Su apellido hace que nazca ya con el apodo de "compañero", de alternativa a un primer tope de gama que introduce las novedades de la casa y que inaugura el catálogo de Huawei como plato fuerte. Pero la realidad es que esta gama nació con una esencia propia que quizás este año se ha recuperado un poco, y lo hemos visto en el análisis del Huawei Mate 20 Pro.
Una vez más el cambio más llamativo a nivel externo se asienta en la fotografía; tras un Huawei P20 Pro con triple cámara trasera y un zoom superior, el Mate 20 Pro repite triplete pero con un diseño distinto, como lo es su aplicación. Gran pantalla, gran volumen y gran batería para uno de los últimos topes de gama de Huawei que estrena cerebro y mantiene a Leica en sus genes ópticos, os contamos qué tal con él.
Ficha técnica del Huawei Mate 20 Pro
Huawei Mate 20 Pro | |
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Pantalla | AMOLED de 6,3 pulgadas 19,5:9 con resolución 1.440 x 3.120 píxeles (539 ppp) |
Procesador | Kirin 980 7 nanómetros2 x Cortex A76 2,6 GHz + 2 x Cortex A76 1,92 GHz + 4 x Cortex A55 1,8 GHz |
GPU | Mali-G76 |
Memoria RAM | 6 / 8 GB |
Almacenamiento interno | 128 GB (ampliables mediante tarjeta NM Card) |
Cámara trasera | Óptica Leica Vario-Summilux Cámara principal (angular): sensor RGB de 40 megapíxeles y apertura f/1.8 Cámara gran angular: sensor de 20 megapíxeles y apertura f/2.2 Cámara teleobjetivo: sensor de 8 megapíxeles y apertura f/2.4 |
Cámara frontal | Óptica Leica Vario-SummiluxSensor de 24 Megapíxeles con apertura f/2.0 |
Batería | 4.200 mAh, con carga rápida,carga inalámbrica y soporte de carga inalámbrica inversa |
Conectividad | LTE Cat21, Wifi ac, NFC. BT 5.0, USB tipo-C y modo desktop |
Software | Android 9 + EMUI 9.0 |
Otros | IP68, lector de huellas en pantalla, 3D Face ID |
Dimensiones y peso | 157,8 x 72,3 x 8,6 milímetros, 190 gramos |
Precio | Desde 1.049 euros (a partir de la próxima semana) |
Diseño: porque tres cámaras dan tanto juego como un dado (y les ha salido un cuatro)
La duda parece siempre la misma (y quizás lo sea): ¿renovamos y tratamos de actualizar al máximo o mantenemos e intentamos diferenciarnos manteniendo la esencia? No hay una respuesta correcta, hay muchas y éstas suelen bailar alrededor del término medio entre un punto y otro.
¿Dónde se encuentra el Mate 20 Pro en esta aparente disyuntiva? Más cerca de lo primero, ahora ahondaremos en por qué, pero sin soltar las que parecen las riendas que llevan la estética y acabados de los móviles actuales de Huawei.
Vemos que se mantiene el adiós al metal en la trasera que ya vimos en el Huawei Mate 10 y a las bandas, y también cualquiera de las opciones que se han tomado anteriormente para integrar la cámara trasera múltiple desde que ésta imperó al menos en la alta gama. Nada de la tira central que vimos en el Mate 10, nada de la vertical a una esquina como el P20 Pro, nada de la horizontal del Samsung Galaxy Note 9: las cámaras y el flash son el cuatro de un dado tradicional en plena espalda del Mate 20, porque por qué no.
De la aplicación de las lentes hablaremos posteriormente en el apartado de cámara, pero podemos comentar ya algo aquí: que sobresalga es lo de menos (aquí es más joroba que en otros terminales por ubicación, pero no por milímetros), lo peor es que quizás tengamos que acostumbrar a nuestras manos para no tapar accidentalmente ninguna de las cámaras (sobre todo la principal de 40 megapíxeles, que queda junto al flash). Salvando este detalle, el agarre es cómodo pese a tener esquinas ligeramente en punta, una de las diferencias en el diseño con su primo hermano (de tamaño también considerable) el Huawei P20 Pro.
A lo que dicen adiós (por fin) es a un botón frontal, que dejaba a los buques insignia de Huawei en un plano casi de obsolescencia si hablamos de la estética de los frontales en 2017. Teníamos unos Galaxy S8 o un LG V30 con unos frontales despejadísimos, e incluso un iPhone X cuya eliminación del Home tenía aún quizás más impacto, pero el marco inferior de los Huawei no permitía alcanzar los porcentajes de aprovechamiento del frontal de sus rivales coetáneos en parte por mantener ese botón físico ahí.
Con el cambio queda un marco inferior de unos 5,59 milímetros, más ancho que el superior sin muesca (2,44 milímetros) y que el lateral (3,2 milímetros). Vemos pues que tampoco hay una simetría vertical ocultemos o no el notch (que mide 7,48 milímetros de ancho, el cual como ya veremos EMUI sigue dando la opción de disimular), y que los del club del TOC tendremos que vivir con la ausencia de uniformidad entre los marcos, pero aún así se trata de un frontal despejado, que transmite la sensación de "casi todo pantalla" y que sí preserva una simetría en cuanto a la curvatura de bordes de las partes trasera y frontal.
Así, no hay cabida para el ángulo recto en el Mate 20 Pro, ni tampoco para el acabado mate. Esquinas redondeadas en pantalla y estructura, con un marco metálico en acabado cromado que rodea al teléfono y juega en sintonía con la trasera y el frontal para dibujar esas curvas estilo Galaxy (que se merecen esta referencia al ponerlo de moda con el Samsung Galaxy S6 Edge en 2015), y una trasera de cristal que lo refleja todo y lo atrapa todo, sobre todo la grasilla de los dedos y sus huellas (amantes de la pulcritud, haced de la gamuza vuestra mejor amiga si adquirís este terminal).
Más que el tamaño, que es grande, lo que más notaremos a la larga en mano es el peso, esos 190 gramos. No supera en este aspecto a campeones como el Sony Xperia XZ2 (con 198 gramos), el iPhone XS Max (con 208 gramos) o el Note 9 (con 201 gramos), pero se queda cerca y sin llegar tampoco a cansar. Eso sí, buen trabajo de compactación teniendo en cuenta la diagonal de pantalla y el volumen (siendo algo menos ancho que el P20 Pro y menos voluminoso), aunque ahí le gana la partida el nuevo vástago de Google, el Pixel 3 XL, salvo por un "pequeño" detalle: el Mate 20 Pro integra una batería de 4.200 miliamperios/hora, una pieza cuyo tamaño será probablemente mayor que la del Pixel y la de otros y que el Mate incluye sin abusar del grosor.
Pantalla (pulgadas) | Altura | Anchura | Grosor | Peso | Batería | Superficie | Volumen | |
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Huawei Mate 20 | 6,3 | 156,2 | 72,5 | 8,8 | 190 | 4.200 | 114,41 | 100,68 |
Samsung Galaxy Note 9 | 6,4 | 161,9 | 76,4 | 8,8 | 201 | 4.000 | 123,69 | 108,9 |
Huawei P20 Pro | 6,1 | 155 | 78 | 8,2 | 190 | 4.000 | 114,55 | 89,34 |
iPhone XS Max | 157,5 | 77,4 | 7,7 | 6,5 | 208 | 3.174 | 121,91 | 93,87 |
Pixel 3 XL | 6,3 | 158 | 76,7 | 7,9 | 184 | 3.430 | 121,19 | 95,74 |
HTC U12+ | 6 | 156,6 | 73,9 | 8,7 | 188 | 3.420 | 115,72 | 112,26 |
Xiaomi Mi MIX 2S | 5,99 | 150,8 | 74,9 | 8,1 | 191 | 3.400 | 113,02 | 91,54 |
Sony Xperia XZ3 | 6,1 | 158 | 73 | 9,9 | 193 | 3.300 | 115,34 | 115,19 |
OnePlus 6 | 6,28 | 155,7 | 75,4 | 7,75 | 177 | 3.300 | 117,4 | 90,98 |
OPPO Find X | 6,42 | 156,7 | 74,2 | 8,4 | 186 | 3.730 | 116,2 | 97,67 |
Xiaomi Mi 8 | 6,21 | 154,9 | 74,8 | 7,6 | 172 | 3.300 | 115,87 | 88,06 |
LG G7 ThinQ | 6,1 | 153,2 | 71,9 | 7,9 | 162 | 3.000 | 110,15 | 87,01 |
Hablaremos en detalle de la lectura de huellas en el apartado de software, pero este paso de la industria (que ya vimos por primera vez con Vivo) es un buen empujón a seguir el camino hacia la pantalla infinita sin invadir la trasera y mantener, hasta cierto grado, la comodidad. Una manera de no renunciar a un sistema que aún es el preferido por una parte de los usuarios (y que además permite el uso de un sólo móvil entre varias personas, ya que habitualmente no pueden añadirse más de un rostro), y una ventaja a nivel estético como hemos comentado.
Con esto y todo lo que hemos comentado nos queda un terminal elegante, grande, sobrio y muy bien acabado, logrando dar la sensación de continuidad entre las distintas partes. Y con una joroba que no es gruesa, pero quizás pueda no gustar al ser menos discreta que otras configuraciones como la de tipo semáforo del P20 Pro (aunque ésta sobresalía más).
Pantalla: muesca y resolución a elección del consumidor
Huawei, como OnePlus entre otras, no se subía por el momento al carro del QHD o el 4K (que de momento es un estandarte que sólo Sony puede alzar). De este modo, el apellido Pro implica entre otras cosas un salto en resolución a diferencia de lo que vimos en el P20 Pro, y el nuevo Mate integra una pantalla de 6,3 pulgadas con una resolución de 1.440 x 3.210 píxeles.
Con esto queda un nivel de nitidez más que suficiente, de hecho quedándonos en FHD+ (1.080 x 2.340 píxeles) ya lo tenemos si no somos tan exigentes. Aquí el software de la casa puede ser un aliado, ya que podemos dejar una resolución u otra u optar por el modo inteligente, de modo que irá variando para intentar mejorar la autonomía tirando de resoluciones menores (tirando casi siempre del FDH+, por lo que hemos ido viendo).
Bien a nivel de contraste y de brillo máximo, sin tener el dato en nits hemos tenido una buena experiencia cuando las condiciones de luz exigen la máxima emisión. También queda bien en cuanto a ángulos de visión, sin percibirse pérdidas de nitidez o problemas de visualización si inclinamos algo más el plano con respecto a nuestra mirada (veremos los típicos reflejos AMOLED, pero nada dramático). Lo que sí se ve es un ligero sombreados por la curvatura en los bordes, sin llegar al grado del verde que veíamos en el Nokia 8 Sirocco, pero notándose como no ocurre por ejemplo en el Samsung Galaxy S9+.
Hablando del brillo y de las opciones para mejorar la autonomía, el ajuste de brillo automático siempre ayuda al reducirlo cuando estamos en un entorno de luz baja. Aunque a éste le hace falta alguna pequeña corrección para que no se pase, ya que en alguna ocasión queda algo bajo y hemos de subirlo manualmente un poco para mejorar la experiencia.
Un panel de tamaño grande, como hemos visto en la tabla de antes del calibre de móviles como el OPPO Find X (con 6,4 pulgadas) o el iPhone XS Max (6,5 pulgadas), aunque manteniendo el tamaño considerablemente. Con muesca para la cámara frontal y los sensores, más ancha que sus colegas los P20 (unos 32 milímetros) pero con esa opción que ya hemos mencionado de poder ocultarla si no es de nuestro agrado.
Hilando con esto, EMUI es de las capas que más opciones da para que ajustemos el panel a nuestro gusto dentro de lo posible. La pantalla viene fría de fábrica, pero se equilibra algo más activando la opción de Tono natural que vemos dentro del ajuste de Color y Modo de lectura.
Y si no queda aún a nuestro gusto podemos dar otro matiz a los blancos en el apartado de Temperatura y modo de color, que viene ya en modo Vívido de fábrica (más saturación). En nuestro caso hemos estado más cómodos con el Tono natural y el modo Vívido activado, ajustando la temperatura manualmente algo más hacia los tonos cálidos en el gradiente de colores.
Bien a nivel de sensibilidad táctil y nada de toques accidentales, aunque ya veremos algunas salvedades cuando hablemos de la app de cámara o de la lectura de huellas. La navegación puede ser con los botones tradicionales, con un dock o bien por gestos, al estilo de los que ya habíamos visto en anteriores smartphones de la compañía, los cuales funcionan bastante bien aunque la multitarea se hace algo de rogar.
Las opciones para la pantalla bloqueada son algo distintas en este caso. Tenemos los accesos directos que también se habían incluido con anterioridad, pero no una pantalla ambiente como tal: sólo la opción de que el reloj y otros elementos queden permanentemente encendidos, a lo Samsung Experience. Sí podemos activar el despertar pantalla al levantar, lo cual es muy cómodo de cara al desbloqueo para el reconocimiento facial, y podemos dar un toque o mover la pantalla para que se nos marque el área de lectura de la huella (sólo desbloqueará si la colocamos ahí).
Rendimiento: lo nuevo de Huawei nos sigue "malacostumbrando"
Si hay un reclamo importante de los Mate por antonomasia es el nuevo procesador de la casa. Así, tras la IFA 2018 y la presentación del nuevo Kirin 980, lo hemos podido ver trabajar a fondo en este nuevo Mate 20 Pro, en este caso junto a los 6 GB de RAM del modelo que hemos probado.
La experiencia es muy buena con estos componentes y todo lo que interfiere, teniendo siempre fluidez y sin experimentar problemas de apertura o ejecución de apps. Sí hay algo de parón al minimizar algunas apps, pero ni siquiera con las más exigentes hay problemas notables de desempeño, manteniéndose esto en la pantalla dividida y la multitarea aunque tratemos de abrir a la vez las más pesadas.
Bien en la carga de la app de cámara, juegos como el 'PUBG' o el 'Asphalt 8' y apps que suelen tener una apertura y carga pesada como Spotify o Slack. En el 'PUBG' nos detectó al principio un hardware de rendimiento gráfico bajo, pero posteriormente pudimos ajustar y poner el máximo (no se trata de una gráfica de menor nivel y ha podido con todo lo que hemos probado).
Con respecto a los puntos de más exigencia, la consecuencia que solemos notar es un aumento de la temperatura que se transmite a las partes externas. En el caso del Mate 20 Pro hemos de recalcar que apenas notamos ese aumento, y que por tanto hay un muy buen trabajo en la disipación (sin que sepamos de ninguna mejora destacada o nueva a nivel de hardware, como algún sistema de refrigeración líquida).
¿Y qué ocurre si tiramos de la máxima resolución? Que veremos mejor el contenido, pero no notaremos ninguna ralentización. Habrá un mayor consumo energético (y ojo al activarlo, que tal y como nos avisa puede cerrar algunas apps), pero no hay ningún arrastre ni parón en carga o ejecución de software.
Para quienes os guiáis por los benchmarks, os ponemos los resultados del Huawei Mate 20 Pro junto con los de algunos de sus rivales de configuración similar. El Kirin 980 no se alza con la corona de laureles, no al menos con los 6 GB de RAM, pero tampoco queda nada mal en estas pruebas.
Huawei Mate 20 | OPPO Find X | iPhone XS | Samsung Galaxy Note 9 | Xioami Mi 8 | Samsung Galaxy S9+ | LG G7 ThinQ | Huawei P20 Pro | OnePlus 6 | Xioami Mi MIX 2S | ||
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Procesador | Kirin 980 | Snapdragon 845 | Apple A12 Bionic | Exynos 9810 | Snapdragon 845 | Exynos 9810 | Snapdragon 845 | Kirin 970 | Snapdragon 845 | Snapdragon 845 | Apple A11 Bionic |
RAM | 6 GB | 8 GB | 4 GB | 6 GB | 6 GB | 6 GB | 4 GB | 6 GB | 8 GB | 8 GB | |
Antutu | 270.728 | 282.324 | 313.341 | 237.723 | 268.966 | 253.740 | 231.526 | 213.000 | 261.382 | 258.860 | |
Geekbench 4 (single/multi) | 3.328 / 9.735 | 3.308 / 7.915 | 4.803 / 11.178 | 3.767 / 9.032 | 2.413 / 9.075 | 3.781 / 8.942 | 2.366 / 8.581 | 1.609 / 6.816 | 2.465 / 7.744 | 2.445 / 8.405 | |
PCMark Work | 7.618 | 9.803 | - | 5.174 | 7.834 | 5.067 | 8.131 | 7.185 | 8.088 | 8.247 | |
3DMark (Ice Storm Unlimited) | 37.416 | 63.702 | - | 42.558 | 57.365 | 36.685 | - | 30.168 | 50.961 | - |
Software: haciéndonos olvidar Android Pie con estilo propio y opciones para (casi) todo
Huawei siempre ha confiado en Android como sistema operativo, pero parte de la esencia de la marca es disponer de su propio software, el cual es invasivo históricamente a nivel de estética y también añadiendo un plus de funciones al sistema de Google. Con el Mate 20 Pro tenemos Android 9 Pie engalanada de EMUI 9.0. Nuevo Android, nueva EMUI y nuevo motor: ¿nueva experiencia?
Comenzando por los ajustes, aquí tenemos ya alguno de estos añadidos con dos apartados para las opciones de la pantalla (como vimos en Colour OS también, de OPPO), una sección para algunas de las funciones “inteligentes” o el Balance digital, que muestra las estadísticas de uso dando una información similar a la que vimos en iOS 12 con el iPhone XS. Son bastante intuitivos y hay alguna opción algo más escondida, como la activación/desactivación del notch, pero son bastante completos teniendo en cuenta lo que ofrece Android en su versión stock.
Vamos a tener duplicidad de apps con las que Huawei añade a las que Google obliga a preinstalar a los fabricantes. Podremos desinstalar las de terceros (que hay pocas, pero haberlas, haylas, como Facebook y Booking), pero no las propias, ni siquiera la tienda propia de Huawei.
Más allá de esto, que depende más del gusto y costumbres de cada usuario, lo que se agradecen son esas opciones extra para configurar pantalla o conocer mejor el consumo a nivel de uso o de autonomía. Podría haber más opciones de personalización con respecto a la pantalla de bloqueo o añadir alguna funcionalidad a los lados de la muesca (como hay en iOS, desplegándose un elemento u otro según de qué lado tiremos), pero al menos dispone la posibilidad de elegir cómo organizar las apps (si con cajón o escritorio) o las opciones de navegación que ya hemos comentado en el apartado de pantalla.
Desbloqueo facial y lectura de huella integrada en pantalla
Una de las principales novedades con respecto a sus antecesores es la integración del lector de huellas en la pantalla, cuando en la actualidad son más bien pocos los que optan por esto. Por el momento (y como ya hemos comentado) sólo es posible que la lectura se realice en un área concreta de la pantalla, no en cualquier punto, pero al menos ya es una manera de prescindir de un lector físico más (y por tanto disponer de ese espacio para pantalla o para liberar la trasera).
El registro de la huella es muy parecido al que se da con los lectores físicos independientes: se requiere que la huella se pose por completo, tanto en su parte más central como en los bordes, teniendo que ladear el dedo. Lo que cambia es la exigencia del lector, dado que tendremos que colocarla muy bien y sin ángulos, ya que de otro modo no se hará una lectura efectiva.
Esto hace que el proceso sea algo más lento que con un sensor físico externo, también por el hecho de que tenga que activarse el área sensible y que en ocasiones nos cueste pelear un poco para lograr que se active la lectura. Una vez detecta la huella se enciende en su totalidad y se desbloquea la pantalla, dando otras opciones si no detecta la huella como válida.
De ahí que el desbloqueo por reconocimiento facial sea la opción más rápida, dado que se activa al levantar el terminal (si queremos) y podemos activar la exigencia de mirar a cámara para que sea algo más seguro y restrictivo. Funciona muy bien en multitud de condiciones, incluso en baja luz y en completa oscuridad aún cuando añadimos gafas de vista.
De hecho, se trata de un sistema avanzado como el Face ID y los de OPPO y Xiaomi, que van más allá de la cámara frontal. En este caso Huawei ha implementado un sistema de proyección de puntos, un sensor de profundidad, una cámara de infrarrojos y un sensor RGB en lo que ha bautizado como 3D Face ID.
Todo esto permite lo que hemos comentado: la identificación es efectiva incluso sin luz, con rapidez y con una mayor exigencia si le pedimos que nos obligue a dirigir la mirada. Teniendo el sistema de lectura de huellas y éste activados, ambos estarán en marcha una vez se active la pantalla al levantar el móvil, de modo que uno no interfiere con el otro. Aquí chapeau, Huawei, la rapidez, opciones y comodidad con su sistema son de agradecer.
Cámaras: otro teléfono para amantes del zoom
Parece que lo de doble cámara vaya quedando antiguo cuando en estos momentos vivimos cierta batalla por llenar la parte trasera de cámaras. A la espera de lo que Nokia pueda aportar aquí en un futuro, están las tres cámaras que Huawei ha montado también en este Mate 20 Pro, de nuevo centrándose en proporcionar un zoom diferencial y en ampliar el ángulo.
Lo que tenemos en la parte trasera son tres sensores de 40, 20 y 8 megapíxeles, con aperturas de f/1.8, f/2.2 y f/2.4 respectivamente. La combinación ya deja atrás un monocromo que caracterizaba esa apuesta primigenia de Huawei con la doble cámara y se centra en los grandes encuadres y ese zoom que nos intentó conquistar ya en el P20 Pro: aquí tenemos un teleobjetivo y un ultra gran angular, además del angular estándar.
Por su parte, la cámara frontal integra un sensor de 24 megapíxeles con apertura f/2.0, también con modo retrato. El Mate 20 Pro puede grabar en un máximo de 4K, en cámara lenta a 960 frames por segundo (a un máximo de 1.080 x 720 píxeles) e incorpora el modo noche con estabilización por inteligencia artificial, la cual también tendrá su papel en la identificación de escenas y objetos (y consecuente ajuste del disparo) en la fotografía automática.
Antes de ver cómo resulta todo esto, no vamos a fallar a la costumbre y nos vamos a pasear por la app. Tenemos aplicación propia, muy distinta a la que ofrece Android en su versión sin modificar y con pocos cambios con respecto a lo que vimos en los análisis de los P20, veamos.
App de cámara
La navegación, estética y orden de la app de cámara siguen teniendo un fuerte componente EMUI en su genética. Tenemos las pestañas que vimos en la última revisión, por las cuales se navega por swipes o por taps y que no podremos personalizar (como sí es posible en Samsung Experience). Algunos de los modos no están activos para la cámara frontal, como el modo Apertura, el Profesional o el modo Noche, y el HDR sigue siendo un añadido en la pestaña “Más” como otros modos quizás menos recurridos como la panorámica 3D o el subacuático.
Esto es algo incómodo, como también el tener activa o no la detección de escenas por AI. Para esto tendremos que ir cada vez a los ajustes, los cuales variarán según qué resolución activemos (y ojo porque no todas las funciones actúan con todas las resoluciones), y quizás lo mejor sería añadir un acceso rápido en la interfaz como se hizo en MIUI.
Hay un par de incongruencias que también arrastran aún los cromosomas de EMUI en este nuevo terminal. Permanece el fallo de previsualizar el cambio de velocidad de obturación si bajamos de 1/15 segundos (y acertar la exposición es bastante a suertes si recurrimos al manual para tratar de tirar con larga exposición) y el modo retrato sólo se activa si añadimos algún efecto de iluminación, los cuales como veremos ahora no suelen dar un buen resultado.
La experiencia podría mejorar bastante si estos aspectos fuesen más cómodos y se corrigiesen los fallos, el que ya llevamos mucho tiempo viendo y el que nos hemos encontrado esta vez: que en ocasiones el obturador no responde al tap (no es fallo de la pantalla). No vendría mal tampoco alguna advertencia cuando por activar algún modo la resolución cambia (por usar otra cámara).
Cámaras traseras
Con las cámaras traseras del Huawei Mate 20 Pro tenemos una buena noticia, una no tanto, una grata sorpresa y algo que, como imaginábamos, no nos iba a sorprender. Vamos a ello.
En general tenemos tomas aceptables, con un procesado bastante agresivo que nos recuerda a resultados de móviles Huawei anteriores y que no siempre es un ayuda. Solemos encontrar colores algo más saturados que los reales, si bien esto no siempre es contraproducente, aunque lo peor es el excesivo lavado que tienen los planos secundarios y fondos.
Aquí es una ayuda el HDR, que además de salvarnos ciertos cielos hará que se recupere algo de detalle sin ser excesivo ni exagerar contornos. No siempre logrará corregir todo lo que el disparo simple del modo automático o manual no consigue y a veces se pasará eliminando sombras o bordes, pero es un buen aliado en contraluces, recuperando cielos y superficies que de otro modo quedarían demasiado ensombrecidas.
La buena noticia es la opción de disparar a 0,6x, con lo que obtenemos tomas en ese súper gran angular sin tener que recurrir a la herramienta de panorámicas. Da buen resultado pese a quedarse en 10 megapíxeles y a experimentar cierta variación en la temperatura, el color y el balance de blancos al pasar de 1x a 0,6x, pero esto a veces es para bien obteniendo tomas más realistas a estos niveles.
A esto se suma el zoom óptico 3x, que permite acercar objetos con mayor detalle que un zoom digital. De hecho, con buena luz los recortes a 5x (zoom digital) tampoco están nada mal.
La no tan buena es que echamos en falta bastante detalle en general, como ya hemos comentado, al menos para competir con sus rivales. Si no ampliamos no se percibe, pero basta con pellizcar un poco para verla sobre todo si se trata de una sombra o de luces medias.
Es un problema en la fotografía nocturna, aunque no mayor del esperado en este contexto. Además, Huawei se centró en que el usuario aquí tuviese bastantes alternativas, y podemos tirar del modo Noche y su estabilización “mágica” (lo sigue siendo teniendo en cuenta que no usamos trípode), el modo manual para intentar reducir ruido o jugar con ciertos efectos, o bien un HDR que jugará a nuestro favor sacando más detalle que el automático en algunas ocasiones.
Las macro son un terreno más cómodo para la fotografía móvil y aquí no hay ninguna excepción. De hecho, la sorpresa es que los disparos son muy buenos ya con el modo automático sin necesidad de recurrir a ninguna otra herramienta, casi ni siquiera el manual para asegurarnos la máxima profundidad de campo con la mínima distancia de enfoque.
Lo que no nos sorprende de nuevo es la identificación de escenas y objetos por la inteligencia artificial, o mejor dicho lo que hace el software con ello. Habitualmente añade más saturación, no varía ningún otro parámetro, aunque sí es cierto que ante ciertos encuadres nos sugiere si preferimos un angular u otro y que suele detectar bien que se trata de una macro para activar el nuevo modo Supermacro.
Éste tampoco es un gran aporte en la práctica. El resultado suele ser muy similar al que obtenemos sin activar la identificación de escenas por AI, con la adición de algo más de saturación y un refuerzo del enfoque automático (dirigiéndolo para asegurar el máximo desenfoque).
Hay algo de especialización en los modos de desenfoque forzado de la app de Huawei, quizás buscando encauzar al usuario en el uso más correcto de estas funciones y/o de lo que las lentes pueden proporcionar. El modo retrato ya no funciona si no detecta personas, quedando el modo de apertura para todo lo demás.
Esto es distinto con respecto a lo previo, pero tampoco vemos una evolución clara en el desempeño. Se han añadido efectos de luz y de desenfoque, al estilo de lo que vimos en el OnePlus 6 y su bokeh a corazones, pero éstos son erráticos y aunque no los activemos el resultado no es natural, con suavizado en el primer plano e incluso deformidades.
El modo apertura es algo más estable, y aunque no veamos una evolución clara con respecto a lo anterior es más versátil que el modo retrato y no discrimina según objetos. Actúa además también de noche, con un resultado de calidad inferior a cuando lo activamos con buena luz, pero sin dar un mal resultado.
Cámara frontal
La carrera por las máximas cámaras posibles no parece afectar a la parte subjetiva, salvo por HTC, ASUS y algún otro fabricante que ha optado por poner dos lentes también en esta cara. Huawei mantiene la cámara delantera solitaria, con HDR con AI y el modo retrato y sus efectos de desenfoque.
No da un mal resultado, si damos con la iluminación adecuada obtenemos fotografías realistas y equilibradas, pero quizás aquí falte algo más de trabajo en afinar el procesado porque al final el resultado queda algo por debajo de las expectativas por lo irregular. No tenemos una buena medida de la luz cuando ésta abunda aunque no sea directa, con resultados algo sobreexpuestos con luz abundante y una falta de detalle acusada para tratarse de la frontal de un teléfono de alta gama.
El modo retrato tiene altibajos y el resultado es bastante variable, aunque con buena luz y contraste sobre el fondo el recorte no suele salir mal. Lo hace si recurrimos a los efectos de luz, así que mejor conformarnos con el fondo y las luces que ya nos proporciona el entorno.
El HDR es casi imperceptible cuando no hay un cielo que salvar. El rostro queda igual se active o no, con lo positivo de que no hay un sombreado dramático que a veces vemos con el disparo múltiple en la cámara frontal.
Por supuesto, tenemos modo belleza, que podremos activar dentro el modo retrato. Podemos ajustar suavidad, delgadez y tono de piel.
Y bueno, está la función AR Lenses que vienen a ser los Animojis, AR Emojis, Memojis o cualquier otra denominación según Huawei. Probablemente tire de la maquinaria que permite el reconocimiento para que el animal imite nuestros gestos y vocalizaciones, pero es bastante poco sensible.
Vídeo
Las principales novedades en la fotografía del Mate 20 Pro (que no todas) son propias de la óptica, por lo que también podemos sacar partido de ellas en el vídeo. Así, saltar de un zoom a otro es sencillo también en cuanto nos ponemos a grabar, sea con la resolución que sea.
Con 4K tendremos el mayor grado de detalle, en este caso sin renunciar a la estabilización. No llega a ser lo suave y efectiva que en otros casos, como en los iPhone, pero sí salva bastante el tambaleo y temblores que suele haber al andar o cambiar de plano.
El botón de zoom directo se agradece, aunque sí que es cierto que experimentaremos algo de deformación al pasar de uno a otro (dentro de lo normal por lo rápido del paso). Lo que también vemos (y que ocurría en fotografía) es ese titubeo con la saturación y el balance de blancos, sobre todo al pasar a súper gran angular.
En 1080p el detalle es menor pero la calidad no experimenta un salto a la baja, manteniéndose y dando buen resultado. Algo que se mantiene de noche, donde evidentemente sí se reduce por las condiciones pero no quedan piezas demasiado ruidosas o con acuarelas, aquí defiende bien el Mate 20 pro en ambas resoluciones.
La captura de sonido también es correcta siempre, sin carraspeos o distorsiones aunque nos movamos con rápidez. Quizás podría mejorar la interfaz facilitando el cambio de resolución, aportando información sobre la estabilización, o bien con accesos rápidos a modos como cámara rápida o lenta, pero tampoco es una carencia como tal.
La cámara lenta, por cierto, puede realizarse como hemos dicho a 960 fps (HD). Nos saldrán tomas de 11 segundos, pudiendo hacerlas manualmente (el inicio, no la duración, que siempre será la misma) o bien de manera automática, dejando que el móvil detecte el movimiento e inicie la toma entonces.
La calidad es algo baja, al menos teniendo en cuenta esos rivales que han implementado los 960 fps en FullHD, pero si buscamos escenas con buena luz podemos tener vídeos resultones (aunque cortos).
Por su parte, la cámara frontal sí sufre un poco más cuando tenemos contraluces o condiciones de luz menos favorables, tendiendo a descompensar la exposición. Mejorable también a nivel de detalle, pero se porta relativamente bien en cuanto a estabilidad incluso en tomas nocturnas (y aquí le hemos buscado bastante las cosquillas).
Autonomía: olvidar que hemos de cargar el móvil es posible
Los números no lo son todo, los miliamperios por hora tampoco, pero esto ha sido un poco blanco y en botella eta vez: los 4.200 mAh de la batería del Huawei Mate 20 Pro dan una muy buena autonomía, y la cosa mejora con la carga rápida.
Peso (gramos) | Pantalla (pulgadas) | Volumen (cc) | Batería (mAh) | |
---|---|---|---|---|
Huawei Mate 10 | 186 | 5,9 | 96,01 | 4000 |
Huawei Mate 10 Pro | 178 | 6 | 91,97 | 4000 |
Huawei P20 | 165 | 5,8 | 81,28 | 3400 |
Huawei P20 Pro | 180 | 6,1 | 89,35 | 4000 |
Huawei Mate 20 | 188 | 6,53 | 101,37 | 4000 |
Huawei Mate 20 Pro | 190 | 6,3 | 100,67 | 4200 |
Huawei Mate 20X | 232 | 7,2 | 121,52 | 5000 |
Nos ha sido prácticamente imposible consumir todo esto en un día, teniendo que realizar un uso muy extensivo con horas de navegación y GPS con conexión de datos y/o reproducción multimedia durante horas para que la jornada acabe con menos del 20%. Las medias nos salen de 1 día y 3 horas de autonomía media y 13 horazas de pantalla, llegando a cubrir la jornada con un uso intensivo incluso quedándonos en máxima resolución.
Todo esto lo da una batería cargada al 100%, lo cual se consigue con el cargador que se entrega en la caja en menos de una hora (58 minutos). Una hora da más de un día de autonomía en el Huawei Mate 20 Pro, y si no hacemos un uso intensivo tenemos fácilmente para dos días.
Hemos podido probar también la carga inalámbrica. Las bases se entregan sin cable ni cargador, y probando con los que venían con el teléfono la batería ha tardado en cargarse 2 horas y 35 minutos, que tampoco está mal teniendo en cuenta la capacidad.
Otro plus que añade el teléfono en lo referente a autonomía es la información con respecto al consumo y las opciones para prolongar más aún la misma. Además de la herramienta de resolución “inteligente” que hemos visto en pantalla están las habituales opciones de ahorro, así como un gestor que nos avisará de apps que consumen “demasiado” en segundo plano y que nos recomendará optimizar y activar uno de los modos de ahorro si el porcentaje baja del 20%.
EMUI da la opción de ajustar qué actividad y consumo tiene cada app, lo cual resulta muy útil cuando el usuario no conoce este dato (por ejemplo, en el caso de Instagram, que sigue activa en segundo plano aunque no la usemos). De este modo, es bastante sencillo que tengamos un control del gasto energético, aunque lo mejor es salir de casa sin que no llevar cargador o batería externa sea un problema.
Sonido: aprovechando cada rendija para su salida (pero sin minijack)
El Huawei Mate 20 Pro no es un terminal estrecho, no es un terminal delgado, pero ni el borde superior ni el inferior tienen cabida para el minijack de audio. El conector no se encuentra al lado de un USB tipo-C que es además la hendidura por la que emite su sonido el altavoz, dejando los laterales para la bandeja de tarjetas y más borde.
El sonido sale en estéreo aprovechando el auricular y la experiencia es muy buena. El audio tiene bastante rango dinámico, profundidad y matiz, con un volumen máximo de 105,6 decibelios, lo cual es suficiente para que haga las veces de centro multimedia.
Buena experiencia con música, vídeos o juegos, aunque la ubicación del altavoz puede ser un contra si al recurrir al agarre horizontal nuestros metacarpianos lo tapan al apoyarse ahí el borde del móvil. Puede evitarse siendo consciente, pero no es una posición cómoda.
El sonido con auriculares siempre es algo mejor, y en este caso nos da la opción de poder probar la experiencia sin el Dolby Atmos activado (que viene por defecto así). Lo que proporciona esto es poder personalizar algo más el sonido, no de manera tan detallada como permite Zen UI (la capa de ASUS) pero al menos proporciona tres configuraciones distintas para la ecualización (no es posible crear una personalizada tampoco).
Huawei Mate 20 Pro, la opinión de Xataka
La jugada de actualizar procesador de cara a un nuevo curso en la escuela techie mantendrá un importante reclamo siempre para los Mate, que llegan tratando de ser una brisa de aire fresco en un otoño lleno de bombas rivales. Pero no sólo basta con actualizar el cerebro; esto puede seducir a parte del público, pero lo que cautivaría al resto (al más exigente) es que la fotografía diese una lección además de ser algo llamativo a nivel estético.
No hemos visto esto en el Huawei Mate 20 Pro. Hemos tenido un terminal potente y fluido con una buena pantalla que nos ha proporcionado una buena experiencia todo el tiempo, hemos tenido una batería nuclear, pero no el azote que Huawei parece haber buscado dar a aquellos que aún osan jugar con doble cámara e incluso con una (ahí está Google, estoico y triunfal).
Quizás falte sustentar el reclamo de jugar con la tríada también en la gama Mate: ya hay tres P20, dos de ellos topes de gama, y ahora llegan tres más que tendrán el mismo procesador que los siguientes. Y que entre ellos tienen diferencias no tan notables si hablamos de rendimiento.
La experiencia, como hemos dicho, es buena con él, y es uno de los ingredientes que salpimenta esta segunda mitad de año para la gama alta que tiene novedades de bastantes de los principales fabricantes (y lo que parece que queda por ver). Pero nos ha faltado que los tres ojos vean, efectivamente, más y mejor que dos (y que uno).
9.2
A favor
- La autonomía: el combo de la duración de una sola carga y la carga rápida dan una experiencia de uso excepcional en cuanto a eso de olvidarnos de coger cargadores, baterías y demás.
- El Kirin 980 con 6 GB de RAM puede con todo sin percibir aumentos de temperatura.
- El reconocimiento facial es muy eficaz y rápido.
En contra
- La cámara tiene alicientes atractivos, pero queda por debajo de lo esperado y de sus rivales en cuanto a sus resultados, sobre todo en detalle y modo retrato.
- La app de cámara tiene mucho margen de mejora, sobre todo en cuanto a interacción y navegación.
- EMUI sigue añadiendo software propio que el usuario no puede esconder o desinstalar, y podría haber más opciones para la pantalla de bloqueo y el audio.
En la producción del vídeo tenemos a Pedro Santamaría.
El terminal ha sido cedido para la prueba por parte de Huawei. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.