El iPhone SE es un misil a la línea de flotación de los fabricantes Android que apostaban por la relación precio/prestaciones

Apple vuelve a ir a la suya. En los últimos tiempos estamos viendo cómo aquellos fabricantes que se distinguían por ofrecer "teléfonos chollo" no paran de subir precios y de querer ser como Apple.

Ninguno logra serlo, pero mientras muchos de esos fabricantes empiezan a juguetear con la barrera de los 1.000 euros, Apple se ha sacado de la manga un nuevo iPhone SE que de repente le da la vuelta a la tortilla y ataca a esa gama media y esa relación precio/prestaciones en la que muchos fabricantes Android mantenían su apuesta diferencial. Con este nuevo modelo Apple lanza un misil a la línea de flotación de todos ellos, y puede que acabe haciendo mucho daño a alguno de ellos.

Una jugada interesante

Durante años Apple ha estado muy alejada de la batalla por el segmento de la gama media —no digamos la gama de entrada—, y solo aquel iPhone SE de 2016 y los modelos que van quedando atrás en su catálogo se acercaban a precios que podían tentar a usuarios con menos presupuesto.

En ese terreno los fabricantes de móviles Android se sentían muy cómodos: podían ofrecer excelentes prestaciones —equivalentes en algunos casos a las de un gama alta— a precios de gamas medias. Los Xiaomi, OPPO, OnePlus y más tarde los Pocophone o Realme se convirtieron en referentes en el segmento de los cholloteléfonos: eran buenos, eran bonitos y eran baratos.

De un tiempo a esta parte, no obstante, el cuento ha cambiado. Xiaomi ahora quiere ser como Apple y ha delegado sus cholloteléfonos en dos de sus submarcas, Redmi y Poco, mientras que OnePlus ha demostrado que también sigue esa tendencia con los recién presentados OnePlus 8 y OnePlus 8 Pro y otros siguen esa estela.

Solo algunos como Realme recuperan esa batalla ahora olvidada por fabricantes a los que precisamente esos cholloteléfonos hicieron grandes. Seguimos teniendo buenos dispositivos, sí, pero la relación precio/prestaciones se ha visto perjudicada en favor de la búsqueda de características que en muchos casos son más fuegos artificiales que otra cosa.

Estamos viendo por todos lados cómo a diversas opciones de diseño se unen apartados hardware como la conectividad 5G, las pantallas curvas con mucha tasa de refresco o la combinación de muchas cámaras sin que eso sea garantía de resultados que permitan competir con quienes suelen liderar esa carrera, que son Apple, Google o Huawei.

Y mientras unos suben, Apple baja

Con el iPhone SE de 2016 Apple ya mostró cierta vocación por atacar ese segmento de mercado que siempre había estado dominado por sus rivales. Lo hizo con una propuesta llamativa que apostaba por un tamaño muy compacto —quizás demasiado, esas 4 pulgadas empezaban a ser muy pocas— y por un precio de 489 euros que era hasta "asequible" teniendo en cuenta de quién hablamos.

iPhone SE (2020) frente al iPhone 11.

Hoy esa propuesta se ha visto reforzada y de hecho mucho más validada de lo que estuvo entonces. El iPhone SE de 2020 mantiene el mismo precio de aquel modelo de hace tres años y medio, pero lo hace lógicamente ganando mucho en prestaciones.

Los 489 euros ahora nos permiten acceder a un terminal con un procesador (el Apple A13 Bionic) excepcional en potencia y eficiencia, mantiene la apuesta por los móviles compactos, recupera el sensor TouchID (a costa, claro, de unos marcos enormes— y plantea un rendimiento fotográfico notable que, eso sí, tendremos que validar en nuestro análisis.

Pero sobre todo permite acceder a un iPhone. Eso es suficiente para muchos usuarios: Apple sigue siendo una marca aspiracional para mucha gente, y poder acceder a buena parte de las virtudes de los mejores iPhone a una fracción de su precio habitual seguramente llame la atención de muchos usuarios.

¿Plantea eso un problema a los fabricantes de móviles Android? Podría hacerlo, aunque en esa franja de los 400-500 euros hay desde luego opciones. Están los Pixel 3 y los Pixel 3a XL, están los Huawei P30 (también del año pasado), y están modelos más recientes como los OPPO Reno 2 o los Xiaomi Mi Note 10, muy lejos en potencia con sus Snapdragon 730G.

Hay desde luego alternativas como la que plantean los Realme X2 Pro. Estos móviles son una de las propuestas más llamativas en precio/prestaciones en los últimos tiempos y desde luego le pondrán las cosas difíciles a los iPhone SE (2020).

Sin embargo ese componente aspiracional de los móviles de Apple suele pesar mucho. Las especificaciones son importantes para muchos lectores de Xataka, pero hay otros muchos usuarios de móviles a los que este tipo de datos no tienen tanta relevancia o quedan ensombrecidos por ese je ne sais quoi que para muchos (no para el arriba firmante) transmiten los terminales de Apple.

Hay además otros factores que pueden influir en el éxito de este iPhone. Por ejemplo, ese soporte dual SIM que lo sitúa como una interesante alternativa empresarial: una en la que efectivamente la cámara o la pantalla no importan tanto y sí lo hacen la autonomía, la estabilidad y fiabilidad y la fluidez y potencia de la que que suelen hacer gala los dispositivos móviles de Apple.

Hay desde luego incógnitas de futuro, y será interesante comprobar si su autonomía es realmente decente, si su única cámara cumple y es convincente y si los sacrificios en otros apartados (pantalla, marcos, FaceID) compensan a quienes deciden apostar por esta alternativa y no por terminales más ambiciosos y caros de Apple... o por otras propuestas de fabricantes de móviles Android.

Será sin duda una batalla interesante, pero con el iPhone SE Apple tiene un potente competidor en una gama que se anima de forma notable con esa entrada en escena. Ahora toca esperar la respuesta de la industria y, cómo no, de los usuarios.

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