El loco mundo de los conceptos de automóvil es y siempre será así de loco, pero de vez en cuando nos sorprenden con ideas que nos sacan más aún de lo que es un coche estándar y que quién sabe si se materializarán de alguna manera en éstos. El que nos ha roto un poco los esquemas ahora es el Audi AI:TRAIL quattro, y ya no sólo por su impactante diseño, sino por sustituir los faros por drones.
Este modelo también estaba guardado para ser presentado oficialmente en el Salón de Frankfurt, una de las principales citas anuales para los fabricantes de automóviles. Ahí también vimos el Mercedes Vision EQC, 100% eléctrico y autónomo. En este caso también se trata de un vehículo eléctrico, aunque más que el motor nos llama la atención la combinación de dispositivos y tecnologías que plantea.
A explorar la naturaleza
Explican en Audi que la idea es no perderse nada y ver bien los exteriores, de ahí que la carrocería de la única cabina que compone el habitáculo del automóvil esté construida en cristal en gran parte de la superficie. En adición a esto, y al contrario de como cada vez es más habitual ver, no hay una gran pantalla como centro de control, sino un smartphone (aunque hay otras pantallas accesorias).
La intención de todo esto: que quien esté dentro del vehículo tenga las mejores vistas de la naturaleza y los alrededores y "que se rompan las fronteras entre el interior y el exterior", explican en ese comunicado. Para todo eso integra neumáticos sin aire, con llantas de 22 pulgadas (que no son pocas) y su chasis es de una combinación de acero, fibra de carbono y aluminio que aligera el peso total del vehículo, quedando en 1.750 kilogramos (incluyendo las baterías).
Pero más allá de esto, de los escalones retráctiles o de la regulación variable de la presión de neumáticos lo que llama bastante la atención es que en vez de faros (de cruce y de largo alcance) lo que utiliza son drones eléctricos autónomos, los Audi Light Pathfinders. También incorpora cámaras y un sistema de iluminación (Audi Light Companion) que proporciona luz ambiental y además puede proyectar la dirección a seguir al emparejarlo con el sistema de navegación.
Este coche es eléctrico y autónomo (la denominación AI implica, como es habitual, inteligencia artificial), con un nivel 4 de conducción autónoma en carretera y nivel 3 a bajas velocidades, manteniendo por ello pedales y volante para que el conductor tome el mando sobre todo en terrenos difíciles. Eso sí, hay una buen dosis de sensores para que éste se vea asistido en la conducción.
Transparente y compacto
Este modelo conceptual mide 1,67 metros de altura, 2,15 metros de ancho y 4,15 metros de longitud, por lo que acaba siendo bastante compacto. Recordábamos antes el concepto de Mercedes que integraba dos motores, y este dobla esa cantidad con cuatro motores eléctricos independientes, uno para cada rueda.
Con todo esto se consigue una velocidad máxima de 130 kilómetros/hora, aunque limitada para lograr autonomías de entre 400 y 500 kilómetros (en carreteras o pistas rápidas), aunque según el terreno esta media puede bajar a 250 kilómetros. La potencia que logra es de 320 kilovatios y el par de motor de 1.000 Nm.
Como siempre, se trata de modelos conceptuales y son una manera de mostrar ideas o las bases de las que se parten para crear posteriormente modelos que sí saldrán al mercado o bien alguna de sus características, pero aplicaciones como las de los drones llaman bastante la atención. Veremos si en el futuro vemos alguna solución similar.