Una vez más, el "diferenciarse o morir" se iza como bandera por parte de uno de los fabricantes con más recorrido en el mercado de móviles. La propuesta: cinco cámaras, el procesador más potente y la posibilidad de manejarlo sin tocarlo, algo que hemos querido exprimir a fondo junto a todas sus propiedades en el análisis del LG G8s ThinQ.
El fabricante se mantiene en cuanto a su apuesta por el notch, que en esta ocasión emplaza una de sus principales novedades, ofreciendo otra alternativa a los sistemas de desbloqueo por biometría. ¿Cómo es poder desbloquear y realizar ciertas acciones sin tocar la pantalla en el día a día? Lo vemos a fondo.
Ficha técnica del LG G8s ThinQ
LG G8s ThinQ |
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Dimensiones y peso |
155,3 x 76,6 x 8,09 mm, 180 g |
Pantalla |
6,21" G-OLED FullVisionFHD+ (2.248 X 1.080 px) |
Procesador |
Snapdragon 855 |
Memoria RAM |
6 GB |
Almacenamiento |
128 GB (hasta 2 TB con microSD) |
Sistema operativo |
Android 9 Pie + capa LG |
Cámaras traseras |
12 MP (f/1.8) 78º + |
Cámaras frontales |
8 MP (f/1.9) 80º + |
Batería |
3.550 mAh |
Otros |
Sonido DTS-X 3D hasta 7.1 canales, IP68, Air Motion |
Conectividad |
Wifi 802.11 a/b/g/n/ac, Dual Band, Wi-Fi Direct, DLNA, hotspot |
Precio |
Por determinar |
Diseño: asentando la imagen de los buques insignia
No hay reglas sobre qué es lo mejor hablando de diseño si hablamos de preferencias y no de tecnicismos. Puede ser tan conveniente conservar como innovar, si al final tiene un sentido práctico y estético y si de algún modo se mantienen valores como la comodidad o que se pueda evolucionar para integrar una nueva tecnología o algún avance interesante.
Los caminos de LG en la división móvil en este sentido son, cuanto menos, imprevisibles. Tras la modularidad del LG G5 y un cambio con el LG G6, el LG G7 ThinQ seguía las líneas del anterior que hemos visto asentadas en el LG G8s ThinQ, que presenta una estética similar a la de éstos y a la de la familia V desde que los diseños convergiesen.
Lo vemos también en los LG V30 ThinQ, LG V30s ThinQ, LG V35 ThinQ y LG V40 ThinQ una trasera ya muy parecida, con la nota distintiva del LG V50 ThinQ y sus cámaras integradas a lo OPPO Reno 10x Zoom.
Lo que vemos pues en el LG G8s es una trasera acristalada integrada en la estructura gracias a unos bordes metálicos, con un acabado en brillo que da la sensación de ser un plástico duro, sobre todo porque se trata de un terminal ligero en comparación a otros con volumen similar. Las tres cámaras traseras se hallan en un relieve horizontal y centrado, con el flash a un lado, sobre el lector de huellas tradicional que sigue permaneciendo en la parte trasera.
Así, no lo vemos en el frontal, el cual de hecho mantiene una apariencia que nos es muy familiar con respecto a lo anterior: marcos pronunciados y notch alargado. Más que el del G7, aunque con una explicación: tenía que colocarse todo lo necesario para la que han querido destacar como función estrella, el Air Motion o el control por gestos en el aire (lo trataremos más adelante).
Con un grosor que entra en la media de lo que vemos actualmente en móviles con diagonales de este rango, no puede decirse que sea delgado, pero no resulta grueso o incómodo. Favorece a la comodidad esa curvatura en semicírculo casi perfecto por todo el borde, si bien la colocación de los botones (de acertada presión y montaje) no es la mejor hablando del de bloqueo/encendido.
Altura (milímetros) | Anchura (milímetros) | Grosor (milímetros) | Peso (gramos) | Pantalla (pulgadas) | Batería | Superficie (cm2) | Volumen (cc) | |
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LG G8s ThinQ | 155,3 | 76,6 | 8,09 | 180 | 6,21 | 3.550 | 118,958 | 96,24 |
LG V40 ThinQ | 158,8 | 75,7 | 7,6 | 169 | 6,4 | 3.300 | 120,21 | 91,36 |
OnePlus 7 | 157,7 | 74,8 | 8,2 | 182 | 6,41 | 3.700 | 117,95 | 96,73 |
Huawei P30 Pro | 157 | 73,2 | 8,6 | 190 | 6,47 | 4.200 | 114,92 | 98,83 |
Samsung Galaxy S10+ | 157,6 | 74,1 | 7,8 | 175 | 6,4 | 4.100 | 116,78 | 91,09 |
iPhone XS Max | 157,5 | 77,4 | 7,7 | 208 | 6,5 | 3.174 | 121,91 | 93,87 |
Pixel 3 XL | 158 | 76,7 | 7,9 | 184 | 6,3 | 3430 | 121,19 | 95,74 |
HTC U12+ | 156,6 | 73,9 | 9,7 | 188 | 6 | 3.420 | 115,73 | 112,26 |
Sony Xperia 1 | 167 | 72 | 8,2 | 180 | 6,5 | 3.330 | 120,24 | 98,597 |
En lado izquierdo (mirando a la pantalla) están los dos botones físicos de volumen y uno extra dedicado al asistente de voz (desactivable), en la mitad superior pero completamente alcanzables incluso para pulgares cortos. En el lado derecho está el de encendido/bloqueo, pero demasiado arriba, de modo que siendo diestros o zurdos quedará muy lejos de cualquier dedo. ¿La decisión? Quizás por la bandeja para la nanoSIM y las tarjetas, pero es bastante cuestionable (y no parece el único remedio).
En la base se ubica el USB tipo C. También el altavoz principal (el secundario está en la muesca), el minijack de audio y el micrófono, casi todo alineado en el centro.
Es un móvil aparentemente bien construido y resistente, sobrio en su tono gris plomo. Es muy agradable sostener un móvil de 6,2 pulgadas que no sobrepase los 180 gramos y el agarre es bueno, pero no acaba de ser una fórmula del todo acertada por:
- Se ensucia con extrema facilidad: imposible mantenerlo limpio.
- El botón de encendido/bloqueo está mal posicionado.
- Tiene un buen porcentaje de aprovechamiento del frontal, pero los marcos son muy llamativos, estilo iPhone XR.
- La relativa ligereza y los acabados pueden transmitir una sensación errónea en cuanto a la calidad de los materiales y esto en ocasiones no gusta (por la relación que se hace a veces entre peso-robustez/calidad).
Entendemos lo del "gran notch", pero quizás se merecía otra pantalla
Hay que admitir que la jugada de OnePlus con el OnePlus 7 Pro ha puesto las cosas más interesantes en la gama alta con esa pantalla que parece desafiar las del resto. Más allá de la tasa de refresco, lo que también destacamos es que por fin un móvil de este fabricante se merecía algo más eso de “buque insignia” integrando un panel con resolución QHD+, a la altura así de Samsung, Sony o LG… Casi siempre.
Los coreanos han mantenido el QHD en gama alta desde el LG G3 (2014) con excepción de los Flex (ay, los Flex). Son cinco años de buques insignia con QHD+ y mirando por encima del hombro a Xiaomi, Huawei (salvo algunos Mate, el Huawei P10 Plus, el Nexus 6P y ediciones especiales). Lo incorporan también el G8 y el V50, de 2019, pero no el G8s.
Tenemos pues en este caso una pantalla P-OLED de 6,2 pulgadas con resolución de 1.080 x 2.248 píxeles (FHD+) y una densidad de 402 píxeles. Con ese 81,1% de aprovechamiento del frontal por parte de la pantalla (según GSMArena, curiosamente mayor que el que calcula el propio fabricante) que citábamos, un valor muy bueno pero que no veíamos en los móviles de alta gama de LG desde 2017 (y ligeramente mejorada en el G8 y el V50).
Pese al reproche por el “¿Y por qué no esta vez?”, la experiencia con la pantalla es buena a nivel de nitidez. No bate récords, quizás no está a la altura en este aspecto, pero tampoco hablamos de calidad baja ni mucho menos: los contenidos se visualizan y leen bien. Muy bien a nivel de contraste, bien a nivel de ángulos de visión y también con un brillo máximo suficiente (sin tener ese ultra-brillo del G7 que batió a todos sus rivales).
Es decir, no es necesario ese extra de brillo (tan extra) para que el contenido se vea bien cuanta más luz ambiental hay. Aunque lo que sí haría falta es alguna corrección del ajuste de brillo automático, que queda bajo en ocasiones al pasar a entornos más iluminados, y esa restricción automática al 0% de brillo de la capa de software de LG que se sigue aplicando irremediablemente cuando la batería llega al 5%. Está muy bien como medida de ahorro, pero incluso en ambientes oscuros es necesario un mínimo superior para la interacción (y si nos ocurre en ambientes iluminados no es precisamente divertido reajustarlo).
De fábrica viene fría y con saturación bastante alta, y parte de esto lo podremos ajustar en las opciones para configurar la pantalla que vemos en los ajustes. No podemos elegir regular uno u otro, sino que tendremos que seleccionar una de las preconfiguraciones las cuales se diferencian en la temperatura de los blancos y la viveza de los colores.
Sí podemos elegir una temperatura y un matiz de blancos a la carta si seleccionamos la opción “Experto”, pero no podemos bajar la saturación o ajustarla en cualquier caso. En el nuestro hemos estado más cómodos con la opción “Juego”, que añade algo más de calidez sin sobresaturar tanto como otras, o el “Experto”, teniendo el aliciente del “True View” que ajusta los colores de la pantalla según la luz ambiente y suele ofrecer un buen resultado.
La sensibilidad táctil es correcta (después hablaremos del engaño sobre esto de los botones de la app de cámara), sin que haya toques accidentales en los bordes ni ninguna otra incidencia similar. Hay pantalla ambiente, con algunos extras a nivel de personalización, accesos rápidos y la posibilidad de controlar la reproducción musical con pocos toques, y puede activarse el doble toque para despertar pantalla (que suele funcionar bien).
En cuanto a la muesca, como decíamos es algo más ancha al tener que albergar los sensores necesarios para el Air Motion. Esto hace que sólo podamos ver una notificación en la barra de herramientas (en la parte izquierda, al lado de la señal wifi, con unos puntos suspensivos si hay alguna otra) y que no podamos tener fijo el porcentaje de batería restante. No hay diferencia en qué se despliega tiremos de un lado o de otro (siempre saldrá la cortinilla de notificaciones), si bien lo que podemos hacer es camuflarla rellenando los lados pudiendo personalizarlo a nivel de colores, como hemos estado viendo en esta capa casi de manera única desde el año pasado.
Lo encontraremos por cierto en un apartado que LG llama “Segunda pantalla”. Matizamos: no hay funciones añadidas, no vemos algo como lo que caracterizaba al LG V10, podremos personalizar color y redondez de las esquinas si preferimos ocultar el notch (quedando una barra tan alta como lo es la muesca).
Dejando la muesca, con respecto a la interacción y a lo que aparece en pantalla habrá diferencias si tiramos del borde estrictamente o si lo hacemos desde otro punto de la pantalla. Lo comentaremos en el apartado de software con más detalle, haciendo hincapié en los espacios que dispone esta capa de hardware y en las posibilidades de navegación. A modo de spoiler: siguen las múltiples opciones para los botones táctiles tradicionales y gestos hay, pero únicamente a lo Pixel.
Rendimiento: suficiente para poder con todo
No había tablas con el G8 sin “S” con respecto a la pantalla, pero sí las hay a nivel de procesador y memoria. El LG G8s ThinQ integra el procesador más potente de Qualcomm, el Snapdragon 855, con 6 GB de RAM, 128 de ROM y posibilidad de ampliar hasta 2 GB con microSD. De este modo, cumple con lo que pueden ser los mínimos de un tope de gama de Android en 2019, viendo por precedentes que esa RAM ya da una experiencia satisfactoria (aunque veamos ya móviles con el doble).
Todos estos componentes se traducen precisamente en eso: el LG G8s puede con cualquier tarea sin problemas, por pesada que sea. No hay lag en la carga de videojuegos o reproducciones multimedia, y la lectura y escritura de datos se produce con normalidad.
Eso sí, notaremos pronto el aumento de temperatura. Sin apreciar un calor o valores alarmantes, pero con poco que juguemos o que reproduzcamos vídeos de YouTube o algún servicio de VOD percibiremos el calentamiento de los bordes en la parte superior trasera del móvil.
Lag si vemos en algunas ocasiones, muy puntual y asociado al cambio rápido entre tareas, el despliego de la multitarea y otras acciones que nos hacen vincularlo más a la posible falta de optimización de la capa de software. Como es habitual, hablaremos más en detalle del sistema operativo a continuación, en la sección pertinente.
Para quienes tomáis los benchmarks como referencia, como de costumbre os mostramos los resultados de los tests que solemos realizar del LG G8s ThinQ, comparados con los de rivales de configuración similar.
LG G8s ThinQ | OPPO Reno 10x Zoom | OnePlus 7 | Xiaomi Mi 9 | Samsung Galaxy S10+ | Huawei P30 Pro | OPPO Find X | iPhone XS | |
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Procesador | Snapdragon 855 | Snapdragon 855 | Snapdragon 855 | Snapdragon 855 | Exynos 9820 | Kirin 980 | Snapdragon 845 | Apple A12 Bionic |
RAM | 6 GB | 8 GB | 8 GB | 6 GB | 8 GB | 8 GB | 6 GB | 4 GB |
AnTuTu | 279.879 | 361.293 | 369.741 | 374.570 | 331.707 | 261.115 | 282.324 | 313.341 |
Geekbench 4.0 (single/multi) | 3.482 / 9.881 | 3.153 / 11.143 | 3.526 / 11.323 | 3.539 / 11.164 | 4.459 / 10.195 | 3.251 / 9.670 | 3.308 / 7.915 | 4.803 / 11.178 |
PCMark Work | 9.200 | 8.649 | 9.282 | 9.036 | 7.620 | 7.644 | 9.803 | - |
3DMark (Ice Storm Unlimited) | 61.106 | 58.399 | 41.865 | 61.089 | 56.351 | 36.003 | 63.702 | - |
Software: más opciones, más personalización, más apps propias
Como una gran mayoría de fabricantes de móviles con Android, LG opta por aplicar sobre el sistema de Google su capa de software, siendo en este caso una de las más incisivas a la hora de modificar la estética, la estructura y añadir funciones al software puro. Así, sobre Android 9.0 Pie encontramos la última versión de LG UX, que de primeras ya añade algunas apps propias y modifica completamente la estructura tradicional de los ajustes de manera histórica.
Sobre las apps añadidas, están las que solemos ver de utilidades (correo, gestor de archivos, tareas, música) y otras que LG incorpora como una app para ir directos a la actualización de software, la papelera de aplicaciones, SmartThinQ, LG Health, Difusión celular, RemoteCall Service SmartWorld o QuickMemo+. También vemos alguna de terceros, como Facebook y Amazon, con lo que de inicio el teléfono ya va bastante nutrido de apps.
Algunas de ellas las podemos deshabilitar, también eliminar si se trata de las de terceros, aunque no es una eliminación completa dado que con las actualizaciones éstas se restauran y vuelven a aparecer (no es un trauma tener que volver a eliminarlas y reordenar nuestro escritorio, pero ¿por qué?). Algunas pueden aportar añadidos como QuickMemo+ para una edición más avanzada de capturas, pero otras como LG Mobile Switch no pueden ni siquiera deshabilitarse, y es posible que no las requiramos jamás.
Dentro de este software añadido, la app Smart Doctor es lo que suele agruparse como herramientas de mantenimiento. Una manera directa de conocer cómo se están gestionando las memorias, poder parar algún proceso, hacer autodiagnósticos de hardware o activar modos de ahorro energético.
Los ajustes, como decíamos, vienen de serie reorganizados por categorías más genéricas y en pestañas en vertical. Algo que nos será familiar si hemos ya usado móviles de la casa y algo menos conocido si no, pero en todo caso podemos elegir una organización más tradicional (y quizás deductiva).
Ahí encontramos ya algunas de las características diferenciales del G8s o de algunos móviles del fabricante. Están esos ajustes ampliados para pantalla que ya hemos destripado antes, con el añadido de poder variar la navegación del sistema que por defecto vendrá con botones de software:
- Podemos reordenarlos.
- Añadir un cuarto botón.
- Optar por la navegación con gestos estilo Pixel: con una barra para la multitarea o la tarea anterior y un botón de atrás, que podremos esconder dando un doble toque en la esquina izquierda en algunos momentos. También podemos personalizar un color de fondo.
Hablando de los distintos espacios del sistema, tenemos el escritorio con la pestaña de Google si hacemos swipe de izquierda a derecha, aunque esto es opcional (pudiendo poner Smart Bullet o nada). No vemos aquí esa pestaña dedicada a tarjetas y accesos rápidos que habilitan muchos fabricantes, sino que ésta aparece si deslizamos hacia abajo desde cualquier punto de la pantalla (saliendo con el botón de inicio y no deslizando hacia arriba) estando en el escritorio excepto del borde superior, lo cual muestra la cortinilla de notificaciones.
De ese modo, tenemos los siguientes espacios:
- Escritorio: con o sin cajón de apps.
- Cortinilla de notificaciones: desplegándola desde el borde superior.
- Cortinilla de accesos rápidos y notificaciones: desplegándola al deslizar hacia abajo desde cualquier parte de la pantalla.
- Smart Bulletin/Google Feed: aparece al deslizar hacia la izquierda (si lo activamos).
En la cortina de notificaciones vemos los toggles y herramientas habituales como el indicador de brillo. Además, en este caso aparecerá un botón de “Ruta de audio” cuando conectamos un dispositivo audio Bluetooth, de modo que podemos elegir por dónde sale el sonido.
No encontramos una suite de Bienestar digital o algo similar al modo zen de OnePlus, pero sí un “Lanzador de juegos” con el que podemos configurar algunas acciones automáticas para cada juego o para todos. Pueden ajustarse la resolución y la velocidad de fotogramas de un modo específico, así como activar el audio DTS-X 3D Sorround.
Por otro lado, tenemos las opciones disponibles en Context Awareness para establecer perfiles de sonido y conectividad según nuestra ubicación, por ejemplo al llegar a casa, al trabajo o si entramos al coche. En general está todo visto para que haya una interacción personalizada y cómoda, como los accesos rápidos que aparecen con cada captura de pantalla o la “Floating Bar”.
Cabe pensar que en ese sentido se añadió la tecla específica para el asistente de voz. Algo que podemos configurar siempre dentro de este uso y no para activar de manera rápida otra app, si bien podemos desactivarla si como en nuestro caso la mayoría de veces nos ocasionaba toques accidentales.
Por otro lado, está el teclado propio de LG, que ha evolucionado relativamente poco con respecto a otros. La escritura sigue siendo algo tediosa al no haber una autocorrección automática (hemos de hacer tap en la palabra cada vez, al contrario que GBoard u otros), además de que no goza de la fluidez esperada y hace echar de menos Swiftkey y otros teclados de terceros.
A continuación hablaremos de la app de cámara y posteriormente de las opciones para el audio, pero como veremos el software propio de LG implementa opciones extra que son interesantes y complementan lo que per se ya aporta Android stock. Eso sí, nos encontramos de manera bastante habitual algunos lags al navegar por el menú de ajustes o cambiar de una tarea activa a otra, pero dado que las apps pesadas se ejecutan bien parece más bien cosa de la depuración del sistema.
Lo único que reseñar además de esto es una posible incompatibilidad con apps de tracking como Nike+. Pese a estar la localización activada no nos ha registrado la trazada, cuando sí funcionaba bien en otros smartphones (y estaba dado el permiso de ubicación).
Biometría
La incorporación de la “cámara Z” fue uno de los aspectos más destacados en las presentaciones de este móvil. Es el apelativo que la marca ha designado al sensor Time of Flight (ToF), que en este caso se emplea para el desbloqueo y la interacción por gestos aéreos de la que luego hablaremos.
De este modo, hay hasta cuatro maneras de desbloquear el LG G8s ThinQ:
- Métodos tradicionales: patrón, código, etc.
- Sensor de huellas trasero.
- Reconocimiento facial.
- Lectura de palma de la mano.
La lectura de huellas se produce de manera bastante rápida y cómoda. No hay nada nuevo en este caso pero es para bien: buena ubicación del sensor, efectividad y nada exigente en la posición de la huella: el sensor cae al dedo y zas, desbloqueo.
El reconocimiento facial nos pide en un primer momento que ladeemos la cabeza como ocurre con el FaceID. Quizás el ToF intervenga también en esta lectura, dado que funciona perfectamente en la oscuridad (probado con fondo iluminado y en negro), de hecho lo hace incluso con la pantalla ambiente y sin necesidad de que activemos la pantalla.
El reconocimiento de la palma de la mano tampoco exige un registro muy complejo de la palma, nos pedirá que la ubiquemos dentro de un círculo y que alejemos o acerquemos a los sensores. Eso sí, normalmente no se acierta a la primera la posición para que nos detecte y lea bien la palma y cuesta un poco acertar, si bien siguiendo las indicaciones de pantalla normalmente suele funcionar (y lo hace rápido).
Air Motion o control por gestos (sin tocar la pantalla)
Quizás la principal novedad como tal en este smartphone es lo que ya pudimos probar en las primeras impresiones del LG G8 ThinQ (sin “s”): ese Air Motion o control por gestos que permite una limitada interacción con el terminal sin tocarlo. En teoría. Tras ello, y atendiendo a lo que vemos en los ajustes y en diversas explicaciones, un breve recordatorio de para qué podemos activar los gestos:
- Accesos rápidos (uno a cada lado) y capturar pantalla.
- Controlar la reproducción multimedia.
- Controlar llamadas y alarmas.
El procedimiento siempre es el mismo: colocamos la mano frente a la “cámara Z”, esperamos a que nos detecte y una vez lo hace, ponemos la mano en forma de “c” o garra y desplazamos a un lado u a otro según convenga. Nos muestra si hemos colocado bien la mano en un círculo central, a modo de imagen en negativo.
Cuando aparece, funciona muy bien. La apertura de YouTube, por ejemplo, se produce instantáneamente si arrastramos esa pelota imaginaria al lado que hayamos configurado, sin ningún lag.
Cierto es que cuando se le coge el truco (hay que exagerar esa garra y posicionarse quizás a más bien esos 20 centímetros) no cuesta mucho ir a las acciones, pero casi siempre vamos a tener que tocar la pantalla en algún momento (salvo que únicamente queramos abrir una app o subir el volumen de la música). Estaría bien que además del play/pause y la reproducción en bucle apareciesen los controles de reproducción para música, quizás después del control de volumen.
Además, el problema es que rara vez hemos conseguido activar a la primera alguna de las acciones. La detección de la palma de la mano sí ocurre con eficacia y facilidad, pero en pocas ocasiones aparecen los accesos directos o podemos hacer la captura de pantalla en el primer intento si no colocamos el móvil de una manera determinada (con lo que al final sí hemos de agarrar el móvil, aunque sea para enfocarlo).
Funcionar, funciona. Pero simplemente parecía ser algo más práctico de lo que al final nos ha parecido, si bien puede ser un buen precedente. Os mostramos un vídeo en el que se ve que el reconocimiento de la palma es algo más exigente en cuanto al desbloqueo que para la activación de Air Motion, y seguidamente al hacer la posición de garra se activan los controles disponibles.
La propuesta es sin duda original con respecto a la interacción habitual y a lo que vemos en otros fabricantes, pero el desempeño y la posibilidad de asociar acciones es algo escueta. Tanto el desbloqueo con la palma de la mano como esto puede suponer perder bastante tiempo y probablemente un extra a nivel de consumo energético, así que por el momento está lejos de convencernos como algo potencialmente natural o habitual (tendremos que sobrevivir sin el poder de manejar el móvil con las manos pringadas mientras cocinamos).
Cámaras: a un paso de alcanzar el potencial que podrían dar cinco cámaras
Este año LG nos lo ha puesto algo más difícil con lo de diferenciar variantes, con nombres tan parecidos y características también similares y de cuestionable reparto. En este caso, es el G8s el que se asegura una cámara triple trasera y el que cuenta también con ese sensor ToF en el frontal del que ya hemos hablado, contando globalmente con:
- Cámara trasera principal: sensor de 12 megapíxeles (píxeles de 1,4 ?m) y lente de apertura f/1.8 y 78 grados.
- Cámara trasera secundaria con lente súper gran angular de 136 grados y apertura f/2.4, con un sensor de 13 megapíxeles (píxeles de 1 ?m).
- Cámara trasera secundaria con teleobjetivo de 47,7 grados y apertura f/2.6, con un sensor de 12 megapíxeles (píxeles de 1 ?m).
- Cámara frontal doble: sensor estándar de 8 megapíxeles (píxeles de 1,12 ?m) con lente de apertura f/1.9 y sensor ToF con lente de apertura f/1.4 (píxeles de 14 ?m).
La principal cuenta con enfoque PDAF y estabilización óptica de imagen, pudiendo grabar hasta una resolución UHD 4K (3.840 x 2.160 píxeles) a 60 frames por segundo. Hay modo retrato, un modo brillo que se ha transformado y evolucionado, otros modos nuevos y la intervención de la inteligencia artificial, aunque lo mejor es verlo en detalle hablando de la renovada app de fotografía.
App de cámara
Los móviles de LG han multiplicado sus posibilidades fotográficas por hardware y por software. Más posibilidades siempre son mejores noticias para los usuarios, si bien es importante que el cuadro de mandos sea tan intuitivo como completo para que éstos saquen todo el jugo posible al equipo. Y habemus una ligera pero a su vez notable renovación de la app de cámara de LG, con actualizaciones esperadas, que se hacen esperar y algunas sorpresas.
La interfaz principal presenta pocos cambios con respecto a lo anterior a nivel estético. La misma base negra con tipografía sencilla y amarilla que se reparte en los distintos modos principales e iconos de acceso rápido que sí nos serán familiares.
Así, tenemos el modo automático, el retrato y el manual como viejos conocidos, a los cuales se les ha unido un modo estudio y un cajón con “más”, donde encontramos una serie de modos habituales como la cámara lenta pero también otros renovados o añadidos, como el “triple shot”, la “steady cam” o ese modo brillo que antes se escondía entre los ajustes y ahora tiene su propio botón (y se llama “vista nocturna”).
Lo que sigue estando escondido es el control del HDR. Podemos dejarlo en automático y veremos que se activa por una indicación en la pantalla, o bien dejarlo desactivado o activado por defecto, pero para todo tendremos que entrar a los ajustes.
Vale la pena pasearse bien por esta app y, hablando de ajustes, compensa indagar un poco y ver qué posibilidades tiene cada modo. Veremos que el vídeo manual permite activar el HDR10 o el sonido Hi-Fi, que podemos conservar los archivos en RAW con el modo manual de fotografía o en qué modos podemos activar o no el HDR, interesante conocer todas las opciones sobre todo si buscamos ir más allá del disparo automático y confiar algo más en nuestra habilidad.
El nuevo modo noche (Vista nocturna) es ahora independiente y menos automático, dado que aunque ofrece un disparo así podremos ajustar la exposición a nuestro gusto. Posteriormente veremos los resultados, pero lo que se mantiene es la estabilización y el no requerir un trípode o que estemos segundos manteniendo el pulso, obteniéndose escenas más iluminadas.
El modo retrato permitirá ajustar el grado de desenfoque de fondo y actuará ante cualquier tipo de objeto, a diferencia del modo estudio que requerirá la detección de una cara (humana). Aquí veremos la posibilidad de emular distintas iluminaciones por defecto, además de algunos controles manuales a este nivel y también en cuanto a la temperatura, y la posibilidad de teñir el fondo de un color como si de un croma se tratase (con salvedades).
Todo esto es regulable desde la interfaz principal y de manera bastante intuitiva. Eso sí, algunos deslizadores están muy próximos al del zoom y podemos arrastrar el que no queremos involuntariamente si no vamos con cuidado, o bien hacer que se cambie la cámara.
Algo a tener en cuenta también es que siempre que activemos por primera vez (en una sesión con la app de cámara) el modo estudio o la cámara frontal aparecerá por defecto un ajuste mínimo del modo de belleza activado. Posteriormente veremos cómo es dicho efecto, pero si preferimos el resultado natural tendremos que tener esto en cuenta (veremos que el icono de belleza aparece iluminado de amarillo).
La app funciona bien, no hemos experimentado ningún comportamiento anómalo o irregular y la apertura es correcta tanto con el móvil bloqueado como activo. Sí es cierto que el cambio de un modo a otro es algo lento, pero probablemente esto tenga arreglo con alguna actualización y tampoco penaliza en exceso la experiencia.
Cámaras traseras
En general, las fotografías que obtenemos con la cámara principal cumplen con un mínimo de calidad esperada, aunque vemos algunos aspectos a mejorar que la apuesta anual de LG en fotografía no consigue dejar atrás. Esta vez vemos colores realistas, pero a menudo con muy bajo rango dinámico y un exceso de saturación, si bien a veces esto último no sienta mal o se logra contener.
Con iluminación favorable hay una buena interpretación de iluminaciones y sombras, algo que empeora si nos encontramos en una situación más exigente como un contraluz, una penumbra o una iluminación irregular. En estos casos solemos ver subexposición y una pérdida de nitidez más acusada (sobre todo si hablamos de un disparo con la lente de gran angular).
Algo que puede venirnos bien para intentar obtener una fotografía con mayor rango dinámico y equilibrio de luces y sombras es el HDR, sobre todo si disparamos a una escena general, de día y con un buen trozo de cielo (preferiblemente) azul. También ayudará en interiores a la hora de matizar un poco más los bordes, lo cual puede quedar algo exagerado en ocasiones (si hay luz suficiente), pero no llega a quedar lo artificial que hemos visto anteriormente.
El contraste tiende a ser también algo excesivo en estas situaciones más exigentes que comentamos, sobre todo en contraluces. En esos casos el HDR puede ser quizás la única salvación.
A nivel general se defiende mejor en interiores (sobre todo disparos macro) que en exteriores en días nublados. Quizás es esta escena y las nocturnas las que puedan tener más margen de mejora para evitar ruido y acuarelas.
Precisamente en las macro se luce, como suele ocurrir en general. El enfoque se porta bien, también la colorimetría es correcta y aunque el desenfoque natural es algo trepidado quedan disparos bastante acertados, y podemos tirar de modo manual y ese utilísimo peaking para llegar a la mínima distancia de enfoque y maximizar el bokeh natural de lente.
Si buscamos forzarlo tendremos el modo retrato y el modo de estudio. En el primero el recorte suele ser bastante más acertado que en el segundo, sobre todo si tiramos de la opción de sustituir el fondo por un color o por un fondo negro estilo escenario.
Cierto es que es relativamente exigente en cuanto a que el retrato sea efectivo: cuesta bastante mantenerlo disponible según qué queramos retratar y probablemente el contraste entre el ítem principal y el fondo, si bien normalmente con un tap por nuestra parte el sistema lo vuelve a tener claro rápidamente. Podemos regular el grado de desenfoque artificial antes de disparar y también a posteriori desde la galería, aunque siempre saldrán mejores resultados si no exigimos el máximo.
En general en el retrato y en el estudio el primer plano se captura bien, enfocado y si que haya matices distintos con el procesado de una fotografía en automático. El desenfoque es bastante plano, aunque si hay objetos en varios puede llegar a realizar un buen tratamiento de profundidad los mismos e identificarlos como distintos al fondo a desenfocar.
De noche el resultado es siempre menos favorable, y esto lo notaremos sobre todo en el gran angular, con la que ya veíamos algunas acuarelas en zonas bajo penumbra. Si bien encontramos el inevitable ruido, al menos no encontramos ISO exageradas y en escenas bien iluminadas el automático puede no pasar de 400, con lo cual no suele ser necesario usar el manual para corregir esto.
La novedad aquí es el modo de vista nocturna, el cual ahora tiene su pestaña y podrá activarse siempre que se quiera. Además, podemos regularlo para que la fotografía obtenida esté más o menos expuesta que lo que propone el ajuste automático.
El efecto no es el que obteníamos con el extinto modo brillo; no hay una iluminación mágica a partir de la oscuridad absoluta. Pero el resultado es mucho más definido y realista en una escena que requiera menos compensación de la iluminación, y así resulta algo más útil y deductivo que el anterior.
En cuanto al zoom, vemos unos resultados satisfactorios, tanto de día como de noche. No hay milagros ni es un resultado que parezca ir a diferenciarse con otras ópticas, pero al menos se ejecuta bien, el salto a la lente es correcto y rápido (lo veremos también en vídeo) y ayuda a acercar objetos sin que haya una pérdida excesiva de nitidez.
El gran angular tiene dos opciones: con curvatura corregida o sin corregir, con efecto de ojo de buey. El resultado es parecido en ambos casos, sin diferencia a nivel de detalle, exposición o balance de blancos y sólo habiendo esa distinción en la curvatura que se produce en los bordes.
La calidad más o menos se mantiene con respecto a la lente estándar, salvo que como hemos anticipado el detalle disminuye. Si lo probamos en interiores veremos que ahí queda algo por debajo de otros escenarios, llegando incluso a aparecer neblina y con variaciones en el balance de blanco (demasiado cálido).
Comentar que, entre esos modos añadidos, encontramos ese Triple shot que permite disparar con la lente estándar, el tele y el gran angular de manera automática, como si fuese una ráfaga. Esto permite tener los tres disparos fácilmente si nuestra intención es probar los distintos encuadres, sin que tengamos que pulsar nosotros el botón y de ese modo mantener el encuadre, obteniendo un resultado parejo a hacerlo en manual.
Lo que sí hemos visto independientemente de qué usemos para disparar con las distintas lentes y de con cuál sea, lo que sí hemos visto son algunas aberraciones un tanto aleatorias. Quizás haya algo que revisar en relación al procesado o a la interpretación de luces.
LG además sigue apostando por un modo con la inteligencia artificial, pero lo único que vemos es que más allá de que la detección de escenas funciona bien y rápido lo único que vemos es un incremento de saturación, sea cual sea la escena. La detección en sí es muy útil sobre todo para un usuario menos avanzado, al aconsejar un tipo de lente o facilitar la adición del modo noche, e incluso puede que nos guste más este toque de sobresaturación, pero suele quedar postizo, irreal y además en algunos casos esto ocasiona una pérdida de rango dinámico y matiz.
Cámaras frontales
Con la adición del ToF hay algo más de juego con la parte frontal, de hecho encontramos los modos retrato y estudio además de stickers y un completo modo de belleza. Hablando del modo automático, los resultados son aceptables, aunque hay margen de mejora en la medición de iluminaciones y sombras dado que en ocasiones quedan fotografías demasiado contrastadas, además de ver ruido y pérdida de nitidez en escenas diurnas.
Eso sí, si queremos ser nosotros quienes gestionemos en la medida de lo posible la iluminación, una de las modalidades del modo estudio permite dirigir desde dónde viene la iluminación simulada, pudiendo ayudar a equilibrar el resultado. Si no, también está el HDR que puede ayudar un poco en este sentido, aunque en lo que lo notaremos más es en la posibilidad de salvar cielos que de otro modos saldrían quemados.
Lo que a veces falla es el enfoque, yendo a otros puntos como pueden ser los hombros y quedando algo desenfocado el rostro. La colorimetría y la temperatura suelen ajustarse bien tanto en modo automático como en los otros.
El recorte en el modo retrato es bastante acertado y suave, también en los modos de estudio basados en iluminaciones simuladas. Pero no en los que sustituyen del todo el fondo, ni en el de escenario, ni en los de color ni en la función de croma.
Vídeo
La versatilidad de las cámaras traseras del LG G8s ThinQ se traslada al vídeo y podemos pasar instantáneamente de una óptica a otra. Evidentemente se nota, pero normalmente no hay una desestabilización ni se llega a perder la imagen más allá de quizás algún destello o temblor.
Como suele ser habitual, siempre tendremos las mejores tomas si tiramos de 4K. Veremos que la exposición se compensa bien a los cambios, aunque puede pasar como en fotografía y darse en algunos casos algo de subexposición o sobreexposición.
También se observa esa ligera sobresaturación que parece añadirse también en vídeo, haciendo así que la colorimetría sea algo menos realista pero tampoco transformando en exceso la escena. El balance de blancos automático es correcto, sea cual sea la resolución, así como el trabajo de la estabilización óptica de imagen.
Hablando de estabilización, podemos aumentarla con la opción Steady Cam (eso sí, hemos de ir a la pestaña "Más" a activarla). Los vídeos son mucho más estables, aunque sobre todo de noche se sacrifica bastante la nitidez.
La calidad se mantiene hablando de las tomas a 60 frames por segundo, siendo grabaciones más fluidas. Eso sí, con el zoom se pierde bastante nitidez (más de la esperada viendo el resultado en fotografías), sobre todo hablando del digital.
De noche es donde hay más margen de mejora. El ruido y la pérdida de detalle se adueñan de las tomas, aunque la estabilización se mantenga.
Ocurre lo mismo con la cámara frontal. De noche la calidad final desciende drásticamente y de día más o menos se mantiene con respecto a lo visto en fotografía: mucho contraste, colores reales y detalle aceptable.
Sonido: bien ese estéreo, no tanto lo envolvente
Otra de las diferencias entre el G8 y el G8s es la salida del audio, al menos en parte. Mientras en el primero, en su versión estadounidense, vimos que se optaba por usar la pantalla como altavoz, en éste vemos un auricular/altavoz convencional en ese notch que hemos descrito. Pero lo principal es que se mantiene el estéreo y algunos de los añadidos que LG se reserva casi siempre para este aspecto.
Hablando primero de los altavoces, la experiencia es bastante buena empezando por este doble canal. El volumen máximo no bate récords, el máximo en la salida del sonido por el altavoz principal es de 103 decibelios, pero esto es más que suficiente para tener el móvil como centro multimedia o para la visualización y audición de cualquier contenido multimedia.
De hecho, como suele ocurrir, será mejor que nos quedemos en un máximo del 80% del volumen total para tener una mejor experiencia. La calidad es buena, quizás un poco menor de la esperada porque en este caso por precedentes esperábamos algo más de nitidez y rango dinámico (es decir, que al fin y al cabo la sensación fuese diferente frente a la que habíamos tenido previamente con otros buques insignia).
Con auriculares la experiencia mejora al tener algo más de aislamiento físico, recuperándose algo de rango dinámico y de matiz. Además, podremos incrementar el volumen bastante sin comprometer la nitidez y la calidad final.
En cuanto a los añadidos de software, encontramos el habitual ecualizador que dispone de bastantes preconfiguraciones (tanto a nivel de estilo musical como para potenciar bajos, agudos o voces) además de poder ajustarlo manualmente. Pero en lo que han puesto más énfasis es en el DTS: X 3D audio, un sistema para procurar un sonido más envolvente que funciona en cualquiera de las dos salidas.
La experiencia con el DTS: X 3D Sorround es variable y depende de nuestras preferencias y de qué usemos, si los altavoces propios o auriculares. En el primer caso casi nos ha compensado más desactivarlo: la sensación no era la de tener un sonido más envolvente, sino mucho menos nítido (sobre todo eligiendo la opción "ancho").
Batería: siguiendo el camino de la recuperación de los miliamperios/hora
Érase una vez, hace seis años (que en tecnología son como eones), hubo un buque insignia que desafió al resto en términos de autonomía. Se hacía llamar LG G2 y lograba dos días de autonomía, con un muy buen trabajo a nivel de compactación y dejando el listón bien alto a sus rivales también en aprovechamiento de frontal.
El volumen del LG G2 y el del LG G5 eran bastante similares, de unos 85 centímetros cúbicos, sin embargo sus pilas no se parecían y tampoco su fruto. Los 3.000 miliamperios/hora del G2 pasaron a 2.800 mAh con el G5, pasando de dos a un día de media, con la recuperación de los 3.000 mAh en el G6 y sin sobrepasarlos hasta 2018 con el V40 y sus 3.300 mAh, móvil que también supuso un relativo salto de volumen con respecto a sus predecesores.
En el G8s tenemos una batería de 3.550 mAh (50 mAh más que el G8, curiosamente), por lo que cabe esperar una ligera mejora con respecto a sus antecesores teniendo en cuenta que la pantalla es algo menor a la del V40, también la resolución, que los componentes suelen ser más eficientes con el tiempo y que los software también tienden a cuidar más los segundos planos y los consumos. Veamos, pues.
Por un lado tenemos la autonomía media, que gira en torno a las 22 horas con unas 8 horas de pantalla. Con esto cubrimos el día sin mucho problema, normalmente nos da para algo más teniendo en cuenta los tiempos de reposo, por lo que sin ser una cifra que destaque da para que la experiencia sea aceptable y no se viva pendiente de un enchufe o un USB.
Hay a disposición algunos modos de ahorro de batería con los que se logra prolongar algo más la autonomía, y el software propio de LG proporciona bastante información a nivel de consumo, así como opciones para ajustarlo sin que el usuario tenga que tener conocimientos avanzados de la materia. También podremos desactivar algunas opciones como la pantalla ambiente (o dentro de esta la opción del aumento de brillo) para afinar aún más ese ahorro de batería.
Lo que no hemos podido comprobar es la carga rápida que en principio soporta (Quick Charge 3). Con un cargador de 5 voltios y 4 amperios el tiempo de carga es de unas 2 horas y 20 minutos, casi una hora más de lo que nos tiene acostumbrados cualquier buque insignia actual con unos 3.500 mAh de batería, y dista mucho de esa hora y 10 minutos que promete en la web oficial, así que habrá que ver si en adelante podemos comprobarlo con el cargador de serie.
(Como ocurre con otras capas, como puede ser ColorOS, nos ha sido imposible completar el test de batería de PC Mark, probablemente por alguna incompatibilidad de software.)
LG G8s ThinQ, la opinión de Xataka
El camino de LG en sus lanzamientos de móviles de gama alta es, cuanto menos, curioso. Inesperado. Distinto. Cuestionable.
En este análisis hemos hablado de precedentes tan importantes y destacados como el LG G2, el cual fue algo más que primo hermano de un Nexus 5 que logró dejar un buen nombre entre otros titanes como el [iPhone 5s](https://www.xataka. Tras esto vino un 2K prematuro, módulos y otras apuestas que no llegaron a cuajar, salvo esa doble cámara que comentábamos antes y un gran angular que también vemos desde hace tiempo en los buques insignia de la marca, pero habiéndose desmarcado frente a otros ascensos más marcados y nuevos rivales (no aparece en el top 5 de fabricantes de smartphones desde 2013).
Ahora nos encontramos un LG G8s ThinQ interesante, pero algo descompensado. Presenta el aliciente del manejo por gestos que resulta novedoso entre la inmensa mayoría de dispositivos táctiles y que ofrece algo tan difícil de dar al usuario como es el tener un móvil distinto por un motivo que va más allá de lo típico, de las habituales secciones que colocamos en un análisis, pero que quizás no es lo único con lo que necesite salpimentarse la propuesta de LG.
Es cómodo, relativamente ligero y muy compacto. Puede ser incluso cierto alivio en este sentido si se viene de algún móvil más grande o menos compacto, aunque a este nivel descompensa un poco el que la pantalla no sea al menos QHD y que tenga unos marcos con los que otros rivales llevan lidiando mejor desde hace algún tiempo.
La propuesta fotográfica está, sobre el papel, a la altura de otros, pero no a nivel de calidad final. No obstante, está muy bien que esa "s" del nombre signifique que el móvil cuenta con esta completa apuesta fotográfica, a diferencia de una de las variantes del G8 (sin "s").
Es un buen smartphone, con un software completo y una batería que sin destacar contenta en el día a día, pero falta algo más potente para que se coloque como uno de los candidatos a recomendar sobre otras propuestas coetáneas. Así que veremos si lo próximo es un smartphone más compensado que lleve más allá ese Air Motion.
8.9
A favor
- Compacto y relativamente ligero, es un "descanso" comprado con otros smartphones de diagonal similar pero mucho más voluminosos y pesados.
- Muchas opciones para desbloquear el terminal, casi para todos los gustos. Con el aliciente de que el facial funciona en la oscuridad.
- La app de cámara se ha renovado y a falta de algunos ajustes ha mejorado y es más cómoda, ahora que además hay tanta posibilidad.
En contra
- En cuanto a autonomía media y tiempo de carga se queda atrás con respecto a otros smartphones con batería de capacidad similar.
- Esperábamos algo más en cuanto a calidad de todas las cámaras, el sonido y los gestos. No están mal, pero las expectativas eran mayores por precedentes y por lo que probamos ya previamente.
- Se ensucia con demasiada facilidad, probablemente pueda mejorarse con algún otro acabado oleofóbico.
El terminal ha sido cedido para el análisis por LG. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.
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