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Sony MASTER Series ZF9, análisis: la madurez de la tecnología FALD coloca los negros de LCD LED un paso más cerca de OLED

La retroiluminación FALD (Full Array Local Dimming) o LED Directo es lo mejor que le ha pasado a los paneles LCD. Esta innovación nació para permitir el control de la atenuación de la iluminación por zonas con mucha más precisión que la que nos ofrece la retroiluminación periférica. Esta tecnología es, sencillamente, la baza que tienen a su alcance los televisores LCD LED para conseguir unos negros y un contraste más cercanos a los que nos ofrecen los modelos OLED.

Implementar un esquema de retroiluminación FALD en un televisor es más complejo que introducir la iluminación LED periférica. Esta última requiere colocar los diodos LED en los márgenes del panel y buscar la forma de distribuir la luz de manera homogénea. Pero la tecnología FALD, o de LED directo, precisa la fabricación de una matriz de diodos extremadamente pequeños que debe ser colocada detrás del panel y administrada en grupos de diodos lo menos numerosos posible. ¿Por qué os cuento esto? Porque este televisor pone sobre la mesa la tecnología de LED directo más avanzada de la que Sony es capaz actualmente.

Durante el pasado mes de abril tuve la oportunidad de analizar otro modelo FALD de la marca japonesa, el estupendo 55XF90, y de aquella prueba me sorprendió la habilidad de este televisor para recuperar detalle en las zonas oscuras y recrear unos negros tan intensos que, en algunos momentos, me recordaba al rendimiento de un buen panel OLED.

Lo interesante es que este modelo de la serie MASTER es el televisor LCD más avanzado de Sony, por lo que cuenta con una retroiluminación aún más precisa. Pero esta no es su única baza. También ha sido meticulosamente calibrado y ejecuta los algoritmos de procesado de la imagen más sofisticados que tiene actualmente Sony. Os propongo que descubramos juntos si está realmente a la altura de las expectativas.

Sony MASTER Series ZF9: especificaciones técnicas

Este televisor, como acabamos de ver, es el actual modelo de referencia de Sony con panel LCD, por lo que sobre él recae la responsabilidad de dar la talla no solo en los ámbitos en los que estos paneles se sienten cómodos, como son la entrega de brillo o la reproducción del color, sino también en aquellos en los que el margen de mejora es más amplio, como son la recuperación de información en las zonas en sombra o la recreación del negro absoluto.

Además, los ingenieros de Sony se han decantado por equipar este modelo con un panel de tipo VA, algo que no sorprende porque esta es la tecnología de panel por la que esta marca apuesta de forma más clara desde hace bastante tiempo. Y esta decisión conlleva ventajas, pero también inconvenientes. Los paneles VA suelen ofrecer de forma natural un contraste nativo alto y un tiempo de respuesta bajo que les permite sentirse cómodos con los videojuegos.

El corazón de este televisor es un panel LCD de tipo VA dotado de una matriz de retroiluminación LED Directo o FALD que le permite alcanzar un contraste muy notable

Pero también adolecen de unos ángulos de visualización sensiblemente más limitados que los que nos ofrecen los paneles IPS, así como de una reproducción del color un poco menos precisa que estos últimos. De esquivar este último hándicap se encargan las tecnologías de mejora del color implementadas por Sony. A la cabeza de ellas está TRILUMINOS, que recurre a los nanocristales para extender el espacio de color que es capaz de reproducir este televisor, pero también cuenta con Super Bit Mapping 4K HDR y Live Colour, dos técnicas en las que indagamos en el artículo que os dejo enlazado aquí mismo y que os invito a leer si queréis conocerlas con más detalle.

Por otro lado, la tecnología que se responsabiliza de ampliar los ángulos de visualización es X-Wide Angle, una innovación que aspira a reducir, o, incluso, anular, la ventaja que tienen los paneles IPS en este apartado frente a los VA. Sobre el papel la combinación de estas y otras tecnologías también relevantes debería colocar a este modelo un peldaño por encima de los demás televisores LCD de Sony. Y, sobre todo, debe reafirmar los puntos fuertes de esta tecnología de panel y corregir en gran medida sus debilidades.

El responsable del procesado de las imágenes es el chip X1 Ultimate, que actualmente es el motor más avanzado de Sony

Buena parte de la responsabilidad de esta estrategia, en la que el procesado de la imagen es el protagonista indiscutible, con permiso de la tecnología de retroiluminación FALD, recae en el procesador X1 Ultimate 4K HDR. Este es actualmente el chip de procesado de imágenes más sofisticado que tiene Sony, y ha sido concebido para trabajar en varias etapas que aglutinan la reducción del ruido, la mejora del nivel de detalle, el escalado a mayores resoluciones, el ajuste del color en tiempo real y el ajuste fino del contraste por objetos en pantalla.

Algunos de los algoritmos ejecutados por el chip X1 Ultimate de este televisor que, al menos, merece la pena que nos suenen, son Dual Database Processing y Object-based Super Resolution, que incrementan el nivel de detalle; X-Motion Clarity, que suaviza el movimiento e incrementa la nitidez cuando algún objeto realiza un desplazamiento rápido; y, por último, X-tended Dynamic Range PRO y Object-based HDR Remastered, que mejoran el contraste.

Desafortunadamente, Sony no ha dado a conocer ni el contraste nativo de este televisor ni su capacidad máxima de entrega de luz, pero tenemos algunas pistas que pueden ayudarnos a intuir por dónde se mueve en este terreno. Y es que no solo es compatible con contenidos HDR10 y HLG, sino también con Dolby Vision, lo que debería garantizar un contraste notable y una entrega de brillo máxima de, al menos, 1.000 nits. Un poco más adelante, en la sección en la que profundizaremos en la calidad de imagen de este televisor, indagaremos más en este terreno, pero me parece oportuno adelantaros que la capacidad de entrega máxima de brillo de este televisor está más cerca de los 1.500 nits que de los 1.000 nits. Y esta es, sin duda, una buena noticia.

Las cuatro entradas HDMI de este televisor son de tipo 2.0, y todas ellas admiten señales con codificación de color 4:4:4

Cambiemos de tercio. El sistema operativo en el que una vez más ha confiado Sony es Android (la versión de este televisor es Oreo 8.0). Primero, la buena noticia: el SoC de MediaTek que incorpora esta tele nos permite movernos a través de la interfaz con agilidad. Y, además, lanza las apps en relativamente poco tiempo, así que bien hasta aquí. El reverso de la moneda es que el diseño de la interfaz de Android es, en mi opinión, menos atractivo que el de las últimas interfaces de los televisores de Samsung y LG, que tienen una estética más refinada y atractiva. Un buen lavado de cara no sentaría nada mal a la interfaz de Oreo.

Antes de que pasemos a la siguiente sección del análisis, un apunte interesante: los cuatro puertos HDMI que tiene este televisor son 2.0 estrictos, una característica que se agradece y se alinea con lo que los usuarios podemos exigir a un televisor de referencia que cuesta 3.000 euros. Y esto en la práctica significa que podemos enviarles, entre otras opciones, señales 1080p a 120 Hz y 2160p a 60 Hz. Pero esto no es todo. Además, la codificación del color puede ser 4:4:4, que es la de más calidad, aunque solo está disponible si activamos los modos Juego o Gráficos.

SONY KD-65ZF9 Características
PANEL LCD de tipo VA con retroiluminación LED Directo/FALD (Full Array Local Dimming)
TAMAÑO 65 pulgadas
RESOLUCIÓN 4K UHD (3.840 x 2.160 puntos)
HDR HDR10, HLG y Dolby Vision
PROCESADOR DE IMÁGENES X1 Ultimate
MEJORA DEL DETALLE 4K X-Reality PRO / Dual database processing / Object-based Super Resolution
MEJORA DEL COLOR Tecnología TRILUMINOS (nanocristales) / Super Bit Mapping 4K HDR / Tecnología Live Colour
MEJORA DEL CONTRASTE Object-based HDR remaster / X-tended Dynamic Range PRO
MEJORA DEL MOVIMIENTO X-Motion Clarity
SEÑALES DE ENTRADA ADMITIDAS 4.096 x 2.160p (24, 50, 60 Hz), 3.840 x 2.160p (24, 25, 30, 50, 60 Hz), 1.080p (30, 50, 60, 100, 120 Hz), 1.080/24p, 1.080i (50, 60 Hz), 720p (30, 50, 60 Hz), 720/24p, 576p, 480p
MODOS DE IMAGEN Vívido, Estándar, Cine, Juego, Gráficos, Foto, Personalizado y modo calibrado por Netflix
COMPATIBILIDAD HEVC Sí (hasta 3.840 x 2.160/60p 10 bits)
SISTEMA OPERATIVO Android 8.0
ALMACENAMIENTO INTERNO 16 GB
SINTONIZADORES 2 DVB-T/T2 / 1 analógico
WIFI IEEE 802.11ac
BLUETOOTH 4.2
CONECTIVIDAD CON SMARTPHONE Chromecast integrado / Video & TV SideView (iOS/Android)
CONECTIVIDAD 4 x HDMI 2.0, 1 x Ethernet, 1 x entrada de antena, 2 x entradas IF (satélite), 1 x vídeo compuesto, 1 x salida audio digital, 1 x salida auriculares y 3 x USB
SONIDO Altavoz Bass Reflex 10 + 10 vatios
PROCESADO DE AUDIO Dolby Digital, Dolby Digital Plus, Dolby Pulse, Dolby AC-4 y DTS Digital Surround
ETIQUETA ENERGÉTICA Clase A
DIMENSIONES 145,3 x 90,6 x 31,4 cm (con soporte)
PESO 29,5 kg (con soporte)
PRECIO 2.999,90 euros

Refina un estilo que no requiere grandes cambios para seguir funcionando

Si lo miramos desde delante este televisor no es muy diferente de otros modelos de Sony que han llegado previamente al mercado. Sus marcos son finos, y, por tanto, ceden todo el protagonismo a la imagen. Es lo que la mayor parte de los fabricantes nos propone y lo que muchos usuarios preferimos, así que nada que objetar hasta aquí. Para encontrar diferencias perceptibles con otros televisores de esta marca es necesario que nos fijemos en el diseño lateral del marco.

En esa zona tiene un pequeño corte a modo de bisel que lo estiliza y lo divide en dos secciones paralelas. El marco es de aluminio y está impecablemente mecanizado, por lo que podemos limpiarlo y pasar la mano por su superficie sin temor a cortarnos. Además, está completamente ‘limpio’, de manera que solo rompen su continuidad la etiqueta «BRAVIA» de la esquina superior izquierda y el letrero «SONY» alojado en el centro del marco inferior.

Las patas que sostienen el televisor son más estilizadas que las peanas que Sony montaba en anteriores generaciones de productos, especialmente en la época durante la que defendió el diseño monolítico en su porfolio de teles, a principios de esta década. A mí personalmente estas patas tan poco intrusivas me gustan, pero sin duda lo que más me atrae es lo fácil y rápido que es instalarlas. Otros televisores de 65 generosas pulgadas apuestan por un eje central y requieren instalar varias piezas más voluminosas y una gran cantidad de tornillos, pero fijar las patas de esta tele es «coser y cantar». Solo hay que colocar cada una en su ranura y enroscar los cuatro tornillos necesarios para sujetarlas. Eso es todo.

El diseño de este televisor por detrás es limpio porque recurre a una tapa de plástico que nos permite ocultar los conectores y una parte del trazado de los cables. Todo el panel trasero es de policarbonato, con la única excepción de un listón central de aluminio colocado en posición horizontal que tiene el objetivo de embellecerlo si por su ubicación la parte posterior del televisor quedase expuesta. Pocas marcas prestan atención al diseño de la parte trasera de sus teles, pero no está de más cuidarlo, sobre todo si se trata de un modelo de alta gama y precio elevado, como este. Al fin y al cabo en un producto con vocación premium no debería descuidarse ningún detalle, sea o no visible.

Calidad de imagen: negros de notable alto y brillo de sobresaliente

Para poner a prueba este televisor recurrí a mi batería de películas en soporte físico habitual, entre las que merece la pena destacar por su fotografía y elevada calidad de imagen ‘El renacido’ (la fotografía de Emmanuel Lubezki para esta película es sobrecogedora), ‘La llegada’ y ‘Blade Runner 2049’, todas ellas tanto en Blu-ray Disc como en Blu-ray 4K. También utilicé contenidos disponibles en Netflix reproduciéndolos a través de la app instalada en el propio televisor.

La cuidada fotografía de películas como 'La llegada', 'El renacido' o 'Blade Runner 2049' es perfecta para analizar la calidad de imagen de cualquier televisor de última generación

La primera sorpresa no tardó en llegar: este televisor viene muy bien calibrado de fábrica. Hace pocas semanas tuve la oportunidad de analizar la TX-65FZ950, una tele OLED de Panasonic también de referencia que, al igual que este modelo de Sony, está impecablemente calibrada, y me ha sorprendido tropezar en tan poco tiempo con dos soluciones tan bien ajustadas. Es una noticia estupenda y confío en que cada vez las marcas presten más atención a la calibración que nos proponen nada más sacar sus televisores de la caja porque muchos usuarios desafortunadamente carecen de los conocimientos y la paciencia necesarios para llevar a cabo un ajuste fino de la imagen.

Pero esto no es todo. Una de las peculiaridades más interesantes de este televisor, siempre y cuando seamos usuarios de Netflix, es que incorpora un modo de calibración específico para los contenidos de esta plataforma que es el fruto de una alianza entre ambas marcas. En la práctica, que es lo que a los usuarios nos interesa, estos ajustes se activan automáticamente al reproducir cualquier contenido desde la app de Netflix preinstalada.

No es fácil identificar en qué medida la elevada calidad de imagen que nos ofrece este televisor al reproducir contenidos de esta plataforma se debe a esta calibración específica, pero lo que puedo deciros es que las imágenes en algunas películas (no todas ellas tienen la misma calidad) son impactantes, especialmente por su gama dinámica, si está disponible el HDR, y su colorimetría. De hecho, me han obligado a replantearme si realmente seguimos obteniendo la mejor calidad de imagen con los soportes en formato físico. Sigo creyendo que sí por su habitualmente inferior compresión, pero la diferencia con este tipo de contenidos bajo demanda tan cuidados es en ocasiones casi imperceptible.

Dejando a un lado su rendimiento a través de la app de Netflix, lo que más me ha sorprendido de este televisor es su HDR. De hecho, es uno de los que mejor reproduce este tipo de contenidos, tomando como punto de partida las teles que he tenido la ocasión de probar a fondo durante los últimos meses. Y entre ellas hay modelos de gama muy alta, como el de Panasonic que he mencionado un poco más arriba o la C8 OLED de LG, que también se siente muy cómoda con el HDR.

Buena parte del mérito recae en su capacidad de entrega de brillo, que es realmente alta. Sony, como os conté unos párrafos más arriba, no ha dado a conocer el pico de brillo que es capaz de entregar este televisor en áreas determinadas de la pantalla al reproducir contenidos HDR, pero yo apostaría que la cifra es superior a los 1.500 nits e inferior a los 2.000 nits, lo que lo deja en una posición aventajada. Las fotografías que ilustran este análisis no pueden hacer justicia a la calidad de imagen en vivo de este televisor, pero creo que la que tenéis debajo de estas líneas, que muestra un fotograma de ‘Blade Runner 2049’, nos permite intuir la envergadura del HDR de esta pantalla.

En lo que concierne a la colorimetría su rendimiento es igualmente sobresaliente. Y lo es porque los colores tienen pegada, pero su saturación tal y como está calibrado el televisor con el modo Cine activado es muy realista y en absoluto excesiva. De hecho, pude ver varias veces en las salas de cine las películas que he utilizado durante las pruebas y el acabado que nos propone este televisor es muy respetuoso con el material original. Y esta es, sin duda, una noticia estupenda. Una forma eficaz de percatarse de esto consiste, sencillamente, en fijarse en la forma en que el televisor restituye el color de piel de las personas.

Este televisor viene impecablemente calibrado de fábrica, por lo que podemos disfrutarlo casi al 100% nada más sacarlo de la caja

Por otro lado, la cantidad de información que este televisor es capaz de recuperar tanto en las zonas más oscuras como en las más iluminadas es muy alta. El mérito en este terreno se lo reparten la precisa retroiluminación FALD de este televisor (qué lástima que Sony no ha desvelado cuántas zonas es capaz de administrar de forma independiente la matriz de diodos LED) y los algoritmos de postprocesado que han puesto a punto los ingenieros de esta marca para mejorar el contraste, como son Object-based HDR Remaster y X-tended Dynamic Range PRO.

En lo que concierne a su capacidad de recuperar información en altas luces y en las zonas en sombra este televisor en ocasiones me ha ofrecido la sensación de encontrarme delante de un modelo con panel OLED. Y este es todo un piropo si tenemos presente que los televisores que incorporan estos últimos paneles tienen una tasa de contraste nativo imbatible.

Eso sí, ¿sus negros son tan profundos como los que nos ofrece la tecnología OLED? No, me temo que no. Son muy convincentes, y sin duda se encuentran entre los mejores de los televisores LCD que he tenido la oportunidad de analizar, pero no llegan a la intensidad de los negros de un buen panel OLED. Y tampoco son tan profundos como los negros que Samsung ha conseguido restituir en su familia de televisores Q9F, que compite con este modelo de Sony tanto por su precio como por sus prestaciones.

Otro apartado en el que este televisor sobresale son sus ángulos de visión. La tecnología X-Wide Angle resuelve de forma satisfactoria una de las mayores debilidades de los paneles VA recurriendo a una capa adicional adosada al panel que, de alguna forma, modifica la manera en que se dispersa la luz sin degradar el color una vez que esta lo atraviesa. En la práctica lo interesante es que podemos observar este televisor desde una posición muy escorada, y, aun así, seguir disfrutando una calidad de imagen muy alta.

En lo que concierne al escalado este televisor se comporta de una manera muy similar al 55XF90 de Sony que pude analizar a mediados del pasado mes de abril. Desde 1080p, sobre todo al reproducir un Blu-ray Disc, lo resuelve a las mil maravillas. Y es que es capaz de recuperar tanta información que en algunos momentos nos brinda la sensación de estar reproduciendo contenido 4K UHD nativo. Eso sí, cuando la señal de vídeo entrante tiene una resolución de 720p o menos los algoritmos de escalado no hacen milagros y la calidad de imagen global, especialmente el nivel de detalle, se resiente claramente.

Una última prestación de este televisor que no puedo pasar por alto es su sonido. Su principal virtud es que consigue reproducir la gama media, especialmente las voces, con mucha nitidez y claridad. Su nivel de presión sonora tampoco está nada mal. De hecho, consiguió llenar la habitación de más de 40 metros cuadrados en la que llevé a cabo las pruebas. Por arriba, en lo que concierne a los agudos, simplemente cumple, pero su principal carencia, como es habitual, aparece al reproducir las bajas frecuencias.

Si queremos obtener un extremo grave con la pegada y la resolución que exige la banda sonora de las películas lo ideal es apostar por una buena barra de sonido, como, por ejemplo, la HT-ZF9 que Sony nos propone específicamente para trabajar junto a este televisor, o cualquier otra de prestaciones similares. O, mejor aún, un equipo de audio multicanal dotado de un subwoofer. Esta última opción nos ofrecerá una escena sonora realmente envolvente, y, por tanto, la inmersión en nuestras películas más convincente.

Se siente tan cómodo con los juegos como con el cine

Todo lo que acabamos de ver derivado de la calidad de imagen que nos ofrece este televisor al reproducir contenido cinematográfico lo podemos trasladar perfectamente a los videojuegos. Lo hemos probado con títulos como ‘Forza Motorsport 4’ o ‘Halo 5: Guardians’ ejecutados en una Xbox One X, y su calidad de imagen es muy alta. Sin embargo, hay dos parámetros en los que aún no hemos profundizado y tienen un impacto enorme en nuestra experiencia al utilizar esta tele con juegos: el tiempo de respuesta y la latencia de entrada.

Los paneles VA suelen tener un tiempo de respuesta bajo, de ahí que se utilicen en muchos monitores para gaming, aunque no en todos (los más económicos suelen usar paneles TN y algunos de gama alta apuestan por IPS). Y sí, afortunadamente este televisor tiene un tiempo de respuesta muy bajo. En RTINGS han conseguido medirlo con bastante precisión, colocándolo en la órbita de los 9 ms, que es una cifra excelente para tratarse de un televisor LCD.

La cifra asociada a la latencia de entrada que obtenemos al activar el modo Juego, que se responsabiliza de desactivar la mayor parte del postprocesado de la señal de vídeo entrante, es igualmente baja. La medida que han obtenido en RTINGS oscila alrededor de los 21 ms tanto en 1080p como a 2160p, a 60 Hz y con el HDR activado. Y esta es una cifra sobresaliente. Un valor de latencia tan bajo nos asegura que las acciones que llevemos a cabo con el mando de control de nuestro PC o nuestra consola de videojuegos se verán reflejadas en la pantalla de una manera casi inmediata. Así que, afortunadamente para los jugones, este televisor se siente tan cómodo con los videojuegos como con las películas.

Sony MASTER Series ZF9: la opinión y nota de Xataka

La principal baza de este televisor es, sin lugar a dudas, su calidad de imagen global. Su capacidad de recuperar información tanto en las zonas más iluminadas como en las más oscuras es sobresaliente, lo que unido a una colorimetría muy bien afinada y una gestión de la retroiluminación muy precisa consigue que tanto las películas como los videojuegos luzcan a las mil maravillas.

Si nos ceñimos a su calidad de imagen a este televisor no podemos ponerle ni una sola pega que tenga relevancia

Además, su HDR es uno de los más espectaculares que he visto hasta ahora. Y no solo ciñéndome a los televisores con panel LCD, sino a todos en general, incluidos aquí los OLED de marcas como la propia Sony, LG o Panasonic, y los QLED de Samsung. También me quedo con su reducido tiempo de respuesta y mínima latencia de entrada, dos características que unidas a la inmunidad que tienen los paneles VA frente a la retención de imágenes (este es el punto más débil de los paneles OLED) coloca a este televisor como una opción estupenda para los jugones.

A pesar de todas estas estupendas fortalezas, este televisor tiene cierto margen de mejora. Por un lado la interfaz de Android 8.0 Oreo está un claro paso por detrás por su diseño de las interfaces con las que cuentan los modelos del mismo nivel de Samsung y LG. Y, por otro lado, su rendimiento sonoro no está en absoluto a la altura de su calidad de imagen, por lo que es buena idea acompañarlo de una buena barra de sonido o un equipo de audio multicanal. Aun así, este es, sin duda, uno de los mejores televisores con panel LCD que podemos comprar actualmente. Merece mucho la pena tenerlo en cuenta siempre que, eso sí, su precio encaje en nuestro presupuesto.

8,7

Diseño8,75
Calidad de imagen9,5
Sonido7,75
Interfaz y Software9

A favor

  • Consigue recuperar mucho detalle en las regiones más oscuras de cada fotograma
  • Este televisor viene muy bien calibrado de fábrica
  • Su HDR es sobresaliente gracias en gran medida a su alta capacidad de entrega de brillo
  • Excelente latencia de entrada al activar el modo Juego tanto a 1080p como a 2160p

En contra

  • La interfaz de Android 8.0 Oreo está un paso por detrás de la de los televisores del mismo nivel de Samsung y LG
  • Sus prestaciones sonoras no están a la altura de su sobresaliente calidad de imagen

El equipo ha sido cedido para la prueba por parte de Sony. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas

Más información | Sony

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