Pocos pondrían en duda que hoy por hoy uno de los componentes claves a la hora de comprar un celular es la cámara. La generación de contenido y las redes sociales hacen que esta característica tome cada vez más relevancia cuando se analizan las especificaciones de un dispositivo y muchos consumidores no tiene problema en nombrarla como uno de sus principales motivadores de compra.
Dentro de las características que se analizan frecuentemente están los megapíxeles (MP), ya que representa una forma fácil de evaluar y comparar el rendimiento. La tesis generalizada es: entre mayor sea el número de píxeles, mejor va a ser el rendimiento de la cámara.
Sin embargo, esta regla no aplica así exactamente, ni todo el tiempo.
¿Qué son los megapíxeles?
El megapíxel es una convención de medida que, como sugiere su prefijo, equivale a un millón de píxeles. Se puede asemejar con un cuadrado muy pequeño de un solo color que, unido a otros 999.999 cuadrados, forma la base de lo que se reproduce en una pantalla.
Entre más megapíxeles tiene una imagen, se logra más resolución y entre más resolución, se alcanza un mayor tamaño. Es una ecuación que resulta determinante a la hora de hacer una impresión o ampliar una imagen, pero que no es tan importante para imágenes que no están destinadas a habitar más allá del mundo digital.
Porque, aunque significativa, lo cierto es que los MP no son una medida tan importante en lo tocante a la nitidez, ni en la calidad de color de una fotografía.
Entonces, ¿Qué debes tener en cuenta?
hay medidas determinantes, como la apertura focal (f). Esta expresa la capacidad que tiene el obturador para recibir luz y tomar una fotografía.
Es importante recordar que la cifra que expresa la apertura es inversamente proporcional a la cantidad de luz que entra al sensor. En otras palabras, entre menor sea el valor de apertura, mayor es también la cantidad de luz.
Tiene sentido si lo piensas así; cuando el valor es 1, quiere decir que la apertura puede realizarse completamente, pero cuando es 5, indica que solo se abrirá una quinta parte y esto genera que se reciba menos luz.
Sin embargo, debes tener en cuenta que la luz que entra no depende solo de lo abierto que esté el diafragma, sino también del tamaño del sensor, la calidad de la óptica, del procesador que tenga el dispositivo y del software.
Este último resulta clave y por eso los desarrolladores le prestan una especial atención. Si un celular tiene un bajo número de megapíxeles, pero cuenta con una mejor capacidad de procesamiento de imágenes, probablemente se tendrá como resultado una mejor fotografía.
Entonces, a la hora de elegir qué dispositivo se queda con la mejor cámara, debes analizar datos que vayan más allá del número de MP, que muchas veces funciona solo como gancho publicitario. Esto también dependerá de lo que planees hacer con tus imágenes, de tu habilidad para jugar con los ajustes y, en últimas, de lo que consideras una buena foto.
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