El confinamiento por el coronavirus ha hecho que millones de personas hayan tenido que adaptarse a una situación nueva para muchas de ellas: el teletrabajo.
Es justo en este escenario en el que las soluciones de escritorio virtual (virtual desktop) se convierten en una alternativa muy interesante para los trabajadores, pero cuidado, esta tecnología tiene diferencias importantes con las aplicaciones de escritorio remoto (remote desktop) que son muy populares porque permiten administrar y controlar un PC a distancia. Precisamente eso es lo que queremos hacer: explicar qué hacen unas y otras.
Escritorio remoto: bendito TeamViewer
No sé si alguno habréis dicho alguna vez esa frase, pero quien suscribe lo ha hecho como usuario particular. Esta es una de las muchas aplicaciones que permiten acceder a un escritorio remoto y controlarlo como si estuviéramos delante de él (más o menos).
Con esa idea es con la que nacieron aplicaciones como la citada TeamViewer: uno instala un cliente en un ordenador y otro en el otro y listo, ambos pueden controlarse remotamente el uno al otro cuando se necesita.
Con ello nos ahorramos tener que desplazarnos hasta donde está el ordenador al que queremos conectarnos, y así podemos por ejemplo ofrecer asistencia remota a la hora de resolver problemas desde nuestro ordenador.
Los casos de uso son interminables y se centran muy especialmente en ese ámbito de la asistencia remota: si algo no le funciona a un empleado (o a una madre, como es mi caso), estas soluciones permiten "meterse" en su PC y solucionarlo incluso explicándole mientras lo que estamos haciendo, porque tomamos control de su teclado, ratón y pantalla, pero ese usuario sigue teniendo control si quiere retomarlo y puede ver todo lo que hacemos en remoto.
Las opciones aquí son inmensas. Windows 10 cuenta con una opción de escritorio remoto nativa, por ejemplo, pero también podemos usar una extensión del navegador Chrome o aplicaciones como la excepcional TeamViewer o AnyDesk, por citar algunas alternativas.
Algunas de esas aplicaciones y opciones no solo permiten controlar un PC, sino que también están destinadas a ofrecer un escritorio móvil remoto, algo que por ejemplo la citada TeamViewer ofrece desde hace tiempo tanto para móviles basados en Android como para los basados en iOS (pudiendo controlar un iPhone desde un Android o viceversa, por ejemplo).
El escritorio virtual, opción llamativa para empresas con teletrabajadores
Las plataformas de escritorio remoto son como decimos una excelente solución para tareas de administración y asistencia remota, pero estas soluciones pueden quedarse cortas si queremos ir a un objetivo más ambicioso: el de poder trabajar con un escritorio virtual remoto.
Eso es precisamente lo que ofrecen las plataformas de escritorio virtual y variantes como las plataformas DaaS (Desktop as a Service). Estas últimas son simplemente una implementación VDI (Virtual Desktop Infraestructure) sobre la nube.
La diferencia entre ellas dos es que en un VDI una empresa u organización implementa escritorios virtuales desde sus centros de datos locales y son sus técnicos los que deben implementar y gestionar esa infraestructura. Con DaaS todo se basa en la nube y no es necesario adquirir hardware, porque otra empresa proporciona tanto los servidores como la plataforma, su gestión y su mantenimiento.
Hay ciertos de hecho cierto paralelismo con los servicios de streaming de videojuegos como Stadia: todo se ejecuta en remoto, pero la sensación es la de que el usuario está frente a su PC. Y aquí lo único que cambia es que en lugar de jugar a un videojuego en la nube, controlamos un sistema operativo y las aplicaciones de una empresa u organización en la nube.
En estas plataformas la idea es siempre la misma: ofrecer a los usuarios acceso a un escritorio virtual alojado en la nube. Pueden acceder a ese "PC virtual" desde cualquier otro dispositivo (otro PC más o menos potente, un móvil, una tableta), y trabajar en esos dispositivos, por modestos que sean, con el entorno y las aplicaciones que la empresa ha puesto a disposición de sus usuarios en esos PCs virtuales.
Las ventajas para las empresas son numerosas: los usuarios o empleados pueden acceder a sus sesiones de trabajo desde cualquier sitio y dispositivo, y las empresas ahorran recursos a la hora de actualizar y mantener esos puestos de trabajo.
Además, esos escritorios virtuales garantizan un acceso seguro a todas las aplicaciones —sin que el empleado tenga que usar equipos propios que también pueda tener para uso personal— y esos empleados no tienen que preocuparse de las actualizaciones o de instalar nuevas aplicaciones. La gestión está centralizada, es mucho más sencilla y homogénea, y además de ser totalmente escalable y adaptarse dinámicamente a las necesidades de la empresa suele incluir temas muy importantes como el de la realización de copias de seguridad.
Puede haber también ventajas en el modelo de licencias frente a las soluciones RDS (Remote Desktop Services) que también podrían plantear una alternativa para las empresas: de repente las licencias de Windows 10 (o el sistema operativo servidor), Office y las llamadas licencias de acceso de clientes (CAL) complican el modelo si los usuarios son muchos.
Con las plataformas de escritorio virtual esa gestión de licencias se simplifica y normalmente se abarata. De hecho Microsoft presentó no hace mucho una opción específicamente destinada a este ámbito llamado Windows 10 Multisession, y hace tiempo que Microsoft impulsa su plataforma Windows Virtual Desktop aprovechando el potencial de su infraestructura en la nube, Azure.
En estas plataformas suele haber un fuerte componente de virtualización que permite asignar esas máquinas virtuales a cada empleado que accede remotamente a ellas para trabajar. Además de Microsoft hay otras plataformas muy conocidas como Citrix WorkSpace, VMware Horizon o la solución Gigas Virtual Desktop con la que esta empresa española también compite en este mercado.
Estamos por tanto ante una serie de soluciones que desde luego plantean una alternativa muy interesante para todas esas empresas que se han visto muy afectadas por la pandemia de coronavirus o que simplemente estaban valorando la puesta en marcha de esa forma de teletrabajo que con los escritorios virtuales cobra mucho más sentido.
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