Debian cumple 25 años, y estas son las razones por las que ha sido crucial para la historia de Linux

Aquel 16 de agosto de 1993 un joven Ian Murdock anunciaba en Usenet "la inminente finalización de una nueva versión de Linux, a la que llamaré Debian Linux Release".

Murdock, por supuesto, no tenía ni idea de que Debian acabaría convirtiéndose en toda una institución en el mundo Linux. Esta distribución, madre de otras muchas (Ubuntu incluida), ha cumplido 25 años espléndidos que la han confirmado como un desarrollo crucial en el mundo de Linux y el Open Source.

Debian a través del tiempo

El nombre, que provenía del la combinación del de Murdock y su mujer (Deborah, Ian), ha sido seña de identidad de una distribución con señas de identidad diferenciales. Debian 0.01 no aparecería hasta el 15 de septiembre de 1993, y su primera versión estable tardaría casi 3 años más en salir.

Lo haría con un nombre que marcaría una tendencia: los nombres de los personajes de Toy Story acabarían siendo los nombres en clave para cada una de las grandes versiones de Debian, y así es como hemos ido viendo pasar a Buzz (1.1), Rex (1.2), Bo (1.3), Hamm (2.0), Slink (2.1), Potato (2.2), Woody (3.0), Sarge (3.1), Etch (4.0), Lenny (5.0), Squeeze (6.0), Wheezy (7.0), Jessie (8.0) y la última de todas a día de hoy, Stretch (9.0).

Los nombres de las futuras versiones también están decididos y mantienen ese legado: la próxima gran versión de Debian, la 10.0, aparecerá en 2019 y tendrá como nombre en clave Buster. Debian 11 se llamará Bullseye, mientras que Debian 12 se llamará Bookworm. A partir de 1999, por cierto, Debian usó ese característico logo ("swirl") que fue diseñado por Raúl Silva, hoy diseñador iOS.

Cada una de esas versiones ha ido creciendo en prestaciones y componentes, y a medida que el desarrollo crecía y avanzaba se fueron creando las distintas ramas de Debian en un modelo que muchos otros desarrollos siguieron.

Sus ediciones Stable, Testing y Unstable permitían a cada tipo de usuario actualizar la distribución con paquetes estables, en pruebas o inestables pero que proporcionaban características de última hornada. Hoy vemos ese tipo de "canales" en otros muchos desarrollos (Google Chrome, Firefox, el propio Windows con su programa para Windows Insiders, Apple y sus betas de iOS o macOS).

Una distribución Linux legendaria

Hay muchas razones por las que Debian es distinta al resto de distribuciones Linux del mercado. Es distinta en primer lugar por contar con tres documentos que determinan su evolución: su Contrato Social, su Constitución y su guía de desarrollo de Software Libre.

Este es el aspecto de Debian 8.0 con el entorno de escritorio Cinnamon. Fuente: Ars Technica

En esos documentos se establecen los principios de una distribución que "se mantendrá 100% libre"tuvieron problemas con proyectos como Firefox por esa filosofía— y que "no esconderá los problemas", mientras que en su Constitución se define el funcionamiento interno de una comunidad en el que las decisiones las toman diversos tipos de miembros, tales como los desarrolladores o los líderes del proyecto.

Esa parte algo más organizativa deja clara la seriedad de un proyecto que siempre ha sido conservador en su aproximación al software: en Debian (sobre todo en la rama Stable) uno no puede contar habitualmente con lo último de lo último, pero de lo que sí puede estar seguro es de que la distribución es especialmente estable y fiable.

Esa actitud algo más conservadora probablemente acabó provocando que usuarios independientes, grupos de usuarios y empresas y organismos desarrolladores de software acabaran tomando Debian como base para sus propias distribuciones derivadas.

Creced y multiplicaos

Es así como se creó Ubuntu, la que probablemente es la distribución Linux y que debutó en 2004 para tratar de popularizar el uso de unas distribuciones con fama de complejas para el usuario novel.

Cientos de distribuciones Linux han nacido gracias a Debian. Imagen generada gracias a LinuxTimeline. Podéis ver la imagen a mayor tamaño aquí.

De hecho en su logotipo se leyó durante mucho tiempo la frase "Linux for human beings" ("Linux para seres humanos"), y buena parte de su oferta inicial estaba dirigida a lograr facilitar el uso de Linux a todo tipo de usuarios, no a los tradicionales usuarios de Linux que habitualmente contaban con ciertos conocimientos técnicos.

En Distrowatch, donde desde hace años se mantiene un seguimiento de la aparición (y desaparición) de distribuciones Linux, se contabilizan 387 distribuciones derivadas de Debian, con más de 120 de ellas aún activas. Debian mantiene su propio censo al respecto, por supuesto, pero es que además invita a todo el que quiera a crear su propia derivada —de hecho cuentan con unas versiones especiales llamadas Debian Blends— con una serie de guías para lograrlo.

En realidad aquí cuentan no solo las distribuciones derivadas directas, sino también aquellas "derivadas de derivadas", y es que por ejemplo un gran número de distribuciones no parten ya de Debian, sino directamente de Ubuntu para luego ofrecer ciertas características diferenciales que sus creadores estiman interesanes para cierto nicho de usuarios.

Debian es grande por muchas cosas

Muchas han sido las características que han llevado a Debian donde está ahora, pero sin duda una de ellas es su gestor de paquetes, Advanced Package Tool o APT, un conjunto de comandos que desde 1998 hicieron que la instalación, actualización y eliminación de nuevos paquetes software fuera tan potente, eficiente y sencilla para los usuarios.

Raspbian es la variante de Debian específicamente desarrollada para las Raspberry Pi.

También es legendaria su atención a todo tipo de arquitecturas, descartadas a menudo por grandes desarrolladores comerciales como Apple, Microsoft o Google, pero que tienen en Debian a su mejor aliada.

De hecho es uno de los proyectos software que más arquitecturas soporta, con versiones tanto oficiales como no oficiales. Aquí tenemos soporte tanto para plataformas muy extendidas (las x86-64 e IA-32 que se utilizan en procesadores de Intel y AMD, así como MIPS y distintas versiones de ARM) como para otras mucho menos populares como DEC Alpha, HP PA RISC, Intel Itanium, Motorola 68k, PowerPC, SPARC o RISC-V.

Debian en particular (como Linux en general) es el mejor ejemplo de esa ubicuidad y versatilidad de un sistema operativo que permite por ejemplo que sea protagonista en todo ese segmento de mini-pcs orientados al segmento maker y de la educación que nos ha conquistado con proyectos como las Raspbery Pi o Arduino.

Su presencia es también notable en un segmento radicalmente distinto. De lo "pequeño" que proponen las Raspberry Pi Debian también es referente en el segmento de los servidores: según W3Techs la presencia de sistemas Unix en servidores web es del 68,1% frente al 31,9% de servidores Windows.

De esos servidores basados en distintas versiones de Unix y sobre todo —las estadísticas aquí son imprecisas— distribuciones Linux, Debian es protagonista con un 23,8% del total, solo por debajo del 35,3% de una Ubuntu que desde hace años se ha ido dando cuenta de que ese segmento era importante para su parte comercial.

Por todo esto (y por mucho más) no nos queda más que desearle a Debian y a todos sus usuarios un feliz 25 cumpleaños que lamentablemente su creador, Ian Murdock, no ha podido ver cumplirse. Ahora, a por los próximos 25.

Imagen | DeviantArt
En Genbeta | ¿Y si el software Open Source desapareciera?

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