Mark Work porque no pudimos de ninguna manera lograr una prueba exitosa).

¿Cómo cambia con la Smart Dual Scren? Bastante. Si no la desconectamos en todo el día y solemos usar las dos pantallas, la autonomía puede reducirse al 50%. Hay que tener en cuenta que esto sucede sobre todo tirando de multimedia y haciendo un uso muy intensivo, y al final es tener una sola batería para dos pantallas. En un uso más estándar y menos exigente, la batería puede dar autonomía de unas 24 horas aunque usemos la Smart Dual Screen.

Influirá también en teoría si tenemos la pantalla ambiente configurada (y cómo) y el uso del modo oscuro, si bien bajo nuestra experiencia tampoco hemos notado demasiada diferencia entre las jornadas con y sin pantalla AOD o los días con tema claro, tema oscuro o alternancia de ambos. Sí se notará más si aplicamos restricciones de apps en segundo plano o usamos algún modo de ahorro de energía, o si mantenemos el brillo demasiado alto en general.

Audio: bien por conservar el minijack, pero echamos de menos la pura experiencia LG con el sonido

LG ha cuidado el audio por tradición, dando alguna opción a nivel de software e integrar el Quad DAC de alta fidelidad para no quedarse en las opciones habituales. Además del jack de audio, en este caso tenemos también sonido en estéreo, aprovechando el altavoz principal y el auricular.

Con esto sobre el papel pinta muy bien y en general la calidad es más que aceptable, aunque algo por debajo de sus predecesores. Bien para voces (radio, podcasts, etc.) y multimedia en general, con agudos y graves bastante compensados y equilibrados de fábrica y sin perder mucha calidad cuando subimos a volúmenes altos (aunque siempre es mejor no pasar del 80%).

De volumen máximo hemos registrado hasta 103 decibelios a la salida de los altavoces y en un punto intermedio entre ambos cerca del terminal, lo que se queda en unos 70 ambientales. Es lo suficiente para que dé para centro multimedia o ambientar una estancia, pero sobre todo lo que cubre bien es el uso multimedia (juegos y contenido), que es casi lo que más se tiende a hacer con la Dual Screen (la calidad no se ve variada).

La calidad del sonido mejora bastante con auriculares como suele ser habitual, aunque en este caso hilamos con las opciones de software, que afectan a lo que aporta ese DAC que comentábamos. LG permite elegir el filtro digital para el sonido entre:

  • Short: más ambiental, que al final significa que tiene un poco más de profundidad y algo más de reverberación (es casi imperceptible la diferencia según qué se escuche).
  • Sharp: más natural. Viene a ser la opción intermedia entre el cambio de la respuesta pre y post-tono que aplica cada configuración.
  • Slow: más claro. Fuerza más la nitidez, puede quedar demasiado artificial.

La preselección del sonido puede elegirse si desactivamos el DTS: X 3D Sound (del que ahora hablaremos), que vienen a ser distintas ecualizaciones. Pero el sonido es mejor si activamos el DTS que si elegimos alguna de ellas, salvo que nos guste mucho alguno de los perfiles para graves o agudos.

Eso sí: puede pasar que en algunas apps (como Spreaker) el sonido se interrumpa cada vez que pulsamos el botón de inicio si tenemos el DAC activado. Esto debería poder corregirse con alguna actualización futura. Y si somos de apurar la batería (mucho, demasiado), veremos que el sonido puede empezar a carraspear, pero ocurre a partir del 5%.

Tenemos la opción de activar el DTS:X 3D Surround, que en teoría emula el sonido 3D dándole una dirección concreta. Podemos ajustarlo en ancho, delantera o de lado a lado, y en nuestro caso la mejor opción con diferencia ha sido esta última ya que equilibra mucho más el audio y es un sonido mucho más nítido y claro, las otras dos opciones tienen menos calidad y al estar tan posicionado el audio la experiencia no es tan buena.

Por último, hay disponibles dos reguladores para el equilibrio del audio por canales izquierdo y derecho. Cabe decir también que al conectar auriculares por Bluetooth en LG UX 9 se ha mantenido lo de proporcionar una guía a la hora de conectar uno o varios dispositivos de este modo, así como facilitar la elección de una vía de sonido u otra (en la cortinilla de notificaciones).

LG G8X ThinQ, la opinión de Xataka

LG quizás haya tenido épocas mejores en su división de móviles, pero lo que seguro han sido es más definidas. Este año nos tiene en una especie de partida de ping pong con su gama alta con muchos lanzamientos muy similares entre ellos ,y con éste último presentan un móvil con procesador de alta gama, pantalla de media, dos cámaras traseras y un reclamo que ya había usado para el V50 ThinQ levemente actualizado.

El LG G8X ThinQ, como el V50 y otros tantos predecesores, es un móvil sobrio, atractivo y bien construido, eso es innegable

El fabricante mantiene la calidad en materiales y en diseño; quizás es una de las pruebas de que romper con el status quo hablando de diseño no siempre es lo mejor y tras un periplo por móviles flexibles y modulares el factor forma tradicional volvió (y con todo el sentido y gusto del mundo en cuanto a estética). El LG G8X ThinQ, como el V50 y otros tantos predecesores, es un móvil sobrio, atractivo y bien construido, eso es innegable.

Pero en plena era de la triple cámara, ya casi de la cuádruple, y cuando tampoco se logra destacar a nivel fotográfico, el G8X viene con dos cámaras. Menos versatilidad y quizás un reclamo que ha sufrido en quizás beneficio del accesorio con el que viene el móvil, buscando llevar la multitarea más allá sin experimentos quizás más caros y arriesgados como el finalmente a la venta Samsung Galaxy Fold.

La propuesta no es, por tanto, novedosa o sustitutiva. El V50 ThinQ vino con mejor resolución y la doble pantalla (el modelo antiguo) y el G8s ThinQ con los gestos y más cámaras traseras, y cuesta ver dónde queda el G8X ThinQ: un móvil bueno, un móvil competente, pero en un terreno de juego más complicado que nunca, con marcas nuevas a precios increíbles y móviles con quizás reclamos menos específicos como esas muchas cámaras traseras o una batería apoteósica.

Per se el teléfono funciona muy bien. Sin tener una configuración que bata récords, como hemos dicho el sistema se mueve bien en cualquiera de los perfiles de uso habituales, con lo que aporta la doble pantalla: vale para jugar, vale para horas de YouTube y con la Dual Smart Screen de hecho vale para todo esto a la vez y sin pestañear.

Pero esta acaba siendo un añadido muy puntual, que como en anteriores ocasiones al final resulta un atractivo menos definido que los que hemos citado antes o incluso los gestos aéreos del G8s o el 5G. Eso sí, bien por la renovación de la capa, que aunque no acaba de solucionar algún problema de la anterior era una actualización que se agradecerá probablemente por muchos de los usuarios, fieles o no a la marca.

8.7

Diseño9
Pantalla8,75
Rendimiento9,25
Cámara8
Software8,75
Autonomía8,5

A favor

  • LG nos ha malacostumbrado a buenas construcciones y diseños: esto no cambia, aunque el frontal tiene algo de mejora de cara a lograr la sensación de "todo pantalla".
  • La doble pantalla permite ejecutar tareas como si tuviésemos dos móviles a la vez.
  • La actualización de estética y funciones de LG UX era necesaria, aunque sigue faltando depuración.

En contra

  • Las cámaras nos saben a poco siendo un buque insignia, por número y por resultado.
  • En el día a día no vemos un reclamo claro con la Smart Screen para un usuario más estándar.
  • El sonido está por debajo de lo esperado en un móvil LG.

El terminal ha sido cedido para el análisis por LG. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.

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