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Los errores del FlexPai: probamos el primer smartphone plegable y esto es lo que deberían evitar quienes vengan después

2018 apuntaba a ser el año de las pantallas flexibles. Pero no ha sido hasta este CES 2019 cuando hemos podido probar el primer smartphone con pantalla plegable. Y no nos referimos al dispositivo de Samsung, que conoceremos a finales de febrero, sino al FlexPai. Un móvil que ya está disponible para comprar en China y llegará a Europa y los EEUU con un precio que supera los 1.500 euros en algunas configuraciones.

Royole, una empresa especializada en componentes flexibles, se ha adelantado a las grandes marcas a la hora de mostrar el primer móvil con pantalla plegable. Durante la feria de Las Vegas muchos medios nos acercamos para conocerlo, principalmente para conocer qué tipo de ventajas ofrece un smartphone de estas características. Sin embargo, pese a lo prometedor que podía parecer sobre el papel, el resultado en directo deja bastante que desear.

Estas son nuestras primeras impresiones del FlexPai, el primer modelo comercial con pantalla flexible que anticipa un año donde por fin parece que los distintos fabricantes se animarán a presentar su propio móvil plegable.

¿Qué tipo de móvil es el FlexPai?

El primer punto conflictivo del FlexPai es que es difícil de catalogar. Se habla de él como un smartphone porque tiene la capacidad para realizar llamadas y puede doblarse hasta tener la forma de un móvil, pero cuando está desplegado actúa más bien como una tablet pequeña. De la misma manera que las phablets en su día resultaban difíciles de catalogar, con estos móviles flexibles nos ocurre algo parecido. Son móviles al final, pero por el momento son tan distintos que la sensación de llamarles simplemente "smartphones" nos resulta extraña.

Siguiendo las especificaciones, tenemos un dispositivo con una pantalla flexible AMOLED de 7,8 pulgadas y una resolución 1920 x 1440 píxeles. Esto es, una especie de tablet de ocho pulgadas con resolución FullHD en formato 4:3. Siendo habitual que los móviles tengan pantallas cada vez más panorámicas, volver a este formato más cuadrado ya es un cambio.

En el interior del FlexPai tenemos la primera sorpresa. Anticipándose también a otras marcas, Royole nos ofrece el Snapdragon 855, el último chipset de Qualcomm y el procesador que previsiblemente añadan muchos de los buques insignia de este 2019. Junto a ello, tenemos versiones de 6 y 8 GB de memoria RAM junto a 128 o 256GB de almacenamiento, ampliables mediante microSD. Pero como comentaremos ahora, el rendimiento tampoco es precisamente su punto fuerte y no hemos notado una fluidez digna de sus especificaciones.

Otro punto curioso es el apartado fotográfico. Una de las ventajas de estos móviles flexibles es que al tener dos caras no es necesario tener una cámara delantera y otra trasera. Con una única cámara principal podemos hacer tanto fotografías como selfies. El FlexPai viene con dos sensores, uno principal de 16 megapíxeles y otro secundario de 20 con una apertura f/1.8, apoyado por OIS para la grabación de vídeo.

El resto de características pasa por el USB tipo C, jack de 3.5mm y una batería de 3.970 mAh. Una capacidad bastante elevada para un móvil pero se nos antoja algo corto para un dispositivo que al final cuenta con un panel de casi ocho pulgadas. Porque pese a que cuando lo doblamos la interfaz se adapta a una parte, la otra zona de la pantalla sigue encendida.

¿Cómo es de grande el FlexPai? Bastante. Desplegado tiene el tamaño de una tablet, con un grosor de 7,6 milímetros. Pero es que al cerrarse no queda totalmente compacto, por lo que es mucho más grueso que cualquier otro móvil moderno. También es más pesado. 320 gramos es una cantidad habitual para una tablet, pero es más del 50% que el peso de por ejemplo el Galaxy Note 9 y sus 201 gramos.

Qué problemas y fallos tenemos con el primer móvil flexible

El FlexPai es un móvil de gama alta, al menos así lo entendemos debido al procesador que incorpora y a su elevado precio. Sin embargo en ningún momento tenemos esa sensación premium esperada. Pese a lo novedoso del diseño, en mano se siente tosco, está fabricado en un plástico que se impregna fácilmente de huellas y no hay elementos que nos llamen la atención más allá del formato. Esperamos que los futuros móviles flexibles que lleguen no se olviden que más allá de la innovación hay que seguir manteniendo el nivel en los elementos tradicionales.

Otro problema con el FlexPai es directamente su mecanismo de flexión. La pantalla se dobla por la mitad, pasando del formato tablet a lo que sería un móvil. Lo que ocurre es que el FlexPai no es simétrico. Uno de los laterales, donde se encuentra la cámara, es más ancho que el otro por lo que al doblarlo las pantallas resultantes no son iguales. Una de ellas es de unas 4 pulgadas HD en formato 16:9 y la otra en formato 18:9. Esto nos hace pensar en varias cosas. Por un lado que cuatro pulgadas hoy en día son muy pocas y otro tema es que no tenemos una experiencia consistente. Desde aquí solo pido a los futuros fabricantes que aclaren para qué sirve cada lado o al menos ofrezcan un diseño más compensado.

Pero es que además contamos con una "tercera pantalla" que se encuentra en el centro del pliegue. Como no se dobla al 100%, queda un ancho que FlexPai aprovecha para que actúe como una pantalla independiente. Normalmente queda vacía, por lo que la sensación es extraña. Técnicamente pueden mostrar notificaciones y contenido especial ahí, pero durante la prueba no recordamos que ninguna aplicación hiciera uso de ello.

Cuando doblamos el móvil, la pantalla del otro lado se queda encendida sin aportar nada. Además, al doblarlo por un lado no logras saber si la aplicación se va a quedar por donde a ti te interesa. Como decimos, agradeceríamos que Royole indicase mejor hacia donde va a ir el contenido.

Según las especificaciones oficiales y lo que los representantes de la compañía nos explicaron en su stand, el FlexPai aguanta hasta 200.000 pliegues, lo que equivale aproximadamente a unas 100 dobleces al día durante unos cinco años. Numéricamente parece suficiente, pero es que cuando lo intentas abrir el mecanismo es pesado, tosco y tienes que hacer bastante fuerza para doblarlo. Hay que agarrarlo desde el centro y tirar hacia afuera para separar los imanes. Entendemos que no es lo más flexible del mundo porque eso lo convertiría en un móvil demasiado frágil, pero no es un movimiento cómodo de realizar.

Más peligroso todavía está el hecho que únicamente se dobla en una dirección. Y si te equivocas, corres el peligro de romperlo. El lema de Royole es precisamente "adiós a las pantallas rotas", pero la sensación de fragilidad cada vez que te equivocas al doblarlo está ahí. Otros fabricantes seguramente podrían ofrecer un diseño más compacto y que en mano dé mejor sensación de seguridad.

Estos móviles flexibles incorporan paneles AMOLED porque son idóneos por su composición para doblarse. De hecho, Royole es un fabricante de paneles y componentes, no de móviles. Por el stand habían otros dispositivos flexibles más allá del móvil y todos tenían como protagonista estas pantallas flexibles.

Pero la calidad de estas pantallas no es tampoco la mejor que hemos tenido entre manos. Ni de lejos. Era un panel AMOLED correcto, pero en el rato que lo estuvimos probando ya notamos ciertas degradaciones de color. Los ángulos de visión no eran los mejores, pero es que en la zona del pliegue estos defectos del panel se acentúan mucho más. Aquí es donde la experiencia en pantallas de otras marcas como Samsung debería notarse.

Justo en esta zona intermedia del pliegue es donde se aprecian más los problemas. No solo a nivel del panel, también incluso el tacto es ligeramente distinto y se notan los pliegues traseros.

WaterOS es el nombre que han decidido colocar a la capa de personalización de Android 9 Pie que se ejecuta en el dispositivo. Es una capa a la vieja usanza, con unas pocas aplicaciones preinstaladas, iconos personalizados y poco más. No se nos ofreció ninguna herramienta diferenciadora que hiciese uso práctico de la pantalla flexible.

Las aplicaciones no están adaptadas más allá de colocarse en pequeño cuando se dobla el móvil. Pero más allá de quedarse a un lado, no hay nada especial. Echamos en falta un trabajo de software mucho más ambicioso para aprovechar esta pantalla flexible. Royole ha anunciado un SDK para su FlexPai, pero habrá que esperar a que los desarrolladores empiecen a adaptarse a esta nueva tecnología.

Puede que sea el camino, pero el FlexPai está muy verde

La impresión que nos queda del FlexPai es bastante negativa, al menos como para recomendarlo teniendo en cuenta su precio. Es un móvil incómodo para ser utilizado incluso plegado, es pesado y los marcos no son simétricos. La experiencia del software tampoco se adapta bien a la pantalla flexible y en general no soluciona ningún problema práctico. Demasiado caro para ser una tablet y muy poco refinado para ser un móvil de gama alta. Un producto que se queda entre dos mundos.

Pero este FlexPai es un producto real y esa posiblemente su mejor baza. Hasta la fecha los móviles flexibles eran prototipos, dispositivos a los que siempre les faltaba algo para poder venderse. El FlexPai es un móvil completo. Quizás nos olvidemos de él en unos meses y no logre captar mucha más atención, pero sí tiene el mérito de habernos ofrecido por primera vez la experiencia de cómo pueden llegar a ser estos móviles flexibles. Ahora solo esperamos que los siguientes que lleguen corrijan la mayoría de sus errores.

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