BlackBerry KEYone, primeras impresiones: un smartphone "anti-mainstream" con vigilante de seguridad en el software

Los que por suerte hemos ido a unos cuantos MWC seguidos nos fijamos en el tamaño y la espectacularidad de los stands, quién ha traído un stand mucho más pequeño que el año anterior, quién se ha comido el espacio de otros y quién ni siquiera ha estado. Y uno de los que este año lucía bastante más era el de BlackBerry, sobre todo con motivo de traernos su última novedad, la cual hemos podido probar y tenemos unas primeras impresiones de la BlackBerry KEYone.

Como supimos a finales del año pasado, los canadienses mantenían su marca dejando la fabricación en manos de TLC, y desde ahí hemos visto ya algunos terminales como la BlackBerry DTEK50 y la BlackBerry DTEK60. Esta vez el smartphone lleva algo más de genética BlackBerry y a diferencia de estas dos presenta teclado físico, uno de sus principales reclamos al diferenciarse de lo que la industria ha marcado. El sistema operativo sigue siendo Android tal y como establecieron en esta nueva fase pero eso sí, la seguridad y la personalización se mantienen en el software.

Diseño y construcción: ¿diferenciarse ante todo?

Hace un tiempo hablamos aquí de lo "aburrido" que se había vuelto el diseño con el hecho de que impere el típico factor forma de (casi) todo pantalla en el frontal y botones en éste, los laterales o la trasera según caso, pero ya cada vez menos bisagras y teclados físicos. Esto sufre en ocasiones ciertos picos de demanda o bien conserva un público fiel que seguirá pidiendo teclas físicas para la escritura y no un teclado virtual como requieren la mayoría de smartphones desde hace unos años.

La KEYone rompe con ese determinismo y recupera un teclado físico que no veíamos en esos modelos que mencionábamos en la introducción, pero sin el ancho de la BlackBerry Passport y sin que se esconda como la BlackBerry Priv (70,4 milímetros de la KEYone frente a 90,3 de la Passport). Y hablando de dimensiones, es un terminal robusto y relativamente grande, más por alto y grueso que por ancho. No obstante, en cuestión de agarre no resulta incómodo, de hecho ese grosor (9,4 milímetros) probablemente influya en la comodidad como los bordes en curva (una semicircunferencia completa).

No es tan cómodo el botón de bloqueo al estar demasiado alto, teniendo en cuenta que nuestras manos tenderán a estar en la base al estar ahí el teclado físico. Pese a no ser pequeña, no resulta pesada y la trasera, de plástico, mantiene el logo de BlackBerry con un acabado de patrón rugoso que evita que el terminal se pueda resbalar.

Aunque no estés acostumbrado al teclado físico, los gestos sobre el mismo resultan bastante útiles, sobre todo el de lanzar palabras de la predicción durante la escritura

¿Y la comodidad del teclado físico? Este aspecto es subjetivo e influirá la destreza, la costumbre y las ganas que tengamos de habituarnos si no es el caso. Las teclas no requieren una presión excesiva y una vez te familiarizas con los gestos a modo de cursor sobre el teclado éstos resultan bastante útiles, sobre todo el de lanzar palabras de la predicción durante la escritura al texto en pantalla (deslizando hacia arriba enviaremos la sugerencia del diccionario predictivo al texto, en cualquier app).

Faltará probarla durante más tiempo para determinar si es fácil habituarse o no a este teclado (cuando no se es usuario habitual de móviles con teclado físico), pero al menos sí hemos visto que el lector de huellas está integrado en el mismo y que funciona bastante bien (es la barra espaciadora). Eso sí, las dos manos son prácticamente obligatorias aunque sea más contenida que la Passport.

A la izquierda la BlackBerry KEYone (9,4 milímetros) y a la derecha el iPhone 7 (7,1 milímetros).

Pantalla: ¿cómo que no hay móviles con pantalla de menos de 5 pulgadas?

Todo es un poco relativo en la KEYnote y las dimensiones de la pantalla no escapan a esto. A priori choca un poco ver que un smartphone nuevo que no es pequeño presenta una pantalla de 4,5 pulgadas, sin ser otro iPhone pequeño o un Xperia Compact. Pero ése es el espacio que el teclado físico deja al panel, quedándose fuera de la competición por el aprovechamiento del frontal por parte de la pantalla con un 55,9%.

Dejando esto a parte, la pantalla es IPS con una resolución de 1.080 x 1.620 píxeles (unos 433 píxeles por pulgada), teniendo suficiente nivel de detalle y buenos colores, quizás algo fría en general. La sensibilidad táctil es correcta, aunque tuvimos algunos taps sin respuesta o con respuesta lenta pero que finalmente achacamos al software (posteriormente hablaremos de él).

A falta de probarla a plena luz del sol, en interiores la visualización es correcta (teniendo en cuenta que el stand de BlackBerry tenía una iluminación más bien baja). Y aunque también es cuestión de software en última instancia, comentar aquí también que podemos ejecutar pantalla dividida fácilmente desde la multitarea (siempre y cuando las apps lo soporten).

Android según BlackBerry: que el usuario no olvide la seguridad

Como decíamos al principio, el hecho de llevar Android no cambia que en el ADN y el software de los smartphones BlackBerry se siga priorizando la seguridad y la privacidad, y la compañía ha trasladado y adaptado su software al sistema operativo de Google. Lo que vemos en este terminal es la pestaña de accesos rápidos (que podemos personalizar ligeramente) y la app propia de gestión de permisos DTEK.

Esta app nos permite un mejor control de los permisos que damos a las apps, de modo que podemos personalizar una barrera a la hora de que se descarguen apps que se excedan con los permisos según nuestra voluntad. Al abrirla nos dirá el estado de seguridad del terminal según sus criterios propios de seguridad (en el caso de la que probamos ponía "pobre"), pudiendo mejorarlo viendo cada apartado de seguridad.

Si no tenemos configurada DTEK para que nos bloquee instalaciones o nos avise, podemos descargar cualquier app por muchos permisos que pida (lo comprobamos descargando unas cuantas), aunque hay mucho que configurar y requiere un rato por nuestra parte para dejar la seguridad a la carta. En cuanto a la pestaña lateral de accesos rápidos, es ahí donde detectamos algunas pulsaciones sin respuesta, aunque en ocasiones estos primeros teléfonos de muestra tienen software algo inmaduro.

En cuanto a la fluidez es más o menos lo que se espera para un terminal de gama media actual, con algún lag mínimo y esporádico al abrir el cajón de apps o los que hemos comentado en la pestaña (no tanto en multitarea ni al pasar entre las páginas de escritorio), pero nada molesto y que como comentamos no podemos descartar que se deba al estado de madurez del software. Claro que no ayudó toquetear la DTEK60 que tenía por compañera de stand, con un Snapdragon 820 y que iba como un rayo.

Carga rápida y audio cámara prometedores

La cámara trasera de la KEYone destaca por el tamaño de su lente, con un sensor de 12 megapíxeles y 8 en el caso de la delantera. Aquí el teclado físico va a ser algo molesto a la hora de tomar las instantáneas (no es una incomodidad insoportable, pero probablemente echemos de menos tener más cerca los botones táctiles o tendremos la sensación de que algo nos invade la pantalla constantemente).

La app es propia y tiene bastantes ajustes para poder hacer un disparo parcialmente manual. Podemos regular el balance de blancos, la ISO, la exposición y el enfoque, y de hecho sacamos buenas macros apurando hasta llegar a la distancia mínima de enfoque. Las condiciones de luz eran bastante desfavorables, con mucho contraste en la iluminación, pero más o menos se defendía en cuanto a ruido (inapreciable) y detalle (una pérdida en objetos lejanos y oscuros, dentro de lo esperado, bueno con luz y en macros). Quizás falte algo más de viveza en los colores, aunque faltará ver en exteriores.

Este stand estaba algo más calmado que otros por localización (y fecha), pero aún así las pruebas de audio siempre son bastante a medias en estas condiciones. La KEYone tiene un buen volumen para cuya salida han dispuesto el altavoz en la parte de abajo. Una buena ubicación (aunque esto depende del gusto de cada uno) en cuanto a que por el agarre habitual a dos manos probablemente no los tapemos y a que así tampoco está en el frontal (ocupando sitio) o en la trasera (quedando tapado al apoyarlo en la mesa)

Otro punto positivo es la integración de USB tipo-C y el soporte de carga rápida. De la batería obviamente no podemos opinar, pero con esto, los 3.505 mAh y el hecho de que no hayan subido a resoluciones superiores en la pantalla dejan la sensación de que en cuanto a autonomía la KEYone puede quedar bastante bien.

Para quien busque la BlackBerry de siempre

Teniendo en cuenta otros dispositivos de la casa como la Priv o las DTEK, probablemente la KEYone no sea un dispositivo recomendable para quien no tenga claro el teclado físico o busque un terminal puente para ser usuario del mismo, porque dado el diseño el proceso de acostumbrarse al mismo puede costar (sobre todo si somos de pulgar corto). Para el caso contrario, el usuario que busca este teclado es una opción más acertada, sobre todo si está familiarizado ya con los gestos que hemos comentado antes.

La experiencia con él de momento es bastante buena, siendo una propuesta curiosa y que prioriza la seguridad en el software además del comentado factor forma, planteándose como móvil para quien vaya a basar su uso en la escritura y se resista al teclado en pantalla o encuentre ventajas en el físico. Eso sí, escapa a la mayor parte de la demanda y a quien busque (teclado físico a parte) un tope de gama.

Nos deja con ganas de probarlo más a fondo sobre todo para ver la seguridad de software de la que hacen gala, qué tal se porta esa cámara con un modo semi-manual en exteriores (y la pantalla), y si el diseño y la comodidad lo hacen un terminal candidato de una manera más clara para el usuario que provenga de teclado virtual.

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