En poco más de década y media la californiana Sonos ha conseguido desplegar un porfolio de altavoces inalámbricos que cada vez es más ambicioso e interesante. Sus soluciones encajan bien en las necesidades de quien solo busca un altavoz inalámbrico que «se entienda» con los principales servicios de streaming, pero también se sienten cómodas en instalaciones de sonido multihabitación relativamente complejas y en equipos de cine en casa.
Su amplificador Connect:Amp llegó con la vocación de facilitar la integración de unas cajas acústicas tradicionales, y, por tanto, no inalámbricas, en el ecosistema de Sonos. El problema es que su capacidad de entrega de corriente y su potencia no permitían extraer todo el potencial de los altavoces medianamente exigentes. Y, además, su diseño tenía margen de mejora. Estas son, precisamente, dos de las bazas que introduce el nuevo amplificador al que dedicamos este artículo, una propuesta que aspira a sentirse cómoda incluso con las cajas acústicas para aplicaciones de alta fidelidad exigentes. No podemos pasar por alto la oportunidad de averiguar si está o no a la altura, así que lo hemos enfrentado a unas de las cajas acústicas más rigurosas que existen. Este análisis es el resultado de esta prueba.
Sonos Amp: especificaciones técnicas
Basta echar un vistazo a la entrega de potencia y corriente de este amplificador para darse cuenta de que es una solución más ambiciosa que Connect:Amp, el anterior amplificador de Sonos. Según la marca estadounidense es capaz de entregar 125 vatios continuos sobre una impedancia de 8 ohmios con los dos canales excitados, y su capacidad máxima de entrega de corriente es 31 amperios, una cifra que no está pero que nada mal. Estas especificaciones permiten a esta propuesta, sobre el papel, «atacar» con solvencia un abanico muy amplio de cajas acústicas, tanto de tipo monitor como columnas de suelo.
Este amplificador es interesante para dotar de conectividad inalámbrica y de la capacidad de reproducir audio vía streaming a cualquier pareja de cajas acústicas pasivas. Sus capacidades no se limitan a este escenario de uso (como veremos un poco más adelante), pero su vocación más clara es permitirnos integrar cualquier pareja de cajas acústicas convencionales que tengamos en casa en el ecosistema de Sonos para, entre otras opciones, enviarles música desde nuestro smartphone o tablet e integrarlas en una instalación de sonido multihabitación en la que pueden convivir con otros altavoces de esta marca.
Las fotografías que ilustran este artículo probablemente no os permitirán haceros una idea certera del tamaño de este amplificador, pero es interesante apuntar que su chasis es más voluminoso que el del modelo Connect:Amp, aunque no es en absoluto exageradamente grande. De hecho, mide 217 x 217 x 64 mm, por lo que es relativamente fácil encontrar un hueco en el que encaje bien, a ser posible cerca de las cajas acústicas que va a «atacar» para que la tirada de cable de altavoz no sea demasiado larga.
Este amplificador trabaja en clase D, tiene una entrega de potencia de 125 vatios continuos por canal sobre 8 ohmios y es capaz de erogar una corriente máxima de 31 amperios
El tamaño del recinto de este amplificador nos da una pista muy clara del diseño por el que han optado los ingenieros de Sonos desde el punto de vista de la amplificación. Y es que una entrega de potencia de 125 vatios sobre 8 ohmios sería inviable en un chasis tan compacto si el amplificador no trabajase en clase D. Los amplificadores tradicionales con los que todos estamos familiarizados trabajan en clase A/B y requieren chasis más voluminosos que puedan acoger transformadores de alimentación de mayor tamaño y disipadores térmicos con una superficie suficiente para disipar con eficacia la energía calorífica residual de los transistores de amplificación de potencia.
En este artículo no es necesario que profundicemos en las diferencias que existen entre los amplificadores que trabajan en clase A, A/B o D, pero nos viene bien saber que los que operan en clase D son los más eficientes, y, por tanto, los que menos energía eléctrica consumen. Y también son los que menos se calientan. Los amplificadores de potencia que podemos encontrar en el interior de la mayor parte de los altavoces inalámbricos, en los altavoces inteligentes y en nuestros dispositivos electrónicos, como los smartphones o los ordenadores portátiles, trabajan en clase D.
En la tabla de especificaciones que tenéis debajo de estas líneas podéis ver que los números de este amplificador son prometedores. Su relación señal/ruido de 114 dB con ponderación A no está pero que nada mal, y su distorsión armónica total, que es inferior al 0,0015% al suministrarle una señal de 1 vatio con cargas de 8 ohmios y una frecuencia que oscila en el rango del espectro audible (20 Hz a 20 kHz), nos anticipa que es un producto cuidado. De hecho, esta tasa de distorsión armónica es similar a la que nos ofrecen muchos amplificadores para aplicaciones de alta fidelidad que tienen un precio muy superior al de esta propuesta de Sonos.
Otro apartado importante que no podemos pasar por alto es su conectividad. Uno de los alicientes que tiene este amplificador es que nos permite enviarle música mediante streaming desde nuestro smartphone o tablet utilizando la app de Sonos, pero esta no es en absoluto la única opción que tenemos. También podemos utilizar como fuente un reproductor de CD, DVD o Blu-ray, un sintonizador de radio o cualquier otro dispositivo de sonido que tenga una salida de línea estereofónica en formato RCA. Además, este amplificador tiene una entrada HDMI compatible con el protocolo ARC (Audio Return Channel) que nos permite enviarle el sonido de nuestro televisor.
¿Qué sucede si nuestra tele no tiene una salida HDMI ARC? En este caso si queremos enviar su sonido al amplificador tendremos que hacernos con un adaptador óptico que nos permite utilizar la salida de audio óptica de nuestro televisor. Eso sí, este accesorio no está incluido en el paquete junto al amplificador y cuesta 30 euros. Las otras conexiones que podéis ver en la imagen que tenéis un poco más arriba son los dos puertos RJ-45 que nos permiten conectar el amplificador a nuestro router o switch Ethernet y a otros dispositivos de Sonos, una salida de línea que sirve para enviar la información de subgraves a un subwoofer adicional y los cuatro conectores para los dos cables de altavoces que necesitamos para enviar la señal musical a nuestras cajas acústicas.
Los orificios para cable de altavoz que veis en la imagen nos permiten utilizar bananas de diámetro estándar, pero junto al amplificador Sonos también incluye unos conectores de rosca de buena calidad que pueden resultarnos útiles si, por ejemplo, necesitamos conectar nuestras cajas acústicas utilizando cable pelado o conectores de cuchilla plana (spades). De todas formas, yo soy partidario de prescindir de los conectores de rosca siempre y cuando los conectores de nuestros cables de altavoz sean compatibles con los orificios del amplificador. Cuanto más simple sea la interfaz física que facilita la conexión de estos dos elementos, mejor. Su impacto en la calidad de sonido probablemente será inapreciable, pero no es mala idea ser lo más purista posible si esta opción está a nuestro alcance.
SONOS AMP | Características |
---|---|
DISEÑO | Amplificador de clase D |
ENTREGA DE POTENCIA MEDIA CONTINUA | 125 vatios x 2 canales (8 ohmios) |
CAPACIDAD DE ENTREGA MÁXIMA DE CORRIENTE | 31 amperios (1 ohmio, 1 ms) |
RELACIÓN SEÑAL/RUIDO | 114 dB (entrada digital con ponderación A) |
DISTORSIÓN ARMÓNICA TOTAL | < 0,0015 % (20 Hz - 20 kHz, 1 vatio, 8 ohmios, filtro AES17) |
RUIDO DE SALIDA | < 60 uV (ponderación A) |
CONEXIÓN DE LOS ALTAVOCES | Conectores de tipo banana que aceptan cables de altavoz de 10-18 AWG |
CONECTIVIDAD INALÁMBRICA | WiFi 802.11n |
CONEXIONES | 1 x HDMI (entrada) 2 x RJ-45 1 x entrada de línea RCA 1 x salida para subwoofer |
ACCESORIOS | Adaptador para salida digital óptica (no incluido) |
RADIO POR INTERNET | Formatos de audio en streaming MP3, HLS/AAC y WMA |
LISTAS DE REPRODUCCIÓN COMPATIBLES | Napster, iTunes, WinAmp y Windows Media Player (.m3u, .pls, .wpl) |
DIMENSIONES | 217 x 217 x 64 mm |
PESO | 2,1 kg |
PRECIO | 699 euros |
Su mejor baza: su versatilidad
La configuración de este amplificador es muy sencilla. De hecho, este proceso es prácticamente idéntico al que debemos seguir para conectar a nuestra red cualquier altavoz de Sonos, y muy similar al proceso de configuración de cualquier altavoz inteligente. Lo primero que tenemos que hacer es instalar la app de Sonos en nuestro teléfono móvil o tablet, de manera que el amplificador pueda heredar la configuración de red inalámbrica que tenemos habilitada en este dispositivo. Después el asistente nos pedirá que creemos una cuenta en Sonos, y listo. En no más de dos o tres pasos tendremos el amplificador conectado a nuestra red y podremos enviarle música desde nuestro smartphone.
Desde la app de Sonos podemos elegir en cada momento qué fuente de audio queremos utilizar: la asociada a la entrada de línea, el televisor vinculado a la conexión HDMI ARC, o bien los servicios de streaming a los que tenemos acceso desde la propia app. TuneIn, el popular servicio que nos permite escuchar un abanico enorme de emisoras de radio, está preinstalado, pero también podemos acceder a nuestras cuentas de Amazon Music, Spotify, Deezer, Google Play Music o SoundCloud, entre otras opciones. La interfaz de la app es intuitiva, aunque si no habéis utilizado nunca esta herramienta de Sonos necesitaréis indagar un poco en ella para familiarizaros con la ubicación de las opciones que utilizaréis con más frecuencia. Un apunte interesante: es compatible con AirPlay 2 de Apple.
Otra posibilidad atractiva que nos propone este amplificador consiste en integrarlo en una instalación de cine en casa, por ejemplo, para que se encargue de excitar las cajas acústicas principales. También podemos utilizar un segundo amplificador Sonos Amp para las cajas de efectos, o bien usar un único amplificador para los altavoces frontales y altavoces traseros inalámbricos para los canales de efectos. Esta última opción es atractiva si preferimos no usar cables con los altavoces traseros, que habitualmente nos obligan a utilizar cables bastante largos que no siempre es posible ocultar con eficacia.
Una característica que me parece muy bien traída por parte de los ingenieros de Sonos consiste en que podemos actuar sobre los controles básicos de la reproducción sin necesidad de recurrir a la app que habremos instalado previamente en nuestro móvil o tableta. El panel frontal del amplificador es táctil, por lo que basta tocarlo para subir o bajar el volumen, saltar al siguiente tema o reanudar el que estamos escuchando, o bien pausar o continuar con la reproducción. Son los mismos controles que nos ofrecen los auriculares y los altavoces inteligentes que incorporan control táctil, por lo que nos haremos con ellos en un santiamén.
Calidad de sonido: la amplificación en clase D ha alcanzado una madurez plena
Para poner a prueba este amplificador hemos utilizado dos parejas de cajas acústicas diferentes: unos monitores Opticon 2 del fabricante danés DALI y unas cajas acústicas de suelo Consequence MKII de Dynaudio. Estos últimos altavoces son excepcionalmente exigentes con la amplificación, pero os hablaré de ellos con más profundidad un poco más adelante. También he utilizado como fuente dos reproductores que conecté a la entrada de línea del amplificador de Sonos: un reproductor de CD Accuphase DP-67 y un lector de Blu-ray Disc OPPO UDP-205.
La sección de conversión D/A de ambos dispositivos tiene una calidad excepcional, y, además, me han permitido enviar a los altavoces la señal de audio procedente no solo de discos en formato CD, sino también SACD y Blu-ray Pure Audio. Este requisito es esencial para evaluar de forma rigurosa la calidad de sonido del amplificador debido a que los servicios de música mediante streaming a los que podemos acceder a través de la app de Sonos no nos ofrecen una calidad de sonido tan alta como la de un SACD o un Blu-ray Pure Audio. La calidad del sonido que nos sirven muchos de estos servicios es satisfactoria, pero no son la mejor opción si lo que necesitamos es evaluar con la máxima precisión posible el rendimiento de un componente como este amplificador o unas cajas acústicas.
El nivel de exigencia de los monitores de DALI que he utilizado durante mis pruebas es moderado. De hecho, son unas cajas con una sensibilidad de 87 dB, una impedancia nominal de 4 ohmios y un filtro divisor de frecuencias razonablemente accesible de las que es posible extraer un sonido convincente utilizando un amplificador relativamente poco potente siempre y cuando, eso sí, tenga una capacidad de entrega de corriente generosa y cierta calidad. Sobre el papel estos monitores deberían llevarse bien con este amplificador de Sonos, y mis pruebas de escucha lo confirmaron.
El tweeter con cúpula de seda de estas cajas acústicas es capaz de extraer un nivel de detalle bastante alto de la señal de audio, pero si el amplificador no está a la altura una parte de esta información se perderá. Este Sonos Amp me sorprendió no porque estuviese a la altura, sino porque su resolución se acerca a la de mis etapas de potencia monofónicas de referencia, unas MC 601 de McIntosh, y esta cualidad no está a la altura de cualquier amplificador de 700 euros. También me agradó la transparencia que exhibe en la zona media y la naturalidad que da a las voces.
Su grave no está nada mal, en gran parte debido a su notable capacidad de entrega de corriente, pero las etapas monofónicas que suelo utilizar lo superan con claridad en este apartado, algo que me siento obligado a disculparle dada la monumental diferencia de precio que existe entre el producto de Sonos y las etapas de McIntosh. Globalmente el sonido de este amplificador me ha gustado mucho, por lo que la única pequeña pega que puedo ponerle tiene que ver con su dinámica. Es posible que cuando excita unas cajas acústicas con una sensibilidad un poco más alta que la de estos monitores de DALI su dinámica sea mayor, pero en este apartado para conseguir una capacidad dinámica notable me vi obligado a subir el volumen más allá del nivel de presión sonora que suelo utilizar con estos monitores.
Lo prometido desde el titular es deuda, así que aquí tenéis también mis impresiones acerca del sonido que nos ofrece este amplificador de Sonos cuando lo sometemos a la tortura que representa «atacar» unas cajas acústicas tan brutalmente exigentes como son las Consequence MKII de Dynaudio. Y es que estos altavoces tienen una sensibilidad bajísima (84 dB) y un filtro divisor de frecuencias de 5 vías extraordinariamente complejo que tiene la poco amable costumbre de triturar amplificadores. Incluso las etapas monofónicas de McIntosh que utilizo, que son capaces de erogar un máximo de 800 vatios continuos sobre cargas de 8 ohmios, lo pasan mal en ocasiones con estas cajas acústicas.
¿Cómo le ha ido al amplificador de Sonos ante este reto? Honestamente, mejor de lo que pensaba. Ha conseguido que las cajas de Dynaudio suenen razonablemente bien. La resolución y la transparencia de este tándem me parecen convincentes. Además, consiguió alcanzar un nivel de presión sonora respetable sin que la distorsión me provocase fatiga acústica. Eso sí, el amplificador de Sonos no consiguió entregar un grave bien definido y con pegada.
Los woofers de 12 pulgadas de estas cajas acústicas son demasiado exigentes para una etapa de potencia relativamente modesta, pero es algo con lo que contaba de antemano. En cualquier caso, es importante que tengáis en cuenta que estas cajas acústicas no son adecuadas para este amplificador. Decidí utilizarlas porque representan un reto y me parecía interesante averiguar a modo de experimento cómo rinde este producto de Sonos ante un desafío de tanta envergadura. Y, a pesar de la catarsis a la que lo sometí, ha salido razonablemente bien parado.
Sonos Amp: la opinión de Xataka
En mi opinión, la principal baza de este amplificador es su calidad de sonido. Si lo emparejamos con las cajas acústicas adecuadas, como las DALI con las que lo he probado, puede ofrecernos un rendimiento global fantástico. Su resolución, transparencia y coherencia están a la altura de las que nos ofrecen muchos amplificadores para aplicaciones de alta fidelidad sensiblemente más caros. Además, su capacidad de entrega de corriente y su potencia son más altas que las del modelo Connect:Amp de la propia Sonos, lo que le permite atacar con solvencia un mayor abanico de cajas acústicas.
Este amplificador tiene margen de mejora, pero sus bazas son lo suficientemente sólidas, especialmente su calidad de sonido, para que merezca la pena que nos fijemos en él si necesitamos insuflar nueva vida a una pareja de cajas acústicas pasivas
Por otro lado, la posibilidad de utilizar las entradas de línea y HDMI ARC para enviarle el sonido procedente de fuentes adicionales, más allá de los servicios vía streaming a los que podemos acceder utilizando su app, me parece una idea estupenda que, sin duda, refuerza su potencial. Y es que incluso podemos conectarle un giradiscos si entre este y el amplificador colocamos un previo de fono.
¿Tiene margen de mejora? Sí, en mi opinión lo tiene. Me habría parecido una buena idea que Sonos hubiese decidido incorporar una entrada óptica que no nos forzase a comprar un accesorio si la necesitamos. También, puestos a pedir, habría agradecido que el chasis fuese un poco más sólido y pesado para que consiguiese absorber con más eficacia las microvibraciones. Y sería útil que incorporase, además de la entrada de línea, una entrada de fono que nos permita conectar un giradiscos directamente al amplificador sin necesidad de utilizar un previo de fono. Aun así, a pesar de estos puntos mejorables este amplificador tiene, como hemos visto, bazas muy sólidas, por lo que merece la pena tenerlo en cuenta si su precio encaja en nuestro presupuesto y necesitamos insuflar nueva vida a una pareja de cajas acústicas pasivas.
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