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Parrot Disco, primeras impresiones: ¿cómo es volar con un dron hecho de porexpán?

A principios de año Parrot sorprendía con el anuncio del Parrot Disco, un dron que llamaba la a atención sobre todo por presentar un diseño distinto a los cuadricópteros. Algo más de medio año después lo presentaba de nuevo confirmando diseño y características, pero además de esto también hubo demostración, y lo pudimos probar un rato.

Desde Parrot enfatizaron su intención de lograr un producto fácil de usar por cualquier tipo de usuario independientemente de su experiencia. Algo que hemos podido comprobar de manera directa, desde su peculiar despegue hasta la maniobra de aterrizaje. ¿Es tan fácil como prometen? Os lo contamos, junto a todo lo que presentaron, porque el Parrot Disco viene acompañado.

Lo de ultraligero lo cumple a rajatabla

Del producto hablamos en el momento de su anuncio así como de sus principales características, pero algunas cosas quedaron en el aire (nunca mejor dicho). Aunque las novedades se reparten entre el dron en sí y los otros dispositivos que lo acompañan en el pack, las Cockpitglasses y el Skycontroller 2.

La estructura del Parrot Disco es de tubos de fibra de carbono, que sirven de refuerzo para las alas, y de polipropileno expandido

Como decíamos, aquí nos olvidamos de aquello de quadricóptero dado que se trata de un ultraligero (en el sentido más amplio del término, porque es extremadamente ligero) con una sola hélice. Así, el poco peso (considerando las dimensiones, 58 x 115 centímetros) se debe a los materiales que componen su estructura: tubos de fibra de carbono que sirven de refuerzo para las alas y el cuerpo de polipropileno expandido (lo que comúnmente suele llamarse porexpán).

El hecho de que pese poco (700 gramos) representa ventajas de cara a la actividad de vuelo en sí como para su transporte, sobre todo porque se monta y desmonta con facilidad (quedando cuerpo por un lado y alas por otro). No obstante, pese a la compactación del polipropileno el hecho de recurrir a este material hace que haya más probabilidad de daño ante un golpe fuerte (por ejemplo, contra un árbol).

El diseño no deja de ser llamativo (y en parte ésa era la intención, como comentó su CEO, Henri Seydoux), pero además lo que se ha buscado es que sea aerodinámico y que tenga un vuelo más estable, sobre todo de cara a la captura de vídeo. Las alas además tienen un alerón en la parte posterior (forma parte del ala, no es una pieza a parte) para reducir la estela y ayudar en la elevación.

Algo sobre lo que pasaron bastante por encima en enero fue en cuanto a los componentes electrónicos que hacen posible algunas de las características como el peculiar despegue, de los cuales sí hemos sabido hoy, tanto del dron como del Skycontroller 2. El Disco contiene un acelerómetro, un giroscopio (con precisión 0,1º/s), un altímetro, un magnetómetro y un módulo GNSS (soporte GPS + GLONASS).

Además, el piloto automático es posible gracias al procesamiento Parrot C.H.U.C.K (Control Hub & Universal Computer for Kit), cuyos algoritmos adaptan los parámetros durante el vuelo a medida que reciben información de los sensores. Otro componente que proporciona información útil para adaptar la potencia del motor a tiempo real es el tubo de Pitot.

A vista de pájaro de la manera más inmersiva posible

De los números ya hablamos hace unos meses y Parrot las mantiene, yendo algo más allá con las explicaciones. La batería tiene una duración media de 45 minutos, una autonomía considerable teniendo en cuenta la que estos aparatos alcanzan en la actualidad, como el DJI Phantom 4 con una media en la práctica de 20 minutos. Esto se reducirá cuanto más aceleremos el dron y dependiendo de las condiciones climáticas, o bien será mayor si exigimos poco durante nuestra práctica (hasta una hora, según aseguraron).

Seydoux mantuvo el dato de la velocidad máxima, de hecho lo ha precisado hablando de un máximo de 82 km/hora. Aquí también dependerá de las condiciones climáticas y de lo que nosotros queramos acelerar, con un alcance de la señal aproximado de 2 kilómetros. Recordando otros datos, el Disco tiene dos cámaras, una en el morro (de 14 megapíxeles) y otra en la base.

El control del ultraligero se hace desde el Skycontroller 2, el cual tiene los controles básicos para realizar las maniobras, así como algunos botones accesorios para la función de retorno automático (que regrese hacia nosotros) y un LED indicador. Piloto automático a parte, el hecho de que tenga los mínimos botones hace que el aprendizaje se allane un poco para los noveles, pudiendo dominar el vuelo tras unos minutos.

A este mando se puede acopla nuestro terminal, al cual podremos instalar la app FreeFlight Pro para iOS y Android. Con ella tenemos los datos del vuelo a tiempo real (altura, distancia, velocidad, batería del dron y del mando), así como la visión de la cámara que elijamos (podemos tomar capturas y compartir el vídeo). El mando también es muy ligero (750 gramos), así como cómodo al agarre, y se conecta por wifi al dron (MIMO 2,4 Ghz).

Por otro lado están las gafas FPV (First Person View), las Cockpitglasses, que tal y como hace un *headset de realidad virtual tiene un espacio para nuestro móvil, de modo que podemos activar la visualización de las cámaras del Parrot, yendo un poco más allá en la experiencia de modo que es algo más inmersiva. Eso sí, las gafas han de ir conectadas por un cable al mando (se conecta el móvil con un cable USB).

Los tres dispositivos (dron, mando y gafas) van incluidos en el pack que se pondrá a la venta a partir del próximo mes de septiembre. El precio que de momento han anunciado es el de 1.299 euros.

Así son los vuelos con el Parrot Disco

La idea de que sea todo sencillo y apto para todos los públicos empieza desde que abrimos la caja: el dron se monta muy fácilmente y el resto de dispositivos ni siquiera tienen montaje (salvo acoplar el móvil). Vincular el dron con el mando (o el móvil) es también muy sencillo y tarda unos segundos, aquí veremos que los LEDs del mando y del dron (en la base del botón de encendido/sensor) indican cuándo se ha hecho la conexión.

Antes de la puesta en marcha viene bien familiarizarse con los controles, sobre todo si no tenemos experiencia en el manejo de drones. En el caso del Skycontroller 2 se agradece bastante la simplicidad y el hecho de que haya los botones justos, sobre todo el de "vuelta a casa". Hay algunos trucos útiles como dar un toque a izquierda o derecha para que el dron inicie el vuelo en círculos a velocidad constante, algo que hace de manera automática tras el despegue (a 50 metros de altura, a la espera de órdenes del usuario).

El botón Take Off sirve para las maniobras de despegue y aterrizaje.

Un despegue muy peculiar, pero también fácil

Una vez sincronizado podemos ya hacerlo despegar. Aquí es fundamental que recordemos pulsar el botón de despegue del mando para que el dron se ponga en marcha, momento en el cual ya podemos lanzarlo, dado que el despegue, como ya mostraron en las primeras demostraciones, se realiza lanzando el Disco a lo freesby. Aquí no tuvimos ningún problema ni fallos de comunicación o activación, y es efectivamente fácil (aunque podamos tener la sensación de que lo vamos a estrellar contra el suelo, cosa que no ocurrió salvo en los casos en los que se olvidó pulsar el botón).

Podemos jugar bastante con él con tranquilidad, y el hecho de que planee da bastante juego a la hora de obtener los planos

Durante el vuelo tampoco tuvimos fallos de comunicación pese a volarlo entre montañas y otros elementos y el ultraligero es muy sensible a los giros, elevaciones, descensos y cuando aceleramos. Podemos jugar bastante con él en este sentido con tranquilidad, y el hecho de que planee da bastante juego a la hora de obtener los planos.

Que no sólo se entretenga una persona

La calidad del vídeo es bastante buena, de hecho se nota bastante el salto de calidad entre el Bebop 2 y el Disco. Eso sí, si optamos por visualizar el streaming con las Cockpitglasses hemos de acoplárnoslas lo mejor posible, es decir, pegárnoslas a la cara lo máximo posible de modo que la pantalla y las lentes queden totalmente frontales a nuestros ojos, si no lo veremos borroso y distorsionado.

La visualización con las gafas es un aliciente bastante interesante y de hecho es un plus en cuanto a la experiencia completa con el dron. Aunque tendremos que ir con cuidado a la hora de controlar el vuelo (en el caso de usuarios noveles, sobre todo), dado que se trata de tener el punto de vista de la propia nave al perdemos de vista.

Algo que puede ser de ayuda aquí, y de paso hacer que sea una experiencia no sólo individual, es que una persona lleve el control y otra visualice, aunque el hecho de que las gafas tengan que ir conectadas con un cable al mando es algo incómodo si optamos por esto. Pero en todo caso es un extra en la experiencia habitual con drones bastante divertido.

El aterrizaje requiere unos 300 metros de longitud y colocar el dron a unos 150 metros de altura (y una superficie adecuada, lo más plana posible y sin rocas y demás), algo bastante fácil de hacer al tener las indicaciones en todo momento en la pantalla de manera clara (también si lo vemos con las gafas) y dado que el Disco es bastante obediente a nuestro manejo. Una vez en ese punto por nuestra parte hemos de ir descendiendo (sin girar) hasta que pulsemos el botón para el aterrizaje. Otra maniobra apta para novatos (con explicación o documentación previa, claro).

¿Apto para todos los públicos?

En general cumple bastante bien, y es cierto que sin tener idea de pilotar algo así se le coge el truco fácilmente. Lo único que en principio no acaba de convencer es la relativa fragilidad de los materiales, si bien la idea no es estrellarlo ni hacerlo pasar por las ramas de los árboles, pero es bastante fácil que las solapas se levanten un poco o que se parta un ala con un golpe fuerte (si bien se puede obtener la pieza y reemplazarla, como las baterías).

No hay que esperar milagros, pero lo cierto es que si vamos parando de vez en cuando y no apretamos demasiado en cuanto a velocidad, podemos tener entretenimiento para un par de horas o más

La batería efectivamente llega a durar los 45 minutos e incluso algo más. Esto es un punto muy a favor sobre todo su nuestro objetivo es tomar una serie de fotografías y vídeos; no hay que esperar milagros, pero lo cierto es que si vamos parando de vez en cuando (por ejemplo turnándonos o viendo fotos, etc.) y no apretamos demasiado en cuanto a velocidad (aunque viendo cómo responde es difícil resistirse), podemos tener entretenimiento para un par de horas o más.

Así, el Parrot Disco logra ser un producto distinto apto tanto para usuarios sin experiencia como para los expertos. Aquí uno de los factores limitante puede ser el precio, dado que se sitúa por encima de la mayoría (incluyendo, eso sí, mando y casco), siendo una inversión a considerar si realmente sabemos que nos gusta la actividad y si se busca tener imágenes con bastante calidad, si se aprecian las diferencias del tipo de vuelo (con respecto a los cuadricópteros) y si valoramos la autonomía sobre otras cosas.

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