Justo ayer comentábamos lo que esperamos ver en el Mobile World Congress 2018, uno de los principales acontecimientos tecnológicos del año a nivel mundial. Algo que ha ido a más con los años y que desde 2006 es Barcelona quien acoge este evento, que ha ido a más tras tantas ediciones sin estar exento de polémicas y de otras candidaturas potenciales. ¿Cómo pinta entonces el futuro del MWC en Barcelona en 2018?
A modo de breve recordatorio o explicación, el MWC es un evento centrado en el mercado del móvil y las comunicaciones que cada año reúne a empresas de dicho sectores, estableciéndose un centro neurálgico temporal de presentaciones, demostraciones, negociaciones y miles de asistentes entre los que estamos también infinidad de medios. Esto obviamente se traduce en un pico de ocupación hostelera, restauración y transporte con las consecuencias (buena y malas) que ello acarrea, de ahí que no todo sean ventajas y que su sede esté en debate puntualmente.
Impacto económico en Barcelona y en España
La asociación de la Ciutat Comtal con este evento de eventos no es casual, dado que es su sede desde 2006 como decíamos al inicio. En conjunto con un crecimiento de la industria (y teniendo en cuenta de que no sólo hablamos de móviles y redes, ni mucho menos), la afluencia ha ido aumentando con las ediciones y de manera proporcional también el impacto económico en Barcelona, quedando así según los datos de Statista desde 2006 a 2017:
La GSMA publicó datos numéricos bastante concretos sobre la edición de 2016, los cuales dan una idea de la magnitud de la feria. Ese año se batía de nuevo récord de asistentes, como también veíamos en el gráfico a nivel económico (algo que ocurre casi cada año), con una asistencia de 101.000 congresistas frente a los 95.000 del año anterior.
Sabíamos además que la edición de 2016 reunía unos 2.200 expositores y que más de 3.600 medios éramos parte de todas esas personas que se observan de aquí para allá en cualquier momento en los halls de la feria. Además, según informó El Periódico en el aeropuerto de El Prat se operaron 381 vuelos privados con motivo del MWC (un 139% por encima de lo que ese aeropuerto opera en una semana estándar de febrero), con un aumento de las ventas en la zona comercial del 43%.
El retorno económico lo nota la ciudad y lo valoran las empresas que ponen (casi) toda la carne en el asador por la feria. El ejemplo que citaban en este periódico de la catalana Lleida.net lo ilustra bastante bien, quienes explicaban que invertían más de 150.000 euro en marketing y en el stand al depender el 40% de su facturación anual del evento. Y también el hecho de que el MWC suponga el 40% de los ingresos de Fira de Barcelona al año (dato basado en los 148,1 millones de la edición de 2015).
Estamos hablando de muchos millones de euros, ¿de dónde sale todo? Eso mismo se preguntaron y respondieron en Magnet, citando además de las cifras que hemos comentado aquí unos parámetros que sirven de reflejo: las validaciones en servicios públicos de transporte (metro y cercanías, principalmente) y la ocupación de plazas hoteleras, que un año más volvía a ser plena.
Las validaciones en servicios públicos de transporte y la ocupación de plazas hoteleras son un buen indicador de lo que se llega a recaudar
El efecto de la afluencia y el retorno económico también se puede comprobar por el número de contrataciones que se realizan, siendo empleos temporales que duran entre dos y cuatro semanas según las fuentes de El Periódico. John Hoffman, CEO de GSMA, quien cada año es el que se encarga de dar estas cifras (según la organización), hablaba en 2015 de que el MWC de 2014 (que dejó 397 millones de euros en Barcelona) "promovió la creación de más de 12.000 puestos de trabajo", contando más de 62.000 puestos desde 2006 y hablando de "3.000 millones de euros para la economía catalana".
Todo esto pese a los gastos, que evidentemente los hay y son un buen pellizco. Está la inversión en publicidad (como hemos visto con el caso de Lleida.net), que según Expansión suponía una inversión de 52 millones de euros entre tweets, artículos de prensa, radio, televisión y medios online.
Están además los costes (indirectos) para el Ayuntamiento de Barcelona. Nos detallaban también en Magnet que el contrato entre GSMA y el consistorio implicaba ventajas fiscales para las empresas participantes, según reportaba La Vanguardia:
- Del 15% para aquellas que acudan e inviertan en publicidad.
- Bonificaciones del 25% para personas físicas.
- Del 35% para compañías que hagan donaciones a entidades sin ánimo de lucro o de mecenazgo.
Así, la tendencia de recaudación es creciente como hemos visto y para la edición de este año no se espera menos. Para la edición de 2018 la organización calcula que el MWC dejará 465 millones de euros en Barcelona, previendo la asistencia de 101.000 congresistas y de 2.200, creándose unos 13.200 puestos de trabajo temporales.
Europa como núcleo del mercado móvil
Con todo esto, el MWC ha quedado como uno de los principales eventos tecnológicos anuales a nivel mundial, junto al CES, la IFA y otras ferias internacionales algo menores y más específicas como Computex. Algo un tanto paradójico teniendo en cuenta que, hablando del mercado del móvil, los principales fabricantes son asiáticos (Samsung, Huawei, LG y Sony entre otros) y la feria se celebra en Europa.
Esto lo vimos de pasada hace poco hablando de Huawei y nos lo contaban los compañeros de Xataka Móvil echando la vista hasta tres años atrás y tirando de números, mostrando unos top 5 de fabricantes de móviles casi monopolizados por Asia (está Apple como excepción continua, y el caso es que tampoco es europea).
Obviamente no sólo de fabricantes de móviles y hardware entiende el MWC, y el abismal todo lo hacen también operadoras y otras empresas que sí son profetas en tierras europeas, como Ericsson, Vodafone, Telefónica y otras compañías telefónicas y de redes. Pero el hecho es que con los años el macroevento ha pasado a ser a grandes rasgos la última gran feria tecnológica que se mantiene en Europa (con la IFA) y el evento de referencia del mundo del móvil, cuando el fuerte del móvil no está del todo en el Viejo Continente.
De hecho, la propia GSMA celebra otros dos MWC en América y Asia, concretamente en Los Ángeles y en Shanghai. Pero ambas son más tarde que la europea, quedando como eventos secundarios (y con menos repercusión que la de Barcelona).
Barcelona sigue siendo sede... De momento
Que el MWC tenga un impacto importante a tantos niveles es algo positivo y negativo a la vez. Tras las cifras de recaudación y ocupación hotelera están las huelgas de transporte y las protestas que hay cada año, los colectivos y partidos en contra de que se celebre y la locura extra que supone a los habitantes de la ciudad, sin olvidar cómo puede afectar la incertidumbre política que cierne sobre Catalunya.
Si unimos la polémica con lo jugoso que es económicamente acoger un evento así, no es raro que haya dudas de su permanencia en Barcelona tras tantos años y con otras candidatas potenciales. De hecho, el pasado mes de noviembre tanto el Ayuntamiento de Barcelona, representado por la alcadesa Ada Colau y su número dos, Gerardo Pisarello, como el secretario de Estado de la Sociedad de la Información y Agenda Digital, José María Lasalle, intentaron transmitir un mensaje de tranquilidad en torno a la celebración de la feria en esta edición que empieza en unos días.
De hecho, como contaban también en Xataka Móvil al parecer ya se están enviando los contratos en relación a la celebración de la edición de 2019 en Barcelona y existe un compromiso con la ciudad al menos hasta 2023, según la GSMA. Eso sí, siempre y cuando se garantice un «entorno estable y seguro». .
No le faltan novias al MWC
¿Qué ciudades son pues candidatas a sede del evento? A nadie le amarga un dulce y menos si tiene casi 500 millones de euros de dulzura, y no hay que irse muy lejos de Barcelona para encontrar otra candidata o rival dado que Madrid ya levantó la mano hace un par de años, aunque de momento la propuesta no ha ido más adelante.
Saliendo de las fronteras ibéricas tampoco faltan ciudades con ganas de acoger el evento. Según El Confidencial, París lleva años persiguiendo la acogida feria, siendo Munich y Milán también aspirantes a sede.
La última que ha sonado fuerte (y no hace mucho) ha sido Dubái. Al parecer, según contaba Expansión, la organización habría visto con muy buenos ojos la infraestructura de la ciudad de cara a la próxima Exposición Universal, cerca de lo aeropuertos y con 438 hectáreas de superficie. Como decíamos, Barcelona en teoría la acogerá al menos hasta el 2023, pero Dubái podría ser una especie de plan B si la GSMA viese que la Ciutat Comtal no es ese entorno "estable y seguro" que desean.
Así, por el momento el MWC se queda en Barcelona y durante algo más de cuatro días esta ciudad se convertirá en un hormiguero de reporteros, cargos importantes, políticos, profesionales del sector y asistentes en general, con todo lo bueno y lo malo que hemos visto que trae. Veremos si se acaba cumpliendo el acuerdo hasta 2023 y quién se lleva este gran evento a casa si abandona la ciudad española.
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