Alejado del ruido del MWC y siguiendo con la línea U que ahora pone nombre a varias de sus gamas, HTC nos dio a conocer su último tope de gama manteniendo el ADN propio y sin el recurso fácil de subirse a ciertos carros. En el análisis del HTC U12+ no vemos notch y sí vemos bordes estrujables y doble cámara frontal como reclamo, entre otras cosas.
El nuevo terminal de HTC juega con las cartas de lo último de Snapdragon ayudado de 6 GB de RAM, los mínimos para estar de tú a tú con el resto de rivales de la gama alta. Como señas de la casa aporta lo que acabamos de mencionar, además de la ausencia de jack de audio que estamos viendo desde el HTC U11 y la capa propia de software HTC Sense. ¿Cómo es este nuevo miembro de la familia HTC U? Os lo contamos en detalle.
Ficha técnica del HTC U12+
HTC U12+ |
|
---|---|
Pantalla | 6 pulgadas Super LCD 6 2.880 x 1.440 píxeles y ratio 18:9 |
Procesador | Qualcomm Snapdragon 845 |
RAM | 6 GB |
Almacenamiento | 64 GB (ampliables vía Micro SD) |
Cámara trasera | Dual: 12 megapíxeles f/1.75 + 16 megapíxeles (tele) f/2.6 |
Cámara frontal | Dual: dos sensores de 8 megapíxeles f/2.0 |
Batería | 3.420 mAh Quick Charge 3.0 |
Dimensiones y peso | 156,6 x 73,9 x 9,7 milímetros, 188 gramos |
Otros | HTC Edge Sense 2, NFC, USB-C, WiFi 802.11ac, Bluetooth 5, GPS, IP68 |
Sistema Operativo | Android Oreo 8.0 Oreo con HTC Sense |
Precio |
HTC U12+, review en vídeo
Diseño: las modas están para seguirlas a medias
Quizás en los smartphones lo de "renovarse o morir" se traduce a adaptarse cuando se trata de estética, o si no se es un creador de tendencias por antonomasia como parece serlo Apple. Muestra de ello es el efecto reflejo que ya hemos visto con la muesca o notch, de lo cual por cierto el HTC U12+ ha escapado.
No lo ha hecho del cristal en la parte trasera, como ya veíamos en su predecesor el HTC U11+. De hecho, no son muy distintas las líneas de diseño entre uno y otro, con los bordes de aluminio en mate y una trasera curvada en sus bordes laterales con el efecto charol reflectante que ya presentaba tanto éste como otros terminales previos de la marca, como el HTC U11 Eyes.
Lo que destaca en el diseño y la construcción es que no hay una continuidad entre las superficies (la explicaciones las tendríamos que pedir a Taiwán, compañeros del TOC). El cristal delantero rompe con el borde de aluminio tanto en curvatura como en tono, y aunque la trasera sí guarda cierta armonía con el borde también hay cambio de brillo a mate. Ya es cuestión de gustos y manías el que esto nos pueda importar o agradar más o menos, pero es un rasgo que destaca frente a otros acabados más homogéneos como el de los Galaxy S9 o el Huawei P20 Pro, que resultan más sobrios y puede que atractivos.
El cristal, casi sobra decirlo, hará que la trasera suela estar sucia por nuestras huellas, pero el acabado da la sensación de que se trata de plástico y esto no es ni mucho menos negativo; de este modo quizás lo apoyemos en una superficie sin tener tanto miedo (innecesario). La sensación que transmite es de resistencia, tanto la trasera como el resto de partes, y de hecho no hemos apreciado ninguna microabrasión en ninguna zona (como sí nos pasó con el OnePlus 6).
Con 6 pulgadas de diagonal en su pantalla ésta no está entre los paneles más grandes, y a tenor de los finos marcos laterales que presenta (no tanto los superior e inferior) no parece que haya un mal trabajo en cuanto a compactación, pero sí estamos ante un terminal voluminoso y pesado. Al menos en comparación con otros rivales, la mayoría más compactos y ligeros.
OnePlus 6 | Samsung Galaxy S9+ | Huawei P20 Pro | LG G7 ThinQ | HTC U12+ | Sony Xperia XZ2 | iPhone X | |
---|---|---|---|---|---|---|---|
Dimensiones (mm) | 155,7 x 75,4 x 7,75 | 158 x 73,8 x 8,5 | 155 x 73,9 x 7,8 | 153,2 x 71,9 x 7,9 | 156,6 x 73,9 x 9,7 | 153 x 72 x 11,28 | 143,6 x 70,9 x 7,7 |
Pantalla (pulgadas) | 6,28 | 6,2 | 6,1 | 6,1 | 6 | 5,7 | 5,8 |
Superficie del frontal (cm2) | 117,4 | 116,60 | 114,55 | 110,15 | 115,72 | 110,16 | 101,81 |
Volumen (cc) | 90,98 | 99,11 | 89,35 | 87,02 | 112,25 | 124,26 | 78,4 |
Aprovechamiento | 83,2% | 84,2% | 81,9% | 82,6% | 80,3% | 80,7% | 82,9% |
Peso (g) | 177 | 189 | 180 | 162 | 188 | 198 | 174 |
Batería (mAh) | 3.300 | 3.500 | 4.000 | 3.000 | 3.420 | 3.180 | 2.716 |
Por peso y volumen se coloca por debajo del gigantesco Sony Xperia XZ2, pero no llega a cansarnos tanto como éste tras un uso continuado. Dejando a un lado los números, nos resultará pesado si estamos acostumbrados a terminales más ligeros y más delgados; aunque parece que estamos dejando atrás aquella moda de la anorexia del smartphone, llegar a casi un centímetro de grosor se nota y se siente, independientemente de lo que usemos de manera habitual.
Aunque eso sí, el hecho de tener unas dimensiones considerables va en contra de una de sus principales bazas, los bordes estrujables, ya que a veces por sostener bien los estrujaremos sin querer o bien realizamos el doble toque sobre éstos (que como veremos más adelante puede habilitarse como método de activación del modo a una mano).
No gana tampoco en aprovechamiento de frontal por parte de la pantalla, aunque sí es el HTC que más porcentaje tiene de panel con un 80,3%, por encima del 78% del HTC U11+ y el 71,4% del HTC U11. Números a parte, lo que realmente cuenta es la sensación y lo que hemos experimentado es la de tener una pantalla protagonista, con su ratio 18:9 (a esta moda también han sucumbido) y la simetría vertical y horizontal.
A colación de esto, comentar que el lector de huellas está en la parte trasera a una altura correcta, quizás algo bajo porque solemos posar el dedo sobre el flash primero en muchas ocasiones, pero no es ni mucho menos una mala o incómoda ubicación. Hilando con esto, puede que el marco inferior del frontal pudiese haberse estrechado más, logrando algo similar a lo de los Galaxy S9 o los últimos V de LG, porque de hecho el inferior es ligeramente más amplio que el superior (cuando éste tiene las cámaras y el auricular-altavoz y el inferior nada).
En resumen es un terminal resuelto de manera aceptable a nivel de diseño y construcción, algo distinto por esa no continuidad (y puede que los más nostálgicos echemos de menos el unibody en aluminio que se mantuvo hasta el HTC M10), pero que al fin y al cabo se ha construido con materiales de aparente calidad y resistencia. Además, tiene certificación IP68 de resistencia a agua y polvo, que siempre suma tranquilidad en el manejo si lo sacamos bajo la lluvia o en ambientes con riesgo a salpicones.
Pantalla: la resistencia del LCD en plena era OLED
Bajo un evidente cristal Gorilla Glass 5 se hallan 6 pulgadas de panel Super LCD 6 (TFT, salvo que hayan pasado a IPS y no lo hayan indicado), con una resolución QHD+, o lo que es lo mismo, 2.880 x 1.440 píxeles y 537 píxeles por pulgada. Mantiene pues la pantalla de su predecesor, aunque mejorando algo que no nos pareció suficiente, el brillo máximo, llegando a los 600 nits (frente a los 350 nits del U11+).
El fabricante taiwanés se mantiene en sus trece y sigue sin sumarse al OLED cuando probablemente estemos en la era de este tipo de pantallas, apostando por esa denominación propia que hemos dicho y que hace referencia a un LCD. Con esto no tenemos los degradados que suelen verse en paneles AMOLED, pero tampoco la profundidad de los negros o el contraste.
Lo que tenemos es un buen nivel de detalle, en cuanto a esto mantenerse en el QHD+ compensa estando a la altura de otros rivales, aunque siempre consumirá más energía que un FullHD+ (sumado al mayor consumo de los LCD frente a los OLED), y quizás al final sean gotitas que vayan colmando el vaso de una autonomía que, como veremos más adelante, no brilla.
Como sí brilla este panel cuando quiere, porque nits le sobran, pero el ajuste de brillo automático no acaba de ir bien, reaccionando algo lento ante un cambio de iluminación y quedando algo bajo cuando ésta escasea de manera puntual. No es dramático, pero tiene margen de mejora.
Además del nivel de brillo, el panel queda bien en cuanto a contraste y viveza de los colores para ser un LCD. Eso sí, en cuanto a ángulos de visión podría mejorar a nivel de la perdida de brillo dado que aparece bastante pronto, con apenas ladear o inclinar el terminal.
Los blancos son ligeramente rosados, pero si la temperatura no nos convence Sense salpimenta las pocas opciones que da Android para personalizar la pantalla. Encontramos la elección entre los gamuts de color sRGB y DCI-P3, aunque no sabemos con exactitud qué porcentaje soportan de los mismos, y dentro de cada opción podemos regular la temperatura.
El sRGB tiende más a los tonos cálidos por defecto, además de que lo calibran con algo menos de saturación (además de que por definición cubre una gama menor de colores). Nosotros hemos estado más cómodos con el DCI-P3, virando hacia el matiz cálido y quedando así equilibrado y satisfactorio a nivel de color y temperatura.
No tenemos problemas de visualización en exteriores ni cuando el sol deja caer sus rayos de manera más directa e intensa, por ello en general tenemos una experiencia relativamente buena con este panel. Sin muesca tenemos un frontal con menos milímetros cuadrados de pantalla, pero nos ahorramos los quebraderos de cabeza que dan las apps no adaptadas (o el tener que alternar modos si esto nos gusta en según qué ocasion).
Eso sí, si bien es cierto que aún podrían haber rascado marcos en lo referente al superior e inferior, los laterales son muy finos. No osaremos decir que demasiado finos en la era de la búsqueda de la pantalla sin marcos perfecta, pero cuando se apuran los milímetros en este sentido hay que cuidar aspectos como la sensibilidad a los toques accidentales.
No hablamos de algo grave, pero en el U12+ sí los tenemos si sin querer una parte pequeña de nuestra yema (o incluso el borde de una uña) tocan el panel. Sin curvas en la pantalla parece que este problema tiene menos importancia, pero no es así y los paneles tendrían que "entrenarse" igual en este sentido, y puede que falte afinar el del HTC U12+ en este sentido.
Bien por permitir la pantalla ambiente, que no presenta funciones extra ni ofrece opciones de personalización, y también por ofrecer el doble toque para despertar la pantalla. Aunque esto último no acaba de funcionar bien, y aunque la sensibilidad del panel es correcta (incluso algo excesiva como hemos comentado) con la pantalla encendida, para despertarla nos hará falta más de dos toques (o darlos con la mayor proporción de la yema posible).
Rendimiento: este HTC está que arde (otra vez)
Si hablamos de la joya de la corona de uno de los principales fabricantes lo mínimo que podemos esperar es el último procesador del fabricante por excelencia. A diferencia de Samsung y Huawei, HTC recurre a Qualcomm para el corazón de sus móviles tope de gama y el HTC U12+ incorpora el Snapdragon 845 con 6 GB de RAM.
Una de las configuraciones más potentes de la actualidad, quedando a la altura de otros como el Sony Xperia XZ2 o el recientemente presentado LG G7 ThinQ y por debajo de quienes apuestan por más RAM subiendo a 8 GB, como el OnePlus 6 o el Xiaomi Mi MIX 2S. A nivel de uso el salto de 6 GB a 8 GB se nota, pero menos que otros anteriores como el de 2 GB a 4 GB, y los 6 GB no son pocos ni mucho menos sin ser lo último.
La prueba es que el terminal ha podido con todo aquello que hemos probado. Ya no sólo los videojuegos o las apps multimedia que siempre son más exigentes para los componentes, sino al ejecutarlas todas simultáneamente e ir alternando su plano, y también en modo de pantalla dividida.
La carga de los menús en juegos como 'Asphalt 8' o 'PUBG' se sucede a una velocidad normal y sin parones, así como la apertura y edición de vídeo. La multitarea también carga sin problemas y cuando se trata de ejecutar dos tareas en primer plano con la pantalla dividida tampoco vemos titubeos aunque ambas sean exigentes.
Sí hay que hablar del calentamiento porque se nota bastante. No hemos de estar jugando mucho para empezar a notarlo, sobre todo por el extremo superior (sobre todo las esquinas y la zona alrededor de la cámara), y aunque no nos va a quemar hasta molestarnos (como nos ocurría con el ASUS Zenfone AR) quizás sí le queramos dar un descanso. Una vez en reposo no tarda en enfriarse, al menos.
Dejando a un lado las sensaciones, para quienes toméis las pruebas de rendimiento como referencia os mostramos a continuación los benchmarks de este terminal junto a parte de sus rivales, algunos parejos en configuración y otros algo distintos para ver las posibles diferencias. También las imágenes de los tests pasados a este U12+.
HTC U12+ | Sony Xperia XZ2 | Samsung Galaxy S9+ | LG G7 ThinQ | Huawei P20 Pro | OnePlus 6 | iPhone X | |
---|---|---|---|---|---|---|---|
Procesador | Snapdragon 845 | Snapdragon 845 | Exynos 9810 | Snapdragon 845 | Kirin 970 | Snapdragon 845 | Apple A11 Bionic |
RAM | 4 GB | 4 GB | 6 GB | 4 GB | 6 GB | 8 GB | 3 GB |
Antutu | 265.542 | 267.419 | 253.740 | 231.526 | 213.000 | 261.382 | 214.526 |
Geekbench 4 (single/multi) | 2.463 / 8.906 | 2.415 / 8.513 | 3.781 / 8.942 | 2.366 / 8.581 | 1.609 / 6.816 | 2.465 / 7.744 | 1.921 / 6.729 |
PCMark Work | 8.442 | 7.983 | 5.067 | 8.131 | 7.185 | 8.088 | - |
3DMark (Ice Storm Unlimited) | 61.682 | 61.119 | 36.685 | - | 30.168 | 50.961 | 62.297 |
Software: la base para complementar un grado más de interacción
Los fabricantes "de toda la vida", los titanes que parece que no vayan a dejar jamás el Olimpo de las cuota de mercado, suelen permanecer estoicos ante ciertas señas de identidad y una de ellas es el software propio. Lo exterior es más voluble y las modas calan con más facilidad (con las primeras impresiones ya se sabe), pero el interior da para seguir jugando con la baraja de casa y mantener algo tan distintivo como lo son las capas de software.
HTC mantiene la suya y el HTC U12+ viste HTC Sense en su versión 1.15.401.4 sobre Android Oreo 8.0.0. Capa que mantiene sus rasgos actualizándose en cuanto a funciones y estética, y caracterizándose por servicios propios como Blinkfeed, Zoe o el más reciente Sense Edge 2 para poder sacar provecho a los bordes estrujables.
Puede ser, de hecho, que el punto fuerte de la capa (y por tanto casi del terminal) sea plantear una interacción distinta del status quo en los móviles de factor forma tipo barra. No tenemos sensibilidad a la presión como ofrece el 3D Touch, pero dos tipos de interacción con lo bordes, botones sin clic y gestos en pantalla, junto con el habitual tap y las opciones biométricas (huella y rostro).
Pero antes que nada vamos a ser fieles a nuestras costumbres y vamos a pasearnos por cómo nos viene el móvil a nivel de software nada más lo sacamos de la caja. El preload va a ser distinto dadas las funciones extra de Sense (como el ajuste de la presión en los bordes), pero lo que quizás nos llame más la atención es la presencia de bastantes apps preinstaladas, tanto propias como de terceros.
Al contrario que ASUS ha hecho con la última versión de ZenUI, en Sense seguimos viendo duplicidad de apps con respecto a lo que un móvil con Android ha de ofrecer sí o sí, como una app para correo o para notas. Tenemos además las apps para Companion (el asistente propio de HTC), los temas o alguna de dudoso interés como News Republic (que ni siquiera nos funciona), así como tres apps del imperio Facebook de regalo (Facebook, Facebook Messenger e Instagram).
¿Qué podemos hacer con ellas? Desinstalarlas no va a ser siempre posible, aunque lo parezca. De hecho nos podemos encontrar un pequeño bug en este sentido cuando vayamos a desinstalar alguna de las de terceros, apareciéndonos iluminada la posibilidad al arrastrarla, pero posteriormente no se desinstale aunque nos haya pedido el permiso y hayamos aceptado.
Ante esto nos quedará desactivarlas desde el menú de opciones de cada app, al cual podemos acceder desde el menú contextual que sale al mantener presionado su icono (y que también está modificado por Sense en estética). Tampoco tendremos siempre esta posibilidad y probablemente nos toque convivir con más de una app que no nos aporta nada.
El añadir gestos suele ser bastante interesante, sobre todo si va de la mano de una personalización de la barra de navegación como la que tenemos en este caso. Eso sí, la presencia no lo es todo y la buena implementación será vital, y en este caso tenemos una buena experiencia con ambos aspectos.
Así, la pantalla es sensible a los gestos (tanto en pantalla activa como en bloqueada) y la personalización de la barra de herramientas es muy completa e interesante, pudiendo poner hasta cinco iconos en cada una de las tiras (hay dos, navegamos de una a otra con un swipe).
Esto no es intuitivo, lo cual no es un reproche, sino una aclaración. La oferta de interacciones es completa y promete ser cómoda una vez el usuario encuentre la que más le gusta, pero para que esto ocurra no debemos ser impacientes y conviene que pasemos un rato viendo las bondades de Edge Sense 2 y del resto de interacciones.
En cuanto a gestos en pantalla, lo que nos ofrece HTC Sense es lo siguiente:
- Permitir que las apps reconozcan gestos con tres dedos: por ejemplo, deslizar hacia abajo.
- Motion Launch: una serie de gestos para pantalla apagada o activa.
- Doble toque para activar y desactivar pantalla: ya hemos comentado algo en el apartado de pantalla, en referencia a que le falta algo de sensibilidad (en pantalla apagada), y el doble toque para suspender pantalla directamente no responde.
- Deslizar para desbloquear: que deslizando hacia arriba con la pantalla ambiente (es decir, al alzar el terminal) se desbloquee el teléfono.
- Deslizar hacia la izquierda para que desde la pantalla ambiente aparezca la pantalla principal (si tenemos métodos de seguridad tendremos que pasarlos igualmente).
- Lo mismo, pero deslizando a la derecha para que aparezca Blinkfeed.
- Doble deslizamiento hacia abajo para abrir la cámara: también lo podemos habilitar por un achuchón a los bordes con el terminal bloqueado (es lo más rápido) o bien con una doble pulsación al botón de encendido.
- Doble sacudida para cambiar de cámara: con la app de cámara activa, que al sacudir el móvil se cambie de una cámaras a otras (como el gesto de los Moto para iniciar la cámara desde el reposo).
Como hemos comentado, la barra de navegación puede ajustarse a nivel de botones en cuanto a orden y servicio. Hay en realidad dos barras de navegación, la principal y una secundaria que podremos ver si deslizamos hacia la izquierda, y podemos repartir hasta diez iconos (contando el de ocultar la barra).
Una nota un tanto específica aquí. Si por nuestro uso requerimos realizar grabaciones o capturas de pantalla, más nos valdrá tener dichos accesos directos en esta barra porque la captura con los botones físicos es impracticable, si es que existe (en teoría es como hasta ahora, bajar volumen + encendido a la vez). Tal vez haya un punto en el que los botones estén en el equilibrio perfecto para hacerla, pero nos hemos tenido que rendir por no encontrarlo y sucumbir a dicho acceso directo o al doble toque lateral. Además, la captura es lenta y llegamos a tener una notificación del sistema de que se está realizando el proceso, cosa que no es nada habitual.
Esto es una puntualización que puede que ni siquiera nos afecte, pero el caso es que los botones fijos funcionan bien, aunque quizás echemos en falta algo de sensibilidad (cuesta un poco "pulsar", es decir, lo que sería el "clic" de un botón estándar). La función del botón de inicio (rugoso) también puede ajustarse dentro de las sugeridas, pudiendo apagar pantalla tanto con el botón de bloqueo como con un acceso en la barra de navegación.
¿Y qué pasa con los bordes estrujables? Que nos permiten tener una serie de funciones rápidas, tanto en móvil activo como bloqueado y tanto estrujando como tocando. Al ofrecer una calibración del apretón desde un principio, no nos va a exigir una gran presión y podremos ajustarla según nuestras preferencias.
Las posibilidades de Sense Edge en este sentido es lo siguiente:
- Presión corta para abrir la cámara: como hemos comentado antes, es una de las varias posibilidades existentes para no tener que desbloquear el terminal si queremos hacer una fotografía o vídeo.
- Presión larga: para iniciar uno de los asistentes. Comentar aquí que podemos colocar el móvil en un soporte tipo pinza (como los que existen para el coche) sin que haya problemas, no lo "entiende como presión".
- Sostener: si apretamos mientras hay una app en primer plano se bloquean los volteos por reorientación de la pantalla y la disminución de brillo automático por pantalla inactiva.
- Doble toque: si en vez de estrujar lo que hacemos es dar un doble toque en cualquiera de los lados (bien aquí para no discriminar según se sea diestro o zurdo) podemos establecer una acción rápida para ello. Por defecto nos viene el modo a una mano, pero también puede establecerse la ación de atrás, abrir una barra de navegación flotante, lanzar Edge Launcher, abrir la cámara o la linterna, iniciar un asistente de voz o Companion, capturar pantalla, activar o desactivar la zona wifi, bajar la cortina de notificaciones o controlar la reproducción de música. La personalización es completa y es otra opción para que acciones poco directas se hagan de manera rápida, pero el peligro son los toques accidentales (dado que los bordes son muy sensibles a éstos).
La estética de la capa es bastante cargada. Es un software incisivo que hace olvidar a la fuerza el Material Design y que nos sumerge en interfaces que no suelen aprovechar demasiado bien el espacio, con elementos y tipografías grandes (quizás nos ayude un poco reducir el tamaño de la fuente, aunque proporcionalmente no afecte tanto en cuanto a la interfaz) y con temas coloridos y cargados. Si no nos gustan éstos podemos editar el nuestro propio, eso sí, y el menú de ajustes sí mantiene el estilo del de Android.
No podremos cambiar la distribución de apps en escritorio y cajón, y dentro del mismo tendremos que acostumbrarnos a que el scroll tenga dos posiciones y no sea gradual. También podemos editar las pantallas del escritorio, y si no nos interesa Blinkfeed (que en nuestra experiencia no nos ha mostrado tarjetas interesantes, y además hay publicidad) podemos eliminarlo de este modo.
La estética será algo que guste más o menos y al menos tenemos opción de adaptarla, pero lo que sí debería mejorar es la estabilidad. Además de ese bug en relación a la desinstalación de apps, puede que la capa nos la juegue al introducir la nanoSIM, restaurando el escritorio. No se nos desinstalan las apps ni se nos elimina la configuración, pero vuelven a estar los iconos que figuraban en el primer inicio del terminal y nos tocará volver a personalizarla si ya lo habíamos hecho.
Hay algún otro aspecto a corregir, como la barra de Emoji accesoria que sale en espacios como los comentarios de Instagram. A veces e hace imposible responder a uno porque dicha barra tapa el comentario y no podemos hacer tap sobre él o sobre el botón de "Responder". Ocurre aunque cambiemos de teclado y pasemos de Touch Pal (el de serie) a otro de tercero (por ejemplo, Swiftkey).
Sense Companion
El asistente propio de HTC fue presentado bastante antes de la ola de inteligencia artificial que estamos viviendo en estos momentos. Se trata de un asistente virtual que trata de aprender sobre nuestro uso y necesidades para ofrecernos el servicio y contenido que nos viene bien en el momento más adecuado.
Ejemplos son las sugerencias de tráfico o el tiempo, las cuales empezarán de manera más o menos aleatoria hasta que gracias a nutro feedback vayan apareciendo cuando nos sean de utilidad. Nos avisa con una notificación flotante (el logo de Companion), un globo en el icono de la app y una notificación en la cortinilla, de modo que tendremos que abrir la app propia para ver la tarjeta correspondiente a la sugerencia y responder si nos ha ayudado (y pulsar "Seguro" si queremos seguir viendo ese tipo de información).
Para ello el asistente necesita conocernos, lo cual se traduce en que ha de nutrirse de nuestros datos. En todo momento vamos a saber qué enviamos y que no, y podemos ir seleccionando según nos convenga, pero que nos quede claro que no data, no party.
En la práctica lo que nos queda claro es que se toma su tiempo para aprender. Le hemos cedido parte de los datos para probar al menos alguna de las funciones (sin que tenga un buffet libre de cada una de nuestras acciones), pero al menos no satura con sugerencias y ocurre de una manera pasiva a diferencia de cómo nos damos a conocer a Google Assistant. Companion irá sugiriendo y preguntándonos muy puntualmente, y la frecuencia se ajustará a medida que le demos feedback.
Biometría
Parece que la necesidad de incorporar reconocimiento facial se haya disparado tras la integración de Face ID en el iPhone X, cuando esta función ya existía mucho antes, y por ejemplo Samsung llevaba apostando por ella ya con el Samsung Galaxy S4. No en todos los casos vemos tecnología dedicada y especializada como en el caso del terminal de Apple, y el nivel de eficacia y seguridad dependerá enteramente de esto (y de los puntos faciales que se escaneen), y una sencilla prueba es la fidelidad de las máscaras 3D (sean ARmojis, Animojis, Zenmojis o los que sean): cuanto más eficiencia, más sensibilidad del emoji 3D.
Una vez puntualizado esto, en el HTC U12+ nos encontramos con la combinación de la lectura de huellas con el reconocimiento facial. Como hemos dicho anteriormente, el lector de huellas se sitúa en la parte trasera, y en lo referente a Face Unlock HTC no especifica ningún componente de hardware específico, por lo que probablemente tire de la(s) cámara(s) y algún otro sensor.
La experiencia con el lector de huellas no es la mejor debido a la exigencia del mismo. La ubicación es adecuada, pero tendremos que colocar muy bien la huella para que no nos dé error, con casi la totalidad de la yema sobre el sensor. Cuando lo hacemos es instantáneo, eso sí.
Con el reconocimiento facial tenemos algo de déjà vu con el OnePlus 6. Tendremos que tener la pantalla activa y no valdrá Ambient Display, lo cual empobrece ligeramente la experiencia, aunque a su favor hay que decir que nos reconoce el rostro rápidamente incluso con baja luz y aunque añadamos gafas de vista o cambiemos el peinado. Solamente se resiste cuando nos ponemos gafas de sol, aunque haya suficiente luz para que haga un buen escaneo.
Cámaras: lo mejor no es tener más, sino una mejor herramienta para todas
La jugada de HTC ha sido similar a la del Huawei P20 Pro en cuanto a número de cámaras, aunque cambiando su distribución (y características). El HTC integra en su parte trasera una cámara gran angular de 12 megapíxeles con tecnología UltraPixel 4 y apertura f/1.75 (tamaño del píxel de 1,4 μm) junto con un sensor telefoto de 16 mgapíxeles con f/2.6 (tamaño del píxel de 1 μm), y en su parte frontal hay una doble cámara de 8 megapíxeles gran angular (84 grados) y apertura f/2.0 (tamaño del píxel de 1,12 μm).
La apuesta pues es, por una parte, el zoom con ese sensor telefoto secundario y las autofotos en gran angular, si bien también tenemos modo de bokeh o retrato en ambas cámaras. Además, HTC ha llevado su atención al sonido al vídeo con algunas funciones específicas para la grabación (el zoom al sonido o la amplificación por defecto). Pero antes de desgranar todo esto vamos a ver qué ofrece la app con nuestro habitual paseo por ella.
App de cámara
HTC siempre ha apostado por la personalización de la app de cámara y normalmente lo hemos agradecido en algún sentido u otro. El equilibrio suele estar entre lo escueto de las apps por defecto (las de Android y iOS) y la supervitaminación de funciones que sufren otras (aunque ya van tendiendo a limpiar en este sentido), y la antiguamente conocida como Zoe nos ofrece algo que si no está en este punto, se acerca.
La interfaz principal ofrece accesos rápidos al flash, los stickers, el temporizador, el formato, el HDR y el menú de opciones, así como a la galería, el modo retrato, el vídeo y el cambio de cámara alrededor del botón de disparo. Si cambiamos a vídeo tenemos flash, tickers, calidad de vídeo, Sonic Zoom y los frames por segundo además del menú de modos, y en el otro lado el amplificador de sonido, y de este modo es muy cómodo cambiar de resolución o aplicar el HDR, ya que nos evita navegar por el menú de ajustes (bastante sencillo, por cierto).
La navegación es cómoda e intuitiva. Va de manera fluida tanto al cambiar de interfaz como al habilitar alguna de las funciones y modos, y no se echa en falta ninguno de éstos. El modo manual (Pro) permite ajustar balance de blancos, exposición (según escena), ISO, tiempo de exposición y enfoque y guardar configuraciones (y el RAW), y la cámara frontal, por su parte, también tiene los accesos rápidos que hemos comentado para la trasera, con el añadido del modo belleza.
Cámara trasera
En general tenemos un resultado aceptable, pero algo por debajo de lo esperado. Falta algo de saturación y contraste en algunas escenas (y el balance de blancos tiende a añadir calidez, con lo que queda una paleta algo distinta a la real), aunque sobre todo lo que más se echa en falta es el detalle, si bien hay algunos recursos fuera del automático que nos pueden ayudar (ahora entraremos en ellos).
Donde sobresale es en las macro, terreno donde las cámaras de smartphone suelen estar más cómodas (sobre todo si, como en este caso, el autofocus suele funcionar bien). En este caso suele salvar bien el detalle con buena luz, costándole algo más en interiores y nocturnas sobre todo por la invasión de ruido y algo que penalizará la experiencia de vez en cuando: la lentitud del disparo.
Debido a esto los disparos en interiores con luz media-baja o los nocturnos nos saldrán movidos en bastantes ocasiones, sin necesariamente ser impacientes o con inestabilidad. No parece deberse a que la app tenga un mal ajuste en general, dado que sólo ocurre en estas circunstancias y que no se da si optamos por el modo pro (manual), y quizás sea algo susceptible de mejorar por actualización de software.
En interiores perdemos algo más de detalle y aparece el ruido, aunque se hace más de rogar que la falta de nitidez. De noche, además de esto, suele sobreexponer en automático y HDR, y ahí nuestro amigo volverá a ser el modo pro, también a la hora de salvar detalle y reducir ruido pudiendo disparar con ISO 50.
Algo que hemos encontrado repetidas veces son artefactos que parecen resultado de una compresión exacerbada del RAW al convertirlo en JPG. El HTC U12+, como hemos dicho, es capaz de guardar este archivo y eso hace que podamos ver el disparo antes del procesado de la casa (y si nos apetece, dejarlo a nuestro gusto), y en los originales no vemos las aberraciones (y sí una dosis extra de ruido considerable, por lo que algo de lavado parece haber).
Ocurre también de manera irregular y no podemos determinar un patrón con exactitud, aunque parece que suele ocurrir más en interiores o situaciones de media-baja luz, independientemente de qué modo de disparo se utilice (auto, HDR o manual)
El HDR, por cierto, tiene su botón directo en la interfaz de cámara como hemos comentado antes y esto se agradece. No es demasiado agresivo en general, aunque por esto mismo tampoco se convierte en una gran ayuda ni marca una diferencia en el resultado si hay iluminación abundante. Sí lo es en contraluces, con un resultado algo exagerado quedando fotos más dramáticas y subexpuestas, aunque nos ayuda con el detalle de noche.
Decíamos que la apuesta a nivel de hardware era la de combinar un sensor estándar con un tele, pero ¿qué pasa en la práctica? Que el resultado es aceptable sin marcar ninguna diferencia, con la esperada pérdida de nitidez sobre todo en media luz e interiores (y con aberraciones, por cierto). El Huawei P20 Pro sigue sin nada que temer en este sentido, de momento.
El modo retrato es bastante inconsistente. Con buena luz y buen contraste entre el objeto principal y el fondo lo salva bien, pero si baja un poco la luz aparecen fácilmente los borrones.
Lo que ocurre tanto en su aplicación en la cámara trasera como en la delantera es que hay una pérdida de detalle en el objeto en primer plano con respecto a una fotografía estándar. Parece que se deba al procesado, dado que no hay ninguna reducción de la resolución (como a veces ocurre con ciertos modos y en ciertos terminales) y ocurre indistintamente sea cual sea la situación, si bien cuando la luz es muy favorable y apenas se aprecia.
En general es lo que comentábamos: el resultado es muy irregular e igual nos da una buena toma cuando no nos lo esperamos o viceversa. Suele avisarnos si no puede aplicarlo por estas condiciones de la escena, pero si pese a esto finalmente lo aplica es mejor revisar por si las moscas (ya que en ocasiones, aunque no salga el aviso, no se ha aplicado).
Cuando falla lo hace aplicando el desenfoque de manera irregular (con zonas enfocadas o borrones) o no respetando los contornos del objeto enfocado. Aunque a su favor hay que decir que si cumplimos en cuanto a iluminación y distancia el modo es capaz de aplicar este efecto aunque el sujeto esté en movimiento.
Con buena luz deja imágenes muy válidas, sobre todo si van para redes sociales y situaciones de compartir rápido. Pero no consideramos que esté a la altura de modos más pulidos como el del Pixel 2 XL o el de los iPhones (en sus fases definitivas).
Cámara frontal
Con luz abundante e interiores bien iluminados la cámara se porta bien, aunque en ocasiones el HDR añade ese plus de detalle y contraste que podemos echar algo en falta sobre todo en el segundo caso. Será un buen aliado en interiores bien iluminados, sobre todo, si bien sólo tenemos opción de dejarlo en automático o desactivado.
De noche la calidad baja mucho, y aunque nos encontremos en una situación con buen nivel de iluminación las acuarelas dominarán el resultado. Parte de culpa tiene que el disparo es muy lento en estas situaciones, especialmente tirando de ese HDR que aquí es más bien un enemigo, y en estos disparos (ya sea con nuestra mano o con palo de selfie) el pulso quizás es algo peor.
El modo retrato frontal tiene bastante margen de mejora. Con buena luz tiene un buen desempeño, el suficiente considerando el hardware, con un desenfoque que tiene alguna zona más descompensada pero salvando bien los bordes. También se nota aquí esa ligera pérdida de detalle en el primer plano, sea cual sea la iluminación.
Con poca luz es algo más errático. Nos da más problemas ya en la realización de la fotografía (siendo más exigente) y en el resultado vemos más borrones o una invasión considerable del ruido, aunque esto último ocurre sólo con situaciones de luz baja (toca insistir un poco más con el enfoque).
Entre las opciones de "belleza" tenemos la posibilidad de poner una configuración automática, o bien ajustar a nivel de suavidad de la piel, brillo, delgadez de la cara o tamaño de los ojos. Este ajuste automático es una posibilidad equilibrada dentro de los extremos a los que podemos llegar, pero siempre sacrificaremos detalle del rostro, teniendo un resultado dentro de lo esperado en cuanto a estas herramientas.
Vídeo
El vídeo quizás nos deja un poco más contentos, o al menos sí está dentro de lo que esperábamos en un buque insignia de 2018. De hecho, el toque de personalización de la marca en cuanto a lo que permite su aplicación se nota y está implementado de una manera ideal para que el usuario elija cuándo tirar de ello.
La app además permite cambiar de calidad fácilmente, lo cual es interesante a hora de elegir entre el máximo detalle y la mejor estabilización. Combinación de EIS y OIS es la que vemos en el HTC U12+, pero el 4K no soporta la segunda y esto se nota mucho, teniendo unos vídeos mucho más suaves y estables tirando de 1080p.
4K tarde con Sonic Zoom activado: https://youtu.be/NM6KiWa4yG4
4K tarde sin Sonic Zoom: https://youtu.be/GBpis7DFWM https://youtu.be/GBpis7DFWM
1080p tarde con Sonic Zoom activado: https://youtu.be/Jm2s3GmzCLE
1080p sin Sonic Zoom: https://youtu.be/zwXkvoCJVSE
Como podemos apreciar, se nota bastante cuando grabamos tanto con la estabilización óptica activada como con el modo Sonic Boom, que permite aumentar el volumen de la zona que ampliamos. La calidad es mayor en 4K, pero en 1080p tenemos también un buen nivel de detalle y en ambos casos el contraste y los colores están equilibrados y son fieles a la realidad.
Con el zoom tendremos siempre mayor inestabilidad y ruido, pero al menos es sencillo hacerlo gracias al deslizador que hay en la interfaz. Y en interiores seguimos obteniendo buenas tomas, si bien la estabilización no es tan efectiva y se producen tirones u ondulaciones si por ejemplo andamos.
4K interiores con zoom de sonido: https://youtu.be/aoi5A_RQurU
4K interiores sin Sonic Zoom: https://youtu.be/9dSwPQorwf0
1080p interiores con zoom de sonido: https://youtu.be/vZBDoWgnURI
1080p interiores sin Sonic Zoom: https://youtu.be/aMjrkN4vY7g
De noche la calidad disminuye, pero siguen siendo vídeos con resultado más que aceptable. El Sonic Boom sigue trabajando bien y la estabilización se agradece un poco más.
Noche 4K con Sonic Zoom: https://youtu.be/OtBcIoHyuD8
Noche 4K sin Sonic Zoom: https://youtu.be/bk09ijyCjXs
1080p noche con Sonic Zoom: https://youtu.be/VdkAqU1F_QQ
1080p noche sin Sonic Zoom: https://youtu.be/7R4i7jSsRag
Como es habitual, podemos grabar vídeos en cámara lenta o modo hyperlapse, pero aquí nos tendremos que conformar con un máximo de 1080 x 720 píxeles de resolución.
Time-lapse: https://youtu.be/tmNRbijRsOA
La cámara frontal no tiene estabilización óptica y se nota, con tomas que tiemblan bastante más. Pero compensa muy bien la exposición con los cambios de la toma de luz y el enfoque automático también actúa muy rápidamente.
Frontal tarde: https://youtu.be/5QV9H3oPwSA
Frontal interiores: https://youtu.be/k98Nh45w8wg
De noche es cuando se obtienen vídeos de peor calidad. La captura de sonido es siempre adecuada y no hay Animojis ni similares, pero podemos hacer vídeos también con máscaras 3D.
Frontal noche: https://youtu.be/gkIRE8fJ9MI
Sonido a medida del oído del usuario
Aunque sólo por precio ya debería ser inherente a un tope de gama, no siempre encontramos un desempeño del sonido de la calidad esperada en estor terminales. Hay marcas que de manera tradicional sí han hecho ver que ponían un especial empeño en que la experiencia auditiva fuese satisfactoria invirtiendo en componentes y diseño, como es el caso de LG o la que nos ocupa en esta ocasión.
Desde aquel HTC One (M7), con sus prominentes altavoces y su asociación con Beats, la marca ha mostrado siempre un plus de dedicación a este apartado. En relación a esto tenemos la ausencia de jack de 3,5 milímetros que este U12+ hereda de sus predecesores desde el inicio de la serie HTC U y la presencia del HTC Boomsound Hi-Fi, cuya aplicación la vemos en algunos ajustes de audio que complementan a los de serie, aunque no llegan al nivel y la especificidad de los que añaden en ASUS, por ejemplo (muy completos).
Los ajustes posibles dependerán de si reproducimos el audio por los altavoces integrados o lo auriculares. Comentar aquí que el HTC U12+ dispone de dos altavoces (en el auricular y en el borde inferior, al lado del USB tipo-C) y que en el pack se incluyen unos auriculares HTC U-Sonic con dicha conexión, de modo que si no tenemos adaptadores de 3,5 milímetros a USB o auriculares inalámbricos ya tenemos éstos que nos incluyen para al menos salvar la situación desde un primer momento al no haber jack.
Nomenclatura a parte, ¿qué tal es la experiencia auditiva? En general es aceptable, pero no es todo lo satisfactoria que cabría pensar. El sonido por altavoces es algo plano y no le vendría mal unos bajos más potentes.
En cuanto reproducimos música por altavoces el software nos notifica automáticamente que podemos alternar el modo de audición, pudiendo elegir entre música o teatro. En nuestra experiencia hemos ido alternando a conveniencia, dado que según de qué tipo de audio se tratase encaja más un perfil que otro.
El modo música probablemente se corresponda con un ecualizador plano o un perfil normalmente asociado al pop, bastante equilibrado y tendiendo más a un sonido "metálico", mientras que el modo teatro añade sobre todo una buena dosis de reverberación, sentando bien a los podcasts y no tanto a la música. Lo mejor de esto es que es muy cómodo cambiar (un toque a la notificación, sin necesidad de que se abra nada).
De volumen no va mal. En nuestras pruebas ha llegado a los 106 decibelios, un máximo considerable teniendo en cuenta lo exponencial de esta escala y los valores que otros móviles de la competencia alcanzan (quedando en torno a los 100 decibelios). Eso sí, siempre tendremos mayor calidad si no llegamos al tope y nos quedamos aproximadamente en un 75%.
Como suele ocurrir tenemos una mejor experiencia con auriculares. Hablando de los propios de HTC, lo que el software nos ofrece en cuanto los enchufamos es la posibilidad de establecer un perfil de sonido adaptado a nuestra anatomía. Se realiza un análisis de la estructura del oído del usuario emitiendo unos sonidos, nos indica el teléfono, para crear un perfil personalizado.
Lo que nosotros notamos es que se emite un sonido parecido al de una interferencia, el cual supuestamente permite determinar el perfil de audio original (de los auriculares que estamos usando con nuestros oídos) y proponer uno mejorado. Tras el examen nos muestra ambos, tanto a nivel visual como con muestra de audio, para que podamos guardar el sugerido y activarlo a conveniencia.
¿Se nota mejora con el perfil que realiza? La verdad es que sí se aprecia. En nuestro caso nos creó un perfil que efectivamente tiene más matiz en los bajos, precisamente lo que echábamos de menos, añadiendo algo más de profundidad (lo cual se aprecia sobre todo al escuchar grabaciones en acústico).
Batería: mucho volumen y pocas horas
Al hablar de la construcción y el diseño ya hemos visto que el HTC U12+ no puede considerarse un terminal compacto teniendo en cuenta el trabajo de otros rivales, sin ser tampoco el que peor parado resulta. Pero lo cierto es que en cuanto a batería y miliamperios/hora queda justamente en el medio (en dicha comparación) entre las que menos y más capacidad tienen, con sus 3.420 mAh.
A priori, sin meternos aún en la experiencia, no es un número nada despreciable y no queda lejos de esos 4.000 mAh del Huawei P20 Pro entre otros que siempre dan algo más de tranquilidad en cuanto a la carga diaria. Pero sí que es cierto que contamos con varios factores que suelen pesar en lo referente al consumo: un LCD con resolución QHD+ (y no FHD+, por ejemplo) y un par de asistentes virtuales que pueden estar tomando sus pequeñas dosis de manera continua.
Quizás esto (y el software en general) al final dan una experiencia con mucho margen de mejora. La vida media de la batería nos queda en unas 12 horas, con entre 3:30 y 4:30 horas de pantalla (según el sistema y la app GSM Battery), que en el uso se traduce a que, salvo que lo usemos muy poco y con wifi la mayoría del tiempo, no nos va a aguantar el día.
No tenemos en este caso herramientas extra de gestión del consumo como sí vemos en otras capas de software, si bien está disponible el modo de ahorro de batería que se activará por defecto cuando quede un 15% de la misma. Además de lo que puedan influir ciertas funciones (y/o el estado de depuración del software), puede que el calentamiento también penalice en este sentido, que como hemos comentado en el apartado de rendimiento es relativamente habitual (incluso sin hacer un uso intensivo).
El tiempo de carga de esta batería es de 1 hora y 50 minutos, de 0 a 100% y con el cargador que se entrega (y el terminal apagado). Con el consejo de no olvidar una batería externa si vamos a estar todo el día lejos de un enchufe, sin duda es el punto más débil de este tope de gama y algo a mejorar para quien herede su testigo.
HTC U12+, la opinión de Xataka
Llegar pronto no lo es todo, pero no ser el primero cuando no se tiene un golpe en la mesa que lo haga templar todo puede tener un alto precio a pagar. El alto precio de que siendo un producto bueno no llame la atención frente a otros, enfatizándose más los aspectos mejorables que lo que per se es bueno o se diferencia.
El HTC U12+ es un móvil completo que funciona muy bien y que añade ciertos pluses a la experiencia Android stock sin que haya que pagar peaje en forma de lag, aunque sí nos toca hacerlo por el calentamiento. Aunque no tenemos parones ni reinicios, es un teléfono grande que se calienta mucho antes que otros (especialmente si la temperatura en nuestro ambiente es también alta).
Una opción a considerar si priorizamos el audio o el vídeo, no tanto si damos más valor a la fotografía o la autonomía. Ésta última es la clara asignatura pendiente del terminal, sobre todo teniendo en cuenta lo voluminoso que es.
El "problema" es justamente lo que comentábamos al inicio de esta conclusión: aunque aún queda medio año (y mucho por ver), el HTC U12+ llega ahora sin sacar pecho de manera notable en nada con respecto a sus rivales ya existentes, ni siquiera esa doble cámara frontal, siendo los bordes estrujables los que de momento pueden marcar de nuevo una de las principales diferencias con la competencia (aunque el ROG Phone también tiene esto último). Ni ese "no seguir modas" que recalcábamos al principio del análisis, que es algo valiente y en cierto modo positivo.
8.5
A favor
- La pantalla cumple muy bien en todas las situaciones, y aunque no hay muesca y podría haberse mejorado un poco más se aprovecha muy bien el frontal.
- Da más opciones de interacción con lo bordes estrujables.
- La app de cámara es muy completa e intuitiva y da opciones muy interesantes para el vídeo.
En contra
- La autonomía tiene mucho margen de mejora: nos hace depender de cargadores o baterías externas.
- Es bastante grueso y al calentarse relativamente pronto no resulta al final lo cómodo que podría.
- Tiene cuatro cámaras y no son malas, pero no está a la altura de la competencia.
- El terminal ha sido cedido para la prueba por parte de HTC. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.*
En la realización del vídeo tenemos a Pedro Santamaría.