Ser el pionero de la triple cámara trasera en la gama alta pasó en cierto modo a la sombra cuando se ha convertido en una de las tendencias de 2018 incluso en la gama media, por eso había que actualizarse y renovarse con mayor notoriedad. Y eso es lo nos ha parecido que está dispuesto a demostrar el nuevo buque insignia de Huawei tras haber tenido una primera toma de contacto con el Huawei P30 Pro.
Como hemos visto en la presentación, el tope de gama ahora se diferencia de su hermano inmediatamente menor, el Huawei P30, al incorporar cuatro cámaras traseras, integrando una de ellas un sensor TOF (Time of Flight). Con diseño familiar, nuevos colores y la pertinente actualización de componentes, el Huawei P30 Pro vuelve a defender la posesión de un apellido que lo coloca en lo más alto del podium de la casa, os contamos nuestras primeras impresiones sobre él.
Primeras impresiones del Huawei P30 Pro en vídeo
Un terminal que reconoceríamos a leguas
La marca ha insistido bastante en lo que considera los dos principales pilares del Huawei P30 Pro, o lo que parecen haber sido las principales líneas de innovación con respecto a los precedentes: el diseño y la fotografía. Pero con respecto a lo primero nos hemos encontrado líneas, acabados y materiales familiares.
Esto per se no es negativo ni mucho menos; los P30 son móviles muy bien construidos, atractivos y mantienen la misma sensación de robustez que ya nos dio el Huawei P20 Pro y el resto de móviles de primera línea de la marca en 2018. Pero cierto es que pese a los cambios que hemos visto en el frontal y alguna variación en la trasera, nos ha recordado bastante a lo anterior en mano.
Cambios como la doble curvatura en trasera y delantera del P30 Pro, rasgo que lo va a diferenciar del diseño plano que dibuja el P30 en su parte frontal, o una muesca que pasa a ocupar lo mínimo y a dibujar una “U” a diferencia de ese ya discreto notch que veíamos en los frontales de los P20. De este modo, se ha renunciado a un sistema de reconocimiento facial avanzado y de momento no optando por esa pantalla agujereada que sí que ha integrado el Huawei Nova 4.
Esto favorece que la sensación de “todo” pantalla sea bastante mayor a la que nos daba un frontal con el sensor de huellas capacitivo insertado en un borde que resaltaba demasiado frente a las propuestas de otros rivales con mejor porcentaje de aprovechamiento del frontal. Ahora los P30 por fin han cumplido mínimos en lo referente a un frontal con una única protagonista, la pantalla, y les ha sentado bastante bien.
Eso sí, a falta de ver qué tal funciona el lector de huellas, que ahora está integrado en pantalla como vimos en el Huawei Mate 20 Pro (aunque según nos han indicado es un nuevo sensor óptico, distinto a aquel). En la trasera vemos la protuberancia, tan familiar y poco discreta como la de los P20 (y nos alegramos de que no hayan heredado “el dado” del Mate 20 Pro), pero al final son terminales cómodos, sobre todo un P30 que por tener un tamaño más contenido cae muy bien en mano.
De hecho, algo que nos ha llamado la atención en un primer momento es que el P30 Pro da la sensación de no haber aumentado en exceso el volumen con respecto a su predecesor pese a tener una mayor diagonal y una batería con más capacidad (ligeramente en ambos casos), así que a falta de conocer dimensiones consideramos que ha habido un buen trabajo en cuanto a compactación. Eso sí, pesa lo suyo, probablemente esté sobre los 200 gramos.
Los números marcan la diferencia en RAM y en fotografía
Se dijo, se comentó se rumoreó que habría otro rasgo distintivo entre el hermano estándar y el Pro, pero finalmente el rumor se ha desvanecido ya que ambos móviles integran el Kirin 980 y su doble NPU. Nada de un adelantado Kirin 990 con el módem 5G Balong 5000 para el P30 Pro, que no será el abanderado de esta red junto a su flexible hermano el Huawei Mate X, sino que mantiene el mismo cerebro que el P30.
La diferencia puede estar en la RAM, ya que son 6 y 8 GB para cada uno de ellos. Aunque a priori, en lo que es despliegue de la multitarea, apertura de apps no demasiado exigentes y lo poco que hemos podido hacer con los terminales de demostración no había diferencia en cómo se movía EMUI.
EMUI, por cierto, está en su versión 9 sobre Android 9 Pie en ambos casos. La capa no muestra a priori mejoras o novedades aparentes con respecto a lo que hemos visto en los últimos móviles que hemos probado y que la integran. Es bastante parecida a la capa del HONOR View20, pese a que ésta reciba el nombre de Magic, incluyendo las limitaciones de tiempo de uso y las particularidades que ya vimos en su momento.
Algo que sí cambia, un poco a la fuerza, es la app de cámara. Hay novedades en los sensores y en las lentes y la app es el timón para poder aprovecharlas todas, y de este modo hemos visto algún cambio que ligeramente hemos podido probar.
A modo de recordatorio, tenemos zoom óptico y ultra gran angular en ambos terminales, pero cambian los aumentos y también la adición de un cuarto sensor para el P30 Pro, el TOF. No obstante, la app es la misma para los dos ya que la ejecución de estas funciones en la práctica por parte del usuario es la misma y la acción del TOF se nota en ciertos modos, así como en funciones de realidad aumentada.
De hecho, en principio hay algo más de distanciamiento en los modos de desenfoque entre un hermano y otro gracias a que en el Pro el software comparte ahora más esfuerzo con el hardware. El TOF parece proporcionar un mejor desempeño gracias a un mejor análisis de la profundidad, aplicando un desenfoque aparentemente más gradual y natural que el que vemos en el P30.
En ambos casos hay un modo retrato sólo para personas, que requiere que seleccionemos un efecto para que se aplique el desenfoque, y un modo apertura que ya incluye de manera tradicional Huawei. La AI ahora es un botón, como lo era ya en los HONOR y su aplicación es mucho más cómoda (y aparentemente efectiva), mientras que el HDR sigue estando como opción en la pestaña “Más”, algo muy poco práctico, y exclusivo además del disparo automático dejando el Pro fuera de la mejora del rango dinámico que ofrece.
Habrá que probar estas cámaras bien y en exteriores, sobre todo esas promesas de un HDR más elaborado y una actuación de la AI algo más entrenada, que podría no quedarse en un aumento de la saturación por defecto siendo una asistencia real al usuario. Lo que nos demostraron es que el modo noche sigue siendo algo bastante impresionante, sacando luz de donde no la hay sin incrementar la ISO y haciéndonos olvidar el trípode.
Buen sabor de boca a la espera de poder catarlos mejor
Es complicado que la línea de alta gama de Huawei no dé una buena sensación cuando el diseño, más allá de los mensajes de marketing, trasciende como algo prioritario. Lo hace con unos acabados de calidad y un patente esfuerzo en mantener una línea propia sin dejar de satisfacer tendencias como los colores, la invasión de cámaras traseras o el protagonismo de la pantalla.
Siendo la fotografía una de las principales actualizaciones nos quedamos con muchas ganas de probarla bien, a fondo, en distintos escenarios y todos esos modos con los que Huawei sigue atiborrando una app que mantiene estilo propio (para bien y para mal). También una batería que ha aumentado y que nos gustó mucho en el Mate. Pero todo esto, junto al rendimiento, el audio y todo lo que no nos permite poner a prueba el ambiente y el tiempo de una toma de contacto tendrá que esperar a la oportunidad de analizarlos en profundidad.
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