Algunos smartphones 5G no están preparados para las redes 5G definitivas, según Huawei, y «la culpa» la tienen las fases NSA y SA

Huawei se propuso poner los puntos sobre las íes durante la presentación de su sorprendente Mate X, el smartphone con pantalla plegable que está consiguiendo alzarse como uno de los protagonistas indiscutibles de esta edición del Mobile World Congress (MWC). La compañía china utilizó una de las diapositivas de su presentación para reflejar que este terminal, que tiene conectividad 5G, está mejor preparado para acceder a estas redes de nueva generación que algunos de sus competidores.

La diapositiva de la que os hablamos (podéis verla un poco más abajo en este mismo artículo) defiende que el módem instalado en su nuevo Mate X está capacitado para acceder a redes 5G SA (Standalone), mientras que «otros» terminales, así, sin precisar más, aunque es evidente que se refiere a algunos de sus competidores, solo pueden acceder a redes 5G NSA (Non-Standalone). Somos conscientes de que probablemente muchos usuarios no sepan en qué se diferencian estas redes, si esto es importante, y si tiene sentido hacer esta distinción o solo es una maniobra de marketing por parte de Huawei, así que aquí tenéis nuestras respuestas.

Divide y… vencerás

La migración desde las infraestructuras de comunicaciones de cuarta generación (4G) a las de quinta generación (5G) conlleva retos de mucha envergadura. A los desafíos que es necesario resolver en el ámbito de la ingeniería de telecomunicaciones su unen los que acarrea la necesidad de definir una reglamentación internacional que regule la utilización del espectro de radiofrecuencia más allá de los límites impuestos por las fronteras fijadas por el hombre.

Además, como podemos intuir, el despliegue de una nueva infraestructura de comunicaciones inalámbricas de alcance nacional requiere que las operadoras de telefonía afronten una inversión importante. Afortunadamente, todos estos retos, y algunos otros en los que no merece la pena que nos detengamos en esta ocasión, tienen solución. Las compañías y los organismos involucrados en la implementación y el despliegue de las redes 5G llevan años trabajando para superar estas trabas, y una forma de conseguirlo consiste en apostar por la estrategia «divide y vencerás».

Las redes 5G Non-Standalone se afianzan sobre la infraestructura 4G existente, mientras que las redes 5G Standalone son independientes de la infraestructura 4G actual

Este método, que se utiliza habitualmente en diseño algorítmico, consiste simplemente en dividir un problema grande y complejo en otros más pequeños y fáciles de resolver. Si alguno de estos problemas más pequeños sigue siendo demasiado complejo, se vuelve a dividir en otros aún más pequeños y simples. Y seguimos aplicando esta regla hasta que los problemas a los que llegamos sean tan pequeños y sencillos que su solución sea perfectamente asumible. A partir de ahí la solución de cada pequeño problema nos ayudará a encontrar la del problema de mayor entidad del que ha derivado.

Redes 5G Non-Standalone vs redes 5G Standalone

La implementación y el despliegue de las redes 5G es un problema grande y complejo. Y, por esta razón, la estrategia que están utilizando las entidades responsables de llevar a buen puerto este reto se parece mucho a la filosofía «divide y vencerás» de la que acabo de hablaros. Y es que, en vez de optar por un modelo en el que la transición de las redes 4G a las comunicaciones 5G es abrupta, han apostado por una trasformación suave y paulatina que permite ir resolviendo los hitos que se presentan poco a poco.

Las redes 5G SA pondrán a nuestro alcance la mínima latencia y la alta velocidad que nos ha prometido la tecnología 5G

Este modelo, sin entrar en detalles demasiado farragosos, consiste en dividir la implementación y el despliegue de las redes 5G en dos grandes fases conocidas como NSA (Non-Standalone), que podemos traducir como ‘no autónoma’, y SA (Standalone), que significa ‘autónoma’. La fase NSA precede a la etapa SA por una razón de peso: es más fácil de implementar y menos costosa. Y es que durante la fase NSA las redes 5G se asientan sobre la infraestructura 4G existente.

Los dispositivos 5G que intervienen en la comunicación durante la fase NSA, como cualquiera de los smartphones 5G que ya han sido presentados, establecen el enlace utilizando las bandas de frecuencia características de las comunicaciones 5G porque, de lo contrario, no conseguirían alcanzar las velocidades de transferencia que nos ha prometido esta tecnología (tasas medias superiores a los 100 Mbps y picos teóricos de hasta 20 Gbps). Sin embargo, la comunicación entre esos terminales y las estaciones base se lleva a cabo a través de enlaces 4G como los que utilizamos ahora, de ahí que la fase NSA no defina una infraestructura 5G que aproveche los beneficios de esta tecnología a todos los niveles.

Esta limitación queda resuelta en las redes 5G SA. Y es que los dispositivos involucrados en la comunicación utilizan las bandas de frecuencia que requieren los enlaces 5G tanto durante las operaciones de transferencia de datos como al llevar a cabo el diálogo de control con las estaciones base. Esta mejora es posible debido a que la fase SA define unas redes 5G independientes de la infraestructura 4G que tenemos actualmente.

Además, las redes SA harán viable esa latencia media tan prometedora de solo 1 ms que nos han prometido las redes 5G, y que resultará crucial en aplicaciones críticas, como el coche autónomo o la fabricación industrial automatizada, entre otros posibles escenarios de uso. Esta fase, además de minimizar la latencia, también nos ofrecerá un rendimiento mayor en las operaciones de transferencia de datos, una mayor eficiencia global y unos costes más comedidos. Antes de seguir adelante, un breve recordatorio: la latencia es el tiempo que tarda en transferirse un paquete de datos dentro de la red.

Aunque el grupo de trabajo de la asociación 3GPP describió las especificaciones de las redes 5G SA a mediados de 2018 lo más razonable es no esperar su disponibilidad comercial hasta 2020

Como he mencionado unas líneas más arriba, la primera oleada de redes y dispositivos 5G es compatible con la fase NSA, tal y como estipula la versión 15 del estándar 5G propuesto por 3GPP (3rd Generation Partnership Project), que es la asociación que propone los estándares utilizados en los sistemas globales de comunicaciones. En este organismo están representados los fabricantes de equipos y las operadoras de telecomunicaciones. Lo interesante es que el grupo 3GPP aprobó el estándar que describe las especificaciones de las redes SA a mediados de junio de 2018, por lo que su despliegue no debería demorarse mucho.

Esta es la diapositiva que utilizó Huawei durante su presentación del Mate X con pantalla plegable y 5G para reflejar que no todos los smartphones son capaces de acceder a las redes 5G SA.

Según Huawei, la fase SA llegará en 2020, por lo que aquellos dispositivos que incorporen un módem diseñado para trabajar en modo 5G SA podrán sacar todo el partido a esta tecnología de comunicaciones. Así que, como hemos visto a lo largo del artículo, la distinción entre las fases NSA y SA no solo es importante, sino que debería tener un impacto claro en nuestra experiencia como usuarios.

Huawei tiene a su favor su doble condición de fabricante de dispositivos de consumo (smartphones, ordenadores portátiles y demás) y de equipos de comunicaciones, lo que parece permitir a esta compañía reaccionar con rapidez a la aprobación de los estándares que describen las especificaciones de las redes 5G. En cualquier caso, lo más interesante de todo esto es que a los usuarios nos interesa saber a qué tipo de redes 5G es capaz de acceder el módem instalado en nuestro smartphone de última generación, aunque lo previsible es que a partir de 2020 la mayor parte de los terminales esté preparada para trabajar con las redes 5G SA.

Más información | 3GPP

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