España iniciará en La Gomera la fase piloto de su app de rastreo de contactos, usará la API de Apple y Google

El Gobierno de España ha anunciado la puesta en marcha de una fase piloto que permitirá evaluar el funcionamiento de la aplicación móvil de notificación de exposición (o rastreo de contactos) que tratará de ayudar a minimizar y controlar el impacto de la pandemia de COVID-19. Se ha confirmado que la aplicación hará uso de la API de Apple y Google.

Esta fase se ejecutará en La Gomera desde el 29 de junio hasta el 13 de julio próximos, y el objetivo de este piloto es evaluar aspectos técnicos y de experiencia de uso del ciudadano para poder optimizar su diseño y para calibrar el algoritmo utilizado en la aplicación de forma que funcione de forma óptima y se garanticen "la veracidad de las notificaciones".

La app española de rastreo de contactos aprovecha la API de Google y Apple

La Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial en coordinación con el Servicio Canario de la Salud han puesto en marcha esta prueba preliminar de la aplicación con la que se espera determinar si el funcionamiento de este sistema de rastreo de contactos a través del móvil es efectivo.

De hecho, explica el Gobierno, tras la fase piloto "se podrán tomar las decisiones oportunas para la conexión con el sistema de salud de las diferentes comunidades autónomas".

La aplicación ha sido desarrollada por Indra tras aprobarse un contrato con un coste de 330.537 euros. Los responsables del Gobierno destacaban que tanto la Comisión Europea como la Organización Mundial de la Salud confirmaban la utilidad de estas aplicaciones "para detectar posibles rebrotes y ayudar así a romper la cadena de transmisión".

España será "el cuarto país del mundo en lanzar un piloto con la API de Google/API" indican desde el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital, pero además destacan que este será el primer proyecto que "se preocupa por la experiencia de usuario" y "el único que simula contagios", algo que según el Gobierno permitirá recabar mejores datos.

Google y Apple compartieron imágenes de un prototipo (no final) que permitían servir como guía para el desarrollo de aplicaciones que hagan uso de su API de exposición de notificaciones.

En la prueba, explican desde el Gobierno, "se comprobará su funcionamiento a través de identificadores ficticios, con positivos y negativos generados, de forma que se pueda comprobar cómo funciona el sistema de notificaciones ajustando su umbral operativo para evitar que haya distorsiones en un futuro escenario real".

La API de Google y Apple hace uso de un sistema descentralizado de rastreo de contactos y notificaciones de exposición que según dichas empresas se enfoca de forma notable a proteger la privacidad de los usuarios: en ningún momento se comparte por ejemplo la ubicación de los usuarios, que tienen en todo momento el control de si quieren tener o no activa esa opción.

La actualización de estos sistemas que da acceso a la API a las aplicaciones compatibles que publicará cada país comenzó a llegar hace semanas a los móviles de los usuarios.

Privacidad y anonimato garantizados, control total por parte de los usuarios

Desde el Gobierno inciden en su forma de funcionamiento: la app utiliza la conexión Bluetooth del móvil, a través de la cual los móviles emiten y observan identificadores anónimos de otros teléfonos que cambian periódicamente.

Si un usuario acaba siendo diagnosticado positivo de COVID-19 tras realizarse un test PCR, puede decidir si compartir esa información y consentir en que a través del sistema de salud se pueda enviar una notificación anónima.

De esa forma, los móviles que han estado en contacto con el paciente recibirían un aviso sobre el posible riesgo de contagio y se facilitarían instrucciones sobre cómo proceder.

El desarrollo se basa en la API de Google y Apple y en el protocolo Decentralized Privacy-Preserving Proximity Tracing (DP-3T), que se creó con el objetivo de ser totalmente escrupuloso con la privacidad del usuario.

Solo se envían identificadores cifrados a un servidor que actúa como un punto relay de redifusión para que esa información pueda ser recibida por el resto de terminales y se detecten así posibles contactos. Tanto el cotejo de los datos como el análisis de riesgo se lleva a cabo en el móvil del usuario y no en un servidor centralizado.

La Agencia Española de Protección de Datos ha participado en el proceso de desarrollo y puesta en marcha de este proyecto piloto y seguirá colaborando en la evaluación de los resultados.

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