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La huella y el reconocimiento facial conquistaron nuestros móviles: ahora (ya era hora) van a por nuestros portátiles

Qué bien se vive sin tener que estar metiendo (tanto) el PIN o el patrón en el móvil. Es algo que los usuarios de móviles hacemos ya mucho menos porque los lectores de huella y los sensores de reconocimiento facial son ahora mucho más seguros cómodos y rápidos.

Esa conquista se extiende ahora poco a poco a los portátiles: varios son los equipos basados en Windows que integran alguna de estas dos opciones, y los MacBook también han empezado a incluir un sensor TouchID. Una patente revela ahora que en el futuro también podrían dar el salto a sensores FaceID, y eso nos plantea un debate: ¿qué es mejor para el portátil y el móvil, el sensor de huella o el reconocimiento facial?

Que viva la biometría en móviles...

La aparición de TouchID en el iPhone 5S en septiembre de 2013 marco un antes y un después en el ámbito de la biometría. Aquello era una revolución en la usabilidad y seguridad de estos dispositivos, y hacía que por fin acudir al PIN o al patrón no fuese tan necesario.

Los sensores de huella dactilar se convertirían desde entonces en parte integral de todos los smartphones: los fabricantes de móviles Android hicieron también suya esa tendencia, y pronto vimos sensores cada vez más eficientes y rápidos a la hora de desbloquear el teléfono.

El problema del sensor llegó con la otra revolución reciente en los smartphones: más relacionada con el diseño que con un apartado funcional, lograr móviles sin marcos era la particular obsesión de todo el mercado. Eso comprometía al lector de huella físico, que acabó relegado a la parte trasera o, en un nuevo logro tecnológico, a situarse bajo la pantalla.

Al menos en móviles Android, porque en los smartphones de Apple se eliminó Touch ID y se le sustituyó por Face ID, la tecnología que nació con el iPhone X en septiembre de 2017 y que desde entonces se convertiría en una de las señas de identidad de Apple.

Los lectores de huella con tecnología Touch ID habían sido replicados con eficiencia por parte de los fabricantes de móviles basados en Android, pero la historia no se repetía con Face ID.

Es cierto Google da soporte al reconocimiento facial y los fabricantes la han implementado a través de las cámaras frontales de sus móviles, pero solo los Pixel 4 han seguido los pasos de Apple a la hora de tratar de ofrecer más garantías en en estos sensores.

Cuando Apple abandonó el sensor Touch ID hubo ciertas críticas: este sensor había funcionado tan bien en los iPhone que parecía un error abandonarlos. Face ID, no obstante, ha acabado convenciendo a propios y extraños, y son pocos los que a día de hoy parecen echar en falta el antiguo sensor de huella dactilar en estos móviles.

... y en portátiles

Los sensores de huella dactilar no son una novedad en portátiles, pero su adopción fue durante mucho tiempo muy limitada. Solo su éxito en smartphones ha parecido impulsar su adopción en portátiles, y hoy en día más y más modelos integran este tipo de tecnología biométrica.

Entre los últimos en adoptarla han estado los MacBook de Apple: la aparición de los MacBook Pro con la Touch Bar en 2016 permitió incluir también ese sensor de huella dactilar en estos portátiles.

Ese componente acabaría evolucionando para "separarse" de esa segunda pantalla táctil por ejemplo en los últimos MacBook Pro de 16 pulgadas o los recientes MacBook Air.

Los equipos basados en Windows también han integrado esta mejora, aunque curiosamente en ellos se ha impuesto la tendencia contraria a la que se había impuesto en móviles: las webcams con capacidad de reconocimiento facial se han vuelto cada vez más comunes a través de la tecnología Windows Hello de Windows 10, y son muchos los portátiles que integran esa opción y permiten aprovechar esa opción como alternativa del usuario y contraseña.

¿Qué es mejor para qué?

Ni el mercado ni los usuarios parecen tener una respuesta definitiva a esa pregunta. En móviles Android la huella es protagonista aunque muchos también ofrecen reconocimiento facial como segunda opción.

En la mayoría de los casos ese reconocimiento facial es en estos dispositivos un elemento que aporta conveniencia y no necesariamente seguridad, y es muy recomendable combinar ese sistema con un PIN, patrón o contraseña para desbloquear apartados más sensibles de nuestro dispositivo.

Los iPhone, por el contrario, lo apuestan todo a Face ID —como los Pixel 4—, y aunque esta tecnología es más fiable que sus competidoras, la recomendación —incluyendo la de la propia Apple— combinarla con otros métodos de seguridad se mantiene para diversos escenarios.

En los portátiles la tendencia también es difusa: la tecnología Windows Hello ha hecho que el reconocimiento facial esté cada vez más extendido, pero muchos equipos basados en Windows 10 (y cada vez más) hacen uso también de sensores de huella dactilar y ofrecen ambas opciones.

Los portátiles de Apple solo habían apostado hasta ahora por el sensor Touch ID, pero una nueva patente de Apple descubierta recientemente hace pensar que FaceID podría llegar a futuros MacBook (debajo de la TouchBar, parece) o futuros Macs.

¿Es mejor el lector de huella para móviles? Algunos, como quien suscribe, creen que sí en términos generales: cuando cogemos el móvil ya tenemos el dedo preparado para desbloquear el móvil o cerca del área para hacerlo, pero sigue siendo una acción voluntaria. Podemos hacerlo aún sin mirar, pero aún así el equilibrio entre comodidad y seguridad es elevado.

Lo mismo ocurre con el portátil: el reconocimiento facial parece más natural porque cuando interactuamos con nuestro equipo lo primero que hacemos es mirar a la pantalla, no tratar de desbloquearlo con el reconocimiento dactilar.

Esa opción parece más conveniente, aunque aquí exponemos la seguridad ya que las cámaras utilizadas en portátiles no son demasiado precisas y es posible engañar estos sistemas con relativa facilidad.

Precisamente ese debate entre conveniencia y seguridad es complejo y hace que no exista una solución definitiva en la industria. Resúmenes como el de Bayometric —una empresa que fabrica soluciones biométricas— planteaba algunos de los pros y contras de estas dos grandes alternativas en una tabla que hemos adaptado:

Lector de huella

Reconocimiento facial

Intrusivo, más voluntario

No intrusivo, más involuntario

Se requiere el consentimiento del usuario

Puede no requerirse el consentimiento del usuario

Alta diferenciabilidad, las huellas no se repiten ni siquiera en gemelos.

Baja diferenciabilidad, las características faciales se pueden repetir en varias personas.

Muy preciso

Preciso

El sujeto no se puede identificar salvo a corta distancia

El sujeto se puede identificar a distancia

Estable y permanente, la edad afecta muy poco

Menos estable y permanente, afectada por edad u otros elementos (gafas, pelo facial, etc)

Es cierto que la tecnología Face ID de Apple lleva el reconocimiento facial a un ámbito mucho más ambicioso a la hora de aportar seguridad, y eso hace que desde luego quienes la usan hayan quedado convencidos por ese equilibrio entre seguridad y comodidad que aporta en los iPhone. La pregunta, claro, es ¿si pudiérais elegir, qué usáis y qué preferiríais usar en vuestro portátil o vuestro smartphone?

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