La industria que se encarga de crear cámaras pequeñitas no solo está creciendo gracias a los teléfonos móviles, todos los avances tecnológicos y producción están repercutiendo positivamente en nuevos negocios que hacen crecer las arcas de las compañías involucradas. Sony es la que lleva la voz cantante, lo comprobamos el año pasado, pero hay más protagonistas en este particular mercado.
La evolución es constante, a ritmo imparable. Prácticamente nos encontramos con una nueva generación de cámaras por cada temporada de teléfonos, siempre con tecnología CMOS en sus sensores, y elementos y circuitería asociados que nos sorprenden con una capacidad de proceso impensable en un espacio tan pequeño: estabilización óptica y digital, grabación de vídeo en formato 4K, o enfoques ultrarápidos gracias a sistemas híbridos.
En definitiva, una tecnología que ofrece una calidad más que de sobra para el fotógrafo aficionado, y que nos permite llevar una mejor cámara siempre encima. Pero como hemos comentado antes, mucho de estos sensores y desarrollos parten para dar vida a los ojos de nuevas cámaras en coches, en drones, cámaras de acción, o en la floreciente realidad virtual.
Las fábricas e ingenieros van a pasar unos cuantos años bastante buenos, y haber estado bien posicionado para afrontar la era de los sensores móviles va a reportar muchos ingresos, y buena salud para los que supieron invertir. Según informes de especialistas en la materia como Yole Développement, el mercado de los sensores CMOS va a ser un negocio muy jugoso: en los próximo cinco años se van a mover 18.800 millones de dólares.
Actualmente es Sony la que tiene la cuota de mercado más importante, controlando un 35%. La compañía japonesa ha visto como sus ventas se han incrementado en un 31%, pasando de ingresar de 2.800 a 3.600 millones de dólares de un año para otro. En la siguiente gráfica queda bastante claro el panorama de esta industria:
Otros nombres importantes en la industria son bastante sonados, como Samsung u Omnivision, pero también hay otros protagonistas con menor cuota, pero bien situados para crecer si la cosa le marcha bien: On Semiconductor, Canon, Toshiba, y Panasonic. La empresa coreana es la única que le tose a Sony, con un 19% de la cuota.
Haciendo un repaso rápido de estos nombres, comentar que las que más crecen son SK Hynix, Panasonic y On Semiconductor, principalmente por ofrecer cámaras que reconocen rostros en diferentes ámbitos. Samsung, Omnivision o Toshiba - ahora de Sony - no han experimentado crecimiento, mientras que empresas como STMicroelectronics o Canon, han caído en ingresos. El mercado en general ha crecido un 12% de 2014 a 2015: 6.700 millones de dólares.
Múltiples cámaras por cada teléfono
Centrándonos en los sensores móviles de tipo CMOS, el otro gran avance que hemos vivido en los últimos años es el de la retroiluminación con los llamados sensores (BSI), y es que el punto débil de estos desarrollos está claramente ubicado en el funcionamiento con situaciones de luz complicadas.
Los sensores y ópticas son muy pequeños y no se pueden hacer milagros. Eso sí, es sorprendente ver como se ha mejorado en estabilización de imagen, en capacidad de enfoque, y en la calidad del vídeo que son capaces de registrar. Muchas de las limitaciones parece que pasan por una solución a medio plazo: doblar el número de cámaras.
El gran salto para los suministradores de sensores móviles podríamos decir que llegó con la necesidad de tener mejores cámaras en el frontal, así que por cada teléfono al menos tendrían que ofrecer dos soluciones. Actualmente vivimos un momento en el que hay configuraciones con múltiples cámaras en una misma zona del teléfono, incluso podemos esperar que esto se convierta en un fenómeno más importante con las cámaras que registran profundidad, al estilo Tango.
Coches, drones, realidad virtual
Parándonos en el mercado automovilístico, comentar que estas mismas fábricas que crean los sensores para tu teléfono, también desarrollan las que necesitan los vehículos para ver o para que nosotros veamos cuando aparcamos. Las ventas se incrementaron en un 23% en 2015, consiguiendo amasar 537 millones de dólares, poca cosa comparado con el mundo móvil, pero es algo en constante crecimiento (creció un 23% con respecto a 2014).
La misma tecnología CMOS, pero adaptada va a parar al mundo de los drones, que prácticamente no se entienden sin una cámara a bordo. Cada vez más sofisticadas, también tienen su espacio dentro de los nuevos cascos de realidad virtual/aumentada, ya que hace falta que alguien registre la información del entorno para ser trabajada digitalmente y crear una mejor experiencia.
Más información | Yole Développement
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