En realidad no podemos hablar de que LG se hace esperar cuando, dentro de su aparentemente nueva (y cuestionable) estrategia con los topes de gama, hemos visto hasta tres buques insignia en los últimos tres meses. Pero el último sí ha venido más tarde de lo esperado representando una serie que tiene sus fans aún, y tras unas semanas con el te contamos cómo nos ha ido un mes de uso con el LG G7 ThinQ.
Un teléfono que ya ha pasado por la mesa de examen de Xataka para su análisis, destacando entre otros aspectos el sonido. Ya en su lanzamiento el fabricante destacó precisamente esta característica, pero ¿convence esto y el resto de aspectos tras un mes con él? Lo contamos en detalle.
Si no es la mejor manera de encajar 6,1 pulgadas de pantalla, está cerca de serlo
Corren buenos tiempos para la electrónica en lo referente a compactación. El milagro va más allá de que las cámaras de móvil hagan lo que hagan ocupando lo que ocupan, y sobre todo en la alta gama (donde más suele invertirse en diseño) vemos diseños muy compactos en pantallas que hace no tantos años eran sinónimo de un cuerpo grande, y en muchas ocasiones se traducía en incomodidad.
LG tiene esto en el ADN, y para este LG G7 ha expresado esos genes logrando unas dimensiones que son una delicia, sobre todo si lo comparamos con otros casos en los que no se ha logrado un resultado tan bueno aunque se haya mejorado el aprovechamiento del frontal (como el HTC U12+ o el Sony Xperia XZ2). Es un teléfono muy cómodo, relativamente ligero y muy bien acabado.
OnePlus 6 | Samsung Galaxy S9+ | Huawei P20 Pro | LG G7 ThinQ | HTC U12+ | Sony Xperia XZ2 | iPhone X | |
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Dimensiones (mm) | 155,7 x 75,4 x 7,75 | 158 x 73,8 x 8,5 | 155 x 73,9 x 7,8 | 153,2 x 71,9 x 7,9 | 156,6 x 73,9 x 9,7 | 153 x 72 x 11,28 | 143,6 x 70,9 x 7,7 |
Pantalla (pulgadas) | 6,28 | 6,2 | 6,1 | 6,1 | 6 | 5,7 | 5,8 |
Superficie del frontal (cm2) | 117,4 | 116,60 | 114,55 | 110,15 | 115,72 | 110,16 | 101,81 |
Volumen (cc) | 90,98 | 99,11 | 89,35 | 87,02 | 112,25 | 124,26 | 78,4 |
Aprovechamiento | 83,2% | 84,2% | 81,9% | 82,6% | 80,3% | 80,7% | 82,9% |
Peso (g) | 177 | 189 | 180 | 162 | 188 | 198 | 174 |
Batería (mAh) | 3.300 | 3.500 | 4.000 | 3.000 | 3.420 | 3.180 | 2.716 |
De entre todos estos últimos buques insignia, el LG G7 ThinQ es el más ligero y casi el menos voluminoso.
De hecho, si no fuese porque la trasera es algo resbaladiza, el LG G7 se podría usar con una sola mano sin problemas. La tendencia de lo ratios 18:9 o mayores hace que esto en la alta gama sea algo impracticable fuera de móviles como los iPhones "no Plus" o el Sony Xperia XZ2 Compact, pero con ayudas como el botón que LG sigue permitiendo añadir para bajar la cortinilla de notificaciones en este caso facilita que sí lo manejemos en una mano de vez en cuando.
A esto ayuda sobre todo el hecho de que no es demasiado ancho, y a que pese a no ganar en delgadez en comparación a todos sus rivales la curvatura de los bordes ayuda a que sea muy cómodo al agarre. Una lástima lo dicho, que resbale bastante, y que siguiendo la tendencia su trasera de cristal sea un imán de huellas.
Los materiales son de calidad, y tras tantas semanas no hemos visto ningún tipo de microabrasión o daño. Por suerte no lo hemos puesto a prueba extrema a este nivel, pero lo que sí ha aguantado sin problemas han sido chaparrones, saliendo airoso con la resistencia IP68.
Así, el G7 es un LG V35 ThinQ con las cámaras en vertical y el notch, del cual hablaremos a continuación. Lejos quedan diseños como el del LG G6 o sobre todo LG G5 (el desmontable) y la identidad de la línea G, ganando (o manteniendo) comodidad y dando más hegemonía a los buques insignia de LG (y quizás por ello eliminando motivos para mantener dos líneas más allá de repartir dos o tres lanzamientos en un año).
Pantalla y rendimiento: sin tener lo máximo en todo también se obtiene un excelente resultado
El LG G7 ThinQ es bastante todo terreno. Ya por sus características cabía pensarlo y también tras ese primer examen al que lo sometimos, pero tras unas semanas no nos queda más remedio que dar fe y decir que tanto para multimedia como para el resto de usos el LG G7 ThinQ está siempre a la altura.
Con su Snapdragon 845 y sus 4 GB de RAM (hay modelo de 6 GB, pero hemos probado el más básico) no hay ningún titubeo al ejecutar tarea pesadas aún de manera simultánea. Sin problemas tampoco con la doble pantalla o en los cambios de orientación, así como con el despliegue y el funcionamiento de la multitarea.
Pero para que haya una buena experiencia en todos estos aspectos no sólo es importante tener un buen motor; la pantalla y los componentes de sonido van a ser claves. Lo que ofrece el LG G7 ThinQ a nivel de panel es interesante, porque es uno de los pocos que aún apuesta por el IPS en un panorama ya muy OLED.
Cumpliendo con la promesa del brillo, más allá de que llegue o no a los 1.000 nits (así es, según el fabricante), lo cierto es que no hay problema de visualización cuando los rayos de luz solar inciden de manera directa sobre el panel y el Burst es una inyección de brillo tremenda. El brillo automático no obstante tiene sus momentos de duda muy puntualmente, sobre todo al pasar a un ambiente con menos luz (suele quedar demasiado bajo), pero en general funciona bien y de hecho suele ser bastante sensible al mínimo cambio.
En cuanto a colores y contraste el panel tiene un buen y equilibrado desempeño. Tonos naturales que dejan lejos la saturación que suele venir de serie en los AMOLED (aunque también los profundos negros), y nitidez de sobra con esa resolución QHD+. La visualización de cualquier contenido es más que satisfactoria con este móvil, aunque en alguna ocasión hay algo de sharpening (muy puntual, nada que ver con lo que ocurría con el prematuro panel 2K del LG G3).
Ayuda el hecho de poder ajustar la misma gracias a las herramientas que lleva la capa, aunque sería ideal si los deslizadores para ajustar color, temperatura, saturación, matiz y afilado no permitiesen sólo cinco puntos y fuese un ajuste más gradual (como en EMUI, por ejemplo). Nosotros nos hemos encontrado más cómodos con el modo "experto", que no significa otra cosa que tener el máximo control posible para cada uno de los ajustes mencionados (en vez de tirar de algún modo predeterminado).
Se agradece también el hecho de tener el doble toque para activar pantalla, y dado que tiene muy buen nivel de sensibilidad táctil funciona muy bien. Buena respuesta también de la pantalla ambiente, que reacciona muy bien al levantar el móvil de manera que hace más cómodo el desbloqueo por reconocimiento facial.
La muesca
Las modas van más allá de los materiales de construcción y pasan por la pantalla, o mejor dicho por los marcos, ya que se trata del primer terminal de LG con muesca. ¿Molesta? No. ¿Sirve de algo? Tampoco. Con puntualizaciones, claro.
LG lo llama "nueva segunda pantalla", pero la experiencia que tenemos es más bien la contraria. En su momento era precisamente la serie V la que se diferenció con una pantalla secundaria al uso, con el LG V10 y el LG V20. Una superficie de 0,3 pulgadas de altura de las 5,7 de aquel terminal que daba un uso al espacio que dejaba la doble cámara frontal, a modo de accesos directos a funciones y apps (similar al HTC U Ultra).
En realidad lo que podemos hacer con ella es personalizar el color de fondo, pero básicamente se trata del espacio para las notificaciones y el reloj de cualquier otro móvil, interrumpido por la cámara, el auricular y lo que contiene la muesca. La opción que queda para amantes de la simetría horizontal es personalizar el color a negro, de modo que parece que las notificaciones se posen sobre el marco, si bien la curvatura es distinta entre ambos bordes elijamos la esquina que elijamos para las apps (hay dos disponibles).
¿Es un móvil para sibaritas del audio?
Cuando nos lo presentaron, el LG G7 ThinQ parecía estar bastante dirigido a aquellos que no se conforman con un sonido estándar y buscan algo mejor y más acorde a su gusto. Para ello es importante que haya un hardware adecuado y que por su parte el software proporcione distintas opciones dentro de lo posible para adecuar la experiencia, y este móvil al menos sí pone esto como punto de partida.
Eso sí, la idea de LG es que la experiencia auditiva sea la mejor indiscutiblemente por auriculares, dado que ahí se han centrado los esfuerzos de la compañía a la hora de salpimentar la audición en el teléfono: el Hi-Fi Quad DAC, el sonido DTS:X 3D, la preselección de sonido o el filtro digital estarán disponibles siempre que tiremos de jack.
Porque sí, tiene jack de audio pese a ser relativamente delgado, y parte de estas opciones van a regular aspectos relativos a esta conexión (para periféricos Bluetooth está disponible el sonido DTS:X pero no el resto de ajustes). Pero con tanto nombre y tanta opción, ¿resulta al final satisfactorio? ¿Es confuso si no somos entendidos en sonido? Vayamos por partes.
La capa de software habilita que los toggles relativos a estos ajustes específicos de sonido figuren ya de fábrica en lo que aparecen en la cortinilla de notificaciones, junto con el modo avión y otros más genéricos, de modo que ya los tenemos a la vista y se dan a conocer. A nuestro intento de probar nos avisa también desde el principio: para jugar con el audio con DTS y el DAC necesitamos auriculares, así que nada confuso por aquí.
Si antes de recurrir a ellos buscamos las opciones que tenemos para el sonido por altavoz externo, que son pocas (por no decir que casi ausentes). No tenemos una salida en estéreo como ya comentamos en el primer análisis, y esto condiciona bastante la experiencia, porque aunque esté diseñado para que la vibración que el terminal experimenta al sonar el altavoz para aumentar la potencia, la calidad no lo hace con ella, y por este lado no cumple expectativas a este nivel.
Sonar sí suena, y superando a todo lo que hemos podido medir. Con el móvil sujeto en mano y midiendo a la salida del altavoz nos ha llegado a emitir a una potencia de hasta 112 decibelios, que ya es mucho, pero apoyándolo en una superficie nos ha llegado hasta los 129,3 decibelios. Eso sí, sacrificando aún más la calidad, pero desde luego que es una opción a considerar para quien quiera el máximo volumen sin depende de altavoz externo.
Mucho mejor la experiencia si tiramos de auriculares, sobre todo si nos "atamos" al terminal al optar por los de cable. Sin tocar nada la calidad siempre es mejor por lo que implica la salida del audio y cómo éste llega a nuestros oídos, pero los ajustes disponibles permiten que podamos dejarlo casi a medida.
Sí es cierto que hay bastante y que algunos puede que sí requieran algo de conocimientos, como el ecualizador, pero el resto dependen únicamente de con qué estemos más a gusto. Conviene ir familiarizándonos con todas las opciones, dado que es posible que según qué contenido vayamos a escuchar prefiramos una opción u otra.
A modo de recordatorio las resumimos brevemente para luego comentar qué es lo que mejor se nos ha adaptado tras este tiempo con el móvil:
- DTS-X 3D Surround: proporciona un sonido envolvente de 7.1 canales, lo que a nivel de interfaz de usuario se traduce en elegir entre una emisión frontal, a lo ancho o de lado a lado.
- Hi-Fi Quad DAC: permite ajustar el sonido para buscar un determinado perfil, aplicando un filtro digital (que cambia la respuesta de impulso pre y post tono dando tres opciones -short, sharp y slow-, de modo que podemos obtener más naturalidad, claridad o reverberación), con una preselección de sonido (que da cinco opciones, con resultado más metálico, directo, etc.) o ajustando los decibelios de un auricular y otro.
Lo que a la larga nos ha parecido más cómodo en cuanto a seleccionar una opción que nos dé buena experiencia independientemente del tipo de contenido es activar el DTS-X con emisión de lado a lado y el DAC con filtro digital short y la salida de auriculares equilibrada, con el ecualizador en modo estándar y sin seleccionar ninguno de los perfiles de preselección de sonido (lo cual no está habilitado si tenemos el DT-X activado). De este modo disfrutamos del sonido envolvente y de la salida más nítida y equilibrada a nivel de agudos y bajos, y la experiencia es muy buena.
Eso sí, una lástima que tengamos que depender del cable para esto (no queda remedio) cuando cada vez puede que estemos más habituados a lo inalámbrico, pero al menos no tendremos que elegir entre cargar el móvil y escuchar música ni se nos fuerza a independizarnos del jack si somos usuarios habituales del mismo. Además, aunque se nos dan unos auriculares con el móvil, otros también son compatibles con todas estas opciones que hemos comentado.
Lo que sigue sin convencernos: la autonomía
La lucha por lograr la mejor autonomía es complicada cuando los milímetros cúbicos son, a la vez, tan, tan valiosos y tan, tan escasos. Se van conectores, se modifican componentes y la que no suele salir ganando si no se da algo más de espacio por algún lado es la batería, renunciando a una capacidad mayor.
Los miliamperios/hora, por suerte, no lo son todo. Pero aún así siempre ayuda tener una buena cantidad de éstos, y partir de 3.000 mAh en un móvil de 6 pulgadas QHD+ no deja de buenas a primeras esperanza de que éstos vayan a brillar tanto como el modo Burst de su pantalla.
Puede que sea porque la optimización del software no es tan buena como debería, o puede que esos nits al final estén usurpando más energía de la que se calculó (aunque no es que hayamos abusado del modo especial de brillo, hemos tirado de automático la mayor parte del tiempo). Pero el caso es que resulta complicado llegar al final de la jornada con más de un 15% de autonomía o no cargarlo todos los días.
Se agradece, eso sí, que tarde esa hora y media en estar cargado (con el cargador que incluye en la caja). Pero en cuanto tengamos una jornada intensa, con mucho multimedia, fotografía y/o pocas horas de wifi vamos a estar con esa alerta innata que nuestro sistema nervioso ya ha desarrollado en cuanto ve ciertos porcentajes de autonomía: la de buscar un enchufe o la batería externa.
Cámaras listas para todo
Estas semanas con el Lg G7 ThinQ nos han valido para reafirmar bastantes consideraciones que ya apuntamos en el primer análisis del terminal. A modo de recordatorio, tenemos doble cámara trasera que combina dos sensores de 16 megapíxeles, uno super gran angular (f/1.9 / 107 grados) y otro estándar (f/1.6 / 71 grados), y en el frontal integra una cámara de 8 megapíxeles también gran angular (f1.9 / 80 grados).
Con buena iluminación apenas hay queja, si bien en algún caso tenemos algo de sobrexposición y el rango dinámico es algo reducido en escenas como los contraluces o los días nublados. Ahí será nuestro amigo el HDR (casi por definición), que no es agresivo y que salva especialmente estas situaciones.
El gran angular salpimenta la experiencia y da un buen resultado sin más esfuerzo que dar un toque al botón directo que, como siempre, LG ha mantenido también en esta versión de la app (aunque se echa mucho en falta el del HDR). Una app que eso sí va bastante lenta y que nos la puede jugar a la hora de disparar en dos sentidos: "tardar" a la hora de activar el modo de disparo o la cámara que nos interese y en los disparos nocturnos o con baja luz (que salen las fotos movidas).
Esto segundo tiene algún remedio del que tirar. Milagros ninguno y menos hablando de cámaras que ocupan unos pocos milímetros y en situaciones que son difíciles hasta para una DLSR, pero bien es cierto que el modo manual nos puede salvar alguna fotografía nocturna que salga con poca definición y/o demasiado ruido en automático, al poder reducir ISO o ajustar para que dispare algo más rápido.
Y a colación de fotos nocturnas, ¿que ocurre con ese sorprendente modo Brillo que ya nos llamó la atención tanto en terminales anteriores como en el análisis inicial? Que continúa siendo una ayuda relativa y un remedio bastante milagroso si lo que queremos es ver más de lo que ven nuestros propios ojos en una situación de oscuridad casi completa.
Eso sí, si la escena tiene luz relativamente abundante saldrán casi siempre con menos nitidez y más ruido que en modo manual, todo lo contrario si nos encontramos en la oscuridad casi absoluta (ya que en manual hemos de subir ISO sí o sí para sacar con la misma exposición). Por tanto, es un modo que brilla cuanta menos luz hay (nunca mejor dicho) y que compensará en quizás ocasiones puntuales.
Pero sobre todo hay que destacar que se trata de pulsar un simple botón, nada que ver con los segundos que tardamos ajustando con el modo pro. Este botón, por cierto, saldrá cuando el modo esté operativo si lo ajustamos en automático, aunque esto ocurre cuando hay suficiente luz como para sacar una foto decente en modo automático o manual ajustando ligeramente (y normalmente compensan estos dos últimos casos si hay bastante iluminación, como puede ser una calle bien iluminada con farolas).
Cabe comentar también uno de los aspectos que LG ha destacado más en las últimas actualizaciones en lo referente a fotografía: la inteligencia artificial. Aunque el resultado tampoco nos ha acabado de convencer, siempre quedándonos con la duda de si se trata de que la AI tiene un gusto distinto al nuestro o de si no ha tenido tiempo y datos suficientes como para aplicar unos retoques que sean los deseados.
A este respecto lo que hemos visto es que hay una buena identificación de escenarios, tipos de fotografía y objetos (se nota también en Google Lens), lo cual ya condiciona el ajuste que la cámara hará una vez hecho el disparo. Pero lo habitual es que esto constituya en una dosis extra de saturación y un aumento de temperatura del color (que no suelen ser de nuestro agrado).
En general podemos resumir en que los pecados de LG en cuanto a fotografía han sido no dotar al menos al sensor principal de estabilización óptica, con lo cual seguramente tendríamos algo más de nitidez, y que la app no acaba de ir lo fluida que esperábamos o que debería para tener una buena experiencia. Lo que sí es cierto es que es un juego de cámaras muy versátil y que da mucho juego, por ejemplo a la hora de sacar el efecto de aguas de seda o las estelas de luces tirando de modo manual (y guardando el archivo RAW).
Eso en cuanto a las cámaras traseras, porque la cámara frontal ha demostrado estar a la altura, sin tener que tirar de doble cámara como en el caso del HTC U12+ ni sin añadir nada más allá de lo necesario. Las autofotografías tanto en modo estándar como en gran angular salvan muy bien el detalle del primer plano en general, y lo defienden bastante bien cuando la luz escasea o en situaciones más exigente como los contraluces.
Bien también a nivel del modo retrato, aunque la naturalidad del resultado dependerá mucho de qué situación lumínica tengamos (y esto va por las dos cámaras). En general, si el contraste entre el primer plano y el fondo es suficiente lo va a salvar muy bien, respetando los contornos y con la salvedad de que el pelo va a ser el enemigo que siempre tiene este modo, sobre todo cuando es íntegramente por software.
Siempre nos exigirá un mínimo de iluminación y una distancia de al menos 0,5 metros (hasta 2 metros), pero en ocasiones el retrato se aplicará aunque no acabemos de respetar esto e incluso la propia aplicación nos diga que no se ha aplicado o que no se ha reconocido el sujeto. En su defensa hay que decir que en situaciones de iluminación malísima ha logrado diferenciar al sujeto principal y hacer un intento de aplicación del retrato, aunque el resultado estaba empapado de ruido y la nitidez era muy baja.
Aunque no es algo relacionado con la calidad de la fotografía, cabe dedicar unas pocas palabras al menos a Google Lens. Aquí se combina el que no estemos aún acostumbrados a estas herramientas y al hecho de que aún quede pulirla y al final no ha sido algo que hayamos usado con una frecuencia diaria, pero es bastante acertado en el reconocimiento de objetos y resulta de mucha utilidad sobre todo por la función de traducción directa que incorpora.
LG G7 ThinQ: un todo terreno comodísimo
Tras estas semanas con el terminal nos quedamos sobre todo en que el LG G7 ThinQ se defiende en casi todo muy bien, destacando en diseño, sonido y pantalla. Las partes que no nos acaban de convencer son la autonomía, al encontrar mejores experiencias en otros móviles de tamaño similar, y quizás la cámara, no por un mal resultado ni mucho menos, pero por no destacar de manera notable frente a otras propuestas anteriores.
Quizás lo tiene más difícil también justamente por haber llegado relativamente tarde y no cuando salieron el Huawei P20 Pro, el Sony Xperia XZ2 y los Samsun Galaxy S9 (es decir, en el MWC), momento que protagonizó su primo mayor el LG V30s ThinQ (una actualización más que un nuevo buque insignia como sí lo es éste G7). Pero parte de unos buenos ingredientes y desde luego la experiencia ha sido buena con él.
Sobre todo ha sido cómodo a la hora de su manejo y de ir cambiando entre una orientación u otra, sin calentamientos molestos (lo cual es más fácil ya por estas fechas) y siendo un buen candidato para centro multimedia por esa pantalla con gran dosis de brillo y detalle, así como por el sonido. Sonido que premia a quien tira de jack y de cable, poniendo un pause a lo que otros consideran que es el camino que va a seguir la industria: la eliminación de este conector. Demuestra, de hecho, una vez más que integrarlo no implica acabar con un terminal grueso.
Lo que también nos muestra este teléfono, y quizás sea de las cosas más interesantes, es que no es necesario apostar por lo último al máximo en todo. Y con 4 GB de RAM el G7 no tiene titubeos con las tareas más pesadas ni con la multitarea, ni es necesario subirse al 4K en pantallas, aunque quizás tampoco al QHD+ y haber preservado mejor la autonomía.
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