El anuncio de la desaparición de Adobe Flash en 2020 tenía que llegar tarde o temprano, pero hay quien quiere darle una segunda oportunidad a esta tecnología.
De hecho la idea es ceder el proyecto a la comunidad Open Source para que a partir de ahora sean desarrolladores independientes los que se encarguen de que Flash pueda seguir existiendo. ¿Tiene sentido algo así? Lo cierto es que** hay buenos argumentos tanto a favor como en contra**. Veámoslos.
Una petición singular
Un desarrollador finlandés llamado Juha Lindstedt inició una singular campaña el día después de que Adobe le pusiera fecha de caducidad a Flash. Para este usuario "Flash es una pieza importante de la historia de internet, y matarlo significará que las futuras generaciones no podrán acceder al pasado".
La petición que ha sido publicada en Github ya tiene más de 3.700 "firmantes" (lo han marcado como favorito con una estrella), y para Lindstedt sigue habiendo muchas razones importantes para preservarlo.
De hecho en esa página de GitHub explica cómo siguen existiendo un buen número de proyectos en campos como el arte o los videojuegos en los que el trabajo con Flash sigue demostrando su valor. Hay también algunos desarrollos Open Source que como Gnash o Lightspark llevan tiempo ofreciendo formas alternativas de poder seguir trabajando con Flash y que se ven limitados por el código cerrado y propietario del proyecto.
A favor: preservar la historia
Empecemos con las razones que defienden esa propuesta. ¿Por qué debería Adobe convertir a Flash en un proyecto Open Source? Hay un argumento poderoso, desde luego, que es precisamente el que esgrimía el creador de esa propuesta, pero no es el único que apoya esta iniciativa:
Preservar Flash para la historia: como explicaba el propio Lindstedt, la tecnología Flash no solo ha sido uno de los pilares de la evolución de la web, sino que sigue siendo utilizado en juegos, experimentos y sitios web. Este tipo de conversión a proyecto Open Source permitiría poder acceder a ese pasado y, cómo no, aprender de él.
Mejoras de seguridad: otra de las potenciales ventajas de dar el salto a licencias Open Source estaría en el hecho de que todo tipo de desarrolladores podrían auditar y evaluar el código para mejorarlo y corregir todo tipo de vulnerabilidades. Es cierto que ese código también podría aprovecharse para lo contrario, pero la gestión de otros proyectos que se han cedido a la comunidad Open Source apunta a que las ventajas en este sentido serían mayores que los inconvenientes.
Conversión a formatos modernos: aunque la propia Adobe ofrece herramientas para trasladar contenidos Flash a estándares abiertos y más modernos, si Flash pasara a ser Open Source también habría esfuerzos renovados en este sentido que por ejemplo garantizarían que ese trabajo también podría realizarse incluso con formatos que aparecieran después de la "muerte" de Flash.
En contra: demasiados riesgos de seguridad
Esa preservación de la historia que defienden los que apoyan esa iniciativa es para muchos demasiado arriesgada: Flash lleva años convirtiéndose en un gran problema de seguridad para millones de usuarios, y ese es precisamente el principal argumento en contra de mantener Flash como tecnología Open Source. Este y otros razonamientos van en contra de esas intenciones:
Problemas de seguridad: como decíamos, en estos últimos años hemos visto como Flash dejaba de evolucionar. Adobe simplemente lanzaba actualizaciones en forma de parches de seguridad. Las vulnerabilidades encontradas en esta tecnología son numerosas, y de hecho abrir el proyecto al Open Source podría ser infructuoso: muchos temen que Flash sea demasiado complejo como para poder salvarlo —a pesar de que miles de desarrolladores contribuyan a ello— y lograr que se convierta en una alternativa segura a lo que tenemos hoy en día.
Ya existen mejores alternativas: estándares como HTML5 han logrado que muchas de las funciones que ofrecía Flash ya se puedan tener gracias a estas tecnologías modernas, abiertas y más seguras. Las herramientas de conversión a esta y otras tecnologías también han demostrado que vivir sin Flash es perfectamente posible.
Los navegadores no quieren Flash: todos los responsables de los grandes navegadores del mercado han dejado claro que están preparando sus desarrollos para dejar de soportar Flash a finales de 2020. Chrome, Firefox, Edge e incluso Facebook, que durante años han sido vehículos para la expansión de esa tecnología, dejarán de darle cabida, y no parece probable que el salto al Open Source cambiara esa situación ahora que como decimos hay alternativas muy válidas.
Será difícil ver un Flash Open Source
A todos estos argumentos se les pueden sumar otros, como el hecho de que muy pocos desarrolladores y sitios web apoyan Flash y Adobe se librará de una pesada carga cuando deje de trabajar en esta tecnología.
No solo eso: no es seguro que liberar el código y convertir a Flash en Open Source no implicara violar licencias tecnológicas de terceras partes que Adobe haya podido ir incluyendo a lo largo de las distintas versiones de la aplicación. Probablemente sería difícil a nivel legal resolver esos conflictos para poder convertir a Flash en un proyecto Open Source con todo el potencial del que se habla en esa propuesta.
Todos estos argumentos nos hacen pensar que es improbable que Flash acabe siendo Open Source, pero además que este desarrollo caduque no significa que tenga que desaparecer del todo.
Si tecnologías como la virtualización nos permiten recuperar entornos del pasado para todo tipo de propósitos, lo mismo podríamos hacer con una versión antigua de un navegador en una máquina virtual con la que seguir accediendo a estos contenidos sin poner nada en peligro (más allá de la máquina virtual, claro).
¿Qué opináis vosotros? ¿Creéis que Adobe debería convertir Flash en un proyecto Open Source?
En Xataka | Flash, ya no mereces la pena